UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERIODO COLONIAL
1491-1500
CAPITULO I-XXVII
Eduardo Pedro García
Rodríguez
1496. Al finalizar la invasión y conquista llamada realenga, los
obispos continuaron siendo religiosos y la imposición religiosa quedó en manos de los franciscanos. Pero
desde mediados de siglo puede observarse su preocupación por la organización de
la diócesis, más visible con el obispo Calvetos entre 1431-1436. El Papado concede el traslado de la sede de
Rubicón en Titoreygatra (Lanzarote) a Gran Canaria, y se ordena que los vecinos
paguen diezmos y primicias
1496. Alonso
Fajardo, gobernador de Santa Cruz de Mar Pequeña, la cual ha pasado a ser
realengo, reconstruye la fortaleza alzada por Fernán Peraza, hijo de Inés
Peraza, en 1477.
1496. Diego de
Muros es nombrado obispo de Canarias el 27 de julio de 1496 por el Papa
Alejandro VI.
(Marruecos y Fez?) hecha a los Reyes Católicos
con el título de reyes.
1496, la Católica pudo hacer torre
sobre la Mar Pequeña ,
en rada de Lanzarote, sin temor a ser acusada ante Roma, por meterse en corral
ajeno, al no estar amojonadas las islas. El factor de la Peraza , vecino de
Lanzarote, residía en el Puerto de San Bartolomé, que lo era de la Mar Pequeña. (L.Al.
Toledo)
1496. No tocaba
al gobernador de Tamaránt (Gran Canaria) la jurisdicción de las islas menores,
pero al ser juez de la corona, Inés de Peraza se acogió a Maldonado, para
dirimir cuestión familiar, consiguiendo que demandas interpuestas, para quitar
la administración de los nietos a la nuera Beatriz de Bobadilla y por deudas,
contra los vecinos de Esero (Hierro), culpables por haber pasado a poder de la Bobadilla , sin
protestas, fuesen remitidas a la audiencia de Sevilla. Afectada Beatriz, hizo
notar que siendo residente "en la
Ysla de Gomera, ques muy lejos e muy apartada de adonde el
dicho pleito se sigue y ha de seguir", teniendo la suegra casa en
Canarias, era de justicia devolver el asunto a los tribunales insulares,
ahorrándole el quebranto económico. Se hubiese complicado las cosas, para la
viuda de Fernán, de no pretender Inés hacer torre, en la misma linde de
Titoreygatra (Lanzarote) con Tamaránt (Gran Canaria). Intuyendo la reina
intención de instalar factoría, a las puertas del realengo, (Mar Pequeña) para
absorber los rescates, omitió que la señora de la isla, tenía derecho a
construir donde le pareciese, calificando el proyecto de atentado, contra "nuestra preeminencia real".
Sin temor a tropezar con demanda ante Roma, por ser imprecisas las lindes, en
1496 ordenó al gobernador de Gran Canaria: "en
aquel sitio que ella quería faser la torre, la fagays vos luego faser en
nuestro nombre... para que della se pueda entender en lo de las parias y
rescates, porque estas cosas, como desys, pertenescen a nos e non a otro alguno
de nuestros súbditos". A 29 de marzo, haciendo honor a la investidura
que como reina de sus posesiones "en
África", había recibido del Papa Alejandro
VI, llamó a la torre Santa Cruz de Africa", situándola en la "costa de Berbería", para darle
por término, toda "la Mar Pequeña ".
Presupuestada la obra en 142.170 maravedís, a pagar con cargo al quinto de
Tamaránt (Gran Canaria), la realidad rebasó las previsiones, pues costó 633.346[1], siendo conocida la torre como Santa
Cruz de la "Mar Pequeña".
