APUNTES PARA SU HISTORIA
Capitulo XI-II
La cuestión de las aguas
y caminos
“Junto al tema de los
montes, las aguas y el estado de los caminos formaban la terna de asuntos a los
que más atención debía prestar la Corporación municipal. La falta de limpieza de
acequias, tornas y tomaderos, propiciaba el mal estado de las vías. El arreglo
de los caminos correspondía a los vecinos que debían acudir a su arreglo o
pagar una suma. Personarse los días acordados a las obras de los caminos
suponía una carga para los depauperados vecinos. En 1841, en contestación al
Gobierno de la Provincia
sobre el abandono en que se encuentran los caminos, se expone: que las
fincas de esta Jurisdicción pertenecen, a exención de algunas de las de menos estimación,
a personas avecindadas en otros Pueblos, y que careciendo esta Municipalidad
absolutamente de toda clase de fondos y no pudiendo discurrir arbitrio alguno
ni obligar a su vecindario a un trabajo y gastos que es imposible que resistan
en el estado de miseria a que se hallan reducidos, pues aunque puedan prestar
sus brazos al trabajo resulta que no tiene que comer el día que no lo ganan, y
sería preciso el día que se les ocupase el tener con qué alimentarlos, no
solamente a ellos sino también a sus familias a quienes mantienen con sus
jornales. (María Jesús Luís Yanes/Juan Elesmí de León Santana)
El sempiterno problema
de la dotación de secretario
La inexistencia de
Secretario y en general de personas adecuadas para ejercer los cargos se
convierte en una de las razones de peso para la agregación. El Ayuntamiento
tiene que soportar algunas multas por no cumplir con los plazos en los asuntos,
sobre todo en lo que se refiere a la realización de trabajos estadísticos y
recaudatorios. No hay dinero
para sufragar los gastos de
peritos con preparación suficiente, encargándose los vecinos del trabajo
administrativo y recaudatorio más allá de sus posibilidades. Incluso algunos
votan en contra de la agregación por cuanto los peritos repartidores en Tegueste no cobran.
En 1848, de los peritos
nombrados para realizar la
Estadística , ninguno es agrimensor ni arquitecto y a la
verdad, si alguna ilustración puede considerarse de los individuos que
componen aquel Cuerpo (la Junta
de Estadística) sólo es en los forasteros Don José García y Don Pedro
Vergara, lo que enteramente se niegan a concurrir a dicha Junta, y sin
embargo no han concurrido. Éstos son los legítimos motivos con que
aquella Junta pudiera evadirse de no haber cumplido ni llevar al cabo el
encargo que se les a cometido, y no el que digan que este Ayuntamiento no le ha
facilitado los documentos que existen en su archivo. (María Jesús Luís
Yanes/Juan Elesmí de León Santana)
Ayuntamiento, alhóndiga,
capilla mortuoria, cárcel y escuela
Si bien, se erigió con el
fin principal de servir de sede del ayuntamiento, la absoluta carencia de
centros públicos condujo a que también fuera desde un principio destinada a
alhóndiga y montepío para sufragar la fábrica parroquial, cárcel y
capilla-tanatorio, una especie de edificio de usos múltiples de la época.
En los libros de fábrica de
la parroquia de San Marcos sólo se cita un “arca de misericordia”, institución
de tipo caritativo destinada a socorrer a los más desfavorecidos, aunque se
tiene constancia de la existencia de una alhóndiga en Tegueste al menos desde 169939. No obstante el Prebendado en su
“Historia de Tegueste” manifiesta
que a su llegada al Pueblo no había pósito o alhóndiga.
En cuanto al uso de una
sala como tanatorio, antes de la construcción del Ayuntamiento, los cadáveres
que venían de pagos distantes eran depositados en una capilla mortuoria,
demolida en 1840.
La antigua capilla se
encontraba adosada a la
Iglesia parroquial, en la trasera de la misma.
Con el edificio ya
construido, aparece la posibilidad de destinarlo también a escuela pública. Sin
embargo, habría que esperar hasta 1849 para inaugurar la primera escuela de Tegueste, por la que abogó
incansablemente el Prebendado, desde su llegada al pueblo.
