lunes, 21 de abril de 2014

CRIMENES DE LESA HUMANIDAD COMETIDOS EN CANARIAS







CAPITULO XXII



Chaurero n Eguerew


INVASIÓN, SAQUEO Y OCUPACIÓN DE LA ISLA CHINECH (TENERIFE) XVII


Esclavitud del pueblo guanche en los inicios del asentamiento colonial europeo.


En varios tratados españoles del siglo XVI, la esclavitud como fenómeno social y comercial adquirió una importancia teórica cada vez mayor con respecto al estatus legal y moral de los seres humanos.

En mis observaciones quisiera poner a discusión un aspecto particular de la discusión ética generada a partir del período mencionado. A mí manera de ver, el tema sobresaliente, desde el punto de vista filosófico, moral y ecómico es el de la tensión entre la convicción cristiana de la libertad fundamental de todos los seres humanos y las prácticas comerciales vigentes durante el inicio del período colonial en Canarias.
Por tanto no es que se elijan sólo procesos negativos para caracterizar la época de la invasión y conquista de Canarias, es que la mayoría de ellos fueron irremediablemente perjudiciales para el pueblo guanche.
Unas pocas palabras, relacionadas exclusivamente por asociación de ideas, pueden constituirse en una síntesis de más de 500 años de invasión conquista y colonialismo español en Canarias: esclavización, inquisición, masacres, explotación, saqueo, violaciones,  transculturación... 

Estos procesos negativos son la esencia de la historia no oficial descrita desde el punto de vista de un pueblo sometido. Sin considerar esta versión como una verdad absoluta, los testimonios comprobados de esos períodos históricos manifiestan que la destrucción sistemática de la cultura guanche y su reemplazo por las pautas culturales impuestas desde la metrópoli fue una tarea primordial que justificaba el uso de cualquier medio para llevarla a cabo.
Los invasores conquistadores españoles, vinieron a nuestras islas e impusieron una supremacía: Como que ellos eran los civilizados y todos los demás éramos unos salvajes incivilizados. Hay un problema de los colonizadores europeos con la arrogancia que hollaron nuestra tierra. Es necesario, que las nuevas generaciones reescriban la historia y revaloren “al otro” es decir, “nosotros” desde una perspectiva más humana e incluyente.
La campaña evangelizadora de la iglesia católica desnuclearizó la estructura social tradicional. Los guanches eran alejados de sus menceyatos y auchones multifamiliares y concentrados allí donde los invasores habían profanado los antiguos santuarios construyendo encima o en sus alrededores templos católicos.
Como expone el demógrafo uruguayo Macció: “La primera forma de dominación fue sobre el cuerpo del hombre, lo que se dominaba era el cuerpo y la forma más brutal no la única de dominación fue la esclavitud donde yo compraba el cuerpo de los individuos y yo era propietario de la vida y el cuerpo del sujeto y eso vamos a mostrar la magnitudes colosales en términos de vida y de muerte que alcanzaron particularmente en nuestra América. Hoy la esclavitud sigue existiendo en África, en Asia en el tráfico de personas, en el enclaustramiento forzoso en trabajadores contratados en las regiones petroleras, es decir que hay otras formas de esclavitud.
La segunda forma de dominación fue sobre las creencias, es decir, el hombre dominó al hombre controlando lo que esos hombres dominados creían sus dioses, controlando sus dioses. Y lo tenemos emanados de España todo lo que fue la persecución religiosa con muerte, drama, confiscación de bienes, limpieza de sangre de la inquisición donde a uno le iba la vida según se sospechara o no de que era confesor de determinada religión o no y una de las víctimas fueron nuestros pueblos originarios que le robaron los dioses. Uno de los capítulos que muestra la barbarie española y portuguesa es que la conquista le robó los dioses a los pueblos y le metieron otro.” (Guillermo Macció)
Si lo bien anteriormente expuesto por Macció se refiere a América, no debemos olvidar que el Archipiélago Canario fue el “laboratorio” donde se ensayaron las tácticas de masacre, esclavización y sometimiento de los pueblos invadidos que después serían aplicadas a aquel continente.
Los invasores como primera medida de dominio subvirtieron el ancestral orden social  guanche e invirtieron los términos, así pasaron de esclavista y ladrones a señores de la tierra y propietarios de los medios de producción, tachando con el mayor descaro y cinismo a los desposeídos guanches de ladrones cuando trataban de recuperar parte de lo que habían sido despojados por la fuerza de las armas.

Esto es lo que hicieron los españoles cuando lograron invadir a este pueblo considerándonos como “Bárbaros” como ellos solían decir. (Hoy nos llaman moros con corbata) Así se impuso la primera legislación “antiterrorista” que era la base del Terrorismo de Estado Imperial español, creando así la primera forma de Terrorismo de Estado Imperial en Canarias cuyo fundamento esencial se encuentra en el Requerimiento al sometimiento político, territorial y al bautismo cristiano, la forma “legal” de legitimar la invasión, la esclavitud, la barbarie, la masacre, y el robo, según la “legalidad” emanada del Papado.

Por tanto, a Canarias le cabe el indeseado honor de haber sido campo de experimentación de las primeras guerras bacteriológicas, y las tácticas de terrorismo de Estado, además de haber registrado la primera huelga de hambre en la historia colonial española.[1]

Las víctimas “legales” del conquistador fueron los guanches de los bandos de guerra, reducidos masivamente a esclavitud y desterrados a la metrópoli para su venta en los mercados públicos. Varios miles de indígenas nativos de Tegueste, Tacoronte, Taoro, Icod y Daute tuvieron esta triste suerte. Las víctimas arbitrarias fueron múltiples guanches de los bandos de paces, capturados como represalia por supuesta deslealtad o infidencia. Esta medida afectó en mayor escala a los indígenas de Anaga, Abona y Adeje, y en número mucho más reducido a los de Güímar.” (Antonio Rumeu de Armas, 1975: 403)

Algunos autores nos cuentan la falacia de la “integración” de los guanches con los invasores en los inicios de la sociedad colonial, como si después de las llamadas paces de Los Realejos, los invasores hubieran abierto los brazos amorosamente para acoger cristianamente a los “desvalidos” guanches, como si la isla después de la ocupación hubiera quedado como una balsa de aceite, sin conflictos entre opresores y oprimidos, idea bucólica que nos han venido trasmitiendo insistentemente desde los estamentos académicos y medios de comunicación interesados en la situación colonial. La realidad documental nos ofrece aspectos muy diferentes de la paradisíaca visión  propugnada por el colonialismo mediante la cual pretende que continuemos obnubilados, ajenos a los crueles hechos reales que supuso la invasión y sometimiento del pueblo guanche.

Veamos algunos documentos relativos a la esclavización de nuestros ancestros recogidos en el primer Cabildo colonial de la isla.

1499 mayo 14.
En este dicho día entraron en Cabildo el señor Governador Alonso de Lugo con el teniente viejo e Cristóval d'Espino e Guillen Castellano e el alguazil, e mandaron que, puesto que esté por otra ordenança mandado que qualquier pastor guanche, asy horro como esclavo, que anduviere huera del hato que guardare, sy no diere razón legítima, quel que toviere cargo de la guarda  del canpo que lo pueda traer preso e lo entregue a la justicia para que lo açoten al tal esclavo e le den cien cientaçotes, e que asy mesmo que qualquiera de los sobredi­chos, asy horros como cativos, estovieren en hato ageno asy mesmo la dicha guarda sea obligado a lo prender e traer a la justicia para que se le dé la misma pena, e para el trabajo desto ordenaron e mandaron que de cada hato se le dé a la dicha guarda de sesenta cabras la una cabra e de lx cabras arriba; a los quales queses hazen saber que es Pero Fernández, e que a todos los que por él fue­ren requeridos e prendiere alguno que les ayuden e favorescan, so la misma pena sy esclavo o horro fuere e sy alguna persona, qualquier que fuere, dc de la pena e para las obras públicas de la ysla.  (Acuerdos…1497-1507)

1498 mayo 15 (Fol. 7 v.)
43.—Esclavos quo tuviese a otro (buena, salvo echalle de la ysla).
Ordenaron e mandaron que qualquier esclavo que tuviere a otro escondido e se le provare que le diere de comer, que le den cient açotes y le echen fuera de la ysla. 15 de mayo de 1508.

45.—[Person]as que se entraren ........................  (buena).
Otrosy ordenaron e mandaron que nuiguna persona sea osado de entrar.....
agena a azer ninguna cosa, asy en lo cercado como en lo....... de su dueño, so
pena de lx mrs. cada vez que se entrare, más........ e sy fuere esclavo que le
den cientagotes o que pague el dueño — por el daño o la pena. Es escripto entre renglones, diz cer e diz cercar.

47.—Dapño de guanches.
      Otrosy ordenaron e mandaron que por quanto la ysla ha estado rebuelta con los esclavos alçados e hazen muchos dapños en todos los ve­cinos, de los quales han sydo tomados muchos e son ydos fuera de la tierra, de lo qual no se podría averyguar el mal que hazen e que han fecho ni se podría pagar por ende, ordenaron e mandaron que de lo de hasta aquí non se le pyda ni demande nada por lo susodicho, pero que dende aquí adelante, sy hezieren algund dapño, que lo paguen e por via de justicia serán echados de las tierras; entiéndese que por los muchos dapños que ha rescybido el señor Governador e non son a personas con otros señores de esclavos que ay pedimiento, se acordó que ninguna persona non demandase nada de todo lo dicho, dixo  porque nunca se podría averiguar, salvo que de aquí adelante lo hezieren que lo paguen: perdiese  e será echado fuera de la ysla. (Acuerdos…1497-1507)

Cabildo 16 de junio 1499.
      Ordenaron e mandaron que todos los criadores de cabras e ovejas sean obligados cada año de venir con sus ganados a la mesta en fin del mes de agosto de cada año, so pena de xm para los reparos de la ysla; e que sy supiere alguna persona dexare algund ganado por traer a la mesta, que sy fuere suyo que lo pierda y sy fuere ageno que pagará las setenas e qe lo demandarán por de hurto; e que sy por ventura algund guanche dexare algunas escondidas con licencia de su dueño e asy ello, le darán cientagotes. (Acuerdos…1497-1507)



Sesión Cabildo colonial del 28 de julio de 1499 (Fol. 14 v.)
116.—Carta del señor Governador.
      De acá fueron ciertos esclavos, éstos y los que se apregonaren serán de quien los tomare y llamad todos los vecinos y fazer vuestras quadrillas de todos los onbres sueltos y fáganse cinco o seys que vayan a buscar todos y yo los do por byen tomados, salvo los de Adexe y Abona y Anaga y Guy-mar, que todos se dé por cada uno mili mrs.; y esto tomad por máxima y por byen para que por ésto haced vuestros pregonez y por ésta lo prometo, y asy lo prometer y con toda diligencia. Que mucho vos ama, Alonso de Lugo.
117.—..... teniente Gerónimo sobre los esclavos.
E luego el dicho señor teniente Gerónimo de Valdés dixo que por hazer el mandado del señor Governador que él mandava que todos los es­clavos que en esta ysla hasta oy día avya alçados fuesen de la persona que los tomasen, segund en la carta del dicho señor Governador se contenya, salvo los de Adexe y Abona y Guymar y Anaga y que por cada uno déstos pagasen mili, mrs.; y mandó a mí, el dicho escrivano, lo heziese pregonar. Testigos, todos los señores sobredichos.
118.—Pregón sobre esclavos.
E luego, domingo xxviii de julio de xcix años, se pregonó públicamente 28-VII-1499 a la puerta de la yglesia y dezía el pregón: «Manda el señor teniente Geróni­mo de Valdés que qualquier o qualesquier persona que fueren a buscar escla­vos por toda esta ysla de Tenerife, convyene a saber de los que andan alçados que de qualquiera manera que los tomaren serán suyos y él los da por bien tomados y asy lo manda, y promete que haze seguras a todas personas dello syn que le sea demandado ningund derecho, salvo los de Adexe y Abona y Guymar y Anaga y que por cada pieza déstas les darán mili mrs.» (Acuerdos…1497-1507)

