miércoles, 16 de abril de 2014

CRIMENES DE LESA HUMANIDAD COMETIDOS EN CANARIAS






CAPITULO XVII

Chaurero n Eguerew

INVASIÓN, SAQUEO Y OCUPACIÓN DE LA ISLA CHINECH (TENERIFE) XII

Los Once Menceyes de Chinech (Tenerife) en los años de la invasión española. IV

AÑATERVE. [1]



Mencey de Güímar. Bautizado por el rito católico antes de la invasión y conquista  por el obispo Illescas, como Juan de Candelaria y también conocido por el apelativo “el bueno”.
Anaterbe. m. Tf. ant. desus. Antr. Jefe del bando de Güímar. Expr. t. Anaterue, Añaterue. Ú. m. Añaterve.
*an-terb, adj. vb. m. sing. de [T·R·B] ‘hombre rápido, ligero, ágil’.
(Dr. Ignacio Reyes García)

Güímar. Tf. ant. Top. Denominación de un antiguo bando o distrito enclavado en la vertiente sudoriental de la Isla, entre Anaga y Abona.  Hoy, aunque con una extensión más reducida, da nombre a un municipio que se localiza en torno a los 28º 18' de latitud Norte y 16º 25' de longitud Oeste. N. B. Según la tradición oral, el núcleo de poblamiento original se conoce como El Recodo. Expr. t. Agoyma, Aguimar, Agüímar, Aguydmad, Aguymar, Goymad, Goymar, Guidmad, Guima, Güimar, Guirmad, Guydmad, Guyma, Guymad, Guymar, Guymur, Vymar, Ygoymad. 2. Tf. ant. desus. Top. Barranco en la vertiente noroccidental del antiguo bando de Anaga. Expr. t. Aguímar, Guímar.  
*a-ɣimar > (a)qqwimmar > gwimar, s. m. sing. de [Γ·M·R] ‘el ángulo, esquina, rincón’. (Dr. Ignacio Reyes García, 2004)

En 1494 Añaterve  ocupaba el trono por enfermedad de su  hermano mayor Soniban o Sortiban  “el rey ciego”. En años anteriores a la invasión española, a pesar de una re­sistencia heroica, fue conquistado su reino por Bencomo  y él reducido a la condición de achimencey, dejando en Taoro como ga­rantía varios próceres en rehenes, entre los que figuraban Guatón, el príncipe heredero y el gran sacerdote o guañameñe,  her­mano de Añaterve, que fue ahorcado por Bencomo por  conspirador. Cuando el pueblo de Güímar perdió toda esperanza de recobrar su independencia, Añaterve  aceptó un pacto de paz con el masacrador de Pueblos Pedro de Vera,  y se incorporó a los invasores capitaneados por Alonso de Lugo para combatir  con saña a los por él odiados taorinos. Añaterve era viudo de su esposa principal, con la que tuvo dos hijos, Guetón y Guayarmina, y murió al poco tiempo de la invasión según algunos autores.

En la primera invasión de Chinech (Tenerife) de 1494 como queda dicho ayudó con suministros y hombres al mercenario Alonso de Lugo, este no solo debióle los auxilios materiales dichos sino también y principalmente otros personales, pues es sabido que á la saga y prudencia de los güimarenses pudo el futuro Adelantado salvar la vida en Acentejo, y más tarde en la torre de Añaza donde pudo resistir con 200 güimarenses el ataque general de los guanches para concluir con las huestes de Lugo después de la batalla de Acentejo. Lugo sin embargo parece no haberle sido muy agradecido porque en la segunda invasión el Mencey escarmentado por la felonía cometida con los guimareros esclavizados con engaños por Lugo, Añaterve se mostró remiso en colaborar, por lo que una vez sometida la isla, el capitán invasor con la excusa de que el Mencey Añaterve no accedió á ir de razzia á Berbería, le quitado sus vi­viendas y tierra para darle otras menguadas y de valor escaso.

