Debido la situación geográfica de las islas y con los alisios, las lluvias no eran constantes. Las continuas sequías llegaron a producir un impacto importante en la forma en la que los antiguos canarios conformaron su sociedad. Su continuo anhelo de lluvias con el que asegurar un buen año agrícola y para ello practicaban un rito con el único fin de pedir lluvia para los momentos de sequía. También están las llamadas “Fiestas de
”Reunían todos los rebaños en un valle profundo, teniendo cuidado de separar los hijos de sus madres, para que hiciesen resonar los aires con sus balidos. Entonces empezaba un concierto de gritos lastimeros, que repetían los ecos del valle, y este pueblo pastor que fundaba toda su esperanza en la fertilidad de los pastos, creía que la intercesión de las inocentes víctimas del hambre era un medio eficaz para implorar los beneficios del cielo y condolerse de sus males”.
María Gómez Díaz. Enero de 2015.
No hay comentarios:
Publicar un comentario