Sesión de 9 octubre de 1499. (Fol. 15 v.)
124.—Esclavos.
Asy juntos en presencia de mí, Antón Sanches, escrivano del Cabildo, dixo Juan de Badajos, jurado, que requería al señor teniente que estava presente que dos onbres que están en esta ysla, guachen,1 que se dizen el uno Juan Alonso y el otro Alonso, y asy mesmo otros tres, uno que fue de Alonso Sánchez e otro del teniente de Padilla y otro del señor Obispo, por la razón que son onbres de quienes se espera mucho dapño en esta ysla, y que por tanto que los mande echar desta dicha ysla, so protestación que faze qué sy algund dapño dello veniere en la ysla, sea a cargo del dicho señor te­niente y no al suyo, por el cargo que tiene.
125.—Respuesta del teniente sobre los esclavos.
Y luego el dicho señor teniente respondió y dixo que él estava en esta ysla por persona del señor Governador, a quien tiene que dar cuenta, e que vya que hera más servycio de Dios y de sus Altezas soltallos por thomar los que andavan alçados que no echallos de la tierra; y asy mismo responde a los tres que agora se tomaron quél hará lo que fuere servycio de sus Altezas. (Acuerdos…1497-1507)

1500 abril 6. (Fol. 18 r.)
147.—Esclavos.
Asy mesmo ordenaron y mandaron que vysto el mucho dapño que en la  ysla de los esclavos, que qualquiera esclavo que se huyera desde oy en ade­lante que muera por ello y quel Concejo lo pague a su dueño y sy fuere muger que la den cientagotes y la echen de la tierra. (Acuerdos…1497-1507)

Cabildo 10 de enero 1502.
…asy de los vecinos de Taganana como de los otros vecinos de la ysla que en­trare en la dicha raya ya dicha, e de los vecinos de Taganana asy mesmo pa­sare la lomada que fuere señalada por dos regidores, Lope Fernández e Guillen Castellano, que para ello son proveydos, que saliendo de la dicha raya para entrar en la dehesa, seyendo tomados en ella, sy fuere guanche el que guar­dare el tal ganado, le den en pena cientagotes «e por la segunda cientagotes y el señor del ganado pague por la primera vez seys cientos mrs. e por la segunda mili e dozientos e por la tercera pierda el ganado, e el guancho  que lo guardare salga de la ysla; e el que lo acusare aya la tercia parte del dinero. (Acuerdos…1497-1507)

Cabildo, agosto 4, 1503. (Fol. 43 v.)
329.—Ovejas.
   Ordenaron e mandaron que todas las ovejas que se apacentaren desde Acentejo fasta la laguna y de Anaga y de Thegueste que vengan todas a se apacentar a Tacoronte e que cada noche fagan majada los pastores y ganados e que estén recogidos a los almacigos debaxo de las tierras de Lope Fernández media legua fazia las tierras de su Señoría  y el cargo destas ovejas ha de thener Pero Fernández de las Yslas  el qual ha de ser obligado a contar los dichos hatos e después de avelles sydo a ellos entregados y contados e dar cuenta a sus dueños de más o de menos. De más entiéndese para que lo den a su dueño sy se fallare demasyado y sy de menos que sea obligado de fazérselo saber a su dueño el ganado que le falta; e que los pastores esclavos o horros fagan lo que les mandaren en la guarda del dicho ganado y en el contar dello y sy se fallare que el esclavo o horro pastor le faltare ganado que le den tér­mino al susodicho para lo yr a buscar y no lo trayendo que sea castigado por la Justicia e que los ganados susodichos los traygan a Tacoronte dentro de xv días.
330.—Votos sobre las ovejas e esclavos.
E luego acordaron de votar sobre sy el esclavo del señor non dando buena cuenta del ganado y alguno le faltare que sy deve ser castigado por la Justicia o le castigase su mismo amo.
                  331.—Voto.
Su Señoría votó que, porque aya buen recábudo en los ganados e porque son mala gente los esclavos guanches e ladrones, que sean castigados por la Justicia aquellos que no dieren buena cuenta a sus dueños e les faltare non trayendo el ganado que asy perdieren dentro del término de la dicha ordenança y esto dixo que su Señoría votava non enbargante que tiene ganado, que su Señoría lo a por byen. (Acuerdos…1497-1507)