En cuanto a otro uso del
edificio, el de cárcel pública, no tenemos constancia de que hubiese servido a
tal fin. Recordemos que los alcaldes tuvieron atribuidas competencias
judiciales durante buena parte del siglo XIX.
En 1851, a Joaquín García
de Mesa, vecino de Santa Cruz, no se le concede la compra de un terreno en La Placeta por estar
destinado a la construcción de una cárcel o a otra utilidad pública, proyecto
éste que no se llegó a realizar, incluso se pensó en ubicar el cementerio en
esta zona. En cualquier caso la construcción de una cárcel tampoco debió
ser un proyecto acuciante,
de primera necesidad.
Nunca hubo en este lugar
cárcel destinada para el castigo y corrección de los delincuentes y si algún
vecino necesitaba ser penado o corregido, era destinado por el Alcalde a estar
detenido de día y noche en los poyos que tiene la Iglesia a los lados de la
puerta de la Plaza ,
sin necesidad de custodia. (María
Jesús Luís Yanes/Juan Elesmí de León Santana)
El primer proyecto de
ordenación del territorio
En el siglo XIX se produce
un gran desarrollo de los proyectos de ornato público y policía urbana en
general, y es en este siglo cuando se produce el primer intento de ordenación y
planeamiento de Tegueste.
En efecto, en el mismo año
en que el Prebendado Pacheco entra a servir la parroquia de San Marcos (1842), la Corporación municipal
comienza con las primeras disposiciones en materia de planeamiento y ornato,
vinculando el proyecto de la
construcción del ayuntamiento con la alineación de la plaza pública o de San
Marcos. Se trataba de delimitar el frente de uno de los costados de la plaza
con el fin de construir la anhelada casa de Ayuntamiento sin ocupar el largo
de la plaza con dicha obra y guardar el orden de aspecto público, en
definitiva delinear la plaza y camino en cuyos espacios se ha de
cubrir la restitución del terreno que la obra ocupe, se verifique la
medida luego que la obra se halle para no equivocar la delineación y afear
el aspecto de la plaza y camino que lo ha de sufragar.
Un año después de
terminarse la obra del nuevo Ayuntamiento, la Corporación acuerda
indemnizar a Antonio José Álvarez Conde por el terreno cedido, con otro en
línea recta, que no impida el lucimiento de fuese a llamar al sacristán y le
contestó no podía porque estaba preso. ¡Qué admiración causó esto a Don
Cesáreo.
En 1845, se procede al
deslinde de la plaza, en línea recta desde el Ayuntamiento (ya construido)
hasta el muro de los herederos de José Roche, colindante al terreno de Pedro
Melián y Antonio Domínguez, vecino de La Laguna. Asimismo ,
se deslinda el camino colindante al terreno de Pedro Melián, quien cede piedras
de su heredad. También en este año, el Prebendado envía carta al alcalde de Tegueste para ceder 7 brazas de terreno
en la Plaza
“para el mejoramiento de su aspecto”.
Las disposiciones tendentes
al mejoramiento de la plaza no cesan. El Prebendado muestra especial diligencia
en el buen aspecto de ésta, llegando incluso a prestar piedra para que un
vecino arregle un muro, más bien un bardo de zarzas y piteras. El
Ayuntamiento conmina al propietario a realizar uno nuevo, igual al que
ejecutaba Pedro Melián en 1852, construyéndose en su lugar un muro dado de
cuchara y blanqueado, que debe el Pueblo a la luz de mis espejuelos y
después de un año de disgustos por verlo realizado.
Llegados a este punto,
cabría preguntarse hasta dónde llegaba la influencia del Prebendado Pacheco en
las decisiones del Consistorio.
En cualquier caso, el
párroco se muestra orgulloso de su participación en un Tegueste que encontró sin alhóndiga, sala de ayuntamiento, casa
mortuoria y pieza para escuela¸ y durante su ministerio contribuyó a
dotarlo de esos servicios públicos en la Plaza de San Marcos, mirando al naciente,
con lo que recibió la plaza gran beneficio público y el ayuntamiento está hoy
con más decoro que el de otros pueblos más ricos. (María Jesús Luís
Yanes/Juan Elesmí de León Santana)
Delimitación del frente
de la Plaza de
San Marcos (1842)
Sesión
de 11 de mayo de 1842.
