lunes, 29 de octubre de 2012

CAPITULO III: DE LA ANTIGÜEDAD AL SIGLO XV.




EFEMÉRIDES DE LA NACIÓN CANARIA UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS

 

CAPITULO III: DE LA ANTIGÜEDAD AL SIGLO XV.


1491 – 1500

Guayre Adarguama anez’Ran n Yghasen


1500 Febrero 27.
Con la Data concedida por el Adelantado a los hermanos Plombino se inicia en el Valle de Güímar el negocio del azúcar.

La caña de azúcar procede originariamente de la India y son los árabes quienes, después de la conquista de Persia en el año 640 y su expansión por todo el Oriente Próximo y el Mediterráneo, extenderán su conocimiento por los territorios ocupados, entre ellos,  la península Ibérica. Su cultivo estaba muy extendido hacia finales de la Edad Media por el litoral del Levante, Andalucía y el sur de Portugal. Al principio, los persas y los árabes le daban un uso medicinal, al emplearse como remedio para las inflamaciones internas, las desinterías biliosas, la estranguria y la gonorrea, por eso durante el siglo XV el azúcar en Europa era un producto raro y se Durante el siglo XVI y XVII, el azúcar se utilizó incluso como moneda de uso corriente, ante la falta de numerario, y podemos decir que junto con la miel de abeja eran prácticamente los únicos edulcorantes disponibles.

A comienzos de ese siglo, se inicia su cultivo en la isla de la Madera, gracias a la decidida intervención de Enrique el Navegante y desde allí pasó a nuestras islas, en el
momento cuando acaba la conquista de Gran Canaria, empezaron los asentamientos de europeos.

La planta se reproduce con facilidad mediante brotes y rebrotes que se consiguen al plantar tallos de la propia planta. Esta fue la técnica aplicada en Canarias, ya que el conocimiento de su reproducción mediante semillas se conoció más tarde. Los relatos tradicionales sobre la invasión y conquista de Canarias y que fueron recogidos como
«crónicas», nos cuentan la actuación del gobernador Pedro de Vera: «..rrepartió la tierra yaguas, dando a cada uno según la calidad de su persona, y bilo traer de Castilla y de la isla de la Madera muchos sarmientos y otras plantas y semillas y cañas de asúcar con que la isla se ennoblesió en pocos años.»

En los primeros repartimientos de tierras, al terminar la conquista, se otorgaron numerosas datas para cultivar caña de azúcar. Una vez despedregados los terrenos, se procedía, como mencionamos antes, a la plantación de tallos de la propia planta, los primeros brotes dan un cañaveral de boja, tardando en madurar entre uno y dos años para ser cortadas, una vez que se obtenían los primeros frutos, entonces el cañaveral de boja, pasa a ser un cañaveral de soca en un plazo igual y luego en un tiempo similar tenemos un cañaveral de resoca.

Para un buen rendimiento del cañaveral hacen falta unas temperaturas sobre 200 C., con un riego abundante y frecuente. Parece ser que las plantas que están más cerca de la costa se reproducen en tiempo menor que las de medianía.

Los suelos se agotan después de 5 o 7 años, por lo que siempre se van rotando los cultivos. Además necesitan diversos cuidados denominados: escardas, cava, envarado, etc., estas .labores en conjunto se llamaban «cura» y eran responsabilidades de los cañavereros, cuyo trabajo se controlaba por las Ordenanzas del Concejo.
Por otro lado, las plantas también tenían que ser cuidadas de las plagas de gusanos, ratones y conejos, que ocasionaban muchos desastres. Por otro lado, como la actividad ganadera tenía una gran importancia en la isla, las pérdidas producidas por el ganado al
comerse los brotes, son motivo de pleitos entre los vecinos y hacen que el Cabildo tenga que intervenir prohibiendo la entrada de ganados en los cañaverales.

Para la inspección de los cañaverales y la producción de los ingenios se creó la figura del «Lealdador>, dictando normas para que «ninguna persona sea osada de sacar asúcar desta ysla sin ser lealdada..», con ello se buscaba controlar la calidad del azúcar en todo el proceso de producción.

Una vez recolectadas, las cañas se «desburgan», las hojas se empleaban como forraje para el ganado y los tallos se amontonaban en haces para ser transportados por los almocrebes al ingenio.

