Capitulo I
Eduardo
Pedro García
Rodríguez
El sistema colonial español en nuestra nación
viene imponiendo de manera subrepticia en unos casos y abiertamente en otros a
los niños y jóvenes desde los centros de enseñanza primaria hasta la Universidad de España
en Canarias un profundo complejo de endofobia,
afianzado y continuamente difundido por “enseñantes”, “intelectuales” y
políticos canarios e europeos de
servicio, además de una ingente maquinaria productora de medios de “descomunicación”
del Estado colonial (salvo honrosas excepciones), fieles y abnegados
cumplidores de las consignas dictadas por sus amos desde la metrópoli española.
Estos
cancerberos estómagos agradecidos vienen sosteniendo una cruzada tendente a
inculcar en la mente de la población canaria la descabellada idea de que todos
los canarios descendemos de algunos pueblos de la Península Ibérica
(la actual entelequia denomina España fue creada como ente político y
territorial en 1812, anteriormente se definía como “los reinos de España o las
Españas”), negando y despreciando el auténtico origen imazighen (hombres
libres) de la mayoría de la actual población canaria, al tiempo que tratan de
incrustar en nuestras mentes la idea de que nuestros ancestros “fueron otros” y
que nosotros por el mero hecho de portar nombres y apellidos europeos
impuestos, somos “otros”. Aun se ve
desde la óptica del criollo, desde afuera, desde la cultura que conquista y no
del conquistado. Hablan de “esa problemática indígena o aborigen” y no de
“nosotros los guanches”. Hablan de la conquista y no de la invasión.
Todo ello a
pesar de los irrefutables estudios científicos aportados durante siglos
por eminentes especialistas en
antropología, etnografía, lingüística y.
más modernamente en genética poblacional, entre los que cabe destacar a los
europeos: Sabin Berthelot, René
Verneau, Fischer en 1930, Fusté en
1959, V. Rösing en 1967 y otros
han defendido que la población
precolonial sobrevive en la población actual de las islas.
Wolfel (1930)
calculaba que dos tercios, aproximadamente, de la población canaria a finales
del siglo XVI era descendiente de guanche. En los tiempos actuales destacan
reputados investigadores de la talla de Francisco García
Talavera, Rafael González Antón, María del Carmen del Arco Aguilar, Ignacio Reyes García,
entre otros. Así como los españoles Antonio
Arnáiz Villena y Jorge Alonso García y Vicente Martínez Cabrera.
El
individuo va construyendo su identidad a partir de sus orígenes y el
pasado de sus antepasados, así como de su propia peripecia, desde la
niñez hasta la madurez.
Este
conocimiento de su pasado social es lo que
les proporciona su identidad social, es decir, de una manera amplia, su identificación cultural, su Historia.
Es ahí
donde comienza el otro proceso, el cognoscitivo, analizando el conocimiento de
las causas, el reconocimiento de una identidad. Es decir, conocemos
nuestra identidad de individuo conociendo nuestra historia y todas sus
interacciones dialécticas.
Cuando los
pueblos cuestionan su presente pueden ponen en riesgo el status quo, el orden establecido, en función de futuras
transformaciones.
Ahora
bien, ¿hasta dónde llegar en la búsqueda de ese pasado histórico?: Tan lejos
como puedan avistarse las raíces y tan cerca en el tiempo como para reconocerse
como pueblo, operación ésta que vincula, indefectiblemente, el pasado con el
presente.
En fin, como
dice el refrán popular “no hay peor ciego que el no quiere ver ni peor sordo
que el que no quiere oír”, especialmente cuando se pone en riesgo intereses
económicos, de castas o de predominio político
Este estado de
cosas consecuencia del hecho colonial tiene ciertamente enferma
psicológicamente a la sociedad canaria la cual es victima de una pandemia cuya
virulencia arteramente extendida por el sistema colonial español en Canarias
viene minando nuestra salud mental desde hace mucho tiempo, induciéndonos a
asumir como una situación normal el complejo de endofobia en que nos tienen inmerso y que, mucho me temo que
continuaremos sufriendo si no aplicamos prontamente la vacuna adecuada.
Tal como
recoge en un acertado y documentado artículo el ilustre profesor de psicología
D. José Tomás Bethencourt Benítez: “Los efectos malditos y perversos del
racismo endofóbico son bien conocidos, en este caso que nos ocupa, el obligar
al pueblo canario a sentirse extranjero en su propia tierra; el arrinconamiento
social, laboral, cultural y lingüístico; la pérdida alarmante de identidad por
efecto de la imposición abusadora, irrespetuosa y avasalladora de moldes ajenos
y foráneos; el impacto psicológico negativo sobre la autoestima, al observar
pasivamente el desprecio e infravaloración de sus propias señas de identidad y
personalidad (mago=sucio, bruto, analfabeto, ignorante, etc...)”.