Por su parte Sergio Afonso Díaz en su Historia de Arona afirma que el celebre mecey regalado por Fernando el católico al embajador de Venecia fue Añaterve: “…Añaterve, que fue desterrado de por vida a la República de Venecia ante el temor y la posibilidad de reunificar la resistencia guanche bajo su mando. “

Algunos autores han venido confundiendo al Príncipe Guetón al que después de bautizado por el rito católico se le impuso el nombre de Francisco Bueno, con el de su cuñado Antonio o Antón Albertos,[2] hijo de Juan Albertos Giraldin, quien aunque no esta debidamente documentos cabe deducir que estuvo casado o amancebado con la Princesa Guayarmina,[3] y  que Díaz Dorta lo hace yerno de Añaterve.

Juan Albertos Guillardin o Guiraldin, era colono de Tenerife, natural de Florencia. Su primer apellido es traducción de Alberti, ilustre fa­milia florentina, cuyo parentesco resulta de la información hecha por sus hijos en 1571; el segundo apellido, escrito también Guiraldin o Giraldin, corresponde al italiano Ghirardini. Mercader en Tenerife en 1512, recibió importantes da­tas de tierra en La Laguna y en Candelaria. Parece haber sido hombre de confianza del segun­do Adelantado de Canarias Pedro Fernández de Lugo, quien le contrataba en 1535 para servirle co­mo mayordomo por tiempo de tres años en la expedición a In­dias que estaba preparando; y le firmaba en 13/5.1537 (ante Diego Donis) el nombramiento de ma­yordomo mayor de Santa Marta por espacio de tres años, dándo­le poderes y prometiéndole un salario de 300 castellanos al año. No hay prueba documental de que haya seguido al Adelantado en su expedición a Santa Marta. Testó en La Laguna, el 7/1.1565 (ante Juan del Castillo) y parece haber fallecido el mismo día. Había casado (seguramente en segundas nupcias) con Leonor Viña Negrón de la que tuvo cinco hijos, con descendencia en Tenerife.

Anton Albertos casó en 1544 con la guanche Francisca Pérez, hija de Pedro González y María Hernández, a juzgar por la dote que aportan su situación económica era desahogada.

Su padre le cede la administración de numerosos terrenos en Candelaria y en el Melozar, incluso una data que recibió en Agache. Francisca aportó unas tierras que tenía en Chacaica.

Antón Albertos ejerció funciones de alcalde del lugar de Candelaria, quizás debido a su cometido tuvo un enfrentamiento con Alonso González, guanche, marido de Catalina Gaspar como consecuencia de la disputa Alonso González arrojó un banot a Antón Albertos el cual resultó traspasado por el mismo, muriendo como consecuencia de la herida recibida a finales de Julio de 1554, siendo fue enterrado en el templo católico San Blas.. Alonso González se vio inmediatamente acosado por la justicia de Tenerife, por lo que decidió huir a la isla de la Gomera donde se refugió. Unos veinticinco años más tarde (1579), Luisa Albertos en las casas de su morada en Candelaria extiende carta de perdón a favor de Alonso González ante Sancho de Urtarte y Juan de Alzóla.

“A la muerte de Antón sus hijos eran menores y su mujer Francisca Pérez pidió la curaduría el 9 de octubre de 1554 ante el escribano Gaspar Justiniano, saliendo como fiador Antón Hernández. Al mismo tiempo, hizo inventario de los bienes que quedaron de Antón Albertos, ante el mismo escribano, fol. I3H r°-I3I2 v°, algunos de los cuales eran: Una casa de piedra y teja, con su colgadizo en Candelaria, ocho fanegas de tierra en el Melozar, 30 fanegas que disputava con .Leonor Viña en Güímar, 8 marranas, 5 vacas, 4 becerros, 2 asnos mansos, 2 burras salvajes y 2 borricos, una yunta de un buey y un novillo de 2 años, 200 colmenas en el Mocanal y numerosas deudas pendiente de cobro. Tuvieron por hijos a Luisa Albertos, que casó en I571 con Francisco González, en Icod, lugar donde reside cierto tiempo para sentarse definitivamente con su madre en el valle de Güímar. Juán Albertos, que casó con María de Mesa, Francisco y Anastasia que murieron sin sucesión hacia 1554 y por último, María Albertos que también fallece sin sucesión poco antes de su madre, en 1579.” (Miguel A. Gómez, 2000:324)

Luisa casó en 1571, con Francisco González, quienes vivieron en Güimar y posteriormente se trasladaron a  Icod, donde Luisa testó  el 18 de octubre de 1622, ante Boza.

