viernes, 17 de julio de 2015

ARCHIVO PERSONAL DE EDUARDO PEDRO GARCÍA RODRÍGUEZ-LXXXVIII



En 1980 cumplió diez años

EL INSTITUTUM CANARIUM
de Hallein (Austria)

El sueño de un arqueólogo o prehistoriador siempre ha sido el realizar un "viaje a través del tiempo" hacia una época lejana en la historia de las civilizaciones, o bien encontrarse en alguna parte del mundo con un pueblo que represente en su evolución cultural a un eslabón muy arcaico.

Por los tiempos en los que Colón se dirigía por mar hacia el oeste con la esperanza de dar con la ruta hacia el Lejano Oriente, descubriendo de esta manera el Nuevo Mundo, existía un refugio insular habitado por hombres de la Edad de Piedra y de tez clara, que vivian aún tal como lo habían hecho los habitantes del Mediterráneo occidental hacia 3.500 años a. C. aproximadamente. Aquel archipiélago, las Islas Canarias, es idéntico a aquellos Elíseos míticos de la antigüedad, a los que sólo podían acceder aquellos mortales que habían alcanzado la inmortalidad por sus hechos heroicos y extraordinarios, librándose así de transitar el oscuro camino de Hades.

Este archipiélago, hoy apreciada meta turística, era en sí un "museo natural de la prehistoria". Los isleños, un pueblo poseedor de una cultura muy arcaica (correspondiente a las épocas más recientes de la Edad de Piedra), no habían tenido contactos con los centros de las civilizaciones mediterráneas, y fueron finalmente sometidos por los conquistadores españoles después del descubrimiento de América.

Los antepasados de los isleños eran de raza blanca y a menudo de cabellos claros, denominados en su mayoría con el término inexacto de "guanches", ya que éste en realidad sólo hace referencia a los indígenas de la isla de Tenerife. Ellos habían llegado al archipiélago por mar desde el noroeste de África y se habían encontrado aquí con unos medios de subsistencia óptimos, de forma que anhelar un modo de vida más evolucionado que incluyera almacenamientos de bienes, etc., era en su mayor parte superfluo para ellos.

Por todo esto, la vida de los isleños, a diferencia de la de otros lugares, no se hallaba expuesta a diversas influencias y evoluciones, sino que permanecía estabilizada en este "paraíso".

Los elementos heredados no evolucionaron sustancialmente, y aún a finales del siglo XV manufacturaban los canarios sus tahonas, y resistían a los conquistadores con sus banets, en los tiempos en que las carabela de Enrique el Navegante eran enviadas a explorar las costas occidentales de África. Hoy, sin embargo, se discute acerca de si atribuirles o no las inscripciones en su totalidad a los indígenas, pero esperemos que nuevas investigaciones arrojen luz a estos problemas.

Estos canarios, que aún vivían en la edad de piedra, defendieron valientemente sus Campos Elíseos ante los intentos de conquista, antes de sucumbir bajo los españoles, con sus armas técnicamente muy superiores a las de los isleños. A partir de ahí, la sociedad canaria se formaría de una mezcla étnica, siendo sus habitantes descendientes de los indígenas y de los conquistadores.

Su lengua, perteneciente al mediterráneo antiguo, tiene mucho en común con la de los libios y bereberes. En la actualidad sólo se conocen fragmentos de ella, como son frases y palabras en informes de la época de la conquista, o palabras sueltas, usadas aún hoy día en el español de las Islas Canarias.

Existen elementos que parecen contarnos cómo fue la vida de los antiguos canarios cuando eran libres; así lo son las cuevas aborígenes, montañas sagradas con aras de sacrificio, ídolos arcaicos hechos de piedra o barro, "pseudomomias" disecadas en las cuevas de enterramiento, y las piezas de utensilios líticos y cerámica que abundan en los museos.

Otro dato, fascinante para la ciencia, es el hecho de que esta cultura canaria se remonta a una edad tipológica de 5.000 años y data en la realidad de hace 500 años. Sólo unos pocos siglos nos separan del momento en el que hubiera sido fácil realizar investigaciones a fondo de esta arcaica cultura isleña. Pero algo de suerte hubo, ya que los españoles pertenecían a estos pueblos que escribían informes y documentos sobre muchas materias, como asuntos jurídicos, disputas, genealogías y otros. De esta manera se conservó material histórico en los archivos, que de otra forma nunca hubiera sido registrado. Los misioneros informaban a sus superiores acerca de las "extrañas costumbres y usos religiosos" de los indígenas, que creían en una divinidad celestial y adoraban a sus antepasados. El material documental, así obtenido, permite actualmente trazar paralelos con otras culturas similares del mediterráneo pertenecientes a los últimos eslabones previos al desarrollo de culturas superiores.