Reunidos
los señores que componen este Ilustre Ayuntamiento para tratar acerca de la
delimitación del frente de la plaza, a saber en uno de sus costados que
colindan con terrenos de Don Pedro Melián, por representación de su mujer, y
del Venerable Beneficiado Don Antonio Álvarez Conde, en cuyo terreno se
comprende también estar incluso y hacer el mismo frente en parte del indicado
terreno Don Francisco Domínguez, vecino de la Ciudad de La Laguna , por representación de su suegra Micaela
Martín Correa, a quien actualmente sostiene en su poder; con el fin de que
habiéndose dispuesto por esta misma Corporación y conformidad de vecinos el
construir una casa de Ayuntamiento con la disposición de piezas que sirvan para
casa mortuoria y depósito de montepío que con sus ganancias sufraga a la
fábrica de esta Parroquia, y como para no ocupar el largo de la plaza con dicha
obra y guardar el orden de aspecto público se hace preciso el que esta misma
construcción se forme dentro del terreno del indicado Pedro Melián quien se
halla presente y convenido en ceder lo que precisamente ocupe con la condición
de que se le devuelva, en el mismo predio de la Plaza y costado del camino
con quien linda, la misma cantidad que se le ocupa con dicha obra y con la
advertencia de que se le deje arrimar a la obra de las paredes de su cerca o
cualquiera otra obra que en el tiempo pueda fabrica.
Igualmente
con la condición de que en la obra que este Ayuntamientos construya no pueda
abrir huecos a su terreno en las piezas bajas y sólo si las de la alta para su
precisa luz y ventilación, como así mismo el que las aguas de sus goteras se
les dé desagüe así al camino y no a su terreno. Y para estos señores convenir
con la aceptación de las condiciones que el indicado Melián a expuesto contando
por cierta representación al terreno que se ha de permutar al mayordomo de
fábrica Don Manuel Melián de Abreu, se hizo comparecer a este contrato a fin de
que expusiese cualquier reparo que pudiera ofrecerse, quien impuesto del todo y
convencido de la urgente necesidad de la construcción de esta obra y que
contribuye no sólo a el bien de la
Parroquia según el objeto con que se fabrica sino también el
que adorna la Plaza
del templo, dijo no se le ofrece el menor reparo antes si le parece muy en el
orden el que [se] lleve al cabo la obra en los mismos términos que esta municipalidad
lo ha dispuesto; en cuya virtud los señores acordaron se continúe aceptando en
las condiciones ya expuestas y para delinear la plaza y camino en cuyos
espacios se ha de cubrir la restitución del terreno que la obra ocupe, se
verifique la medida luego que la obra se halle para no equivocar la delineación
y afear el aspecto de la plaza y camino que lo ha de sufragar.
Así
lo dijeron y firmaron los que supieron haciendo su señal de cruz los que no,
firmando también según su convenio los interesados Don Pedro Melián y Don
Manuel Melián de Abreu, de que yo el infraescripto secretario certifico.
(Firmas:) Pedro Febles. El 1º regidor don José
González Grillo. Juan de Armas. Marcos Cedrés. Pedro Melián. El Síndico
Personero (cruz). Manuel Melián
Abreu. José Felipe del Castillo Álvarez, secretario. Continuose sesión en dicho
día.
Los
mismos señores en atención a que para la construcción de la obra que el
anterior acuerdo especifica se contó con un poco de madera que se halla en
poder del mayordomo de Fábrica la que hay años se compró con la limosna de
estos vecinos con el mismo objeto de fabricar la misma obra que ahora, y parece
que equivocadamente Don José Antonio de Vargas, que era párroco de esta
Iglesia, como no se llevó al cabo dicha construcción, de autoridad propia hizo
consumo de la mayor parte de ella, ya en recomposiciones del templo y ya en la
mejora de su casa y levantar sus parrales en alto tubo a bien esta sobrante
unirla al inventario de la fábrica parroquial de esta Iglesia al rendir de las
cuentas de su mayordomía en cuyo caso este actual mayordomo se halla
imposibilitado poderla dar sin la deliberación de Su Señoría Ilustrísima y a
fin de que perjudica mucho atraso el esperar el resultado de la solicitud de
este permiso acordaron los señores que el citado mayordomo Don Manuel Melián
franquee la madera por apunte de piezas de calidad para no entorpecer la obra y
mientras tanto se ocurra al citado señor Obispo saliendo esta Corporación por
garante de su entrega a todo tiempo, caso que dicho señor no permita el que se
dé para esta obra pues en tal caso se reintegrará, costeándose su valor por
medio de un presupuesto vecinal mediante a que los vecinos son los que
disfrutan de aquella pieza y les es indispensable y aclaman se verifique su
construcción para lo cual se le hizo saber lo acordado al consabido mayordomo
quien enterado dijo que desde luego bajo responsabilidad extendida entrega
dicha madera y pide se le dé copia de este acuerdo anotando en él las piezas
que entrega y los señores dijeron se haga como lo pide.
