martes, 8 de octubre de 2013

JOSE RUIZ DEE PADRON


1757. Nace en Ipalam (San Sebastián) isla de la Gomera  el criollo José Ruiz de Padrón.
Uno de los personajes más famosos de la colonia de las Islas Canarias. Estudió en el convento franciscano de la Plaza de San Francisco, en Eguerew n Chinech (La Laguna-Tenerife).
Su celebridad se debe sobretodo a su actividad como diputado doceañista, y concretamente por la elaboración de unos discursos y dictámenes sobre la abolición de la Inquisición.
Debido al naufragio del navío que le llevaba a Cuba desde Chinet (Tenerife), llegó a las costas de Pennsylvania (Estados Unidos). Allí entabló amistad con Benjamín Franklin. Participará en tertulias con los revolucionarios americanos conociendo en ellas a Geoge Washingtón, John Adams y los otros líderes de la revolución y fundadores del nuevo estado. Lanza un famoso sermón (1788)) en la iglesia católica de Filadelfia en contra de la Inquisición, y pedirá su abolición. Este sermón se hizo rápidamente famoso en la ciudad de Filadelfia y en todo el estado. A finales de 1788 la orden franciscana le exige que vaya a La Haban, donde le reprochan el discurso contra la Inquisición y sus ideas liberales. En Madrid le acusan de liberal, masón, jansenista y antiesclavista.
Solicita del Papa la secularización de los franciscanos para convertirse en sacerdote; libre de la obediencia a la órden, viaja por la Francia de la Revolución y por Italia. Vuelve a la metrópoli para instalarse como sacerdote en el curato de Quintanilla de Somoza (León) hasta 1808, en que fue nombrado abad de Villamartín de Valdehorra (Galicia). En 1811 es nombrado diputado en las Cortes de Cádiz, representando a la colonia de Canarias, siendo uno de los principales artífices de la primera Constitución española de 1812. Gracias a él desapareció el impuesto o voto de Santiago, y consiguió que las Cortes suprimieran el Tribunal de la Inquisición.
El texto que le hizo mundialmente famoso fue su Dictamen sobre la abolición del “Santo Oficio”, traducido al inglés y al portugués y con numerosas ediciones en castellano (tanto en la metrópoli como en la América colonial), y contra el que se editaron numerosos artículos y folletos. Este texto representa en efecto una clara síntesis de sus ideas políticas y religiosas: el catolicismo liberal. Esta doctrina se basa en una concepción regalista y nacional de la Iglesia española, la cual debería estar bajo la égida de pastores, párrocos y obispos. La Inquisición era un organismo que vulneraba la jurisdicción que estos tenían sobre sus feligreses, ya que, aunque el Estado era confesional y se prohibía la difusión de otras religiones, aquellos no podían inmiscuirse en la libertad de conciencia de quienes las practicaban. Para Ruíz de Padrón sólo los pastores podían corregir las creencias de los miembros de la Iglesia, pero sólo con carácter educativo.
El discurso de Ruiz de Padrón, que recogía las ideas y el planteamiento de su sermón de Filadelfia, fue publicado por las Cortes con el título de "Apéndice al dictamen del Dr. Don Antonio José Ruiz de Padrón sobre el tribunal de la Inquisición". Pero luego volvió a España el rey Borbón Fernando VII abriendo de nuevo el "Santo Tribunal", por lo que se destituye de su cargo y se le abre proceso en el tribunal de la Inquisición de Valladolid y después en el tribunal diocesano de Astorga. En 1815 lo condenan como culpable a destierro perpetuo, para su reclusión en el convento de Cabeza de Alba. Ruiz de Padrón recurrió logrando ganar el recurso en 1818. Participará luego en las Cortes del año 1820. Fallece en Portela de Valdeorres (España), 1823.


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