En el tratado de Cintra, firmado en 1509, "la
torre de Santa Cruz, que posee Castilla", aparece ubicada "cabe
las islas de Canaria". (L. Al.Toledo)
Escueta la población castellana, residente en la rada,
Fajardo trajo especialistas y materiales de Gran Canaria, trabajando algunos in
situ. En los hornos de la "isla" se coció la primera cal, labrando la
madera el mercader Gonzalo Segura, que mandó para ensamblar las piezas de la
"cepa" de la torre. La barca de cuatro remos, destinada a cargar y
descargar los navíos, llegó de Sevilla con 12 redes de torre, tres serones de
cinta y un chinchorro. El segundo se hizo en Guiniwada (Villa Real de Las
Palmas), aprovechando carcasa, varada en la aldea de San Nicolás. Para
abastecer el plato de la gente, se contrataron dos pescadores, en 1.125
maravedís al mes, comprando Fajardo, con cargo a la "avería",
radicada en Sevilla, uno de los barcos en que viajó. Debía ser menor, pues lo
dieron por 3.370 maravedís. Insuficientes las embarcaciones aportadas
voluntariamente, para el trasiego de materiales, se recurrió al embargo. A 7 de
julio, Rodrigo Quintero hubo de dejar el transporte de azúcar, para servir a la
corona. Su carabela se perdió en la barra de Santa Cruz, el 16 de noviembre.
(L. Al.Toledo)
Los ecuderos y peones que habían
participado en la primera entrada y más tarde en la construcción y defensa de
las torres, cuando la fase inicial del segundo desembarco, reclaman su sueldos
al capitán conquistador Alonso de Lugo Carta de comisión Alonso Fajardo, gobernador de Gran Canaria,
para que les administre «entero complimiento de justicia» (inédito)
1496.
Una vez que los castellanos dan
por finalizada la invasión y conquista de las tres islas denominadas realengas,
la Corona
castellana por medio de sus gobernadores y adelantado procede al reparto de las
tierras y aguas usurpadas al pueblo canario entre los mercenarios y mercaderes
que participaron en la empresa de la conquista tanto desde el punto de vista
personal como financiero. El inicio del proceso de colonización, desde las
tierras de costa hacia las medianías y cumbres del interior isleño, lleva a la
formación en cada una de las islas de los primeros asentamientos de población
europea, a los que se van añadiendo otros con el paso de los siglos, hasta
configurar los actuales pueblos o ayuntamientos. Su origen obedece a dos
factores característicos de la sociedad del Antiguo Régimen: carácter agrario y
carácter religioso. La construcción de iglesias o ermitas de la secta católica,
más tarde convertidas en parroquias, condicionan y estructuran la concentración
del hábitat de los foráneos en torno a ellas, pero al mismo tiempo estos
pueblos nacen como necesidad de asentamiento agrícola.
Los núcleos de población que se
van configurando en las islas hasta 1700 ascienden a 15 en Tamaránt (Gran
Canaria), 10 en Benahuare (La
Palma ) y a más de 30 en Chinech (Tenerife). A ellos hay que añadir
las tres ciudades capitalinas donde residía el Cabildo.
En Tamaránt (Gran Canaria), los
pueblos existentes a fines del XVII son, además de la ciudad de Winiwuada (Las
Palmas), Agaete, Agüimes, Aldea, Arucas, Artenara, Firgas, Gáldar, Guía, La Vega , Moya, San Lorenzo,
Telde, Tejeda, Teror y Tirajana. En la isla de Benahuare (La Palma ), además de Tedote
(Santa Cruz), tenemos Puntallana, San Andrés y Sauces, Barlovento (en1589 se
separa del anterior), Garafía, Puntagorda, Tijarafe, Los Llanos, Mazo, Las
Breñas (separada en 1561 de Tedote (Santa Cruz) y que en 1634 se divide en
Breña Alta y Baja. En Chinet (Tenerife) prácticamente existían la mayoría de
los actuales municipios, salvo Arona y San Miguel (Vilaflor), Fasnia (Arico), y
Arafo (Candelaria). Sin embargo, también tenían ese rango Abikure (San Andrés),
Taganana, Chikayka (La
Esperanza ), Tejina y Valle Guerra, hoy pertenecientes a los
municipios de Añazu (Santa Cruz), El Rosario y Eguerew (La Laguna ). En Chinet
(Tenerife), el ejemp1o más significativo de lucha por obtener la independencia
del Cabildo de Eguerew (La
Laguna ) lo protagoniza La Orotava , que en 1648 fue declarada villa exenta y
se la dotó de un alcalde mayor. El rasgo que los distingue como núcleos de
población con entidad propia frente a otros pagos que se convierten en pueblos
independientes en el siglo XIX, es la existencia de un alcalde real en cada uno
de ellos. No en todos, la parroquia precede a lo que podríamos llamar el
«municipio». Este es el caso de pueblos como la Aldea o Artenara (más bien
Acusa y Artenara) que, aunque cuentan con alcalde desde el siglo XVII, no se
erigen en ayudas de parroquia independientes de Tejeda o Gáldar hasta mediados
del siglo XVIII. Lo mismo ocurre con Firgas, cuya dependencia de la parroquia
de Arucas hasta el año 1845 no le impide contar con un alcalde real que en
materia de jurisdicción ordinaria actúa con absoluta independencia del nombrado
para Arucas. (Vicente J. Suárez Grimón; 1991)
1496. Una vez pactada las denominadas paces de Los Realejos,
Pelinor creyó estar a salvo de los desmanes de los invasores ya que él había
contribuido a la invasión aliándose con los mismos. Poco tiempo tardó en darse
cuenta de error y del poco honor que daban los invasores a sus compromisos
aunque estos hubiesen sido contraídos en nombre de su dios. Su menceyato fue
uno de los primeros en ser victima de la insaciable sed de rapiña del
mercenario esclavista Alonso de Lugo y su horda de mercenarios. Según Arribas.
