jueves, 2 de julio de 2015

ARCHIVO PERSONAL DE EDUARDO PEDRO GARCÍA RODRÍGUEZ-LXXIII



TAGOROR DE LA HERMANDAD GUANCHE
ISLAS CANARIAS

Ayer emprendió viaje a la Sol, a su encuentro con la Gran Magek, el más libre de los alzados guanches, ayer..., la libertad quedó un poco huérfana, ayer..., nuestra historia y tradiciones quedaron un poco huérfanas, ayer..., nuestras romerías y fiestas populares quedaron un poco huérfanas, ayer..., los tambores, las flautas y chácaras de nuestro Tajaraste, quedaron un poco huérfanos, ayer..., los rebaños y sus pastores quedaron un poco huérfanos, ayer..., las veredas y sendas de nuestras Islas quedaron un poco huérfanas, ayer..., nuestros paisajes y medio ambiente quedaron un poco huérfanos. Ayer..., los independentistas de Canarias, quedamos un poco huérfanos, ayer, nos dejó Benehuya, Chucho Dorta, o, Jesús Eustaquio Dorta Díaz, el último de los juglares canarios, el último de los espíritus libres.

Benehuya, no predicaba la libertad, simplemente la vivía con toda la intensidad del inmenso amor que profesaba a su Patria, no se sometió a los dictados del momento, del Alcalde o del cacique, por el contrario, siempre fue la conciencia el "Pepito grillo" de los especuladores y destructores de nuestra tierra, por ello, incluso algunos de los muchos resentidos le tacharon de loco, ¡no importa! los genios y quienes han sabido vivir en auténtica libertad, siempre han estado considerados  un poco locos porque han sido tocados por el aliento de los dioses, honor que los míseros mortales jamás alcanzarán. Bendita la locura que nos hace libres, dejemos que los cuerdos continúen atados a sus cadenas, sus envidias, sus odios, y sus deseos de acaparar riquezas aún a costa de la sangre de sus hermanos y la venta de la tierra. ¡No, hermano Benehuya,! nosotros no queremos ser cuerdos, deseamos participar de tu sublime locura. ¡Ojalá fuésemos capaces de seguir tu legado!

"Canarios españoles hay muchos,
guanches canarios sernos pocos
pocos semos... pero al final venceremos".

En estos cortos versos, el hermano Benehuya nos tramite parte de su pensamiento independentista, es consiente de que la ceguera de nuestros propios compatriotas a muchos de los cuales la abyecta sumisión y el vil servilismo les
impide ver la realidad colonial a que viene sometida la nación canaria desde hace más de quinientos años. Quizás las ansias de libertad que siempre animaron el espíritu del hermano Chucho Doria, surgieran en las mismas aulas donde el clero en franca concuspicencia con el régimen imperante trataba de someter domar y remodelar a los inquietos jóvenes canarios, castrándolos mentalmente para convertirlos en útiles instrumentos al servicio del colonialismo.

Esa situación marcó parte de la existencia de Benehuya, como él mismo reconoce en presentación de su libro "El Viejo Oasis de Alcalá", del cual entresacamos algunos párrafos, los cuales creemos que nos acercará un poco más al pensamiento de nuestro hermano y compañero de camino en las sendas que conducen hacía la libertad: "...Otros agarrábamos la guagua, o en autostop, el morral, y carretera y manta. Era como cambiar de color, de traje y de vida; de la bruma y de la panza de burro al sol, al cielo azul y al aire libre; de la opresión de la clase, la regla y la familia, a vivir comiendo aquí, durmiendo allá, sin que nadie se metiera contigo, sin racismo de miradas retorcidas, del grito del chantaje del infierno, del murmullo y la charlatanería, lecciones venenosas y falsas historias a la vida auténtica, universidad plena y libertad.

Venir al sur era como un sedante lleno de luz, color y contraste, donde siempre había una mano cariñosa para acogerte y una sonrisa con sombrero de paja y piel tostada, de noble estirpe, para el diálogo tierno y eterno.

Eran tiempos donde a pesar de la represión diaria que todos conocimos, de los palos, reglazos, coscorrones y malos tratos que nos hizo pasar el régimen anterior, y que por lo visto algunos que se creen listos quieren revivirlos, y aunque marginados pasábamos inolvidables momentos, gratos recuerdos entre campos y atarjeas, paseando o corriendo en el embrujo del platanar, relajándonos sentado a la sombra de las higueras, oyendo trinar a los canarios, mirlos, chirres, capirotes, y las andoriñas silbando en el cielo o robando uvas o nísperos. En la costa, al arrullo de los Tarajales, tomando el sol, oliendo a musgo y a salitre en el arrorró de un timple casero para cantar las isas:

Mi madre me hizo un caldo Con papas blancas menudas, Agua arriba y agua abajo Y siempre las papas crudas.

Además, cada cual a su manera, para descargar, hacía de las suyas, como llenar un estanque de ranas para no dejar dormir tranquilos a los queridos padres salesianos, que pasaban todo el día predicando y luego nos decían que envenenáramos a los gatos porque eso no era pecado mortal y nunca, por sus repetidas quejas, pudimos tener ni un perro; pero ellos se pasaban el tiempo ladrando, maullando, croando y cantando en la iglesia, como discos rayados; y uno tenía que callarse; y como yo no me callaba, alcancé  cogotazos hasta en el carnet de identidad, y eso que por entonces aun no estaba matriculado. Así, entre venenosas lecciones, ruindades, cholazos y cogotazos íbamos tirando, amén de ir a ver una luchada o jugar un partido de fútbol... ".

¡ ¡Tú lo has dicho, hermano Benehuya!!.

Tagoror de la Hermandad Guanche.
Eguerew 27 de septiembre de 2002.



BENEHUYA. 1950-2002

No hay comentarios:

Publicar un comentario