Mientras que
esta realidad incuestionable es una constante en esta colonizada nación
canaria, en otros pueblos que han logrado liberarse del yugo colonial español,
y en cuyas poblaciones criollas así como en su posterior independencia tanto
contribuimos los canarios, buscan y asumen con orgullo su ascendencia guanche.
Orgullo que los canarios o sus descendientes establecidos en el exterior no
dudan en manifestar, pero que en el interior es ciertamente amordazado por el
temor justificado a represalias sin cuento por parte del sistema dominante.
Uno de los ejemplos del
orgullo de pertenencia a una etnia diferente y diferenciada mostrada por los
canarios lo tenemos en la
República Oriental del Uruguay, cuyos primeros aportes
poblaciones externos fueron de canarios aunque de manera forzada por la
metrópoli española (tributo de sangre), el arraigo en la tierra de acogida fue
tal que en cierta manera, aquella es una
prolongación de la nación canaria en América, pero en esta caso en libertad.
La historia ha influido sobre
el pueblo uruguayo para que las distintas raíces que integran su identidad
generen un resultado sincrético que les identifica entre sí. Los componentes
étnicos son variados, pero es la forma de unirlos y los retos a los cuales
responde cada cual, lo que contribuye a identificar lo que muchos califican
como la identidad nacional, que de una u otra manera permite afirmar las
diferencias, con predominio de las similitudes.
Derek Walcott recoge esa idea
con una hermosísima metáfora que vale la pena reproducir: “cuando un jarrón se
rompe, el amor que vuelve a juntar los fragmentos es más fuerte que aquel otro
que no valoraba conscientemente su simetría intacta. El cemento que restaura
las piezas es la autenticación de su forma original. Un amor semejante es el
que vuelve a reunir nuestros fragmentos asiáticos y africanos, la rota reliquia
que una vez restaurada, devela blancas cicatrices.”
Uno de estos componentes
africanos lo constituyen los cientos de canario portadores de sangre guanche,
que obligados por la situación de vasallaje a que estaban – y
estamos-sometidos, fueron una ves más objeto de trueque con que los criollos
herederos ideológicos de los invasores conquistadores hicieron frente a las
exigencias de la metrópoli española del mencionado tributo de sangre.
Era el 19 de noviembre de 1726
cuando zarparon del puerto de Añazu n Chinech (Santa Cruz de Tenerife) en el
navío "Nuestra Señora de la Encina ”, capitaneado
por Bernardo Zamorategui, las primeras trece familias que formaban parte del
primer contingente de inmigrantes provenientes del Archipiélago Canario
destinadas a poblar San Felipe y Santiago.
Una imagen de estas primeras
familias forzadas a emigrar a este país hermano cuando era una de tantas
colonias hispanas en América nos la ofrece el investigador y periodista Leonel
García: “Luego de 89 días de dura travesía, Silvestre Pérez Bravo seguramente
deseaba tocar tierra firme. Pero para el, su esposa, sus hijos y otras doce
familias, el paisaje frente a sus ojos no debe haber resultado gratificante.
Las escasas viviendas salpicadas en un campo que parecía no terminar nunca era
lo mas opuesto posible a una urbanización con miras a progresar. Tal vez
entonces no imaginaba, ni él ni el resto de las familias, que permanecerían
hacinados durante un mes en tiendas de campaña y a merced de una tierra
desconocida e inhóspita, hasta que las autoridades que respondían al Reino de
España repartieran los solares.”
Uno de estos comerciantes,
Francisco de Alzaíbar, fue el encargado
de enviar el primer contingente de canarios a Montevideo. La investigación
asegura que, contrastando la visión histórica que lo señala como uno de los
fundadores de la ciudad, “nunca tuvo una intención premeditada de poblar” la
futura capital de Uruguay. El comerciante obtuvo un permiso para introducir de
manera exclusiva mercaderías en las “provincias” españolas del Río de la Plata , pero para ello tenía
que trasladar familias del tributo de sangre desde las Islas Canarias a
Montevideo.
El texto indica que Alzaíbar
hizo el trasvase de familias considerándolas “parte de la carga, no necesitados
de atención o asistencia” para abaratar costos. Sobre las condiciones de los
emigrantes a su llegada, un texto de la época señala que Pedro Millán-quien
elaboro el primer padrón e habitantes de Montevideo y la distribución e
solares- debido a la extrema miseria con que estas familias fueron obligadas a
emigrar “tuvo que entregarles varias varas de ropa de la tierra para repararlos
de su desnudez".
Capitulo II
Un segundo contingente canario
partió de Chinech (Tenerife) el 31 de enero de 1729 a bordo del “San Martín”, cuyo capitán fue Pedro de
Lea. Llego a Montevideo el 27 de marzo y la expedición desembarcaría entre el 6
y 8 de abril. Estaba compuesto por treinta familias. Vinieron con ellos doce
monjes franciscanos y uno dominico de la secta católica. Hasta 1738 llegaron
250 canarias y canarios a Montevideo.
Entre estos últimos se
destacan los inmigrantes Jose de Vera Perdomo y Juan Camejo Soto, futuros
alcaldes de Montevideo. Un interesante documento nos dice que la canaria, Maria
Rodríguez Camejo, adquirió en 1751 un solar en la esquina de las actuales
calles Colón y Cerrito en la ciudad de Montevideo, donde nacería trece años después, el 19 de junio de 1764,
José Gervasio Artigas.
El aporte de genes guanches de
estos forzados emigrantes aún perviven en un amplio sector de la población de
Uruguay, y con ellos el orgullo consiente de pertenecer a una etnia diferente y
diferenciada, un orgullo de estirpe mantenido en aquellas tierras durante
siglos. Por el contrario, sus hermanos de origen los canarios actuales que
habitan en la matria (patria) primigenia están-en palabras del insigne escritor
canario Víctor Ramírez- ignorantados, víctimas de un continuado lavado de
cerebros por parte del rodillo apisonador de la máquina colonialista del Estado
español en esta colonia canaria.
El citado escritor describe
certeramente esta situación de desarraigo en los siguientes términos: “…Sí te ha forzado a memorizar mentiras y
amañadas mistificaciones, acabarás creyéndote algo que no eres y acabarás
actuando contra ti mismo: al depender de inteligencias y voluntades ajenas y
enemigas. Esto, si ambages, es lo que se ha hecho y se continúa haciendo con
nosotros, con los canarios.
Por ello tanto nos hemos deteriorado humana y socialmente, y tanto
hemos contribuido pasiva o activamente a la degradación del ecosistema que nos
acoge. No, no es un suicidio colectivo, no es el socorrido vacaguaré; es colonial envenenamiento sutil, casi siempre
imprecptible por haber sido cegados e insensibilizados con implacables miedos e
ininterrumpidas falacias durante siglos.
La enajenación-el no pertenecernos- corrompe, pudre
subrepticiamente. Y la ignorantación, el memorizar mentiras y mistificaciones
ajenas, aliena. Nos obliga a vivir ajenos a nosotros mismos, contrarios a
nosotros mismos, al pertenecer a otros-como acabo de decir-, al depender
siempre de voluntades despectivas e intereses rapiñeros foráneos. Debido a esto
se acaba siendo naturalmente
endófobos.” (Victor Ramírez, 2007:8 y 9)
Es cuando menos sorprendente
constatar como el canario en el exterior una ves que se ve libre de la pesada
bota colonial, renace en él el sentimiento de ancestral pertenencia que
mantenía aletargado o adormecido por el influjo colonial. El cual aflora con vehemencia y defiende con ahínco y tesón,
especialmente cuando asume otra matria (patria) donde puede ejercitar su
libertad.
Veamos un ejemplo actual de
cómo se vive el sentimiento de canariedad en el exterior:
¿Porque le ocultaron al pueblo
canario la concurrencia del Intendente, un director de área y un secretario de
junta local, a la
Junta Departamental ? Un hecho inexplicable. El Intendente
concurrió a la
Junta Departamental -convocado por al oposición- y ni la Junta ni el edil convocante
informaron a la prensa ni al pueblo canario. La reunión ordinaria del día
viernes fue avisada a la prensa una semana antes, pero la concurrencia del
Intendente no fue avisada aunque todos conocían el hecho 24 horas antes.
El no avisar al pueblo canario
de la comparecencia del Intendente de Canelones al Parlamento canario, es un
hecho muy inusual. La concurrencia del Secretario General (en ejercicio del
cargo de Intendente Yamandú Orsi) fue pedida por el Edil (PN) Adrián González,
pero ni la Presidencia
de la Junta ni
el propio edil dieron aviso a la
Prensa.
El viernes a las 17`30 -24
horas después de haberse decidido la concurrencia a la Junta del Intendente Orsi
-junto al Director Larzabal con el Secretario de la Junta Local de Migues-
estuvo motivada por las profundas discrepancias entre lo informado por el
gobierno, respecto de su plan de asistencia a productores por la sequía, y la
realidad de lo ocurrido; según la oposición. Algo inusual fue que el edil
convocante dijo en la
Junta Departamental -durante la concurrencia del los 3
jerarcas- que todos esperaban que la oposición convocara a la prensa pero
aclaro que el no quería eso, de hecho no aviso a nadie por lo cual no había ni
un solo vecino canario presenciando como el gobierno explicaba sus planes de
sequía y su aplicación...
Estimado lector, seguramente
encontrarás este texto un poco extraño, posiblemente te preguntarás a que
instituciones coloniales de nuestro archipiélago se refiere, disipemos las
dudas, no se trata de un artículo de un periódico local, se trata del periódico
digital de Canelones, Uruguay, El
corresponsal, www.elcorresponsal.com.uy.
¿No te suena a algo el contenido de este texto?
El establecimiento de canarias y
canarios en América está documentada desde los inicios de la invasión conquista
y saqueo, por parte del imperialismo español de aquellas tierras y pueblos. Los
primeros contingentes guanches que arribaron con los españoles, lo fueron en
calidad de esclavos de estos, posteriormente otros lo hicieron buscando la
posibilidad de liberarse de su situación de vasallos impuesta por los colonos
y, con la esperanza de encontrar en otros horizontes el pan, la sal y la libertad que en su matria
(patria) les eran negados por el colonialismo español. En todo caso estos
emigrantes forzados o no, fueron portadores de la genética guanche existente
actualmente en la mayoría de los países americanos, con especial incidencia en
la actual República Bolivariana de Venezuela. Entre 1770 y 1790 el canario
representa el 52 % de toda la emigración blanca llegada a este país.
Los doctores Castro-Guerra, D. y
Zambrano Guzmán O. del Laboratorio de Genética Humana, Centro de Medicina
Experimental, Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, en un
profundo y extenso estudio genético de tres núcleos poblaciones venezolanos
pero que, indudablemente, si estos estudios se extendiesen a otras muchas
poblaciones venezolanas, se obtendrían un amplísimo porcentaje de contenido
genético de origen canario. De dicho estudio científico para una mayor
inteligencia del lector he extractado
los siguientes párrafos:
“Con el fin de evaluar las características genéticas de origen
canario en algunos pueblos de Venezuela, presentamos los resultados de un
estudio en tres poblaciones venezolanas con referencias históricas de
importante aporte de origen canario.
En función de evaluar el aporte canario
en tres poblaciones venezolanas, se estudiaron las frecuencias genéticas de los
sistemas ABO, RH (Cc, D, E,e) y α-1-antitripsina, y con ellas se calcularon
distancias genéticas y mestizaje. Los resultados muestran que las tres
poblaciones presentan un componente genético principalmente europeo, con
valores entre 78% y 92%, siendo San Diego la población con mayor mestizaje. Las
distancias genéticas muestran que el componente europeo es principalmente de
origen canario en San Antonio y Hoyo de La Cumbre. La información
histórica permite explicar las diferencias y semejanzas entre las poblaciones estudiadas.
Los canarios se destacan como el grupo
que ha contribuido en mayor proporción.”
La mayor similitud de Hoyo de La Cumbre y San Antonio con
las Islas Canarias se evidencia por las distancias genéticas (DA).
“Las referencias históricas de aislamiento
en San Antonio y Hoyo de La
Cumbre , que les ha permitido mantener su cúmulo genético
canario, también es reflejado por análisis de mestizaje canario es bastante
elevado, de 88% en San Antonio y en Hoyo de La Cumbre 92%, no existiendo
aporte indígena en esta última.”
“En el estudio se consideró a las Islas
Canarias separada de España, debido a que de allí proviene una proporción
mayoritaria de los inmigrantes españoles llegados a Venezuela y son la
población que dio origen a las presentadas en este trabajo.”
“Es importante destacar la frecuencia
que alcanza el haplotipo RH*cDe en Hoyo de La Cumbre , reportado tradicionalmente como típico de
pueblos africanos y sus descendientes. Las referencias históricas y la
tradición oral, no reportan la existencia de negros en la zona donde se ubica
esa población, y ello es confirmado por el escaso componente africano obtenido
en el cálculo de mezcla, como veremos mas adelante; ello hace factible explicar
la frecuencia de ese haplotipo en Hoyo de La Cumbre por efecto de la deriva. En relación a la
α-1-antitripsina, se destaca la presencia de los alelos PI*S en las tres
poblaciones, típico de países europeos noroccidentales, la Península Ibérica
y las Islas Canarias, con una frecuencia mínima de 0.05 en San Antonio de Los
Altos y del alelo M2, reportado como frecuente en Tenerife, Islas Canarias
(Moral, et al., 1997).”
“En conclusión, los resultados
obtenidos revelan que se han mantenido las características Canarias fundadoras
en las tres poblaciones estudiadas, particularmente en San Antonio de Los Altos
y Hoyo de La Cumbre.
Estudios con polimorfismos moleculares, particularmente de
origen uniparental, pueden ofrecer una información mas detallada sobre el
proceso de mestizaje en las poblaciones venezolanas.”
Un hecho
histórico poco tratado por la historiografía canaria es la aportación de los
isleños-canarios a la cultura y el desarrollo social de Puerto Rico. El aporte
canario a Puerto Rico es tan importante como el de Cuba y, hasta cierto punto,
creo que mas grande que el de Venezuela.
La emigración
canaria a Puerto Rico comenzó desde el primer día de la invasión y conquista.
El primer poblamiento canario de fines del siglo XVII es Río Piedras con 20
familias trasladadas por Juan Fernández Franco de Medina a cambio del Gobierno
de la isla.
Entre 1720 y 1730 fueron trasladadas por
la Corona
española financiando en parte su traslado con el pago de los pasajes por los
navieros (tributo de sangre) 176 familias con un total de 882 personas.
Concretamente de Chinech (Tenerife) y Tamaránt (Gran Canaria.) Allí fundaron
Loiza, Bayamón, Toa, Mayagüez, Vega Alta y Manatí.
La gran influencia canaria en Puerto Rico queda avalada por la
devoción mostrada a la deidad suprema guanche, la Diosa Chaxiraxi (sincretizada como Virgen de la Candelaria. ) Es muy
querida en Puerto Rico y es patrona de varios pueblos, incluyendo la ciudad de
Mayagüez, tercera ciudad en importancia histórica y cultural de la isla. En
Mayagüez se encuentra un hermoso templo catedral católico dedicado a la Candelaria.
Los
contingentes exactos de la emigración canaria a Puerto Rico no se saben con
seguridad, pero según genealogistas de Puerto Rico y de Canarias, los isleños
formaron la base principal de la población campesina puertorriqueña. Es en el
noroeste y norte-centro de la isla donde es mas notable la influencia canaria.
En el noroeste esta la ciudad de Hatillo, la cual fue poblada densamente por
canarios, especialmente de San Miguel de
Abona y hoy el 80% de los hatillanos tiene origen canario según genealogistas.
Este investigador afirma que:
“Es sorprendente la presencia de genes guanches en la población”, “Gran parte
de estos canarios de seguro trajeron ADN
mitocondrial de origen guanche a las mismas”.
Investigadores
dominicanos y puertorriqueños han identificado la presencia de genes guanches
en la República
Dominicana. El equipo partió para elaborar el estudio de unas
1.200 muestras de ADN. El estudio está dirigido a determinar la composición
étnica de la
República Dominicana y de varias islas del Caribe.
“El investigador
Martínez-Cruzado, explicó que hay dos maneras en que los guanches, cuya
presencia también ha sido confirmada en Puerto Rico, pudieron haber llegado a
las Antillas: la primera es que las islas Canarias, cuya invasión y conquista
fue completada por los españoles en 1496, sirvieron, entre otras cosas, como
fuente de esclavas blancas en las primeras décadas de presencia española en las
Antillas. La segunda, es que siglos después ocurrieron migraciones de canarios
pobres al Caribe que venían a trabajar la tierra.” (Javier Valdivia - 10/9/2008)
La familia Reyes Ávila (en la
fotografía), portadora de genes guanches que vive en el apartado municipio de
Las Lagunas de Nisibón (República
Dominicana) bien podría ser representativa de cualquier familia tipo de
nuestros núcleos populares o de los pueblos de cualquiera de nuestras islas.
Capitulo III
Según el principio de la
herencia, los descendientes se parecen más a sus antecesores que lo que se
parecen al resto de los individuos no emparentados con ellos. Los hijos
reproducen en forma bastante fiel las características de los padres. Este
principio también es iluminado por la biología molecular, que aporta
explicaciones sobre las presencia, en cada célula del hijo, de un mensaje genético
heredado de la madre, con el aporte de la recombinación sexual.
El
descubrimiento más interesante hecho por los genetistas, sobre la base del
análisis del ADN mitocondrial, que se hereda sólo por línea materna, es que el
aporte femenino es mayor que el masculino. Si tomamos la evidencia del ADN
mitocondrial tendríamos que en torno a un 80 por ciento de la población canaria
tiene un ancestro guanche. La explicación es que en el periodo de la invasión y
conquista, cuando llegaron los españoles al país, las uniones que se produjeron
fueron de hombres europeos con mujeres guanches.
Por otra
parte, fueron pocos los invasores colonos europeos que se afincaron en las
islas, la llamada del oro en América era mucho más atractiva que el amor al
rudo trabajo agrícola en las tierras usurpadas.
Sobre este
tema en particular es interesante un estudio realizado en la última década del
siglo XIX, por el eminente doctor en medicina e historiador D. Juan Bethencourt
Alfonso, quien desde mi punto de vista, en este como en otros temas biológicos
e históricos fue un adelantado a su
tiempo, si bien dicho estudio está centrado en la población de Chinech
(Tenerife) es aplicable al resto de las islas. Pues todas sufrieron un proceso
colonizador similar.
El doctor Bethencourt expone y justifica sus
planteamientos científicos sobre la pervivencia del pueblo guanche: “...Salvo
los muertos en combate que fueron menos de lo que presumen los ponderativos,
entre guerreros, mujeres, viejos, muchachos y niños acogidos a los convenios,
puede asegurarse sin pecar de exagerado, que constituyeron las nueve décimas
partes de la nueva población con relación a los españoles; y como de este
asunto hemos de ocuparnos con mayor amplitud al tratar de la conquista de
Tenerife, lo tomamos por ahora de ejemplo y aplazamos para entonces las razones
en que apoyamos nuestros asertos.
Al celebrase la paz de Tahoro de los Realejos
y hablando en cifras redondas, existían en Tenerife 20.000 guanches de todas
edades y sexos aunque predominando mujeres y niños, de los cuales unos 5.000
continuaron rebelados en medio de los montes sin querer darse a partido, y los
otros 15.000 se mezclaron con un millar entre conquistadores y pobladores
formando los núcleos de las veinte y tantas poblaciones actuales. Cuanto a
mujeres europeas, como aconteció en las demás islas, eran contadas.
De los 1.000 entre conquistadores y pobladores que se
avecindaron durante los primeros lustros, salvo unos cuantos extranjeros que
por su escaso número nada significa, unas pocas docenas eran portugueses, como
200 indígenas isleños en su mayoría de Canaria y el resto de españoles, que
siendo casi en la totalidad solteros se casaron con las guanchas. Aparte de que
esto era natural, sábese por tradición, por lo que arrojan los archivos y sobre
todo por el testimonio nada sospechoso de un comisionado inquisidor de aquella
época, que hizo un padrón secreto de todas las islas, y sacó a la luz el
erudito Sr. Millares.
En lo esencial los hechos expuestos son exactos y sólo
falta aplicarles las conocidas leyes de la herencia y de cruzamiento; con las
circunstancias en esta ocasión de hallarse favorecido el coeficiente o grado de
afinidad sexual, por estar comprendido en el grupo llamado por Mr. Broca de homogenesia
eugenésica o absoluta, puesto que tanto los naturales de las otras islas,
portugueses españoles como guanches de Tenerife, proceden del mismo manantial íbero-libio.
Siguiendo con el ejemplo de los 1.000 conquistadores y
pobladores casados con otras tantas guanchas, pues los pocos que ya lo estaban
para el caso es lo mismo porque se amancebaron, resultó:
1.º hijos mestizos de primera
sangre.
2.º Simplificando el ejemplo
para más fácil comprensión, mestizos de segunda sangre (que es el primer
grado de retorno), que comprende a los vástagos del cruzamiento de los
mestizos anteriores con guanchas, que eran las que abundaban.
3.º Mestizos de tercera sangre
(segundo grado de retorno) o sea los nacidos de la segunda sangre
casados con guanchas de pura raza y así sucesivamente hasta que en el quinto o
sexto cruzamiento de retorno, como la población no era alimentada con elementos
de fuera sino de la tierra, desapareció por lo general todo vestigio de
mesticismo (mestizaje) y reapareció el tipo de raza de la madre o séase del guanche
con todos sus caracteres”.
Por otra parte, es evidente que el sector de la población
guanche que no se mezcló con los invasores como fueron los alzados estimados en
unos cinco mil guanches, número especialmente significativo frente a la más
reducida de los colonos europeos, naturalmente también se reproducían
constituyendo la totalidad de las poblaciones de los altos de la isla. También
se mantuvieron ajenos a la fusión con los invasores la mayoría de los Menceyatos denominados de
paces, los cuales por razones orográficas y como consecuencia de los tratados,
estuvieron prácticamente vedados para los conquistadores y colonos europeos
durante muchos decenios después de la conquista.
Modernos estudios genealógicos demuestran que hasta
finales del siglo XIX la práctica totalidad de los habitantes de Güímar eran de
origen guanche.
Cuenta el viajero inglés del siglo XVII, Boris de
Saint Vicent, refiriéndose a los guanches de Güímar que: “aún el más pobre
de ellos, tiene en menos precio el casar con mujer española”.
Por tanto, la mayoría de las familias canarias-por no
decir la totalidad-, que fueron durante diferentes épocas a poblar tierras
americanas eran portadoras de genes guanches. Por otra parte, son muchos los
apellidos de indudable origen guanche que aún perviven y están vigentes en
muchos pueblos americanos, tales como: Garachico, Orotava, Taoro, Tahodio,
Chaurero, Teida, Bencomo, Lavanda, Guanche, Ibaute o Baute etc. Sin contar a
las miles de familias guanches que por imposición de los conquistadores portaban
nombres y apellidos europeos, especialmente de origen español o portugués.
Como hemos
dicho el flujo forzado o voluntario de población canaria hacía las colonias
españolas en América fue ciertamente importante, desde los primeros tiempos de
la invasión y conquista, las expediciones de saqueo españolas hacía América
hacían escala en las islas con preferencia en las de Benahuare (La Palma ) Chinech (Tenerife)
Tamaránt (Gran Canaria) y Gomera ya que
éstas eran las más ricas en recursos, para avituallar a las flotas, hacer
aguadas, cargar leña, frutas frescas, pescado salado, tasajos y animales vivos,
así como para la recluta de soldados, marinero o posibles pobladores, mediante
promesas y la más de las veces mediante secuestro, práctica de reclutamiento
habitual en la época entre piratas y aventureros.
Este éxodo
forzado o consentido de los canarios alcanzó tal magnitud que en ciertas etapas
las islas quedaban prácticamente despobladas, situación que llegó a alarmar a los propios colonos y
criollos españoles, hasta el punto que hicieron llegar sus temores ante la
monarquía española de la metrópoli, generando conflicto entre esta y los
criollos quienes alegan que las islas quedan indefensas e improductivas. Por su
parte la metrópoli promueve las primeras emigraciones clandestinas con la
complicidad de las autoridades coloniales.
En 1492, 1493, 1502: Hace escalas
el aventurero Cristóbal Colón en Winiwada (Las Palmas) un trascendental puente
marítimo en los comienzos de la invasión y depredación de América. En la primera travesía el 6 de septiembre de 1492 con el
alisio ventando a favor, Colón salio del Puerto de Ipalam o Hipalam (San
Sebastián de La Gomera )
donde había hecho escala y estancia durante 27 días para visitar a quien había sido su amante en la corte castellana
Beatriz de Bobadilla. En dos de sus tres travesías posteriores, fondeó
en esta pequeña isla canaria para
visitar a esta ninfomana.
Muchos guanches de La Gomera son sumados a la
tripulación de Colón desde sus primeros viajes. Uno de estos guanches se hizo célebre,
porque en la isla de Guadalupe apresó a una nativa tras una veloz carrera que
admiró a toda la tripulación española.
“Entre 1492 y
1506, al menos doce de las mayores expediciones hacia el Nuevo Mundo hacen
escala en La Gomera.
Entre ellas las capitaneadas por Colón, Alonso de Ojeda,
Américo Vespucio, Pedrarias, La
Cosa , Yánes y Ovando. Por ello, canarios o colonos
residentes en Canarias se convierten por las buenas o la fuerza en
expedicionarios de conquista y colonización. Pedro de Mendoza recluta tres
compañías de voluntarios en ruta al Estuario de La Plata , donde efectuará la
primera fundación de Buenos Aires sobre 1535. Al año siguiente, Pedro Fernández
de Lugo, hijo del primer Adelantado, embarca 1.500 soldados para la conquista
de Santa Marta en Colombia, canarios la mitad de ellos. Pedro de Heredia en el
Sinú, Diego de Ordáz en Paria (Venezuela), Hernando de Soto en Florida, Jorge
Spira en Coro (Venezuela), y Francisco de Montejo en Yucatán, entre otros,
contribuyen a ese movimiento migratorio. Se calcula en 10.000 el número de
canarios emigrados a América en una centuria.” (Ángel Suárez Padilla)
En 1704 fue la fundación con familias
canarias de la villa de Hincha. En años anteriores había tenido lugar la de
Banica. A ella se le uniría en 1733 la de San Juan de la Maguana con hateros
próximos, vecinos de Azua e isleños canarios dispersos.
Desde el puerto
de Añazu n Chinech (Santa Cruz de Tenerife) parten el 27 de Marzo de 1730 la
diez familias canarias (unas 50 personas) destinadas a la fundación de San
Antonio de Texas. Hasta que llegaron a San Antonio transcurrió casi un año
durante el cual sufrieron calamidades sin cuento, finalmente fundaron la ciudad
en 1731.
El día 1 de
Agosto de 1731 el Capitán Almazán convoca a los canarios para la constitución
del Cabildo, que se llamará Cabildo de San Fernando de Texas. Éste sería el
primer gobierno municipal creado en todo Texas, y que estaba compuesto en
exclusiva por canarios.
Unos 2.500
canarios que fueron llevados a Luisiana entre 1778 y 1783 cuando esta parte de
América del Norte pertenecía a España. Allí les dieron tierras para dedicarse a
la agricultura. Un objetivo adicional era que estos colonos canarios sirvieran
de barrera frente a la
Luisiana controlada por los británicos. Los canarios
participaron también como soldados en la guerra de la Independencia de
Estados Unidos contra los británicos y en la posterior contienda de 1814.
A finales del siglo XVIII, durante unos años, Luisiana pasó a manos del imperio español. Para asegurarlo, se empleó nuevamente en las tareas coloniales a los canarios, que en América son mejor conocidos como isleños.
Los franceses trataron sin éxito de absorberlos, entre otras cosas
afrancesando sus apellidos, imitando en esto a los españoles que hicieron lo
propio con los guanches.
Posteriormente, con la venta de Luisiana a Estados Unidos, las diferentes comunidades canarias, que habían continuado con un desarrollo independiente, proseguirían con diferentes niveles de aislamiento, conservando en desigual forma su cultura de origen.
Su historia es parte de Canarias, ya que siguen siendo canarios.
Posteriormente, con la venta de Luisiana a Estados Unidos, las diferentes comunidades canarias, que habían continuado con un desarrollo independiente, proseguirían con diferentes niveles de aislamiento, conservando en desigual forma su cultura de origen.
Su historia es parte de Canarias, ya que siguen siendo canarios.
En 1545 se
obligaba a Francisco de Mesa a fundar un pueblo en el lugar de Montecristo, de
la isla de la Española ,
con 30 vecinos casados en las Islas Canarias. Este hecho condicionó la salida
en masa de habitantes creando una verdadera despoblación que motivó que el rey
de la metrópoli Felipe II prohibiera la salida de vecinos, necesarios para la
defensa de la colonia. En 1659, para evitar la pérdida de Jamaica, "nada
mejor que una armada despachada de la península ibérica cargada de gentes que
han de ser de trabajo y provecho, como lo es la de las Canarias".
En 1814 la
migración canaria se centró únicamente en Cuba y Puerto Rico, Son años de
intensa migración en la que los canarios se dedican en la provincia de La Habana al abastecimiento
interno o como mayorales de las plantaciones azucareras.
“Desde los años cuarenta del XIX
se asiste a un proceso de paulatina sustitución de la mano de obra esclava
negra por la semi-esclava blanca denominados asalariados agrícolas la mayoría
de ellos canarios. La política gubernamental rechazaba la colonización
blanca. Veía en el predominio numérico de la esclavitud negra un freno a las
tendencias independentistas. En el marco de la Guerra de los Diez Años
(1868-1878), la emigración canaria era considerada por los autonomistas y
separatistas cubanos como diferenciada de la española, lo que llevó a
contraponerla y potenciarla.
La fórmula habitual de la emigración era
la contrata. La complicidad y el fraude presiden la actuación de las clases
dominantes criollas canarias. La extinción definitiva de la esclavitud fue en
1886. Se calcula entre 50 y 60.000 el total de los emigrantes isleños canarios
en la segunda mitad del XIX.” (Mgar.net)
Datos de la época revelan
además que, en la primera mitad del XVIII, cerca del 50 por ciento de los
pobladores provenían de las islas Canarias. Entre 1913 y 1914 Cuba acogía a más
del 85 por ciento de quienes salieron por el puerto de Tedote en Benahuare
(Santa Cruz de La Palma. )
Los canarios en Cuba tienen en su
historial ser promotores de la fundación de Matanzas (1693), Sagua, San Carlos
de Nuevitas, Manzanillo y Santiago de las Vegas, además de un gran aporte
poblacional en la de Camaguey.
Actualmente la mayor cantidad
de descendientes y de isleños canarios
natos podemos encontrarlos en la zona central del país, principalmente
en la población de Cabaiguán, Taguasco y Zaza del Medio, en la provincia de
Sancti Spíritus.
Por estas razones hoy el 80
por ciento de los habitantes de este municipio espirituano son fundamentalmente
de origen canario.
En número de ciudadanos
canarios que actualmente residen en el exterior –y con ellos nuestros genes-,
es ciertamente importante, de ello, nos proporciona una idea el hecho de que en
las campañas electorales de los partidos seudo nacionalistas dependientes así
como los sucursalitas (PESOE) (PP) etc., que desarrollan sus actividades
políticas y onubilantes en esta colonia, desplazan costosas delegaciones a los
países americanos con objeto de captar los votos de los ciudadanos canarios
residentes en los mismos, la más de las veces falseando la realidad
sociopolítica de nuestra nación, ofreciendo dádivas y creando falsas
expectativas económicas. Son los mismos
que después en el interior fomentan la endofobia, eliminan de las escuelas las
asignaturas sobre Historia de Canarias, promueven la especulación salvaje de
nuestro suelo, fomentan el empleo para foráneos en detrimento de las canarias y
canarios.
Los mismos que
crean y sostienen tópicos peyorativos o denigrantes para los canarios, tales
como, aplatanados, perezosos, indolentes, moros con corbata, y especialmente el
de magos como sinónimo de brutos, analfabetos etc. Es precisamente la condición
de Mago o Maga después del de
independentista el que confiere mayor dignidad a las canarias y canarios bien
nacidos, pues Mago quiere decir: Adorador de la Sol es decir, de La Diosa Magek , y parafraseando
a nuestros sabios magos diremos: “Usted me llama mago con intención de
ofender, pero no sabe que me está cubriendo de flores de la cabeza a los pies.”
Hacemos votos
para que un día no lejano estos compatriotas de la diáspora puedan regresar a
su matria (patria) y puedan disfrutar en ella de las mismas libertades
políticas, sociales y espirituales de que
disfrutan en sus países de acogida, es decir, en una Nación Canaria en Libertad y Justicia
Social.
Marzo de 2009.
Fuentes consultadas:
Leonel García
Montevideo
En: El País digital de Montevideo.
José Tomás Bethencourt Benítez
Endofobia en Canarias
Víctor Ramírez Rodríguez
Palabras libertarias para una conciencia
Canaria universalista.
Edición: Gallo Kíkere
Canarias, 2007.
El corresponsal, www.elcorresponsal.com.uy.
Castro-Guerra, D. Zambrano Guzmán O.
Mestizaje, distancias genéticas, población venezolana
Rev. Esp. Antrop. Biol. (2000) 21: 111-118
Ángel Suárez Padilla
La emigración
canaria hacia América
Isleños
de Luisiana:
http://www.mgar.net/var/stbernar.htm
http://www.mgar.net/var/stbernar.htm
Juan Bethencourt Alfonso
Historia del Pueblo Guanche. Tomo I.
Francisco Lemus, Editor. La Laguna.
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