De luisa Albertos y Francisco Gozález nacieron; Juan Albertos, casado con María de Mesa, hija de Rodrigo de Mesa y María de Herrera, vecinos de Buenavista. Luis González: Francisco Albertos; Miguel González; Antonio Albertos y María Albertos.

 De Juan Albertos y María de Mena, nacieron: Ana de Mesa quien casó con Juan Martín de Mesa guanche de Arafo; Catalina de Mesa; Blanca Albertos; María Albertos, caso con Gregorio Hernández, Gaspar Albertos (fue escribano público del lugar de Santa Cruz); Isabel de Mesa Albertos, esposa de Marcos Pérez Tijarafe; Baltasar Albertos; Melchor Albertos. Más una multitud de descendientes.

 Francisca Pérez, mujer de Antón Albertos, ya viuda testó en dos ocasiones el  21 de septiembre de 1574, y el 6 de febrero de 1579 ante Sancho de Urtarte, en sus casas de Candelaria. Dejó una considerable fortuna para la época, en dicho testamento declara que “hará unos treinta años que se casó con su marido Antón Albertos”, entre las muchas mandas que deja al convento de Candelaria, dispone una a la iglesia de San Blas con encargo de que se den responsos en la sepultura de su marido, de lo que se deduce que Antón Albertos está enterrado en la cueva de San Blas[4]. El 6 de febrero de 1579, otorga un nuevo testamento ante el mismo Sancho de Urtarte. Introduce unas ligeras modificaciones al anterior y pide ser sepultada en el monasterio de Ntra. Sra. De Santa María de Candelaria  donde está enterrada su hija María Albertos (en el mismo lugar están sepultados sus otros dos hijos, Anastasia y Francisco).

Consideramos de interés reproducir uno de los testamentos, el del 21 de septiembre de 1574, pues a través de él podemos apreciar en parte,  el desenvolvimiento de la sociedad guanche en su reciente incorporación a los usos y costumbres de los castellanos.

 Podemos ver como algunas prácticas funerarias de los antiguos subsisten debidamente enmascaradas, como es el responso y la ofrenda de alimentos en la sepultura, especialmente el carnero, único animal  que es impuesto como ofrenda en los testamentos de la época, quizás como una  reminiscencia del culto al carnero sagrado de los rebaños de la Chaxiraxi.

Francisca Pérez, viuda, de Antón Albertos, moradora en el pueblo de Ntra. Sra. De Candelaria, por estar enferma ordena su testamento. Manda que su cuerpo sea sepultado en la casa y monasterio de Ntra. Sra. De Candelaria, en la sepultura donde están enterrados Francisco y Anastasia, hijos legítimos de su marido y de ella. El día de su enterramiento, en dicho monasterio y por los frailes de él le digan una misa cantada de cuerpo presente, con dos misas rezadas ofrendadas de un barril de vino de diez azumbres, una fanega de trigo y un carnero, las nueve misas rezadas de los nueve meses, una misa cantada de cabo de nueve días y otra misa cantada de cabo de año, todo en un día ofrendado de dos barriles de vino, cada uno de siete azumbres, dos fanegas de trigo y dos carneros, después de su fallecimiento, en la iglesia de San Blas todos los domingos y fiestas de guardar en un año, en el entretanto que se dijere la misa mayor del día, ardan dos cirios sobre la sepultura donde está enterrado su marido, Antón Albertos, con Ofrenda de un pan y medio cuartillo de vino y celebrado el oficio se diga un responso cantado sobre la sepultura del dicho su marido, por su alma y la de la testamentaria, y por ello se de la limosna acostumbrada.

En la iglesia de San Blas, por el beneficiado que de ella es o fuere se le digan dos treintenarios abiertos por el alma del dicho su marido y la suya y celebrado el oficio se diga un se diga un responso sobre la sepultura de su marido por su alma y la de la testamentaria.
  
