LOS NAZARENOS Y LOS EBIONITAS LA IGLESIA JUDÍA.
Evangelios perdidos y evangelios apócrifos
Judeocristianos.
La
literatura paleocristiana nos ha dejado constancia de dos grandes comunidades o
corrientes judeocristianas en los primeros siglos del cristianismo. Por un lado
estarían los Nazarenos, y por otro los llamados Ebionitas.
LOS
NAZARENOS
Serían, por lo que sabemos, los descendientes
directos de la iglesia judía de Jerusalén, que huyeron de la ciudad para
refugiarse en Pella (al oriente del Jordán) recordando las profecías de Jesús
cuando Tito, el futuro emperador romano, cercó la ciudad en el año 70. Sabemos
por los escritores de la época que estos judíos eran fieles a las tradiciones de
su Pueblo pero que se mantenían a juicio de los mismos escritores, en la
ortodoxia Cristológica (Divinidad de Jesús, etc.). Estos judíos consideraban el
original -escrito en caracteres hebreos pero en lengua Aramea- del Evangelio
de Mateo "su Evangelio". Hay quien considera que el perdido y
misterioso "Evangelio de los Hebreos" que cita Jerónimo el traductor
de la Biblia
del siglo IV y del que hablaremos más tarde es una ampliación o refundición del
Mateo canónico. Jerónimo nos dice en varias ocasiones que estos judíos usaban
ese "Evangelio de los Hebreos" del que nos han llegado algunos
fragmentos. Por eso los escritores paleocristianos que conocían dicho
"Evangelio" no lo consideran herético, aunque tampoco lo añaden a los
canónicos.
Por otro lado estaban otros judeocristianos llamados
los Ebionitas.
LOS
EBIONITAS
Los Ebionitas son citados por Ireneo de Lyon (discípulo de Policarpo, que a su vez lo fue del apóstol Juan) en la segunda mitad del siglo II d.c. ("Contra las Herejías") en estos términos:
"[Los ebionitas] utilizan
únicamente el evangelio que es según San Mateo y rechazan al apóstol Pablo,
llamándole apóstata de la
Ley. Pues los ebionitas, sirviéndose solamente del evangelio
que es según San Mateo, se dejan persuadir por él y no piensan rectamente del
Señor".
Como vemos
por el testimonio de Ireneo en el siglo II los Ebionitas a diferencia de los
judeocristianos Nazarenos no creían en la Divinidad de Jesús.
Obras
tempranas como el apócrifo de finales del siglo I d.c. "Los viajes de
Pedro" hacen ya referencia a ellos. Este libro, del que se conservan
partes, es citado profusamente por Epifanio cuando habla de los Ebionitas, y
nos muestra un muy probable acercamiento de sus enseñanzas a los ideales
Esenios
Justino el
Mártir, en el 150 d.c. comenta que existen dos grupos de judeocristianos, por
un lado los Nazarenos que participan de la "fe común", pero siguen
permaneciendo fieles a las tradiciones judías y son descendientes de las
comunidades de Santiago; y por otro lado otros que reconocen a Jesús como
Mesías pero que solo afirman que fue "Hombre entre los hombres", a
estos los llama "Ebionitas".
Evangelio
de los Hebreos (EvHeb).
Sabemos poco de los Nazarenos y
Ebionitas, que eran mirados con no pocos recelos por sus contemporáneos
cristianos procedentes de los gentiles (no judíos), quizás debido a su
insistencia en guardar la Ley
de Moisés y circuncidarse, aunque no sacrificaban y celebraban el Sábado y el
Domingo, (cosa que no contradice lo practicado por la iglesia judía de
Jerusalén y que se nos describe en los hechos de los Apóstoles). Insistían en
alejarse del aspecto ceremonioso de la
Ley , atendiendo más a su contenido moral, en lo que se
parecen mucho a los esenios. Como hemos dicho los Ebionitas consideraban al
apóstol Pablo como un apóstata y un traidor al judaísmo, debido a sus
enseñanzas acerca de que los gentiles no debían circuncidarse ni guardar la Ley. Respecto a
Jesús, lo consideraban hijo de José y María, pero no Divino, aunque si superior
a los ángeles, y que su título de "Hijo de Dios" le vino como
adopción en el momento de ser bautizado, perdiéndolo en el momento de la
crucifixión. Por esto mismo rechazaron los libros de Pablo, usando el llamado
"Evangelio de los Hebreos", del que conservamos fragmentos
actualmente en estudio por parte de los eruditos. En fechas más tardías el
Ebionismo se confunde con elGnosticismo,
seguramente por influencias de éste en sus doctrinas.
Interesantes son los comentarios que sobre ellos hace Eusebio de Cesarea en su "Historia Eclesiástica", de principios del s. III d.c.:
Interesantes son los comentarios que sobre ellos hace Eusebio de Cesarea en su "Historia Eclesiástica", de principios del s. III d.c.:
"A otros el maligno demonio,
no pudiendo arrebatarles de su dedicación para con el Cristo de Dios, se los
hizo suyos al encontrarles algún otro punto débil. Los primeros fueron llamados
ebionitas acertadamente, pues consideraban a Cristo de un modo pobre y bajo.
Creían que era un hombre simple y común, que iba justificándose a medida que
crecía en su carácter, y que nació como fruto de la unión de un hombre (José) y
de María. Les parecía indispensable cumplir la Ley , como si no pudieran salvarse con la sola fe
en Cristo y una vida conforme a ella.
Además de éstos, existieron otros
(quizás los Nazarenos) con el mismo nombre que estaban libres de las
cosas absurdas de los anteriores. No rechazaban el hecho de que el Señor
naciera de una virgen y del Espíritu Santo, pero, del mismo modo que aquellos,
no confesaban que ya preexistía puesto que Él era el mismo Dios, el Verbo y la Sabiduría. También
volvían a la impiedad de los primeros, principalmente cuando, como ellos, se
afanaban en honrar el culto a la
Ley escrita.
También creían que se habían de
rechazar definitivamente las epístolas del apóstol Pablo, al que llamaron
apóstata de la Ley ,
pero hacían uso exclusivo del llamado "Evangelio de los Hebreos",
ignorando los demás.
Guardaban el sábado (como los
primeros) y toda la conducta judaica, pero el domingo observaban prácticas
parecidas a las nuestras en memoria de la resurrección del Salvador.
Por esta causa de estos hechos
llevan esta denominación, porque el apelativo ebionita expresa la pobreza de su
mentalidad, pues los hebreos llaman con ese nombre al pobre"
("Historia Eclesiástica" Eusebio de Cesarea, Libro III, cap. 27,
Págs. 178-179. Ed. Clíe, 1988, Terrassa, España)
Las últimas noticias que se
tienen de ellos proceden de fechas tardías como el siglo V d.c., así Epifanio
habla de ellos a principios de dicho siglo en los siguientes términos:
"Está en poder de los
Nazarenos el Evangelio según San Mateo, completísimo, y en hebreo (Se trata de
un texto como hemos dicho en caracteres Hebreos pero en lengua Aramea judaica).
Pues entre ellos se conserva, sin duda, todavía éste tal como fue compuesto
originariamente, en caracteres hebreos. Lo que no sé es si han suprimido las
genealogías desde Abraham hasta Cristo".
Jerónimo, traductor de la Biblia a la lengua común
(el Latín) llamada por eso "Vulgata" dice de ellos hacia el año 420
d.c. lo siguiente:
"Como podemos también leer en
el Evangelio Hebreo, el Señor habla a los discípulos diciéndoles: "Nunca
estéis contentos sino cuando miréis a vuestro hermano con amor".
"Pero quien leyere el Cantar
de los Cantares y entendiere que el esposo del alma es el Verbo de Dios, y
diere crédito al evangelio publicado según los Hebreos, que
recientemente hemos traducido en
el que, refiriéndose a la persona del Salvador, se dice: "Hace poco me
tomó mi madre, el Espíritu Santo, por uno de mis cabellos-", no tendrá
reparo en decir que el Verbo de Dios precede del Espíritu, y que, por tanto, el
alma, que es esposa del Verbo, tiene por suegra al Espíritu Santo, cuyo nombre
entre los hebreos es de género femenino, RUAH."
"También el evangelio llamado
según los Hebreos, traducido recientemente por mí al griego y al latín, del que
Orígenes se sirve con frecuencia, después de la resurrección refiere lo
siguiente: "Mas el Señor, después de haber dado la sábana al criado del
sacerdote, se fue hacia Santiago y se le apareció. (Pues es de saber que éste
había hecho voto de no comer pan desde aquella hora en que bebió el cáliz del
Señor hasta tanto que le fuera dado verle resucitado de entre los muertos). Y
poco después: Traed, dijo el Señor, la mesa y el pan. Y a continuación se
añade: Tomó un poco de pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio a Santiago el
justo, diciéndole: Hermano mío, come tu pan, porque el Hijo del hombre ha
resucitado de entre los muertos" (Cf. Mt. 28; I Cor. I5, 7)"
"Aun el texto mismo hebreo se
conserva hasta hoy en la biblioteca de Cesarea, que el mártir Pánfilo formó con
muchísimo empeño. También a mí, los Nazarenos que viven en Berea (Alepo),
ciudad de Siria, y que se sirven de este libro, me proporcionaron ocasión de
copiarlo. En el cual es de notar que, siempre que el evangelista, ya por cuenta
propia, ya poniéndolo en boca del Salvador, aduce testimonies del Antiguo
Testamento, no sigue la interpretación de los 70, sino la antigua Hebraica.
Entre los cuales están aquellos dos: "De Egipto llamé a mi Hijo" y
"será llamado Nazareno"."
"Ignacio ... escribió ... a
los de Esmirna y a Policarpo en particular. En esta carta se aduce un
testimonio acerca de la persona de Cristo, sacado del evangelio recientemente
traducido por mí, en estos términos: "Yo a mi vez pude verle en su propia
carne después de la resurrección, y estoy convencido de que vive. Y cuando se
dirigió a Pedro y a los que con él estaban, les dijo: Palpad y ved que no soy
un fantasma sin cuerpo. Y al momento le tocaron y creyeron""
"En Belén de Judea: Es éste
un error de los copistas, pues creemos que el evangelista dijo, como leemos en
el texto hebreo, "de Judá", y no de Judea"
"En el evangelio llamado
según los Hebreos se encuentra mahar, que quiere decir de mañana, en lugar de
sobresustancial; de manera que el sentido resulta así: "Danos hoy el pan
de mañana", esto es, el del futuro."
"En el evangelio hebreo según
San Mateo se dice: "Danos hoy el pan de mañana", esto es, danos hoy
el pan que vas a darnos en tu reino."
"En el evangelio usado por
Nazarenos y Ebionitas (que recientemente hemos traducido del hebreo al griego y
que la mayoría llaman el auténtico de San Mateo), este hombre que tiene la mano
seca, se dice ser un albañil, y se le describe pidiendo socorro con estas
exclamaciones: "Era albañil y me ganaba el sustento con mis manes; te
ruego, ¡oh Jesús!, que me devuelvas la salud para no verme obligado a mendigar
vergonzosamente mi sustento" (Cf. Mt. 12,9-13).
"En el evangelio que usan los
nazarenos encontramos escrito, en lugar de hijo de Baraquías, "hijo de
Joyada"."
"Este (Barrabas), que había
sido condenado por rebelión y homicidio, se interpreta "hijo de su
maestro" en el evangelio llamado según los Hebreos."
"En (ese) evangelio, que
repetidas veces hemos mencionado, leemos que "el arquitrabe del templo, de
tamaño extraordinario, se rompió y se partió"."
"Y en el evangelio escrito
con caracteres hebreos leemos, no que se rasgó el velo del templo, sino que
"se vino abajo el arquitrabe del citado templo, cuya magnitud causaba
admiración"."
"Mas según el evangelio
escrito en lengua hebrea, leído por los Nazarenos, "descenderá sobre él
toda la fuente del Espíritu Santo. El Señor es espíritu; y donde el espíritu
del Señor, allí está la libertad...""
"Y a propósito, en el
evangelio del que hace poco hicimos mención, encontramos escrito: "Y
sucedió que, cuando hubo subido el Señor del agua, descendió toda la fuente del
Espíritu Santo, descansó sobre El, y le dijo: Hijo mío, a través de todos los
profetas te estaba esperando para que vinieras y pudiera descansar en ti. Pues
tú eres mi descanso, mi Hijo primogénito, que reinas por siempre""
(Cf. Mt. 3,16-17).
"Pues como los apóstoles le
tuvieran por un espíritu, o como dice el evangelio que entre los hebreos leen
los Nazarenos, "por un fantasma sin cuerpo..."" (Cf. Lc. 24, 39)
Y en el evangelio que
acostumbraron a leer los Nazarenos, según los Hebreos, se cuenta entre los
crímenes mayores el haber causado "tristeza al alma de su hermano".
"En el Evangelio según los
Hebreos, que fue escrito en lengua caldea y siríaca, mas con caracteres
hebreos, del que se sirven hasta hoy los nazarenos, según los apóstoles, o,
como prefiere la mayor parte, según San Mateo, conservado en la biblioteca de
Cesárea, se cuenta esta historia: "He aquí que la madre del Señor y sus
hermanos le decían: Juan el Bautista bautiza en remisión de los pecados;
vayamos (también nosotros) y seamos bautizados por Él. Mas El les dijo: ¿Qué
pecados he cometido yo para que tenga que ir y ser bautizado? De no ser que
esto que acabo de decir sea una ignorancia mía" (Cf. Mt. 3,IIss.). Y en el
mismo libro: "Si pecare, dice, tu hermano de palabra y te diere
satisfacción, recíbele siete veces al día. Díjole Simón, su discípulo: ¿Siete
veces al día ? Respondió el Señor y le dijo: Te digo que sí, y aun setenta
veces siete. Puesto que aun en los mismos profetas, después de haber sido
ungidos por el Espíritu Santo, se han encontrado faltas"" (Cf. Mt.
I8,2I-22; Lc. I7,4·)
Existen
numerosos testimonos sobre los Ebionitas y los Nazarenos hasta bien entrado el
s.VI d.c. Respecto a qué fue de ellos, esta cuestión es un misterio, aunque se
supone que desaparecieron con las invasiones islámicas del s. VIII d.c.
OTROS
APÓCRIFOS JUDEOCRISTIANOS
Se trata de
evangelios usados por las comunidades judías que habían reconocido en Jesús al
Mesías de Israel. En unos casos de claro carácter herético y en otros no, son
considerados como apócrifos, esto es, no fueron reconocidos por las diferentes
comunidades ortodoxas Paleocristianas (S.I, II y III) herederas de la tradición
de los Apóstoles, ni más tarde por la Iglesia Católica
Antigua (¿S.IV y ss.?) al establecer oficialmente el Canon (Que, todo hay que
decirlo, ya estaba bien establecido y definido desde el S.II por la inmensísima
mayoría de las diferentes comunidades Cristianas Primitivas). Su referencia nos
ha llegado casi siempre en citas muy fragmentarias de los Padres de la Iglesia. Por eso es
muy difícil sacar conclusiones sobre el carácter de cada una de las obras y sus
mutuas relaciones.
El Evangelio de los Nazarenos
(EvNaz).
De este
evangelio escrito en caracteres hebreos pero en lenguaje semita (arameo
neotestamentario) nos han llegado numerosas citas en escritos de los Padres.
Según S. Jerónimo lo utilizaban los judeocristianos sirios descendientes de la Iglesia de Jerusalén que
huyeron tras la destrucción de Tito, y mostraba un estrecho parentesco con el
Mt canónico. Según Vielhauer muestra respecto a Mt un carácter
secundario, tanto en las narraciones (con frecuente ampliación novelesca de la
tradición) como en la materia de los discursos. Lo ve, más que como una
ampliación independiente de la tradición aramea más antigua, como una
retraducción ampliada de la materia del evangelio griego. En cambio Klijn
opina que Mt y el EvNaz representan desarrollos separados de la misma comunidad
básica. El EvNaz es un documento que respira el espíritu del judaísmo con
el que parece estar en constante debate. El círculo judeocristiano que lo
usaba no parece ser peculiarmente herético. De hecho la iglesia gentil (Ireneo
de Lión los cita en el S.II) consideraba a los “Nazarenos” como verdaderos
creyentes, aunque ciertas prácticas de carácter judaico (celebración del
Shabbat, fiestas judías, etc.) les llamaran más o menos la atención.
El
Evangelio de los Ebionitas (EvEb)
Era un evangelio compuesto en
griego, de una secta judeocristiana considerada herética. Está próximamente
emparentado con el Mt canónico, aunque con divergencias esenciales. Es un documento
que presupone los sinópticos. Sus variaciones respecto a la tradición sinóptica
son en parte literarias (Jesús mismo narra la vocación de los doce apóstoles) y
en parte dogmáticas. Se explica la supresión de Mt 1-2 porque los
ebionitas negaban el nacimiento virginal de Jesús. Según su propia
cristología, la filiación divina de Jesús no radica en su generación divina ni
en su nacimiento milagroso, sino en la unión del Espíritu Santo con él en el
bautismo. La unión del ser celeste con el hombre Jesús lo hace Hijo de
Dios, Mesías. Esta cristología adopcionista, la oposición al culto y el
vegetarianismo, diferencian al judeocristianismo de los ebionitas del de los
nazarenos y lo marcan como una secta herética.
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