Los transportes se hacían con recuas de mulas y carretones. Una referencia de cómo lo hacían en el ingenio de Güímar, lo tenemos en un concierto entre Hernando de Alarcón Betancor y el almocrebe Fernando Tejera, donde éste se obliga a traerle y acarrearle con
sus bestias, las cañas cortadas durante la zafra. Las necesidades de comunicación con los ingenios sirvió para que se abrieran caminos, al conectar los pueblos y puertos con las zonas azucareras.

Otro ejemplo que nos sirve para ver las circunstancias del trabajo de los almocrebes la tenemos en un concierto entre Luís Horosco con Antonio de Viana, para que éste le haga el transporte de las cañas con sus bestias y personal desde Chínguaro y Cuaza hasta el ingenio, y cobrará por ello tres doblas por «tarea», además de la solla de la cachaza, que era la bebida de los caballos. La «tarea» se considera la cantidad de caña necesaria para llenar nueve calderas de caldo.

La estructura habitual de un ingenio azucarero durante el siglo XVI, consistía en un conjunto de edificios y máquinas que procesaban la caña con los medios de la época, hasta obtener los azúcares listos para ser comercializados. Estaban formados por varias dependencias construidas con paredes muy sólidas de albañilería, comunicadas entre sí, por amplios portalones con techumbre de madera y tejas, además de una gran chimenea.

Por medio de las escrituras de arrendamiento o venta, pero sobre todo por la partición de la propiedad al fallecimiento de Pedro de Alarcón, sabemos aproximadamente cómo era el de Güímar. Cada aposento cumplía una misión, así había un molino de cañas movido
por agua, una casa de prensas, una casa de calderas para la cocción del caldo, un gran salón donde se purgaban los panes de azúcar y otras dependencias auxiliares: un molino de cereales con dos piedras, dos estanques grandes, aposentos para los trabajadores y esclavos, cuadras para los animales, horno de teja, casa palomar, etc., todo ello en el entorno de la ermita de San Juan de Güímar.

La estructura de funcionamiento del ingenio era la de una economía unificada, pues todo lo que en él estaba contenido tenía los mismos dueños y todo se gestiona por los administradores de la hacienda, y a fuera herramientas, calzado, ropa, comida, etc.

Pensemos que los ingenios no se instalan cerca de la población, sino en los sitios donde hay una fuerza de agua para mover las piedras y donde hay agua y tierras para cultivar las cañas, siendo a partir de la implantación del ingenio cuando se crea el núcleo poblacional.

Para plantar las cañas se utilizarán las tierras de medianía. La línea de división la marcaba el camino que iba del heredamiento a Candelaria hasta la costa. Del camino hacia arriba lo destinan para cereales, hortalizas, viñas y frutales, Con la reserva de una franja que va desde Chacaica y Chacona hasta Araya, para asiento de colmenas, derivado de la concesión de algunas datas desde principios de  siglo, otorgadas preferentemente a canarios:

«Diego de Tot: [Torres] Un c. en Goyma, linderos al barranco del avchón de las cuevas de Ticayca [ Chacaica ] y de la parte de abajo un drago y allí mismo vos doy un asiento para colmenas q. está en el dho. Drago..» [ 13 .6. 1509].
<Alonso de Cartaya y Juan Vizcayno 8 c. en el Reyno de Guymal; linderos Alonso Díaz:.y el barranco de las Colmenas y de abajo el camino q. viene del engeño a la casa de Rodrigo» [45.3.1522]

<El bachiller Pero Fernándes; regidor y a Diego Alvares, vº morador en lgueste. Desde el barranco de Anabigo [ en Chacaica] donde mora Rodrigo Hernándes canario; hasta Irsane e Vocona [Chacona?] que es en el bando de Guymat; en que podaís tener todas las colmenas que querrais» [7.6. 1524]

En relación Con el tipo de molinos utilizados en la trituración de las cañas, no hemos encontrado ninguna referencia exacta para saber como eran, no obstante intentaremos aproximarnos al funcionamiento del ingenio de Güímar, apoyándonos en lo que conocemos de los ingenios canarios de la misma época.