Manda a la cruzada y a la Redención de Cautivos, medio real.
           
Declara que puede haber treinta años que se casó con Antón Albertos, su marido, y cuando se casó con él llevó a su poder por sus bienes dotales los vestidos de su persona.

No se acuerda lo que trajo su marido al matrimonio, pero si sabe que fue mucha cantidad.

Durante el matrimonio multiplicaron ciertas colmenas[5] y otros bienes que al presente tiene, 30 fanegadas de tierra de pan, sembradas, lindantes por abajo con tierras de Juan Batista y por arriba con los herederos de Pedro de Alarcón.

Declara que ella y sus hijos tienen unas tierras en Chicayca (Hoy La Esperanza) y que son ocho fanegadas de tierra, y cierto tiempo se las tuvo ocupadas y detenidas Argenta de Franquis. Manda que el tiempo que las detuvo se le cobre la renta de ellas. Así mismo dice que ella y sus hijos tienen un tributo alquitar redimible de unas tierras sobre Pedro Delgado y sus bienes, que se pagan al presente conforme a la nueva pragmática, que se otorgó ante Juan Núñez Jáimez, escribano público en 13 de marzo de 1550, que primero pasó ante Bartolomé Joven, escribano público de la isla, en cuyo oficio sucedió Juan Núñez Jáimez, y de lo corrido del dicho tributo están pagados, ella y sus hijos, excepto dos años que se cumplen por este mes de septiembre.

Declara que ella mercó (compró) de Juan Batista, su cuñado, 10 fanegas de tierra en Chicayca, que mercó siendo viuda y la carta de venta pasó ante Gaspar Martín, escribano de Icod de los Vinos. Declara que siendo casada con Antón Albertos le vendieron a su marido, Marcos de los Olivos y Olinda Rodríguez, su mujer, un pedazo de tierra en los melozares, en el término de Arafo, en puede haber 15 fanegadas de tierra, según parece por escritura de venta que acerca de ello se otorgó en 30 de octubre de 1553, ante Gaspar Justiniano, escribano público.

Declara que tiene unas casas terreras de tejas con sus corrales en Candelaria, que multiplicaron en vida de su marido, lindante con casas de los herederos de Gaspar Justiniano, Declara que ella mercó de Bartolomé Joven, jurado, una suerte de tierras en el lugar de Candelaria a donde dicen Araya, y la carta de venta pasó ante Gaspar Justiniano, escribano público que fue de esta isla, difunto. Dice que ella y sus hijos tienen ciertos bienes que son claros y manifiestos y por esto no los declara.

Después de fallecer su marido ella casó a Luisa Albertos, su hija y de su marido, con Francisco González, portugués, que vive en Icod de los Vinos, y le prometió de los bienes de su marido  y suyos, 250 doblas en dote y casamiento y ella le dio 250 doblas en un tributo que de principal son 400 doblas que recibió de Alonso Martín, zapatero, vecino de San Cristóbal de La Laguna, sobre unas casas en la ciudad, que pasó el dicho tributo ante Gaspar Justiniano, el cual es redimible, y el dicho tributo de principal se vendió a Fabián Viña, regidor, por manera  que el dicho Francisco González está obligado a devolverle a ella 150 doblas con lo corrido, porque ella no dijo que se entregasen más que las 250 doblas, como parece por el poder que de ello otorgó ante Juan de Gordejuela.

Además de lo susodicho dio al dicho su yerno en el casamiento a un negro llamado Juan, de edad de veinte y seis años, lo cual le dio hace cuatro años, apreciado en 100 doblas. Declara que ella dio en dicha dote a su yerno, un cahiz y medio de tierra de medida de cordel sita en Araya, en las tierras que ella mercó de Bartolomé Joven.

