EL INDEPENDENTISMO Y LOS PARTIDOS

Rukaden Ait Anaga

En una Tierra fragmentada por la geografía y la orografía como esta nuestra, es fácil que también las gentes lo estén, sobre todo si tenemos en cuenta que de una forma u otra, “nos conocemos aunque sea de referencias” y tendemos un poco no solo a “descuidar un poco la idea de Pueblo” y a guardar rencillas y agravios pasados, que aunque hayamos renunciado a “cobrar”, las guardamos en la memoria, casi tan frescas como en el momento en que fuimos agraviados.

Si a este poco tranquilizador panorama, le sumamos el elemento humano, la siempre frágil e impredecible condición humana, a veces a uno le dan ganas de hacerse una bolita como un sarantantón y dormirse al soco de unas piedras soleadas; O de hacer cualquier barbaridad, como decía hace poco alguien con un mal día. Lo primero no va con mi carácter, y lo segundo, como no somos ni talibanes ni gentes que hacen cosas a la primera de cambio, sino que actuamos guiados por una dirección ideológica y política, dentro de una estrategia que pretende conseguir los objetivos de Liberar a Nuestro Pueblo y a Nuestra Tierra, no podemos acometer acciones individuales por nuestra cuenta, sobre todo, si ello nos priva de la presencia de hermanas/ os y o compañeras/ os, cuyo esfuerzo y ánimo le son necesarios a la Causa de Liberación Nacional. Una vez que hayamos “dejado entrar el bichillo de la causa”, nuestra vida le pertenece y nuestra salud y bienestar bien cuidados para poder responder mejor a la llamada revolucionaria.

Acabo de pintar un panorama que destila optimismo, por si no lo han notado; Optimismo, porque más difícil es lidiar con un rebaño de cabras guaniles, y nuestros ancestros lo hacían, así que no se me espante nadie y vaya a aventarse por esos caminos. Todos, pertenecientes al género “Homo” y “Sapiens” además, se nos supone la capacidad no solo de pensar y aprender de nuestros errores, sino además, la capacidad de negociar o acordar. Esto es muy importante, pues si, hasta las cabras guaniles aprenden y obedecen las ordenes del pastor (Sobre todo si la primera vez se les dice cuanda la piedra va por el aire, ja ja ja…), se presupone que nosotros, con un poco o un mucho de “pasencia”, también podemos ¿No? (Porque somos capaces ¿No..?)
Bueno, pues dicho todo esto, cuando yo era joven y más radical que los “radicales libres”, entendía la fragmentación orgánica dentro “del Independentismo”, porque los demás estaban equivocados, y unos eran unos derechosos, otros cuasi colaboracionistas, otros unos ilusos utópicos, etc. etc., porque la razón era “nuestra”. Hoy, con algunos años más y algunas canas visibles (La mayoría no lo son, como le pasa a la mayoría de las/ os que se han sonreído…), he dejado de entenderlo, y por más vueltas que le doy a la concretera (Yo no soy de disco duro que diría uno), no lo entiendo. Antes, cuando se hacían las ahumadas, silbos tal vez, ¿Pero hoy que hasta hay aparatos para que la gente hable a distancia?

Como es evidente que algo no está cuadrando bien, y antes de aventurarme a hacer valoraciones, juicios, elucubraciones, o lo que sea sin saber, quiero saber de primera mano “lo que dicen y lo que programan todos estos partidos, grupos y asociaciones independentistas”; Es decir, sus programas y sus aspiraciones generales para Canarias y su Pueblo. Más que nada para comprobar “cuan grandes son los abismos ideológicos y organizativos” entre partidos y grupos.

Por lo tanto, invito a todos los partidos y grupos, asociaciones, o personas a nivel individual, etc. de corte independentista a que, si son tan amables, enviar a rukadenaitanaga.@gmail.com sus programas, que estudiaré atentamente y sin prejuicios. Tiene que haber una forma de encontrar la síntesis adecuada para conformar un frente único contra el enemigo común, y mi intención es contribuir a ello.

Para finalizar esta, advertir, una sola vez, que ni soy ni aspiro a liderar o dirigir nada y a nadie; Esas veleidades de juventud quedaron cubiertas de por vida, la única ocasión en que participé electoralmente en algo (No era de candidato), pero fue tal el “sarpullido” que “más nunca”. Y mi palabra, para mí vale más que lo que diga cualquier papel.
Ahul.