Firmaron
los que supieron, haciendo su señal de cruces los que no, de que certifico.
(Firmas) Febles. Juan de Armas. Marcos Sedrés. Pedro
Melián. José Felipe del Castillo Álvarez, secretario. Archivo Municipal
de Tegueste. Acta de 11 de mayo de
1842. Sign. 15(1)(1), f.
73v-75r. (Tomado de: María
Jesús Luís Yanes/Juan Elesmí de León Santana.)
Tegueste
recogido en Madoz Diccionario
Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de ultramar ,
editado en Madrid en Madrid, 1845–1850.
“Datos de la
localidad:
Lugar
con ayuntamiento de la isla y diócesis de Tenerife, provincia, audiencia
territorial y ciudad g. de Canarias, partido judicial de la Laguna , de cuya ciudad
dista una leguas situado en un llano al NO. de la isla, cuyos vientos son los
que principalmente reinan; su clima es sano, alegre y despejado, y no se
padecen otras enfermedades que las estacionales, fiebres y tercianas. Tiene
sobre 265 Casas de las que 165 forman cuerpo de población y las restantes
diseminadas en sus pagos, llamados la
Goleta , Tegueste y Pórtezuelo hay casa alquilada donde
celebra sus sesiones el ayuntamiento, y en la parte baja de la misma una pieza
destinada á cárcel; una fuente de agua de buena calidad, de la cual se surten
los vecindad para sus usos; iglesia parr. de entrada (San Marcos) servida por
un párroco, un presbítero, un sacristán , un sochantre y dos monaguillos; y 5
ermitas dedicadas á Ntra. Sra. del Socorro, San Gonzalo, San Luís, Sto. Domingo
y San Pedro Alcántara, todas en el término á 1/2 leguas de la población con
corta diferencia. Confina N. con Tegina; E. el Rosario; S. Montañas, y
O. la Laguna. El
Terreno, aunque de secano, es de escelente calidad, hallándose en vanos puntos
plantaciones de árboles frutales de varias clases, tales como higueras,
perales, manzanos etciudad. Caminos-, hay uno que dirige á la ciudad de la Laguna , llano y en buen
estado; y otro que conduce á Tegina y pueblos del interior de la isla
algo descuidado la correspondencia se recibe de la Laguna por balijero, á cuyo
punto lleva la que sale. Producción trigo, maiz, patatas, hortalizas,
frutas y vino; siendo esta y la del trigo la principal cosecha; se cría un poco
de ganado vacuno y mular, pero bastante de cerda; hay caza de conejos,
perdices, codornices y palomas, Industria, la agrícola y algunos telares
de lienzos caseros. Comercio extracción á la Laguna de los frutos sobrantes, é importación en
su lugar de aceite, jabón y cueros. El dia del patrono de la v. acude alguna
gente de los pueblos inmediatos, y se vende algún ganado y frutas; pero sin que
esta reunión merezca el nombre de feria. Pobl. 267 v e c, 1,162 almas.
Riqueza Imp.-. 417,420 reales. Contr., por todos conceptos 55,747 reales.”
Templos
católicos en el municipio de Tegueste
Parroquia de
San Marcos evangelista
Fue tónica
general en las poblaciones rurales coloniales era que estas se desarrollaran en
torno a pequeñas ermitas, las cuales posteriormente mediante sucesivas
ampliaciones fueron tomando porte de templos más notables, este proceso es el
seguido por el actual templo católico de
San Marcos en Tegueste.