Dice que debe a María Siriores, viuda, vecina de la ciudad, 27 reales, se le pague. Es su voluntad que por cuanto que ella tiene unas tierras en Araya que compró a Bartolomé Joven, que pasó la escritura ante Gaspar Justiniano, lindante con un barranco hondo y tierras que ella dio a Francisco González, su yerno, quiere que en lo mejor parado de las dichas tierras que no tienen censo ni tributo, hasta la cantidad de un cahiz de tierra de medida de cordel, el vicario  frailes y  convento del monasterio de Ntra. Sra. de Candelaria,

Hayan en cada año por siempre jamás, después de su fallecimiento, 6 fanegas de trigo, bueno, enjuto, medido con buena medida, puesto en dicha casa y monasterio en cada año por el día de San Juan de junio, con tanto que le digan 4 misas cantadas de la advocación de Ntra. Sra. de agosto, su día o su octava y celebrado el oficio se diga un responso sobre su sepultura.

Para que lo susodicho haya cumplido efecto quiere que en la sacristía se ponga por memoria en una tablilla para que haya conmemoración de ello y deja por patrón de lo susodicho a Juan Albertos, su hijo, y después sus herederos, los cuales gocen de las dichas tierras con el dicho gravamen, con tanto que tengan preferencia los varones a las hembras, y para seguridad de ello hipoteca las dichas tierras a los dichos vicario, frailes y convento, y quiere que ni el Santo Pontífice, ni su delegado, ni otro juez eclesiástico ni secular no se entrometa a que no se diga las dichas misas si ellos que no se celebren en tal caso da la cláusula por ninguna. Nombra por sus albaceas a Juan Albertos, su hijo y a Francisco González, su yerno, a los cuales da poder.

Establece por herederos a Juan Albertos y a Luisa Albertos, mujer de Francisco González, y a María Albertos, sus hijos y de su marido, por iguales partes, con tanto que si Francisco González y su mujer quisieran heredar sus bienes traigan a partición los bienes que han llevado y si es necesario mejora en el tercio de sus bienes en cuanto al dicho patronazgo al dicho Juan Albertos, su hijo. Hecho en el pueblo de Ntra. Sra. de Candelaria, estando en las casas de la morada de la otorgante.´Tgos.Juan Martín, Juan Rodríguez, Antonio Díaz, Alonso Rodríguez, Miguel Hernández y Juan Alonso, vecs. Y estantes. Firma por no saber, Juan Martín. Derechos y ocupación, tres reales. (En: Miguel A. Gómez Gómez, 2000)

Como otras tantas familias canarias algunos miembros de los Albertos emigraron a América, unos voluntariamente y otros más o menos obligados como parte del tributo de sangre que la corona española exigía a los criollos de esta colonial para poblar algunos asentamientos en el denominado nuevo mundo, a cambio de permitirles un reducido comercio con las colonias americanas.

Veamos algunos de los Albertos recogidos por A. Ciuranescu en su citado Diccionario:

ALBERTO (Francisco). Natural de Güímar, de 34 años. Emigró a Santo Domingo, como poblador de Puerto de Plata, donde llegó en agosto de 1738. (rodríguez demorizi,  Nue­va Fundación.)
ALBERTO (Santiago). Vecino de Santa Cruz, de 30 años, en 1688 viajó a Caracas, como marinero de la gabarra Nuestra Señora del Rosario y San Antonio.
ALBERTO AUVERT (Diego Julián). Natural de La Palma, hijo de San­tiago Alberto y Álvarez  escriba­no público de Santa Cruz de La Palma en 1736 - 1773 y de Sotera Auvert y nieto materno de Jac-ques Aubert, natural de Saint-Tropez (Francia), casado éste con Margarita Álvarez, natural de San­ta Cruz de la Palma. El primer apellido Auvert no es más que trascripción de Aubert. Pasó a vivir en Maracaibo, donde casó antes de 1771, con María Josefa de la Colina y Hierba.