En 31 de julio de 1508 se pregonó la ordenanza de los esclavos. Ts.: Sebastián Paes, Juan Ruis de Berlanga, escribanos públicos, Juan Felipe, Francisco Díaz, algua­cil mayor, Luis Alvarez y otros.
  Cabildo. 27 de septiembre de 1508, en la iglesia de San Miguel. El Gob. Sosa; Trujillo, Las Hijas, Gallinato, Corvalán, Llerena, Reg.; F. Dias, Alg. m; Zorroza, Personero; Benites, Reg.
             Sobre el daño que los esclavos pastores hacían en los ganados de sus señores, hurtándolos para sus rescates y dándolo en guarda a sus parientes y amigos y por que a todos es manifiesto, acordó el dicho señor Gob. y Regs. que ninguna persona reciba ningún esclavo vendido ni dado en guarda ni de otra manera, ni ningún ga­nado, ni dinero, así de los esclavos guanches, como de otros cualquier esclavos.
 También se mandó pregonar que ninguno de los guanches libres, ni otras per­sonas, no vayan a los hatos de los ganados, ni tomen ni coman ni reciban ninguna cosa de los dichos pastores esclavos.
Sobre la corambre hurtada que se saca de esta isla y como por tener libertad en la saca es mucha ocasión para que se hurte el ganado, ordenaron que no se saque sin licencia del Cabildo, y que se pregone por si alguien la quiere por el tanto.
Se mandó pregonar lo de los vagamundos,[2] que vayan a trabajar y no estén en el pueblo más de tercero día, ni los taberneros, ni los mesoneros les den más a comer.
Que todos y cualesquier personas, en tañendo la campana de la queda se reco­jan a sus casas y no anden por la villa, so pena de cárcel. (Acuerdos…1508-1513)

496.—Fue acordado e consultado en este Cabildo que porque los pastores guanches son ladrones y roban toda la ysla y destruyen los ganados, de que se quexa todo el pueblo, y hasta aquí non se a podido remediar de pastores castellanos por falta de non los aver, que agora por evitar el daño dieron tér­minos asy: y a todos los que tyenen pastores guanches de aquí a quatro meses primeros syguientes saquen los dichos guanches pastores fue[ra] desta dicha ysla, so pena que sy por caso alguna persona non los quisyre sacar, que el tal esclavo o esclavos pertenesca a la cámara de sus Altezas, para lo qual lo aplican. Lo qual queda en secreto,' que non se notyfique a los que tyenen pastores guanches. (Acuerdos…1508-1513)
Las posibilidades “legales” de esclavización  de  los guanches de los llamados bandos de guerra fueron esquilmadas al máximo, lo que indujo al mercenario Alonso de Lugo y a sus correligionarios a buscar otras fuentes de materia prima para conseguir dinero en efectivo, lo cual en aquellos primeros momentos del asentamiento europeo en la isla sólo era posible mediante la venta de los hombres mujeres y niños del pueblo sometido, ante el agotamiento de la cantera de guerra los codiciosos e inhumanos invasores fijaron su atención en los menceyatos de paces, y haciendo deshonor una vez más a sus propios tratados e incluso de las disposiciones emanadas de la metrópoli, comenzaron a usar las armas que mejor dominaban el engaño, la alevosía y la felonía. Armas que ya habían empleado con éxito con aquellos incautos que habían creído en las falsas promesas de los invasores, recordemos como:
El invasor y conquistador de Tenerife, Francisco Albornoz, en la Reformación del Licenciado Juan Ortiz de Zárate, denuncia, el 7 de mayo de 1506, las maneras del Adelantado Alonso Fernández de Lugo, en los confines de la conquista de Tenerife, contra los guanches bautizados y los guanches de paces: “fizo llamar e traer ante sí e ante algunos clérigos que estavan en el reino de Taoro, en El Realejo, fasta cient ánimas de guanches desta isla , los quales heran del reino de Tegueste, los quales estavan subidos en un risco de una sierra diziendo que querían ser cristianos,… e después de batizados, los finieron enbarcar forzosamente e los llevaron a vender, e algunos dellos vendieron en la dicha isla… el dicho Adelantado fizo traer ante sí a los guanches del reino de Anaga, en que podían aver entre hombres e mugeres doscientas ánimas poco más o menos, las quales heran de paces mucho tiempo avían y en la dicha conquista ayudaron a conquistar a los otros en fabor de sus Altezas e del dicho Adelantando, e que no se le acuerda si los tornaron cristianos o non, pero que vió como cautivaron e los repartieron por esclavos e los enbarcaron e llevaron a vender… el dicho Adelantado fizo parecer ante sí fasta doscientos guanches entre honbres y mugeres e niños, los quales heran del reino de Adexe e de los de las paces e asimismo ayudaron a conquistar a los otros en esta manera e con tal engaño…e que los llamava para que viniesen a tornar cristianos… e desque los tuvieron dentro en el corral los cautivaron e los repartieron e enbarcaron por cautivos.”
Un convencido defensor a ultranza  del imperialnacionalcatolicismo español como fue el historiador Antonio Rumeu de Armas, a pesar de sus ingentes esfuerzos dignos de mejor causa tendentes a  suavizar conceptos y acciones criminales en los temas de la invasión y  ocupación española y en tratar de dignificar la indignificable figura del capitán de la conquista, al referirse a las felonías cometidas por este traficante de esclavos y invasor de Chinech Alonso de Lugo y su bárbaros mercenarios no le queda más remedio que admitir que: “En cambio, lo que no tiene perdón fue la fechoría cometida con los guanches de Abona, Adeje y Anaga, por la triple circunstancia de pertenecer a los bandos de las paces, la ocultación perpetrada al obispo de Rubicón-Canaria de las perversas intenciones de captura a traición, y, lo que es aún más grave, la artera y sacrílega maniobra de utilizar un siniestro sicario disfrazado de prelado para sucios fines de lucro a costa de indefensos seres humanos.” (Rumeu de Armas, 1975)

