lunes, 3 de noviembre de 2014

El oficio de Animero

1956.


Fallece don Agustín Alegría, último Animero de las Islas Canarias

Nuestras culturas latinoamericanas tienen una carga cultural, basada en el uso de curanderos para remediar males físicos, espirituales, tales como hueseros, yerberos, y curanderos de mal de ojo, hechizos, etc.

En las Islas Canarias en la vertiente norte de Tenerife, existió el antiguo oficio de Animero, era una persona sensible a la presencia de ánimas en pena y  espíritus malignos de origen humano, que producen efermedades, tales curanderos hispánicos de las islas Canarias tenían conocimientos mas cargados hacia el conocimiento espiritual Cristiano, en comparación de los curanderos americanos que basan sus conocimientos en milenios de tradición chamánica. El Animro Canario no cobraba, recibía una cooperación voluntaria.

A los animeros que nacían con este don, se les reconocía cuando el bebé lloraba en el vientre materno, tenía frecuentes abstracciones y conversaciones con seres incorpóreos, estas son características de un futuro animero con dones naturales, capaz de ver y hablar con las ánimas Benditas.

Según cuenta la tradición, en Canarias, cuando los médicos no podían curar ya a un enfermo, asistían con el animero, curaban tanto a niños o adultos moribundos, así como enfermos en general, lo que se comenta, es que las almas, según las creencias aceptadas, pueden acercarse a los vivos ya sea por una deuda incumplida en el caso de las ánimas benditas del purgatorio, o por una maldad provocada por un alma condenada dada su naturaleza maligna, siendo el último caso el mas peligroso, pues sus almas se habían degenerado, intentando causar el mal a la gente a la que se arrimaban, en este caso, el animero realizaba oraciones y rituales para desarrimar esa ánima.
En los ritos Canarios, el animero se ponía enfrente del enfermo y entablaba el diálogo con el ánima arrimada a la persona que atormentaba, despues de saber las intenciones del ánima y el porqué de su arrimo, el animero actuaba en consecuencia.
Se cuenta el caso de una señora en El Palmar, en Canarias, la tenían amarrada porque tenía ataques de furia y quería matar a toda la familia, y era un espíritu condenado que estaba resentida con ella, de los que se denominan vengativos, aunque venía a pedirle perdón, era de naturaleza maligna y se vengó con una circumdatio y obsesión demoniaca (no era posesión) le impedía comer, los mandaba a soltar el animero, dueño de la situación a través de su Fe y la oración, la familia no la querían soltar, porque temían que los matase, aparte de que le decían que no comía ni nada, pero el insistió y la soltaron, y les dijo que ahora iba a comer, le dieron una taza de leche, tenía el cordón de San Francisco encima, con la cual la santiguaron al principio del ritual, iba una o tres veces normalmente a ver al Animero y ya volvían curados a su casa.

Si el motivo del arrimo era una deuda o promesa no cumplida, le comunicaba el motivo a la persona afectada, y junto a una oración piadosa, se le pedía al espíritu o alma que se desarrimara, invitándola a seguir con su camino hacia la Luz, en cambio, si el ánima se arrimó con intensiones malignas, el animero tomaba acciones mas drásticas como el azote al espíritu con el cordón de San Francisco, la oración siempre estaba presente en este menester:

Casa de Jerusalém
donde Jesucristo entró
el mal al punto salió
entrando a la vez el bien

Yo pido a Jesucristo también
el mal se vaya de aquí
(Se dice el nombre de la persona)
que venga el bien para ti
por estas palabras Amén.   Se persignan todos.


Como parte de la cultura de Canarias, el Animero utilizaba un talismán, en bronce y plomo, con unos morivos zoomorfos semejantes a los que se encuentran en el arte rupestre aborígen, se lo colocaba encima de la cabeza para hablar con los espíritus
Otro caso fué el de una mujer que estuvo en cama 3 años, visitando médicos sin resultado alguno, y la llevaron donde el animero estaba, sin los familiares incrédulos para no interferir en la curación, y resultó que ella debía promesas, la llevaron a la casa en la noche, unas 3 veces, la mujer se levantó, y posteriormente se casó, el médico le decía que no se casara porque no iba a tener hijos, y tuvo 5 hijos.
En las Islas Canarias usaban el sacramental denominado Cordón de San Francisco, una cuerda con 5 nudos que se conseguían con monjas, curas y monjes de la orden Franciscana, o bendecida por cualquier párroco mediante una oración de exorcismo, para alejar a los malos espíritus que vejaban u obsesionaban a los enfermos. Actualmente en algunos rituales de Sanación Cristiana Católica, este cordón es azotado con gentileza sobre el enfermo en el caso de ser un ser condenado, o  se santigua con el al enfermo si es un ánima, rezando plegarias de intercesión a San Francisco de Asis:
Padre Nuestro, Ave María, Credo.

Padre Eterno, en nombre de Jesus, por intercesión de San Francisco de Asís, concédele a esta alma atormentada de sus males la salud.

Posteriormente se reza la oración de liberación de San Benito:
Oración en Latín

Crux Sacra Sit Mihi Lux
Non Draco Sit Mihi Dux
Vade Retro Satana
Numquam Suade Mihi Vana
Sunt Mala Quae Libas
Ipse Venena Bibas



Oración en Castellano.

Mi luz sea la Cruz Santa
No sea el demonio mi guia
¡Apartate Satanás!
Nunca sugieras cosas vanas
Pues maldad es lo que brindas
bebe tú mismo el veneno

Iván Hernández


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