“Fué Adeje no solo uno de tantos Menceyatos que se formaron con motivo de la
rebelión que mermó a Tinerfe el grande su poder omnímodo sino el centro mismo
de éste. Quedó el gran Tinerfe reducido á este menceyato, pues su cuarto hijo
Albitocazpeyel fué el único que no se rebeló, por lo que heredó pacíficamente
el territorio; sucedióle su hijo Pelinor, que bautizado por el rito católico se
llamó Diego de Adeje, siendo su padrino Don Diego de Muros, obispo de Canarias.
Fué por los españoles muy
considerado y no por eso dejó de tener que ir á Berbería con sus parientes más
cercanos, donde parece que murió. Su mujer apadrinada por el dicho Obispo tomó
el nombre de Catalina Murillo.
Hubo repartos de tierras y además
se le concedió Don y el escudo siguiente de armas: "En campo de oro dos
palmas verdes cruzadas con una corona encima, de oro; aliado derecho una R y al
siniestro una D; en la parte media del escudo dos rejas abiertas por medio y en
cada lado tres ovejas blancas por la parte de adentro y al pié dos lobos
blancos con collares rojos". Hubieron los hijos siguientes:
12 Fernando Díaz (alias Alonso)
fue uno de los que confirieron poder para no ir á Berbería por ante Vallejo en
1512 fólio 715; siguió un pleito contra el Adelantado sobre la pertenencia de
200 cabras, que se tranzó. Véase para saber de esta familia, un documento de la
partición de bienes entre sus hijos, ante Antón Martín en Garachico el año 1533
en 15 de Septiembre, como así mismo el testimonio de 1541 ante el referido
escribano.
22 hijo fué María de Lugo,
tomando el apellido de su padrino el Adelantado, á la que dotó; casó primero
con Diego de Adeje su tío y en segundas
nupcias con Andrés de Llarena, indígena de Güimar. Fueron hijos del D. Diego
referido; 12 Alonso Díaz Llarena. -22 Márcos Díaz. -32 Fernán Pérez. - 42 Diego
Díaz. -52 Juan de Regla que casó con Luisa Delgado. -62 Isabel Pérez que casó
con Juan Doramas e1 2º. -Hijos del segundo matrimonio ósea de Andres Llarena;
12 Andrés de Llarena e12, casó con Margarita González. - 22 María Diaz, casó
con Juan Gaspar. 3er hijo fue Isabel Díaz y Pérez y fueron hijos; 12 Juan Díaz.
-22 Estéban. -32 Alonso, casó con María Trujillo. -Anna Roquesa, casada con
Pedro Hernández. -52 Ángela Gómez. -62 Melchora Bonilla. -72 Julián Gómez. -82
Isabel Díaz, monja en Garachico.
Los nobles y plebeyos del distrito
de Adeje separadamente con fecha 8 de Enero de 1511 dirigen al Adelantado la
siguiente petición firmada por Andrés de Güimar, D. Pedro, y D. Alonso, hijos
del Mencey de Adeje, Francisco de Aponte, Alonso de Bonilla, Fernando de
Ossorio y Juan Delgado, indígenas. Solicítase que en atención á haberse mandado
por pregón que todos vengan á vivir á poblado en el término de seis meses y
digan donde oyen misa, se revoque la orden, por ser corto el plazo y tener
mujeres é hijos, ó se amplíe; y pidiendo además que en atención á que en Icod y
Daute todo el territorio son heredades, se les señale la antigua corte de Adeje
por residencia. El
original existe en el oficio
1º de cabildo. Otra solicitud se halla
así mismo en dicho año dirigida al consistorio de Tenerife por Guanches y
Gomeros, en el que se expresan todos los guanches que hay en la isla y donde
oyen misa; y apelan porque de Adeje pocas veces pueden venir por impedírselo
sus ganados. (B. de la S.E .A.
del P.)” (Cipriano de Arribas y Sánchez; 1993)
1496. Según Arribas en la época de la invasión europea de la isla
Chinech (Tenerife): “El Mencey de Abona, tenía su residencia habitual en
Vilaflor en el territorio de Adjoña. Ocupó este reino el tercer hijo de Tinerfe
llamado Adguajoña, sucediéndole á su muerte su hijo Adjoña, que luego bautizado
llamóse Gaspar Hemández y su mujer Catalina Francisca zapata. Recibió sus
correspondientes repartos. Pasó á combatir á Berbería. Hubieron los hijos
siguientes:
11 Juan Gaspar, casó en primeras
con Maria Díaz y en segundas con María Benítez. -21 Catalina Gaspar casó en
primeras con Alonso González y en segundas con Rodrigo Pérez. -3º Anna
Hemández, -41 Elvira Hernández casó con Juan Romano. -51 Juana Hernández
entenada del Rey. Adjoña volvió de Berbería falleciendo en Candelaria donde
residía.” (Cipriano de Arribas y Sánchez; 1993)
1496. El Mencey de Daute que gobernaba este distrito al tiempo de
la conquista se llamaba Romén, después del bautismo Diego Ibaute, el que casó
con Barbola García en primera nupcias y en segundas con Juana González la
hidalga natural de la punta de Anaga y fueron sus hijos: 1º Luís Ibaute y 2º
Gonzalo Ibaute que casó con Francisca Delgado.
El Romén testó ante Sebastián
Pérez en 1516 fólio 740. El Luís murió soltero y el Gonzalo testó ante Miguel
García en 1528 fólio 347 y dejó los hijos siguientes: 1º Catalina González que
casó con Juan Afonso. -2º Juana González que casó con Francisco Díaz. -31
Cristóbal González casado con Inés Delgado. -41 Isabel González que casó con
Bartolomé Hernández. 51 Francisco González.
1496. El territorio de Icod constituyó el menceyato de Icoden,
rigiéndole en el momento de la invasión y conquista Belicar, que asímismo
sometido, le fue impuesto bautismo por el rito católico, bautizado con el
nombre de Blás Martín. Residía en las cuevas de Artaos, (Sanguiñal) las que
fueron donadas con dos fanegas de tierra al canario conquistador Pablo Martín
Buendía, como consta en el título 16 de Mayo de 1503, folios 40 y 48 y libro 21
original, cuaderno 18 folios 18 y 35.
1496. La Villa de La Orotava en Chinech constituía parte del Menceyato
de Taoro, uno de los nueve reinos guanches en que se encontraba dividida la
isla de Chinech (Tenerife) hasta 1496, año en que los castellanos dieron por
finalizado el proceso de invasión y conquista de la isla. A partir de entonces
el esclavista y conquistador Alonso Fernández de Lugo inició el reparto de
tierras y aguas como botín de guerra entre los mercenarios beneficiarios de la
invasión y conquista así como entre
colonos y mercaderes que habían prestado el dinero para la opración,
hecho que originó múltiples conflictos, dados los intereses creados en torno a
un territorio caracterizado por la fertilidad de sus suelos y por la abundancia
de sus aguas.
Al igual que sucediera en las islas de
Tamaránt (Gran Canaria) y Benahuare (La Palma ), en el caso del reparto de las tierras
usurpadas de Taoro se sucedieron ante la Corte de Castilla y Aragón la las reclamaciones
por parte de gran cantidad de beneficiarios de los despojos del botín de guerra,
que denunciaban las irregularidades en la distribución establecida por el
Adelantado.
Imagen: Firmas de los Menceyes Guanches, según Lepoldo de la Rosa Olivera.
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