No ha pasado aún demasiado tiempo desde la destrucción de esta civilización como para que no fuera posible hacer una reconstrucción de sus fases y evoluciones más importantes. Sólo es necesario hilar bien el material histórico con el obtenido en las prospecciones arqueológicas y formular correctamente las preguntas pertinentes.

Sin embargo, quedan aún muchos detalles que se desconocen. Así, por ejemplo, ¿qué fue lo que motivó a los habitantes de África blanca a abandonar la tierra firme y colonizar el archipiélago canario? ¿Fue quizás la creciente desecación del Sahara, que en edad prehistórica había tenido abundante vegetación y brindaba alimentos a inmensas manadas de animales e, implícitamente, a sus cazadores? ¿Guales fueron los factores que influyeron en el hecho de que los canarios en tiempos de la conquista no poseían prácticamente medios para la navegación? ¿Existieron contactos durante alguna época entre el Nuevo y el Antiguo mundo, posteriormente perdidos, favorecidos por la corriente Norte-Oeste de los alisios? Esto es, al menos, lo que intentó demostrar el noruego Thor Heyerdalh, residente ahora en Italia, con su famosa embarcación de juncos ' 'Ra''. Si efectivamente esta tesis se verifica, llegarían a tener las Islas Canarias una gran significación como punto crucial de migración, ya que la corriente pasa a través de ellas y cruza el Atlántico hasta el golfo de México, lo que podría resolver así muchas dudas en esta temática.

Problemas de este tipo fueron los que hace ya algunos decenios llevaron a que investigadores austríacos se dedicaran a la historia canaria. La figura cumbre era el lingüista e historiador de diferentes culturas, el profesor DJ. Wolfel (1888-1963), vienes, que reunió la inmensa colección de voces canarias publicadas en su obra postuma, en Graz, 1965, la MONUMENTA LINGUAE CANARIAS. Sus amigos y discípulos continuaron investigando sobre el material reunido por él, y fundaron el Institutum Canarium con el propósito de estudiar la historia de las civilizaciones del ámbito geográfico euroafricano, mediante el "Elíseo Canario" como punto exterior de observación y análisis.

El INSTITUTUM CANARIUM, domiciliado en Hallein, cumple en 1980 sus 10 años de existencia. Desde sus pequeños principios hasta hoy se ha convertido en una organización internacional, y los miembros son en la actualidad unos 285, residentes en
países; República Federal Alemana, Brasil, Dinamarca, República Democrática Alemana, Inglaterra, Francia, Holanda, Italia, Yugoslavia, Canadá, Islas Canarias, Luxenburgo, Marruecos, México, Nigeria, Austria, Polonia, Portugal, Rep. Sudafricana, Escocia, Suecia, Suiza, España, Namibia, Checoslovaquia, USA y Venezuela.

Entre las publicaciones periódicas del Institutum Canarium cuentan un anuario con el título "Almogaren" y los "IC—Nachrichten" (Boletines informativos) de aparición trimestral.

El Institutum Canarium celebra cada año un congreso en el mes de mayo en Hallein, al que acuden numerosos investigadores de todo el mundo, formando así un centro de investigación interdisciplinario de antiguas culturas del Mediterráneo y ¿África Septentrional. El grueso de los estudios no lo constituyen las civilizaciones históricamente ya documentadas, sino más bien los estadios previos y más primitivos, en los que se formaban los cimientos de las civilizaciones (escritura, urbanismo, etc.).
De esta manera y en el curso del tiempo tendremos fe posibilidad de echar una mirada a los ''.talleres" de las grandes civilizaciones de la humanidad.

La directiva del Institutum Canarium la integran:

Presidente: Dr. Hans Biedermann (Graz).
Vicepresidente: Wili Repis (Puch).
Secretario General: Herbert Nowak (Hallein).
Colaboradores científicos:
Catedr. Dr. KarlJ. Narr, Münster, RFA.
Dr. Karl A. Wipf, Universidad de Zurich, Suiza.
Dr. James L. Swauger, Carnegie Museum, Pittsburg, USA.
Catedr. Dr. Lionel Galand, Univers. Sorbonne, París, Francia.
Dr. Mark Milburn, Society of An-tiquaries of London, England.
Son socios honoríficos del IC los siguientes señores:
Su eminencia el. cardenal Dr. Franz Kónig, Arzobispo de Viena.
Catedrático de Universidad Dr. Juan Manuel Castro-Rial y Canosa, embajador español en Viena.
Exmo. Sr. D. Fernando de Sandoval y Coig, Madrid.

Revista Aguayro
Año XI nº 123, mayo de 1980.
(Archivo Personal de Eduardo Pedro García Rodríguez)


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