La primera ermita de Tegueste se supone que se levanto en 1530, por estar situada
entre dos barrancos y ser pequeña para los feligreses se decide su traslado, según consta
en el primitivo libro de fabrica, desde sus inicios tuvo concedido un curato,
después de su traslado al lugar que ocupa actualmente en 1700, fue erigida en
parroquia en 1606.
Pugna entre las parroquias de Tegueste y
Tejina
Característico de la
ideología y costumbres de la época es el episodio, recogido por Pereira
Pacheco, de las luchas entre los vecinos de Tegueste y Tejina, que
culminó en aquella noche de Jueves Santo en que, hábilmente, logran los
segundos quedarse a solas en el templo de San Marcos y obligaron a un fraile,
residente en el lugar, a conducir el Santísimo a su Iglesia, en réplica de la
negativa de los teguesteros a dar cumplimiento al decreto fundacional en la
celebración de determinadas festividades solemnes.
La
distancia entre ambos templos aún subsistían el primitivo de San Marcos,
enclavado en el extremo naciente de su término, los malos caminos y, con seguridad, las continuas
desavenencias entre ambos vecindarios, indujeron a su párroco el Ldo. D. Juan
Afondo de Torres y Mota, a solicitar del Obispo D. Bernardo de Vicuña y Zuazo,
la completa separación de amibas jurisdicciones, que servirían dos sacerdotes.
Con exquisito tacto logra su propósito y por decreto del prelado de 17 de
noviembre de 1699 no sólo se acuerda la provisión de ambas parroquias separadamente,
sino que consigue agregar a su término la antigua ermita de San Gonzalo, que
.se había reservado la Matriz ,
y la autorización para construir el nuevo y actual templo de San Marcos.
(Leopoldo de La Rosa
Olivera , 1947).
“El primer templo bajo la
advocación de San Marcos Evangelista estaba ubicado en la Plaza de la Arañita. Fundado
como ermita en el siglo XVI, en 1606 fue erigido en parroquia. Sus reducidas
dimensiones y, sobre todo, su situación entre barrancos, obligó en 1700 al
traslado de la parroquia a su actual ubicación. La antigua iglesia parroquial
se reconvirtió en ermita de San Francisco de Paula.
La iglesia de San Marcos,
siguiendo la costumbre generalizada de inhumar en las parroquias o, donde los
hubiera, en conventos, monasterios y hospitales, constituía lugar de
enterramiento desde su construcción en su actual emplazamiento en 1701. Desde
entonces el subsuelo de la iglesia se había ido llenando de sepulturas hasta
llegar a un punto de atentar contra el buen aspecto de la Iglesia y, sobre todo,
poner en peligro la salud.
El primer enterramiento en
la nueva iglesia fue el 6 de noviembre de 1700: un niño de 6 meses, hijo de
Ambrosio Suárez Collazo. Libro 1º de defunciones de la parroquia de San Marcos.
A.D.L.L.
Desde la segunda mitad del
siglo XVIII, el reformismo ilustrado aboga por la necesidad de construir
cementerios y abandonar la práctica de inhumar en los templos, todo ello
encuadrado en la defensa de la salubridad pública y la secularización de
aspectos hasta entonces vinculados exclusivamente al mundo eclesiástico.
La primera disposición
legal sobre la construcción de cementerios nace precisamente de la situación
creada por la mortandad de varias epidemias y su objetivo se centra en el
mantenimiento de la salud pública,
Exceptuando las grandes
poblaciones, generalmente la erección de cementerios se retrasó hasta la
segunda mitad del siglo, pese a las reiteradas órdenes en este sentido. Tres
son las principales razones que explican esta demora. En primer lugar, la
discrepancia sobre la financiación y jurisdicción sobre los cementerios entre la Iglesia católica y el
poder civil; en segundo lugar, la pobreza de fondos para acometer las obras y,
en tercer lugar, ya dentro del campo de las mentalidades, la costumbre de
enterrar dentro de los templos católicos.” (María Jesús Luís Yanes/Juan Elesmí
de León Santana, 2011)
Sepulturas en la Iglesia de San Marcos
“A pesar de la relativa
modernidad de la iglesia de San Marcos de Tegueste
(principios del siglo XVIII), los enterramientos en el subsuelo habían llevado
al templo a una situación que no difería de las de otros tantos pueblos, pero
que en su caso se agravaba porque gran parte de los sepulcros estaban sobre risco
firme, lo que causaba malos olores ya en 1843.