A pesar de la situación prepotente de los colonizadores resulta admirable contemplar el colosal esfuerzo que desplegaron nuestros ancestros para recuperar la libertad, integrándose al amado suelo una vez que fueron conociendo los entresijos legales de los invasores, promoviendo pleitos ante el Consejo de Castilla, de la mayoría de los cuales salieron victoriosos frente al Adelantado a pesar de las influencias que este tenia compradas en la corrupta corte castellana, forzando varios juicios de residencia al capitán invasor.

Los notables de los bandos de paces contratan como mensajero en la corte castellana al colono Rodrigo de Betanzos, quien solicitó al Consejo de Castilla que se hiciesen in formaciones testificales. Tanto en Castilla principal centro de comercialización de los esclavos guanches como en las islas Canarias, sobre la veracidad de las tropelías y violencias denunciadas. Como fruto de las gestiones de Bentazos el Consejo accedió a la demanda, expidiendo en Alcalá de Henares, el 29 de marzo de 1498, diversas órdenes tendentes a aclarar la situación de los demandantes.

El 29 de marzo de 1498, el Consejo emite Orden real de liberación de guanches de “las paces” cautivados, contra todo derecho, por el capitán conquistador Alonso de Lugo. En la reclamación formulada por Rodrigo de Betanzos:

“Don Fernando e doña Ysabel, etc. A vos Lope Sánchez de Valençeuela, nuestro governador de la ysla de la Grand Canaria, salud e gracia. Sepades que Rodrigo de Betancos, en nombre de ciertos canarios de los vandos de Dexa e Bona e Güymar, nos fizo relación por su petición, diziendo: que al tiempo que Alonso de Lugo, nuestro governador de la ysla de Tenerife, fue a conquistar la dicha ysla, los dichos vandos diz que guardando las paces que tenían puestas e asentadas con Pedro de la Vera, nuestro governador que fue de la dicha ysla por virtud de los poderes que de nos tenía, diz que se juntaron con el dicho Alonso de Lugo para conquistar la dicha ysla, e que fazían lo quel dicho Alonso de Lugo les mandava, e que acogían en los dichos vandos a nuestras gentes e les amparaban e defendían, e que les davan de sus mantenimientos; e que los dichos canarios de los dichos bandos, faziendo todo lo susodicho e aviéndose con-vertido a nuestra santa fee católica e seyendo christianos e libres, que el dicho Alonso de Lugo, a bueltas de los otros que cautivó e tomó e conquistó de la otra tierra que no heran de los dichos bandos, diz que tomó e cabtivó fasta mil álmas de los susodichos bandos de Dexa e Bona e Güymad, e que ha vendido parte dellos, seyendo christianos e libres, en las dichas vezes; e porque diz que los dichos canarios están en poder del dicho Alonso de Lugo fasta CCC ánimas, los quales diz que quiere vender, nos suplicó e pidió por merced que los mandásemos poner en su libertad, pues diz que heran cristianos e libres, o que sobre ello proveyésemos como la nuestra merced fuese. Sobre lo cual nos
mandamos aver cierta ynformac;ión, la qual vista en el nuestro Consejo fue acordado que debíamos mandar dar esta nuestra carta para vos en la dicha razón.