Compartimos la opinión del investigador palmero Jose Pérez Vidal, cuando propone que el tipo de molino utilizado en Canarias era similar a los empleados en la molienda de la aceituna denominada la mola olearia. Este tipo de técnica dio diversas variantes de molino: aceite, azúcar, sidra, etc., y que consiste en un molino hecho con una o dos piedras cilíndricas, unidas por un eje horizontal montado en uno vertical entre las dos muelas. Dice también Pérez Vidal, tomando un texto de Gaspar Fructuoso, que este tipo de molino se usaba en Azores para la caña.

Según el tipo de fuerza empleado para mover las piedras del molino, tenemos dos tipos:
uno los movidos por agua, llamados propiamente ingenios, y otros, movidos por animales o por mano de obra de trabajadores o esclavos, llamados trapiches.

En los ingenios, el movimiento se conseguía por transmisión de una rueda motriz en la que hay insertadas una especie de cucharillas donde va incidiendo el agua, previamente canalizada  factores muy importantes para conseguir el movimiento necesario: uno, es la altura de caída del derivado de la cantidad de agua acumulada en ese punto alto también denominado cubo del n”

En el ingenio de Güimar se empleaba el agua como fuerza para mover las piedras de los molinos, pues disponían de un caudal importante cerca de la hacienda, como eran las que proporcionaba el barranco del Río, canalizadas por acequias de madera directa-mente al ingenio. Las aguas después de pasar por la rueda del molino a través de un estanque de cantería, se distribuían las aguas canalizadas para las cañas del Mocanal y Sabinal, y desde éste primer estanque, en pendiente, a un segundo situado en el lugar de la actual iglesia de San Pedro, que regaba las tierras que llamaban «el cercado del centeno» (que correspondería a lo que hoy es S. Pedro Abajo y el Calvario) y las cañas plantadas en Chinguaro.

Otro elemento de primera necesidad era la madera. El ingenio, sólo podía subsistir con una masa arbórea cerca de donde extraer leña para el cocimiento del azúcar, maderas para la construcción de los edificios y elementos articulados que formaban las máquinas, (ejes, rondanas, clavetas, prensas, etc. ) canales para la conducción de las aguas y cajas para envasar los panes de azúcar, Son numerosos .los conciertos para traer leña al ingenio, un ejemplo lo tenemos en un contrato entre Hernando de Alarcón y J uan Gómez, mallorquín, donde éste dice que: «se obliga a cortar toda la leña que fuere menester para hacer la zafra y molienda de las cañas de azúcar de Hernando..».

El material de las prensas debía de ser revisado y repuesto al final de cada zafra, en especial los husillos y rondanas, Conocemos las características que debían tener por un concierto entre Arguenta de Franquis y el carpintero Francisco González, para hacer dos
prensas, donde dice:

«han de ser y son de tea pura, fina, limpia, sin hormiga, ni bezero, ni nudos perjudiciales, ni vetas ...y tener de frente 3 palmos y medio de alto por una parte y 1 palmos de ancho, y de largo y cumplido 12 varas de la medida con que se miden los paños y lienzos en esta isla..».

El proceso de elaboración del azúcar comenzaba depositando los haces de caña en unos cubos por donde caían a las muelas para su trituración. Así sacaban un primer jugo luego éste se pasaba por las prensas para obtener el resto del sirope. Como resultado de esta labor se obtiene, por un lado, el jugo prensado, y por otro, unos residuos llamados «bagazo», empleado como forraje para el ganado.

A continuación, el producto obtenido de las cañas se llevaba a la casa de las calderas y en unos recipientes de cobre de tamaño considerable se cuece el jugo. De esta labor el siguiente paso consiste en hacer cristalizar el producto y convertir el sirope en panes de azúcar, para ello se empleaban unos  recipientes de barro de forma cónica llamados «formas», con un agujero en la parte inferior. Estos elementos eran de varios tamaños; grandes, medianas y pequeñas.

Las grandes son para el azúcar de una sola cocción, o sea en bruto, y las medianas y pequeñas para sucesivos refinados. Hay que tener en cuenta que a medida que se refinaba el azúcar disminuía, su tamaño. El cristalizado tardaba entre varios días y una semana para lo cual se colocaban las «formas» en lugares soleados, de manera preferente en balcones habilitados al efecto.

Antes de terminar la labor se procedía a purgar el azúcar, y esto se hacía en la casa de purga. El procedimiento era situar las «formas» introduciendo la parte inferior, quitando previamente el tapón, en unas jarras o tinajas, y por el agujero se va eliminando la miel que no ha cristalizado, que nuevamente se vuelve a cocer varias veces para obtener la «remiel».

A veces para mejorar el aspecto del producto era necesario blanquear los azúcares. Para ello por la boca ancha de la «forma» se introducía un poco de cal o lejía y, en ocasiones, añadían un poco de «barro de las acequias que sea blanquisco...».

Del refinado se extraen varios productos; Azúcar moreno, el primer resultado que se obtiene, basto y oscuro, Azúcar blanco, el de mejor calidad y mayor, precio y el que preferentemente se exportaba a Europa, si los pilones obtenidos no eran perfectos, eran rotos con un martillo, de lo cual viene el «azúcar quebrado» y se destinaba al consumo local. Azúcar de escumas o también de espumillas, es el azúcar que sacaban de las calderas con impurezas.

Mieles y remieles, son restos líquidos que no cristalizaban procedente de la purga. Además se obtenían otros tipos de azúcar de calidad inferior llamados «nietas» y «renietas».

Como hemos dicho, el control final de la calidad del azúcar correspondía a funcionarios y estaba encomendada al «Lealdador» y éste, cuando no se cumplía el nivel de  calidad exigida en el producto, quebraba los pilones, que iban aparar a la red de consumo
local por los confiteros y no podía ser exportado.

Siempre está presente el interés de las autoridades coloniales en el control del azúcar en todo el proceso de producción, por medio de normas y leyes, realizando inspecciones periódicas al ingenio y los cañaverales, para evitar los fraudes y que el producto que se exportaba fuera de la más alta calidad.

Una vez obtenidos los pilones o panes de azúcar de buena calidad, se colocaban en cajas de madera y el producto estaba preparado para ser exportado. Esa labor correspondía a los almocrebes, que se encargaban de situarlo en los barcos que los llevarían a diferentes puertos europeos.

La orografía de la zona sur dificultaba las comunicaciones por vía terrestre, por eso al principio de la actividad azucarera, el embarque de la producción del ingenio se hacía por el puerto de Güímar, de ello hay varios documentos que lo confirman. En uno de ellos, fechado en 1506, se menciona este puerto al gestionarse un flete del mercader Juan Jacome Carminatis. Aunque el uso del embarcadero no se limitaba solamente al azúcar, sino que desde la primera mitad del siglo, será la salida natural a las otras producciones agrícolas del valle. Conforme pasan los años la producción será comprada en conjunto por mercaderes, embarcándose por el puerto de Santa Cruz sin embargo no quiere decir que el puerto de Güímar quede inactivo, ya que por los acuerdos del Cabildo, sabemos que sigue teniendo un uso continuado.

Los puertos de destino eran los del Mediterráneo español e italiano:Valencia, Barcelona, Génova, etc. y los de Amberes, Rouen, Lille, etc., donde pasaba el producto el último refino antes de ser puesto a la venta.

No es extraño que el negocio del azúcar; por los beneficios que se obtenían, atrajera rápidamente a los capitales de genoveses, catalanes, flamencos, etc., corresponsales o factores de otros mercaderes que estaban instalados en los puertos del sur de la Península Ibérica.

Estos comerciantes, y sobre todos los genoveses, eran en realidad quienes manejaban los ejes económicos de los ingenios, ya que sus inversiones se volcaron en el negocio azucarero. En la mayoría de los casos financiaban la producción por adelantado, al prestar dinero a los dueños de la hacienda y en no pocas ocasiones compran ellos mismos los ingenios o montando sus propias industrias.

La afluencia de capital europeo en la producción azucarera comienza con la propia historia del azúcar canario. Pese a tener un mercado europeo asegurado, se necesitaba un gran capital para traer maestros y especialistas en azúcar, comprar esclavos, construir el ingenio, calderas, molinos y. demás utensilios para su fabricación. Así se constata que aún prescindiendo del valor de la tierra, era necesariamente un negocio donde se requerían grandes capitales. Analizando la estructura del ingenio vemos que era una empresa más industrial que agrícola y no vivía en función de su entorno, sino de la venta de su producto a grandes distancias. Un ejemplo de industria capitalista y sociedad patriarcal que fomenta el desarrollo de grupos endogámicos cercanos a los centros del poder económico y político.

1500 Febrero 27.
Data otorgada por Alonso Fernández de Lugo, Gobernador de Tenerife a Blasino y Juan Felipe de Plombino donde se les otorga la posesión de las tierras y aguas usurpadas por los invasores en valle de Güímar, en Achinet (Tenerife).

 (Fol. 169 r:) (…) es más vos doy en el reino de Güímar todo lo que se pudiere aprovechar con el agua que allí aya, la mitad para vuestro hermano el dicho Blasino e1a otra mitad para vuestro hermano Juan Felipe como a vezino. Esto porque Esto porque vos Blasyoo,  me obligays allí hazer un yngenio de agua si ser pudiere o de bestias e según que la tierra e agua que oviere pidiere, esto sin compañía de otra ninguna persona; las quales dichas tierras de suso declatadas con todo lo a ellas; anexo e perteneciente e con todas sus entradas e salidas, y tenencias e derechos e tenencias e derechos e abciones  cuantas haber puede e debe en cualquier manera syn dexar ni tener ni retener para sus altezas parate e cosa alguna ni parte de ello e hago gracia e donación pura e no revocable que es hecha entre vibos a vos los dichos Blasinode Plombino e Felipe, vuestro hermano, e para que de oy día en adelante_para syemprejamás las dichas tierras e aguas de suso declaradas sean vuestras e de vuestros herederos esubcesores despues de vos de otra qualquier persona que de vosotros oviere con su título o razón que sea  para que podades hazer e hagades dellas como de cosa vuestra propia sin contradición alguna e desde oy día en adelante desapodero a sus altezas de la posesyón real; corporal, e abtual, cevil e natural velar asi las dichas tierras e del de todo lo que dicho es, e os a. podero e entrego e os envisto en todo ello e en la poseyón de ella a vos el dicho Blasino de Plombino e Felipe, vuestro hermano, e vos doy abtoridad, e poder e facultad para, fomar e aprehender tenencia e posesyón de todo ello por vuestra propia abtorid epor esta carta e por su traslado sygnado de escribano público  de parte de sus altezas  exorto e requiero qualesquier justicias de_qualesquiers partes  de los Reynos, e Señoríos de sus altezas e de la mía mucho ruego que cada e quando que por vos [Fol. 169 v] fueren queridos vos defiendan e amparen en la posesión e sy nescesario fuere vos la den e entreguen de su mano e vos guarden e cumplan e hagan guardar e cumplir dación e donación quue yo en nombre de sus altezas en vos el dicho Blasino de plombino e Felipe; vuestro hermano, hago de lo que dichio es, en contra el thenor e forma de ello no vayan ni pasen nin cosyentan yr ni pasar, ni consetýre  agora ni en algún tiempo causa ni razón que sea ni ser pueda, por manera que en todo tiempo y siempre jamás  tengáys lo que dicho es, syn empedimento ruembargo alguno, lo qual todo lo que dicho es sea hecho e cumplido, no embargante  ley en que dize que ninguno no puede hazer donación en mayor cuantia de quinientos sueldos ni en otras cualesquier leyes, fueros derechos e premática sensiones destos Reynos, que en contrario de lo susodicho sea o ser pueda e yo en  nombre de sus altezas renuncio en teslimonio de lo quaf vos doy e hago la presente fyrmada de mi nombre e rogué e ruego al  escribano publico que la firme de su nombre.

Dada en la ysla de Tenerife a veinte y siete días del mes de febrero del año de nuestro Señor Jesucristo de mill y quinientos. Testigos que fuewron presentes Mateo Viña, mercader genoovés. Gonzalo Rodrigues, çapatero, vecinos de Tenerife, e Juan Vaquiñas   e PeroGil e Rodrigo Prieto,vezinos de Palos, e Pedro de Vergara, alcalde mayor, e Francisco Benítez, sobrinos del señor Governadorr, para ello llamados e rogados.

Alonso de Lugo e yo Alonso de la Fuente, escribano publico desta ysla de Tenerife, f uy presente a todo en uno con los dichos testigos e de pedimento e otorgamiento del dicho Blasino esta carta escreví e por ende fize aquí este mío signo a tal testimonio de verdad. Alonso de la Fuente. Escribano publico.
(Archivo Municipal de La Laguna. Libro V de Datas originales, fol. 169 y s.s. Transcripción Miguel A. Gómez Gómez)

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