Tres décadas más tarde, el
nuevo cura del pueblo, Antonio Pereira Pacheco, “el Prebendado”, advierte que
la costumbre de inhumar en el templo va en detrimento del aspecto del mismo: Desde
el momento mismo en que me hice cargo del ministerio Parroquial de este Pueblo,
vi con el mayor disgusto el desaseo y desigualdad del piso de la Iglesia , que por varios
respectos pide pronto remedio (...)
El abandono de la práctica
de abrir sepulcros en las iglesias era urgente no sólo por el problema de
salubridad debido a los malos olores que exhalaban los sepulcros sino, como
reiteraban los defensores de la inhumación en cementerios, también una medida
de respeto a los templos.
En la iglesia de San
Marcos, la nave de las Ánimas era la que estaba levantada sobre risco. En la
nave central se procuraba enterrar lo menos posible, con el fin de mantener su
piso decentemente. La nave que quedaba, la de Nra. Sra. del Rosario era, por
consiguiente, la que más soportaba la apertura de sepulcros, aunque su suelo
tampoco era el idóneo para tal fin, por lo que los cuerpos quedaban: a la
flor de la tierra sin ponerles cal por la pobreza de los vecinos; y como por no
haber sepulturero, éstos mismos abren y cierran las sepulturas, se ven éstas
mal enladrilladas, formando un piso desigual, molesto y peligroso para andar y
mal visto a los ojos de todos.
Mientras se sucedían las
dificultades para la construcción del campo santo, la situación en la iglesia
llegó al límite de contar en 1850 sólo con cinco sepulcros “libres”: Mas hoy
me hallo en el caso de hacer presente a Vuestra Señoría que ya no quedan en la Parroquia más que cinco
sepulcros en que se pueda dar sepultura, y como puede acontecer haya en la Primavera un ramo de
calenturas o tercianas en que en pocos días fallezcan seis personas y no haya
donde enterrar la sexta, ante de verme en este evento, suplico a Vuestra
Señoría lo tome en consideración y no extrañe que, si advierto la apatía que
hasta aquí, dé parte a las Autoridades Civiles y Eclesiásticas para que me
digan con tiempo dónde hago los enterramientos.” (María Jesús Luís Yanes/Juan Elesmí de León Santana, 2011).
La última restauración del templo de San Marcos
En
enero de 2013 finalizaron los trabajos de restauración de la torre del templo
de San Marcos. Las obras, que duraron algo más de un mes y medio, fueron
adjudicadas y financiadas casi en su totalidad por la propia parroquia, lo que
supuso un coste cercano a los 35.000 euros.
Los
trabajos de restauración en la torre del templo
consistieron en la impermeabilización de toda la estructura con lo que
se ha conseguido erradicar las fisuras encontradas en los últimos tiempos, y
que provocaron humedades interiores en la torre. Además, se llevaron a cabo
trabajos de consolidación de toda la sillería de la torre.
La
torre del templo católico de San Marcos
en Tegueste se construyó en tres fases. La primera fue en el siglo XVII, fecha
en la que se levantaron las tres primeras plantas. La torre volvió a crecer en
los años 40, fecha en la que se edificó la cuarta planta de la torre, mientras
que la última planta se construyó en los años 50. En estas dos últimas
ampliaciones, siempre se utilizó la misma línea arquitectónica que la utilizada
en el siglo XVII, así como el mismo tipo de piedra y el resto de elementos.
Tras este periodo de trabajos, la torre de la iglesia fue “reinaugurada” durante una misa oficiada por el párroco de San Marcos, Miguel Ángel Navarro, y en la que estuvieron presentes el alcalde de
La imagen
de San Marcos Evangelista
Según el estudio de Rodríguez Morales y Amador
Marrero, el culto a San Marcos Evangelista en Tegueste nace con la bendición de la ermita en 1530, posteriormente
iglesia parroquial desde 1606. Su primer inventario, realizado dos años
después, incluye la que debió ser su primera representación en el templo, “un
retablo de la imagen de señor San Marcos en el altar”.
La primera prueba que avala la presencia de una
imagen escultórica es tardía, pues corresponde a un inventario de 1669, el
primero formado en el siglo XVII. Por este documento se sabe que ya entonces se
rendía culto en el retablo del altar mayor a las efigies de la Virgen de los Remedios, en
el nicho central, flanqueada por las de San Andrés y San Marcos, también de
bulto.
El estudio de la talla del santo patrón que ahora
se venera lleva a los autores del trabajo a descartar que sea aquella
inventariada por vez primera en 1669, aunque muy probablemente anterior, y a
proponer en este breve trabajo su atribución al escultor isleño Lázaro González
de Ocampo. La biografía y la trayectoria artística de este autor han ido
definiéndose paulatinamente a partir de los años cuarenta del pasado siglo
(xx), cuando Hernández Perera, Tarquis e Izquierdo Pérez revelaron sus primeras
obras conocidas.
Los autores del trabajo hacen una propuesta de
atribución del santo patrón de la
Villa teguestera a través de un estudio comparativo con otras
imágenes de Lázaro González de Ocampo (Güímar,
1651-Santa Cruz de Tenerife, 1714), concretamente el San Andrés de Los Realejos
y el San Matías de La
Victoria. Otra de las características del cartel de 2012 son
los calados que rodean la imagen del santo.
Ermita del Socorro
Durante
el siglo XVI. Fue administrada por la
comunidad de agustinos del Espíritu Santo, cuyo convento tenía importantes
terrenos de cultivo en el valle dejados en herencia por el colono Juan López,
de profesión cerrajero y de origen portugués, que vivió en la calle del
Santo Espíritu, (hoy San Agustín) en la ciudad de La Laguna , quien deja en
herencia un cahiz de tierra en Tegueste,
(esta heredad data de 1528) a su hijo Fray Sebastián, religioso Agustino y que
moraba en el Convento de Religiosos de los Agustinos de La Laguna. Fray Sebastián
construyó en dichas tierras, una ermita, la que se supone arruinada por un
diluvio, por encontrarse ésta situada en las inmediaciones del barranco llamado
"Las cuevas de Tegueste el
Nuevo".
Con
anterioridad y en los protocolos notariales de Hernán Guerra, aparece que
Axenso Gómez y su mujer Guiomar González, hacen una donación el día 6 de
septiembre del año 1510, a la casa de los frailes del Espíritu Santo, de un
pedazo de tierra de regadío en Tegueste
el Nuevo (hoy El Socorro) con su agua correspondiente y que estas tierras,
junto a las de Fray Sebastián pasan a ser propiedad de la Comunidad de Agustinos
del Espíritu Santo en el año 1540, fecha en la que se construye una nueva
ermita y se coloca en la misma un Óleo de la Virgen con el nombre de Ntra., Sra. del Socorro.
Un gran diluvio azotó al pueblo el día 29 de noviembre, vísperas de San Andrés, del año 1590, arruinó hasta los cimientos de la ermita construida para
Por
esta fecha, año 1743, no se sabe si fue destruida y se reconstruía de nuevo o
fue ampliada, pues cuentan que el año 1744, el 27 de septiembre, una vez
concluidas las obras, dice, se traslada la Sagrada Madre desde
el oratorio de la casa de Amaro Rodríguez Felipe, más conocido como “El
Corsario Amaro Pargo”, a la iglesia actual, celebrándose una fiesta
extraordinaria y cuyos gastos corrieron a cuenta del comerciante de La Laguna , gran devoto y
benefactor de Ntra. Sra. Don Amaro González de Mesa, descendiente de Don Amaro
Rodríguez. Felipe.
Estas fechas, últimos días de septiembre, es la que se ha que dado institucionalizada como la conmemoración del día de Ntra. Sra. del Socorro y que ha perdurado hasta nuestros días.
Después de estos acontecimientos la ermita sigue regentada por
Templo de
san Antonio abad del portezuelo
Las primeras noticias que se tienen de la Parroquia de El
Portezuelo datan del año 1918.
Entonces, se construye una ermita bajo la advocación
del Sagrado Corazón de Jesús en tiempos del Padre Martín Chacobo en las
inmediaciones del barranco de El Portezuelo, conocido por el Barranco de Las
Cuevas en ese tramo. Esta ermita es demolida por amenazar ruina y se construye
una nueva en el año 1971, esta vez bajo la advocación de San Antonio Abad, por
iniciativa del cura párroco de aquel entonces, Don Julián de Armas Rodríguez
(actual deán de la Catedral
de La Laguna )
con la colaboración del barrio. Este santuario, había sido elevado al rango de
parroquia independiente en el año 1967, siendo obispo de la Diócesis don Luís Franco
Cascón. En esos momentos, la doctrina de la iglesia católica en Canarias era
clara en ese aspecto: multiplicar las parroquias para facilitar la labor
pastoral. Por ello, durante esos años, se construyen más de sesenta parroquias
a lo largo y ancho de la
Diócesis. El estilo arquitectónico de la nueva iglesia es
moderno, adaptando su estructura a las necesidades litúrgicas. Se celebran
fiestas en honor del Sagrado Corazón de Jesús en el mes de julio de cada año y
se instituye más tarde también la fiesta de San Antonio Abad. Es evidente la
falta de mayor documentación acerca de esta y de otras parroquias del
municipio.
Extraído de “Tegueste,
un repaso a través de la
Historia ” de Juan Daniel Darías, editado por la concejalía de
Bienestar Social del Ilustre Ayuntamiento de la Villa de Tegueste. Año 2004.
Templo católico de Pedro Álvarez, construido en
la segunda mitad del siglo XX y una pequeña ermita.
Ya
tiene una imagen de católica San Andrés,
obra artística del joven escultor de Aguahuco
(Punta del Hidalgo) Ibrahim Hernández, quien
con apenas 20 años, es uno de los artistas más solicitados de Canarias.
Tras
varios años de espera se bendijo la nueva imagen de La Padilla. Y será San
Andrés por la tradición que existe en La Padilla de las llamadas “correr el carro”, al
igual que el arraigo y vinculación de esta zona de Tegueste al vino y las bodegas.
Los vecinos de este barrio de Tegueste
cuentan por primera vez en su historia con la imagen de su patrón “San Andrés”,
una obra realizada por el joven imaginero puntero Ibrahim Hernández.
Una
imagen que, sin embargo, todavía no tiene ermita, ya que el barrio no cuenta
con santuario católico propio, algo que esperan poder empezar a construir en
breves fechas con el apoyo del Ayuntamiento de Tegueste.
La
nueva imagen de San Andrés esta depositada en la parroquia de El Portezuelo
hasta que tenga su propia ermita en su barrio de La Padilla.
Pedro Álvarez
El de
marzo de 1988 se consagro el templo católico del barrió teguestero de Pedro Álvarez viendo
así cumplido uno de sus sueños, como fue una ilusión que se hizo realidad
gracias al esfuerzo y trabajo que, durante años, llevaron a cabo sus vecinos y vecinas y
que, junto al empuje del párroco Miguel Ángel Cedrés, se vio plasmado. Un elemento que va más allá de sus piedras y enfoscados,
ya que forma parte imprescindible para la vida del barrio y supone un elemento de orgullo y aglutinador del pueblo.
Una
fecha grabada a fuego en la historia de este
barrio teguestero, ya que, además de la, importancia del templo para esta zona del municipio, supone la demostración de cómo el empeño de sushabitantes, conocidos por ser gente sencilla y muy trabajadora,
se hizo realidad hace un cuarto de siglo.
La
primera piedra del templo había sido colocada por el entonces obispo Luís Franco Gascón y que fue el inicio de toque,
años después, seria la iglesia, de Pedro Álvarez, La necesidad de llevar
a cabo esta obra surgió de la demanda de los vecinos y vecinas, ya que no contaban con un
lugar de culo católico acorde con el número de fieles que ya poblaban
esta zona de la Villa.
La
antigua ermita, que se ubica en la zona conocida como El Cantillo (a unos l00 metros
de la actual parroquia), empezó a quedarse pequeña.
Fue
entonces cuando, en unos terrenos cedidos por Ambrosio Díaz, miembro fundador del Patronato Parroquial de Pedro Álvarez, e impulsor de este sueño, comenzó a forjarse.
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