UNA HISTORIA RESUMIDA DE
CANARIAS
PERIODO COLONIAL
1471-1480
CAPITULO III
Eduardo
Pedro Garcia Rodriguez
1478. En Tamaránt (Gran Canaria), en esta isla nació Doramas, era
moreno y fuerte, se parecía a Hércules, recio y musculoso, desde luego no era
Hércules, era Doramas, y a pesar de su juventud vivía intensamente lo que
estaba pasando en su pueblo, la insólita llegada de extranjeros que pretendían
conquistar la isla. El Guanarteme o rey había muerto dejando dos niños de corta
edad lo que hacía más difícil el momento. Doramas no pertenecía a la nobleza
pero era respetado por sus desvelos y por su valentía frente a los
conquistadores, de tal forma que llegó a ser nombrado Guanarteme o jefe de uno
de los dos bandos en que se dividía la isla. - Viva nuestro guanarteme - Viva
Doramas, viva el valiente Doramas Y así fue como el niño que había nacido
plebeyo accedió a la máxima autoridad en la isla de Gran Canaria. - Señor en el
Real de Las Palmas han acampado los conquistadores. - Tienen armas punzantes y
afiladas, como cuchillos gigantescos - Fuego, echan fuego que mata con sus
propias manos - Es verdad que son poderosos, que sus extrañas armas asesinan
sin piedad, pero nuestras lanzas y dardos afilados atravesarán sus vestidos de
metal y llegarán hasta el mismo corazón de la vida - Montan hermosos animales
más rápidos que nuestras piernas - A nosotros nos ha parido la tierra, y la
conocemos lo mismo que nuestros padres, cuya agilidad atravesaba barrancos con
la rapidez de un rayo - Tienes razón, la tierra nos ayudará porque somos parte
de ella, le pertenecemos lo mismo que ella a nosotros. Mientras tanto Juan
Rejón se prepara, primero manda a un emisario, a lo mejor lo infieles prefieren
rendirse. - Di a tu general que mañana le enviaremos la respuesta. Y al
amanecer de la mañana siguiente dia 29 de Junio comienza la batalla, era la
respuesta de Doramas, el barranco Guiniguada se llenaba de sangre, de gritos,
de caballos, de dardos, de palos, de espadas, de mosquetones, de arcabuces,...
Trescientos hombres ha perdido Doramas, y consciente de la superioridad del
armamento de los conquistadores ordena la retirada, ellos no se atreven a
perseguirlos. En el campamento extranjero hay grandes desavenencias y Juan
Rejón es enviado a Castilla cargado de cadenas, mientras el valeroso Doramas se
prepara para la lucha, de una cueva a otra, de un lugar a otro del barranco, de
un poblado a otro poblado el nuevo jefe habla a los suyos de la necesidad de
revelarse, de luchar contra un enemigo poderoso que quiere eliminarlos. En la
cuesta de Tenoya se libra una encarnizada batalla que hace huir a los
conquistadores. Los canarios usan su agilidad y destreza, su valor y empuje
ante un enemigo superior y bien armado pero que desconoce la isla, que no sabe
de sus riscos y barrancos, de cuevas y recovecos donde se gesta su insobornable
deseo de libertad. Más tarde en Arguineguín los extranjeros son derrotados
estrepitosamente, el poderoso Doramas es aclamado por su pueblo, que ve en él
la salvación de la isla. Mientras tanto nuevos bajeles se acercan a la costa,
Doramas y los suyos observan cuidadosamente, ha llegado el nuevo gobernador, el
general Pedro de Vera que desea imponer orden y disciplina. Ha de conquistar la
isla rápidamente, no sirven de nada las excusas. Mientras tanto en el corazón
de Doramas va fraguándose una idea, le duele el derramamiento de sangre, no
importa de quién, la sangre es vida y ningún hombre deberá perderla en vano. -
Enviaremos un emisario, le diremos al general que no queremos guerra, que la
paz debe reinar entre nosotros. - ¿Y cómo conseguirás que se vayan, señor? -
Nosotros no empezamos, ellos vinieron y ellos deben irse - Jamás nos
rendiremos, la sangre de nuestros
antepasados claman desde sus cuevas funerarias. - Tienen razón, pero
escuchen, tengo un plan y si da resultado los extranjeros se marcharán para
siempre de nuestra isla. - Te escuchamos señor, ojalá los dioses iluminen tus
palabras. - Verán, enviaremos un emisario al general, le diremos que yo
Doramas, el Guanarteme, estoy dispuesto a desafiar al soldado más valiente, al
más fuerte del ejercito invasor, pero con una condición si gana él la isla de
Canaria rendirá pleitesía a los reyes extranjeros, pero si gano yo, se marchará
para siempre de nuestra tierra. - Es una gran idea señor, pero no sé... - Es
peligroso, puedes morir Doramas, no olvides que tienen armas poderosas. - Es
justo, mi vida a cambio de una de las suyas. Nuestra libertad bien vale ese
precio. La sangre no debe manchar la tierra sino florecerla. Pedro de Vera
escucha enfurecido la oferta enemiga - Que soberbia, el peor de mis soldados
acabará en un momento con el reyezuelo ese, pero seré yo, yo el general Pedro
de Vera el que se batirá con el infiel. - No lo haga vuestra merced, que hay
soldados suficientes para dar su merecido escarmiento a ese salvaje - Yo mismo
señor, estoy dispuesto a batirme y como me llamo Pedro de Hoces que cortaré la
cabeza al Doramas ese, y la pondré en la pica más alta de nuestro campamento.
Aceptado el desafío se hicieron los preparativos para el encuentro, allí
estaban los isleños apoyando a su héroe. De la otra parte los castellanos,
jadeando a Pedro de Hoces, un joven y fornido soldado. Doramas afirma su pie
desnudo en el desnudo suelo, el caballero en el caballo arremete con fuerza
sobre el hombre que le desafía con tan viles armas. Doramas levantando su
hercúleo brazo lanza sobre el jinete un certero dardo que le atraviesa el
corazón. El desconcierto entre los soldados es inmenso, los gritos de alegría
de los isleños estremecedores, Pedro de Vera encolerizado lanza su caballo
sobre el hombre en tierra, Doramas, arremete con sus dardos, pero no logra
alcanzarlo, está dispuesto a sacar su palo y resistir con él hasta que jinete y
caballo rueden por el suelo. Ambos contendientes luchan a muerte sin que se
vislumbre un vencedor. De pronto y sin que nadie pudiera evitarlo, un escudero
del general se lanza sobre Doramas, hiriéndolo mortalmente. - Traición,
traición, traición Cuentan que la sangre de Doramas, fertilizó generosamente la
tierra, frondosos árboles crecieron allí donde cayó el joven y valeroso
Guanarteme. Pedro de Vera tenía abierto el camino para conquistar toda la isla
de Gran Canaria. (La leyenda de Doramas, tomado de: panaca.
Blogcindario.com/2005/12/index.html)
1478. El Papa Sixto IV, por Breve del 8 de abril de 1.478, concede indulgencias para la conversión =conquista-sometimiento-esclavización-conversión) de Tamaránt (Gran Canaria).
1478. Juan Bermúdez, deán de Rubicón, como co-capitán responsable
de la invasión y conquista, y Juan Rejón, criado de la reina Isabel, como
capitán ejecutivo de las tropas, mercenarias a los que se añadió después Pedro
de Algaba como gobernador, inician el 24 de junio en nombre de los Reyes
Católicos y bajo la alta dirección del obispo Juan de Frías, la conquista de
Gran Canaria con más de 600 hombres. El obispo Juan de Frías lleva en otra
armada los indígenas de Gomera para devolverlos a su tierra, según mandato de
los Reyes Católicos. Pero la acción de conquista tuvo escasos resultados de-
bido a las diferencias entre los
capitanes ya la escasez de recursos. En este intento, tanto el obispo Frías
como el deán Bermúdez cortaron más cabezas de guanches que las tropas de Rejón.
1478. Los Reyes
Católicos, Isabel y Fernando, por Real Cédula, de Sevilla, a 20 de febrero de
1478, después de dada sentencia por los jueces, mandan que se dé libertad a los
indígenas de Gomera hechos esclavos por la ninfomanía Beatriz de Bobadilla y el
sanguinario Pedro de Vera y que se les devuelvan a su tierra.
1478. Necesitados
de fondos para su guerra y en la misma línea contradictoria, los Católicos
solicitaron bula de indulgencias, para la conversión de Guinea y unas Canarias,
donde a tales alturas, no debía quedar bicho viviente sin bautismo católico. De
adquisición obligada en los reinos de Aragón, Navarra, Castilla y Portugal, a
poco de ponerse a la venta, los colonos
de las islas detectaron cambio de signo en la guerra. Enterados los Herrera a principios de 1478, de que los
Católicos la estaban perdiendo, abrieron sus puertos a los barcos en transito a
Guinea, reanudando el truque, como en tiempos de paz. Fernán de Peraza intentó
estorbarlo. Y le negaron el vasallaje. Incauto se quejó a los reyes, de que los
vecinos "le non quieren acudir con las rentas e derechos", salvo
"los que se disen del Vando de Orone, que siempre fueron leales". Y
provocó pesquisa, en todas las islas ya sometidas. Diego de Herrera hubo de
confesar, muy a su pesar, que en las suyas "han acogido y acojen" a
portugueses, frecuentando los naturales la "conquista" de Alfonso V e
incluso Lisboa. "Defendido" que "mis súbditos no vayan al reyno
de Portugal", amonestado el señor, recibió la encomienda de descubrir a
los "culpantes", corrigiéndoles de manera. "que a los tales
sirva de castigo y a los otros de ejemplo", desterrando al que hubiese
recibido a portugués. (L. Al. Toledo)
1478. La armada que había de conquistar
Tamaránt (Gran Canaria), se anunció a los Herrera - Peraza como de socorro,
para ayudarles a controlar a sus vasallos. La financió préstamo de 268.000
maravedís, facilitado por el exportador de orchilla, Juan de Lugo, (hermano de
Alonso) a recuperar con cargo al botín de la contienda. Nombrados
administradores del fondo el asistente de Sevilla, Diego de Melo, el cronista
Alfonso de Palencia y Pedro Cervantes, diputado provincial de la hermandad
(asociación de mercenarios), no tardó en ser agregado el prestamista. "Mi
capitán de la armada" fue Juan Rejón, contino de la casa real, secundado
por el Deán Iohan Bermúdez. La coordinación de las operaciones y el gobierno de
la isla, quedó a Fr. Iohan de Frías, Obispo de Rubico. Cargó con batallón de
frailes, que habrían de bautizar a los "nuevamente" conquistados,
tropa de 3.500 hombres y los gomeros recuperados del lote, vendido por Fernán
de Peraza, instrumentos de operación de imagen, que habría de probar la
magnanimidad de los monarcas.(L. Al. Toledo)
1478. Perdida la flota de Guinea, abandonados los conquistadores de
Tamaránt (Canaria) a su albedrío, se enzarzaron entre ellos. Caótica la
situación, en noviembre la reina nombró gobernador a Pedro de la Algaba. Encargado
de liquidar "divisiones y diferencias", surgidas en "gran
deservicio" de los monarcas, llevó poderes para tomar posesión de la
fortaleza y retirar las varas de justicia, enderezando la situación, antes de
reanudar "la empresa e conquista de la Ysla ", que "es nuestra e pertenesce a
nuestra corona real. Olvidados los gomeros, a punto de producir su situación,
efecto contrario al deseado, los Católicos adjuntaron carta dirigida a Rejón,
"mi capitán de la gente que en la dicha isla está", para que los
reintegrase a "sus casas e posesyones", en barcos que se dirigiesen a
la isla. Los maestres tendrían que recibirles, "pagándoles lo que devieren
de aver por esta cabsa de los fletes, de la dicha caravela o navío".
Eficaz la intervención de Algaba, Juan de Lugo le asoció al monopolio de la
orchilla de Canarias, probando que en Castilla no hay negocio, sin hombre del
poder incorporado.
1478. Muere el nuncio de Guinea Fray Alfonso de Bolaños, de la
secta franciscana (O.F.M)., y Fray Andrés de Zumis {=Cumas, Annis), de la misma
secta (O.F.M)., es nombrado en su lugar nuncio de Guinea; y Fray Alonso de
Zamora, también de secta franciscana O.F.M.), comisario de Canarias.
1478 Febrero 6. Sevilla (f.119). Orden a las justicias de Sevilla e
islas de Canaria y La Gomera ,
para que ejecuten la sentencia pronunciada por los drs. Andrés de Villalón y
Nuño Ramírez de Zamora, oidores de la Audiencia y miembros del Consejo, en el pleito
habido entre don Juan de Frías, obispo de Rubicón y de las islas de Canaria, y
los capitanes de carabelas Alfonso Gutiérrez, Juan Martínez Nieto, Diego Gil,
Alonso Yanes Nainas, Juan de Triana y Juan Martínez de las Monjas, vecinos de
las villas de Palos y Moguer, por la que condenaron a éstos apagar las costas y
a poner en libertad a los 99 canarios que habían traído de La Gomera , cuyos nombres se
relacionan. Dicho pleito tuvo su origen en la petición presentada por el obispo
en favor de la libertad de dichos gomeros, en la que alegó que éstos eran
cristianos, recibían los sacramentos y pagaban el diezmo de sus cosechas y
ganados, y en su posterior comisión a los citados jueces, por carta de 18 de
octubre 1447 que va insertada, a pesar de que la otra parte adujese que el
obispo no era parte para hacer tal demanda. Andrés. Nunius. Villarreal. Reg: Diego Sánchez.
(E.Aznar Vallejo. 1981)
1478 Febrero 20. Sevilla (f. 70). Incitativa a las justicias de
Jerez de la Frontera ,
Palos y Moguer, ya Juan de Aranda y Lope Sánchez de Villareal, escribano real,
para que pongan en libertad, allí donde se encuentren, a los canarios
cristianos que fueron vendidos del
obispo de Rubicón y de las islas de Canaria, quien alegó que se había ordenado
liberar a dichos canarios por ser cristianos, pero algunos de ellos no lo
pudieron ser por haber sido vendidos con anterioridad. El Rey y la Reina. Ruiz del
Castillo. Respaldada; Episcopus Segoviensis, Clavero. Antonius. Johannes.
Petrus licenciatus. Reg... Diego Sánchez. (E.Aznar Vallejo. 1981)
1478 Marzo 15. Sevilla (f. 42). Merced a Esteban Pérez de Cabitos,
vecino de Sevilla, de la alcaldía mayor de la isla de Gran Canaria para que
conozca vitaliciamente todos los pleitos civiles y criminales, en pago de los
gastos que ha hecho en servicio real. Se ordena al concejo de dicha isla que lo
reciba en su cargo y le guarde los derechos inherentes al mismo. El Rey.
Gonzalez. Señalada; Villalón. (E.Aznar Vallejo. 1981)
1478 Mayo 12. Sevilla (f. 99). Carta de seguro a favor de Diego de
Herrera y de su mujer Inés Peraza, señores de Lanzarote, Fuerteventura, Gomera
e Hierro, y dirigida al obispo de Rubicón, al deán de dicha iglesia, a Juan
Rejón, capitán de la flota de la conquista de las islas de la Gran Canaria , ya los
demás capitanes y gentes de armas de dicha flota, para que no entren en dichas
islas ni tomen a sus vecinos o a los bienes, ganados y orchilla de éstos. La Reina. Santander.
Respaldada; Rodericus. Johannes. Reg; Diego Sánchez. (E.Aznar Vallejo. 1981)
1478 Mayo 13. Sevilla (f.106). Confirmación, a petición del
secretario y cronista real Alonso de Palencia, de la capitulación asentada por
éste, en nombre de Su Alteza, con don Juan de Frías, obispo de Rubicón, y con
los capitanes .don Juan Bermúdez, deán de las islas de Canaria, y Juan Rejón,
criado de la reina, sobre la armada para la conquista de Gran Canaria y otras
islas pobladas de infieles. En dicha capitulación, que va inserta -Sevilla 20
de abril 1478-, se concede al obispo la orchilla de las islas mientras dure la
conquista y los reyes se obligan a aportar 20 lanzas de la Hermandad. La Reina.
Avila. Reg; Diego Sánchez. (E.Aznar Vallejo. 1981)
1478 Mayo 15. Se nombra por los nefastos reyes católicos alcalde
mayor de los invasores colonos españoles en Tamaránt (Gran Canaria) a Esteban
Pérez de Cabitos, en recompensa por los buenos servicios prestados a la corona
castellana. Un mes más tarde embarcaría con los invasores masacradotes de
pueblos Juan Rejón, el dean Bermúdez y el capellán Pedro González Escudero,
futuro cronista de la conquista, rumbo a esta Isla.
1478 Mayo 26. Sevilla (f. 77). A Diego de Herrera, señor de las
Islas Canarias, para que haga pesquisa de quiénes son los vecinos de dichas
islas que van a Portugal, comercian con portugueses y los acogen, dándoles
armas y manteniemientos en contra de las disposiciones reales; y para que
proceda contra los culpables, confiscando sus bienes y aplicándoles las mayores
penas civiles y criminales, incluidas las de muerte y destierro. Se ordena a
Juan Rejón ya los demás capitanes y gentes de guerra, así como al resto de los
súbditos, que acudan en ayuda de Diego de Berrera, cuando éste los solicite
para llevar a cabo tales medidas. E/ Rey. Camañas. Respaldada: Rodericus.
Joanes. Reg: Diego Sánchez. (E.Aznar Vallejo. 1981)
1478 Mayo 26. Sevilla (f.100). Carta de ayuda y favor, a petición
de Fernando Peraza señor de la isla de la Gomera , y dirigida al Obispo de Rubicón, al deán
de dicha iglesia, a Juan Rejón, capitán de la armada para la conquista de la
isla de la Gran Canaria ,
y a los demás capitanes y gentes de guerra, para qué ayuden a Fernando Peraza a
castigar a sus vasallos, que, exceptuando los del bando de Orone que siempre
han sido leales, quieren sustraerse de su señorío, no pagando las rentas y
derechos debidos, y que para ayudarse contra Fernando Peraza han favorecido al adversario Portugal.
El Rey. Camañas. Reg: Diego Sánchez. (E.Aznar Vallejo. 1981)
1478 Junio 24. Tiene lugar en Winiwuada n Tamaránt el primer
desembarco de las huestes invasoras castellanas en Tamaránt. Creándose el
primer asentamiento europeo en la isla al cual dieron el nombre de Real de Las
Palmas. El Ejército invasor estaba al mando del mercenario Juan Rejón. Los Reyes Católicos, deseosos de
conquistar las Islas Canarias, enviaron a Juan Rejón al mando de 600 hombres
aproximadamente. El 24 de junio de 1478 desembarcó montado el campamento en la
colina de Vegueta. Según la leyenda, de inspiración cristiana muy explotada en
aquellos tiempos, no se dirigió a Gando porque una anciana, considerada Santa
Ana por Rejón, le advirtió que se quedase junto al barranco Winiwuada o
Guiniguada. Entonces se comenzó a construir una ermita dedicada en un principio
a Santa Ana, aunque actualmente es la ermita de San Antonio Abad. De esta
manera, las cimientes del barrio de Vegueta y, por tanto, el germen de la de la
posterior villa de Winiwuada n Tamaránt (Las Palmas de Gran Canaria) lo tenemos
en el campamento militar de los invasores comandados por Rejón.
Winiwuada n Tamaránt (Las Palmas de Gran Canaria) comenzó su desarrollo y evolución de corte europeo a partir de los solares que se adjudicaron a los invasores conquistadores y colaboradores de la conquista en el primer reparto de tierras que se realizó en la isla. Este repartimiento fue llevado a cabo por el genocida y gobernador de la metrópoli en la colonia Pedro de Vera. En el primer cuarto del siglo XVI el barrio de Vegueta, casco antiguo de la capital canaria, había alcanzado prácticamente sus límites históricos.
El sector histórico de Triana ya se estaba forjando, hallándose en pleno proceso de urbanización en la segunda década del mencionado siglo. Se ha querido entender que los primeros comerciantes andaluces que residieron en este núcleo le dieron nombre a la calle y, por tanto, al barrio.
Ante la amenaza de invasiones por parte de otros corsarios y escuadras extranjeras no castellanas, el rey español Felipe II dicta una Real Orden en 1576 por la que autoriza el envío y venta de esclavos a las colonias de América para costear la fortificación de Winiwuada n Tamaránt (Las Palmas de Gran Canaria) con lo que se recaudara. La disposición de la nueva fortificación es recogida en los estudios de Leonardo Torriani.
En un principio, la muralla
vendría por el barranquillo de Mata, en donde está situado el Castillo de Mata,
y llegaría hasta el fortín de Santa Ana. La portada de Triana sería la puerta
de comunicación con Las Isletas. De esta manera, la muralla conformaba los
límites de urbanización de la ciudad. En ella habitarían unos 3.000 colonos a
finales del siglo XVI y a mediados del siglo XIX podríamos contar con algo más
de 10.000.
El desarrollo en la ciudad podemos calificarlo de costoso, pues la tónica viene dada por la posible invasión de tropas no castellanas. A finales del siglo XVI, en concreto en 1599, Winiwuada n Tamaránt (Las Palmas de Gran Canaria) sufre el ataque del pirata holandés Peter Van der Does, por lo que la ciudad tiene que ser reconstruída en gran parte. Este ataque ocasionó el incendio y la destrucción de parte de la ciudad. El saqueo produjo un colapso; de hecho, en los primeros años del siglo XVII, e incluso en la segunda mitad de éste, se llevó a cabo la reconstrucción del lugar. Así es como se empieza a fraguar una tipología arquitectónica colonial canaria propiamente dicha, bajo influencias foráneas: islámica, portuguesa, flamenca.
El siglo XVIII vendrá caracterizado por la influencia del reformismo borbónico y de las ideas ilustradas, que vemos reflejada en la aparición de importantes instituciones criollas como
Los hechos que hemos señalado conforman la historia antiguorregimental de la capital grancanaria, junto al incendio sucedido en el edificio del Ayuntamiento en 1842, incendio con el que se perdió información importante. Por otro lado, en 1835 la ciudad únicamente contaba con 13.431 habitantes.
Poco a poco, desde la segunda mitad del siglo XIX, observamos el gran desarrollo y la transformación que se produce en Winiwuada n Tamaránt (Las Palmas de Gran Canaria), principalmente en la vida urbana. Esto sucede después de la epidemia de cólera que afecta a toda la colonia canaria en 1851. En esta transformación juega un papel fundamental la actividad portuaria y su consecuente expansión. La ciudad desborda sus límites. Al finalizarse las obras del Puerto de Refugio de
En la actualidad la ciudad está dividida en nueve distritos con numerosos barrios muy poblados. Distrito I: Vegueta, San Cristóbal, Pedro Hidalgo, Zárate, San Juan, San Roque, Polígono Vega de San José, El Lasso, San José,
1478 Junio 24. Llega a Tamaránt (Gran Canaria) una escuadra invasora transportando una expedición de mercenarios compuesta por «600 peones y gentes de a caballo» al mando de Juan Rejón, acompañado por el deán Juan Bermúdez quien llevaba espada. Al cinto con la que cortó la cabeza de decenas de canarios. Tras desembarcar en la rada de Las Isletas, la hueste se dirigió a un arroyo «de agua continua a la mar» denominado Winiwuada o Guiniguada, situando en su margen un campamento que tomó el nombre de «Real de Las Palmas», por la abundante existencia de palmeras, las cuales fueron taladas para fortificar el campamento. En este momento comienza la «guerra de Canaria», un acontecimiento bélico de invasión y conquista que se dilatará durante cinco largos años con dos fases cronológicas y operativas diferenciadas. Guerra que fue declarada unilateralmente por el reino de Castilla con el apoyo incondicional del clero de la secta católica.
1478 junio
24.
Vienen los españoles a Gran Canaria y
comienzan la conquista- Incendio y tala de Arehucas, por Juan Rejón- Derrota de los españoles en la Cuesta de Arehucas y Lomos
de Tenoya- Excursión suspendida.
El miércoles 24 de junio de 1478, al amanecer,
fondeó en la rada de Las Isletas una escuadra en la que venían don Juan Rejón y
sus tropas a conquistar esta isla, por mandato de los Reyes Católicos.
Caminaron un poco al sur, donde, a eso de una legua, se hallaba un magnífico
bosque de palmeras. Talaron una pequeña extensión y levantaron a toda prisa una
fortificación rodeando a su campamento, llamándose "el Real de Las
Palmas" (1).
Advertidos del caso los canarii, dieron cuenta a
Thenesor Semidán, hijo de Fagorer, cuarto rey o Guanarteme de Gáldar, con
señorío sobre Arehucas; y al valiente Doramas, que dominaba a la sazón en
Telde. Ambos acordaron rechazar juntos a los extranjeros, el martes siguiente,
día 30 de dicho mes.
(1)Alonso Jáimez de Sotomayor (Atribución)
Conquista de Gran Canaria Cap. IX.
Thenesor reunió las fuerzas que pudo, siendo
evidente que al pasar por Arehucas se llevase cuantos hombres hallara
disponibles; pero a la vista del campamento de Rejón, desde los cerros
inmediatos, notó que Doramas y los suyos, llenos de furor patriótico, habían
empezado por sí solos la pelea. Se incorporó a ellos de la mejor manera que
pudo. Los dos ejércitos lucharon briosamente, luciéndose como ninguno el
valiente Adargoma; tanto que los españoles se figuraron si sería Satanás en
forma de hombre; hasta recibir una lanzada en el muslo, cayendo prisionero.
Vino la noche a interrumpir la batalla y los
canarios se replegaron al monte, con sensibles pérdidas, siendo luego
derrotados el 20 de julio en el mismo lugar (2).
Reforzado y ampliado el campamento, dedicase
Rejón a hacer correrías por diversos puntos. En una de ellas vino por el Norte,
quemó higuerales y campos de cebada que iba encontrando, y al llegar al poblado
de Arehucas, lo taló e incendió por completo, al igual que sus alrededores,
llevando prisioneros a cuantos indígenas caían en sus manos; pero no se atrevió
a pasar de allí por temor a que nuevas tropas enemigas le pudieran cortar la
retirada (3).
Disgustados los conquistadores con las tácticas
destructivas del General Rejón, quejáronse a los Reyes Católicos, quienes le
ordenaron regresar a la
Península. En su lugar enviaron como gobernador a Pedro
Fernández de Algaba, señor distinguido por su habilidad y prudencia, el cual
llegó a esta isla a mediados de 1479 (4).
Entre tanto, la necesidad aguijaba a los
conquistadores, pues pasaban meses y meses sin que les vinieran subsistencias.
Determinaron que una parte del ejército, en compañía con don Juan Bermúdez,
Deán del Rubicón de Lanzarote, saliese una noche por caminos extraviados en
dirección a la selva inmediata, pues tenían referencias de que allí se
alimentaba muchísimo ganado.
No faltó un canario que enseguida llevase la noticia a Doramas, quien a la razón se hallaba con Thenesor. Acordaron ambos no inquietar a los invasores, sino espiar sus movimientos, para en un punto estratégico armarles una emboscada.
Pasado el mediodía emprendieron los españoles su
regreso al fortín de Las Palmas; y así que comenzaron a bajar la cuesta que hay
frente al pago de Tenoya, donde hoy llaman el Portichuelo, las huestes de
Doramas y Thenesor, que les iban siguiendo sin ser vistos, rompieron desde lo
alto con agudísimos silbos y fenomenal gritería, disparando al mismo tiempo una
lluvia de piedras y saetillas de palo, volteando ladera abajo grandes piedras y
troncos de árboles. Los castellanos huyeron a la desbandada, procurando a todo
trance ganar la loma de enfrente. Los que iban a caballo sufrieron muchas
penalidades, a causa de lo despacio que estos animales bajaban la empinada
cuesta; siendo necesaria toda la superioridad de sus armas, para, en algunos
momentos, sostener el empuje de sus enemigos y no quedar deshechos por
completo; teniendo que abandonar el hato de cabras que habían robado.
Un grupo de cincuenta españoles que había ocupado
un punto alto de dichas lomas de Tenoya, donde creyera tal vez defenderse y
acometer mejor, se encontró de repente cercado por unos doscientos isleños, sin
tener por donde huir. Viéndoles en tal peligro el capitán Lope Hernández de la Guerra , grtó a Francisco de
Vilches y a otros soldados de caballería, diciéndoles: ¡ amigos y compañeros,
corramos a salvar a los nuestros! ¿Será posible que les dejemos morir de esta
manera? . Estas palabras alentaron a los españoles, quienes acometiendo llenos
de coraje, rompieron el cerco, libertaron a los suyos y pudieron retirarse
hacia Tamaraceite, con muy pocas cabras por conquista y un decaimiento
espantoso. Era ya el atardecer y no habían comido en aquel infausto día (5) .
Doramas no les quiso seguir por las hondonadas
que hay desde el lugar de lucha a las inmediaciones de Tamaraceite. Es de
suponer que fuera porque en aquellos sitios la caballería operaba mejor, y de
ella procuraban librarse los canarios.
No mucho después el general Rejón, habiendo
logrado justificarse ante los monarcas, fue restituido a su antiguo cargo,
desembarcando en Las Palmas el 6 de agosto de 1479, acompañado del obispo
Frías.
Nuevo disgusto entre los conquistadores. ¡Y
nuevas quejas a los reyes de España! (6) .
El 17 de agosto de 1480, salió Rejón del
campamento en dirección de Arehucas, soñando con vencer a Doramas, si podía.
Llegando a vistas de Tamaraceite observó en el horizonte una embarcación con
rumbo al Puerto de las Isletas, e inmediatamente regresó a Las Palmas, deseoso
de noticias (7).
(Son extractos del libro "Historia de
Arucas", del cronista Pedro M. Quintana, en los
que se describe cómo era el lugar y los antiguos canarios cuando Pedro de Vera
se enfrentó a Doramas en Tenoya.)
(1)El mismo autor y la misma obra antes citada
Cap. XI
(2)El mismo autor y la misma obra antes citada Cap. X
(3)J. Viera y Clavijo. Noticia dela Historia de las Islas Canarias Libro VII Pº 21.
(4)J. Viera y Clavijo. Noticia dela Historia de las Islas Canarias Libro VII Pº 22
(5)J. Viera y Clavijo. Noticia dela Historia de las Islas Canarias Libro VII Pº 23
(6)J. Viera y Clavijo. Noticia dela Historia de las Islas Canarias Libro VII Pº 30
(2)El mismo autor y la misma obra antes citada Cap. X
(3)J. Viera y Clavijo. Noticia de
(4)J. Viera y Clavijo. Noticia de
(5)J. Viera y Clavijo. Noticia de
(6)J. Viera y Clavijo. Noticia de
(Son extractos del libro "Historia de
Arucas", del cronista Pedro M. Quintana, en los
que se describe cómo era el lugar y los antiguos canarios cuando Pedro de Vera
se enfrentó a Doramas en Tenoya.)
1478 Junio 24. La
ciudad de Guiniwuada (Las Palmas) tuvo su origen en el campamento emplazado
junto al barranco de Guiniwuada el 24 de junio de 1478 por el invasor Juan
Rejón jefe de la expedición enviada para la conquista de la isla de Tamaránt
(Gran Canaria) por los genocidas reyes católicos. Según la tradición, aquél se
estableció en el lugar que hoy ocupa la ermita y plaza de San Antonio Abad.
Esta fue la primera plaza pública castellana de la naciente villa y el núcleo
originario de Guiniwada (Las Palmas).
Pronto el centro de la ciudad
colonial pasaría a la plaza de Santa Ana, en donde se levantaron los edificios
civiles y religiosos más importantes de los invasores. Al otro lado del
Guiniwuada -cuyo cauce se halla hoy cubierto por la calzada de una autovía
-surgía el convento e iglesia de San Francisco, entre las primeras
edificaciones del sector norte de la ciudad. Había nacido así el barrio de
Vegueta, a la derecha de Guiniwuada, y del barrio de Triana, a la izquierda,
que desde un principio y durante cuatro siglos integraron el casco urbano de
Guiniwada (Las Palmas). Podemos calcular que ambos barrios alcanzaron su
perímetro histórico en el transcurso de los primeros cuarenta a cincuenta años
de vida en la ciudad. El visitante puede hacerse una adecuada composición de
lugar sobre el primitivo desenvolvimiento de Las Palmas situándose en la vieja
plaza de San Antonio Abad y, a partir de esta, recorrieron calles y rincones
pintorescos de este sector Vegueta-Triana. La actual ermita de San Antonio Abad
data del siglo XVIII y se levantó en el lugar que ocupaba la primitiva del
siglo XV, derruída en el año 1757. En su fachada una lápida alude al paso del
masacrador Cristóbal Colón en el viaje del supuesto descubrimiento. Durante su
primer viaje el ex pirata y futuro almirante de Castilla se detuvo en las islas
de Tamaránt (Gran Canaria) y la
Gomera.
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