ALBERTO NEGRON (Gabriel). Natural de Tenerife, casado con Beatriz de Saa, padres de María (22 años), Agustina (18), Lucía (15), Tomás (12) y otra María (3). Todos ellos emigraron a Luisiana, embarcando con el grupo de po­bladores que salió de Santa Cruz el 17/2.1779.
ALBERTO NEGRON (José). Canario, casado con Isabel Gómez; padres de María (2) y de Pedro (3 me­ses). Emigraron a Luisiana, em­barcando el 17/2.1779, con el quinto grupo de familias.
ALBERTO NEGRON (Pedro). Ayudante, vecino de Taganana. Con su mujer y tres hijos formaba una de las cien familias de emi­grantes tinerfeños que embarcaron en 1682 con destino a Cumaná.
ALBERTO NEGRON (Pedro José). Natural de Tenerife, muy proba­blemente de Taganana. Emigró a Luisiana al mismo tiempo que Gabriel Alberto Negrón, en 1779. Le acompañaban su madre, Ma­ría de Campos, su mujer Francis­ca Antonia Machado y su hijo Pe­dro, de siete meses. Embarcaron el 17/2.1779, con el quinto grupo de familias.

ALBERTOS (Juan de). Vecino del Puerto de la Cruz, donde vivía su mujer, María Pérez. Estaba ausen­te en América en 1741. Su mujer fue una de las herederas de su tío, Diego Pérez*, fallecido solte­ro en Yucatán.
ALBERTOS (Leandro). Vecino de La Laguna, casado con María Ma­nuel. A mediados del s. XVIII hizo un viaje a América, dejando po­der a su mujer.

ALBERTOS (Juan de), Vecino del Puerto de la Cruz, donde vivía su mujer, María Pérez. Estaba ausen­te en América en 1741. Su mujer fue una de las herederas de su tío, Diego Pérez, fallecido solte­ro en Yucatán.
ALBERTOS (Leandro). Vecino de La Laguna, casado con María Ma­nuel. A mediados del s.XVIII hizo un viaje a América, dejando po­der a su mujer.
ALBERTOS (Luís Manuel). Vecino de Tacoronte, falleció en Indias, en 1805. Estaba casado con An­gela Pérez Ramos, a la que dejaba tres hijos menores, en Tacoronte.
ALBERTOS de CACERES (Domingo). Natural del Puerto de la Cruz (n.31/1.1695), hijo de Cristóbal Francisco Albertos y de María Ló­pez de Casares o Cáceres. Casa­do con María Álvarez Herrera Trujillo, padres de Isabel María Albertos de Cáceres. Formaron una de las familias de pobladores canarios que fundaron Montevi­deo en 1726. Recibió un solar en Montevideo y una chacra sobre el Miguelete (1727), con otro so­lar en la ciudad, en 1735. Fue soldado en la compañía de caba­llos corazas (1730) e hizo información de limpieza de sangre en el Puerto de la Cruz, en 1744. Su mujer, que era partera. Falleció en 1754. El volvió a casar 8/9,1757) con Juana Pesoa. India, de quien ya había tenido algunos hijos espurios. Fueron sus hijos Lorenzo, que se ausentó de Monetevideo después de haber despilfarrado lo poco que tenía; Felipe (N. 1734), vecino de Las Piedras, casado en 1759 con María Rada, sin duda india o mestiza; e Isabel María, que casó con Santiago García, soldado, fallecido el 19/7. 1789. (Apolant; Aazarola Gil, 23.)
ALBERTOS de MESA (Agustín). Natural de Santa Cruz, de 18 años. En 1606 viajó a San Juan de Ulúa, como escribano del navio Nuestra Señora de La Candelaria.



[1] Citado en: A. de Viana, J. Núñez de la Peña, T. Marín y Cubas, G. Chil y Naranjo, J. Bethencourt Alfonso, J. Viera y Clavijo, Antonio Rumeu de Armas, Cipriano de Arribas y Sánchez. (MMM)

[2] Nicolás Díaz Dorta, 1913:13.
[3] Recordemos que en la sociedad guanche la mujer podía divorciarse con facilidad, estando documentado  el hecho de algunas aparezcan casadas en varias ocasiones sin haber enviudado.
[4] Santuario guanche de Achbinco, sincretizado por la iglesia católica.
[5] Algunos genealogistas recogen: Armas, las familias Abertos de las Islas Canarias han utilizado un escudo consistente en un panal de oro sobre un campo de gules. Estaban presentes en Tenerife y La Palma.

1 comentario:

  1. My 5th grandfather is Gabriel Alberto Negron. Do you have more information about him or his wife Beatriz Saa?

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