E nos tovímoslo por bien: por que vos mandamos que vayáys luego a la dicha ysla de Tenerife e vos ynforméys qué canarios están en poder del dicho Alonso de Lugo, o de otras personas de la dicha ysla, de los dichos bandos de Dexa e Bona e Güymad o de qualesquier dellos, e todos los que asy fallardes de los susodichos bandos, los toméys en vuestro poder e les pongáys en secrestación, e no acudan con ellos a persona alguna fasta tanto que por nos sea visto lo que dellos se debe faser, e les embiemos a mandar a quien acuda con ellos. E mandamos al dicho Alonso de Lugo e a otras qualesquier personas, en cuyo poder estovieren, que vos los den e entreguen a vos, o a quien vuestro poder oviere, so las penas que vos de nuestra parte les pusierdes e mandardes poner, las quales nos por la presente les ponemos e avemos por puestas; e vos damos poder conplido para las executar en los que remisos e ynobedientes fueren e en sus bienes. Para lo qual as y faser e complir vos damos poder complido e etc.

E non fagades ende al, etc. Dada en Alcalá de Henares, a XXIX de março año de XCVIII. = Juanes, episcopus astoricensis. = Juanes, doctor. = Filipus, doctor. =Franciscus, licenciatus.=Juane&, licenciatus.=Yo Luys del Castillo escrivano, e c.” (En A. Rumeu de Armas, 1975)

Así tenemos que en julio de 1498 el recién nombrado gobernador colonial en Tamaránt (Gran Canaria) Lope Sánchez de Valenzuela se traslada Tenerife para cumplir la comisión encomendada por el Consejo de Castilla en relación a los desmanes cometido con los guanches de paces por el nefasto Alonso de Lugo, siendo recibido por el teniente Fernando Trujillo ya que Alonso de Lugo se había retirado cautelarmente a la Gomera.

Después viene la denuncia del atentado cometido contra los guanches de las paces, pese a su condición de tales: “E aviéndose convertido a nuestra santa fe católica, e seyendo christianos e libres, que el dicho Alonso de Lugo (a buelta de los otros que cativó e tomó e conquistó de la otra tierra que non era de los dichos vandos) diz que tomó e cabtivó fasta mil ánimas de los susodiclws vandos de Dexa e Bona e Guymar, e que ha vendido parte dellos, seyendo christianos e de las dichas pazes. ..”.
Paralelamente a las gestiones de Valenzuela, el Consejo ordena al licenciado Maluenda, juez de término de Sevilla, "para que informe sobre los canarios de los bandos de Adeje, Abona y Güimar, precisando si realmente son cristianos, donde y por quien fueron bautizados si eran de paces y si guardaron estas, y se unieron a Alonso de Lugo, cuando éste fuera a la conquista de la isla de Tenerife, obedeciendo las ordenes del conquistador y auxiliándole con mantenimientos.
“1498 Marzo 29. Alcalá de Henares. (f. 25). Orden al licenciado de Maluenda, juez de términos de Sevilla, para que informe al consejo sobre los canarios de los bandos de Adeje, Abona y Güímar, precisando si realmente son cristianos, dónde, cómo y por quién fueron bautizados, si eran de paces, si guardaron éstas y con quién las asentaron. Se da a petición de Rodrigo de Batanzos, quien informó que dichos bandos guardaron las paces asentadas con el gobernador Pedro de Vera y se unieron a Alonso de Lugo, gobernador de Tenerife, cuando fue a conquistar dicha isla, haciendo lo que se les mandaba, acogiendo a sus gentes, defendiéndolos y dándoles sus mantenimientos, convirtiéndose además a la fe católica, a pesar de todo la cual éste cautivó a 1.000 almas, como si fueran de otros bandos, vendiendo una parte y queriendo hacer la mismo con 300 que aún le quedan en su poder. Episcopus astoricencis. Juanes. Felipus.  Franciscus licencia tus. Juanes licenciatus. Castillo, escribano de cámara.” (E. Aznar Vallejo)

Antonio Rumeu nos ofrece el testimonio de dos milites que fueron actores en el criminal apresamiento de guanches de los menceyatos de paces:

El primero, Alonso de las Hijas, confiesa que… “los canarios de Abona e Adexe... heran de paces, e avían servido a Sus Altezas al tiempo de la, conquista... contra los otros canarios que heran en deservicio de Sus Alteza;  e el obispo asimismo los mandó veenir diziendo que se viniesen a tornar Cristianos, y ellos vinieron a la Iglesia seguramente, en que senan mas de  doscientas ánimas, y el obispo los tornó christianos; y a la ora después de ser christianos, el dicho adelantado [Alonso de Lugo] los mandó encerrar en una casa, donde los cautivó e los vendió, los quales davan vozes e reclamaban diziendo que heran christianos servidores de Sus Altezas, que cómo hera aquello que los vendían, e los llevaron a Valencia e a Barcelona e a otras partes...” 

Más repugnante es la declaración de Francisco de Albornoz. Este destacado mílite atestigua: “Después no se ha guardado justicia; especialmente otra vez, al dicho tiempo, el adelantado [Alonso de Lugo] hizo traer ante sí a los guanches del reino de Anaga, unas doscientas ánimas entre hombres y mujeres, los cuales eran de paces, y en la conquista ayudaron a conquistar a los otros en favor de Sus Altezas. No se acuerda si los tornaron cristianos o no, pero vio cómo los cautivaron y enviaron a vender. Y asimismo en dicho tiempo, el adelantado hizo parecer ante sí hasta doscientos guanches del reino de Adeje y de las paces, que asimismo ayudaron a conquistar los otros. En esta manera y con tal engaño que- como estaban escarmentados de lo pasado, pusieron en un corral, cercado de piedra, un hombre (que se dice Sepúlveda) y cubriéronlo de ropa y dijeron que el adelantado les llamaba para que viniesen a tornar cristianos, que estaba allí el obispo, y al momento que los tuvieron dentro en el corral, los cautivaron y los re-
partieron y embarcaron por cautivos.

Hoy sabemos, por las denuncias que luego se formularon, que el número de los cautivos de los reinos de las paces pasaron de mil, de 1os cuales permanecían en Tenerife, en 1498, unos trescientos. Otro importante grupo de guanches horros los tenía ocultos, en sus posesiones de Sanlúcar de Barrameda, don Juan Alfonso de Guzmán, duque de Medina Sidonia; era el precio de la colaboración prestada en la conquista de la isla. (Rumeu de Armas, 1975)
Perico Benítez, quien antes del bautismo por el rito católico era conocido por el nombre guanche de Guanajao, obtiene del Consejo de Castilla el 20 de noviembre de 1500 una Orden dirigida al Licenciado de Maluenda, juez de térmi­no de Sevilla, “para que informe al Consejo sobre la petición presentada por el bachiller Alonso de Sepúlveda, procurador de pobres, para que continúe el plei­to que ante los alcaldes de casa y corte seguían Perico Benítez, canario, hijo de Bartolomé Benítez, que antes de ser cristiano se llamaba Guanajao, y Bartolomé  Benítez, vecino de Sanlúcar de Barrameda, en el que quedó demostrado que Pe­rico Benítez era libre y que su padre lo había entregado a Bartolomé Benítez para que lo instruyese en la fe, confiándole a su muerte la herencia de su hijo, consistente en tres o cuatro esclavos, seiscientas cabras, y tierras y casa valoradas en 150.000 maravedís, a pesar de lo cual Bartolomé Benítez consiguió, frandulentamente, detener el pleito y que Perico Benítez le entregase cuatro castellanos, para lo cual lo puso a soldada con otras personas, mientras declaraba inte­resadamente la libertad de Perico Benítez y ofrecía 1.000 maravedís a Alonso Sepúlveda, para sobornarlo. Episcopus ovetensis. Felipus. Johannes licenciatus. Kjrtinus. Zapata. Ruiz de Castañeda. Pérez. (E. Aznar, 1981:103)


La mayoría de las penurias que debieron vivir en servidumbre, las siguieron padeciendo luego de ser supuestamente liberados, ello motivó el que algunos notables guanches alzaran su voz y acopiaran recursos para enfrentarse a los desmanes del invasor en defensa de sus hermanos étnicos.



[1] Recordemos al héroes awuara Atanauzú, quien prefirió morir de hambre durante la travesía cuando era conducido a España, antes que ser esclavizado.
[2] Se entendía por vagamundos a los guanches de paces o libres que no querían someterse a soldada con los invasores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario