La tradicional economía de Fuerteventura era
esencialmente cerealista. De esta circunstancia deriva que la molturación de
granos fuese una actividad constante en la isla. Además, la continua presencia
de los vientos alisios favoreció la implantación de molinos y molinas por todo
el territorio insular. Los primeros se introdujeron entre finales del siglo
XVIII y comienzos del XIX.
El Molino
El tradicional molino de viento consta de una
torre circular de mampostería, realizada con piedra, barro y cal. Está coronado
por una caperuza de madera, que gira por medio de un timón, orientando las
aspas al viento. Generalmente se compone de tres plantas: la inferior se
destina a guardar los útiles y herramientas del molinero; en la central se recoge
el grano; y la superior alberga la maquinaria.
La mayoría de los molinos tenían cuatro aspas,
aunque había algunos con seis. Consistían en una estructura de madera sobre las
que se colocaba una lona.
La maquinaria era fundamentalmente de madera,
aunque también existían piezas de hierro. Su función era multiplicar la fuerza
del giro de las aspas y transmitirla a la piedra móvil para producir la
molienda. De esta forma, las aspas impulsadas por el viento hacían girar una
rueda dentada que, a su vez, movía un carrete (husillo), enlazado con la piedra
móvil a través de un eje metálico incrustado en una pieza de hierro (lavija).
Ese eje hacía girar a la muela superior sobre la inferior, produciendo la
trituración del grano. El mecanismo podía pararse utilizando un freno.
El proceso se iniciaba vertiendo el grano en la
tolva de donde pasaba a la canaleja, que lo transportaba hasta las muelas. La
harina resultante caía al piso central, donde se recogía en sacas.
Fue ideada en el siglo XIX por el palmero Don
Isidoro Ortega. La ventaja que presenta frente al molino es la reunión en una
sola planta de las actividades de la molienda y manipulación del grano,
evitando que el molinero tuviera que desplazarse arriba y abajo cargando
pesados sacos de cereales.
La molina se estructura en torno a dos unidades:
- Una torre de madera que sostiene todo el mecanismo, apoyada en un pivote metálico que gira sobre una plancha de hierro colocada sobre el suelo.
- La torre se incrusta en una sala de mampostería de planta cuadrada o rectangular.
La estructura sobresale del edificio a través de
un orificio cubierto por una especie de paraguas (farol) que impide la entrada
de la lluvia. El número de aspas también suele ser de cuatro o seis. El
funcionamiento es igual al del molino.
Un elemento esencial de molinos y molinas era la
piedra de moler. Se trataba de lajas circulares de basalto generalmente
extraídas de las canteras de Lajares, en la Oliva. Se tallaban y se
realizaba un orificio central con el fin de colocarles un eje que permitiera
transportarlas rodando hasta el molino.
El acondicionamiento de estas piedras requería un
picado formando ranuras y aristas en las superficies de contacto de las muelas,
para que rompieran y trituraran el grano. El desgaste producido por la molturación
pulía ranuras y aristas, teniendo que volver a picarse. Cada vez que el
molinero tenía que realizar esta labor colocaba un trozo de tela en la vela más
alta del molino para indicar que no se podía moler.
Los molinos de la isla están declarados Bien de
Interés Cultural y la mayoría ya han sido restaurados por el Cabildo de
Fuerteventura.
Categoría: Monumentos de
Molinos y Molinas de Fuerteventura
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