Las isleñas, ilusionadas con la esperanza de alcanzar la posición socioeconómica que su tierra natal le negaba, eran víctimas de las especulaciones de quienes se dedicaban al tráfico del género humano. En efecto, resultó un lucrativo negocio trasladar mujeres canarias a Cuba, pues muchas fueron engañadas por la compañías de embarque, ofreciéndoles falsas expectativas laborales.
En ocasiones, ante las escasas alternativas laborales, la mujer isleña de forma voluntaria trabajaba como prostituta. Es cierto que la mayor parte de las veces por engaño y las menos por su propio consentimiento, las isleñas eran destinadas a la prostitución. Además muchas de ellas fueron vendidas como esclavas, subastadas como mercancía, en el muelle de la habana y destinadas a los prostíbulos tanto de la capital como del interior, con lo cual se practicó la trata de blancas.
En 1855 el secretario de
La contratación de mano de obra isleña era rentable. La explotación de las mujeres canarias como prostitutas en Cuba se podría considerar un sector de ocupación fundamental en el siglo XIX y en primeras décadas del XX. En 1855 estaban registradas en
Sin duda, el tráfico de mujeres canarias y su explotación sexual en América fue una realidad, siendo víctimas de las especulaciones del género humano. No obstante, otras mujeres a través de la emigración mejoraron su situación socio-económica. El esfuerzo laboral y la capacidad de ahorro se tradujo en un aumento del nivel adquisitivo y por lo tanto en un ascenso en el grado socio-económico. Así superaban el estadio de pobreza y miseria que generó la crisis económica en la que se vio inmersa Canarias, pero raras veces se refleja en el incremento del nivel cultural. (revistacanarii)
Publicado
por: María Gómez Díaz. Diciembre de 2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario