Eduardo Pedro García Rodríguez*
El pasado día 26 del presente mes
tuve la oportunidad de leer en el periódico de Winiwuada n Tamaránt (Las Palmas
de Gran Canaria) Canarias 7, un
articulo titulado: “Ya tenemos Cid guanche”, firmado por Francisco Suárez
Álamo, la verdad que al leerlo me embargó un sentimiento de vergüenza ajena
tanto por el autor como por el medio donde está publicado.
El artículo en cuestión desprende el clásico “tufillo” de los
artículos escritos por encargo a cambio de algunos euros o determinadas
prebendas a que algunos periodistas de servicio y estómagos agradecidos son tan
adictos.
El articulista arremete contra D.
José Rodríguez, Editor y Director del periódico local El Día, con similar vehemencia
a la que el desterrado mercenario castellano Rodrigo Díaz de Vivar “El Cid
campeador” y sus hordas de depredadores empleaban en sus cabalgadas de saqueo
contra las ciudades musulmanas del reino
de Valencia.
En esta seudo democracia en que
vivimos se supone que todos los ciudadanos tenemos derecho a expresarnos
libremente, aunque por lo visto “los unos” más que los otros, especialmente
cuando los escritos de “los unos” son afines con los dogmas sostenidos y
propagados por el sistema colonial.
El Sr. Suárez Álamo pretende
darnos una lección de historia y afirma que el hecho de portar apellidos
europeos especialmente de los diferentes reinos de España presupone la ascendencia
de los portadores en dichos reinos, así sin más, el autor aparte de su total
ignorancia sobre el tema, pretende dar a su artículo un tono jocoso o de chanza
propio de quienes están dominados por el
complejo del colonizado que quiere situarse a la altura (en caso de tenerla)
del colonizador o lo que es igual, la del criado frustrado que en sus ratos
libres pretende imitar a su señor, y antes sus iguales se muestra despectivo, altanero y maltratador.
Yo personalmente agradezco al Sr. Suárez Álamo que no se
considere canario de pura cepa, y en el caso de considerarse tal, espero que
sea como consecuencia de que su cadena biológica se haya interrumpido en algún
momento, ya se encarga el sistema de que tengamos bastante baja nuestra
autoestima para encima tener que soportar que determinados individuos puedan
considerarse canarios.
El Sr. Suárez Álamo se descuelga con: “Siento, y lo digo de verdad, un gran respeto
por los que se puedan sentir a estas alturas de la vida guanches de pura cepa,
sobre todo tras seis siglos de mestizaje fructífero, pero lo que resulta
inadmisible es que alguien generalice a cuenta del sentimiento de cuantos
habitamos en las Islas. ¿O es que el editor del El Día es el paradigma del
canario guanche? En ese caso, haría bien en renunciar a sus orígenes. Lo digo
porque el Rodríguez con el que se apellida no es precisamente guanche, ni
bereber, ni macaronésico, ni ultraperiférico, ni soberanista, ni
independentista.”
Sr, Suárez Álamo, creo que micciona usted fuera de la bacinilla y confunde
mestizaje (mezcla de negro y blanca o de indio y blanca) con criollismo (hijos de foráneos nacidos en
la tierra), además si de verdad siente el respeto que dice, lo primero que
debería hacer usted antes de emitir juicios temerarios y gratuitos es
informarse de la historia del país en
que vive – o del que vive – pero como posiblemente la inmensa actividad a que
tiene sometida sus neuronas tratando de justificar sus pretendidos orígenes
ibéricos, le resta tiempo permítame que le indique algunos libros donde puede
consultar determinados aspectos de nuestra – que no la suya - secuestrada
historia, los cuales si los consulta, contribuirían a disipar sus nebulosas
mentales en torno a nuestra realidad étnica, cultural y colonial, evitando así en lo posible que en
el futuro si decide tratar sobre el tema cometa errores impropios de una
persona medianamente culta.
Veamos algunos de ellos: “Historia de las siete Islas de
Canaria” de: Tomás Marín de Cubas, Descripción de las Islas Canarias” de:
Leonardo Torriani, “Historia de la conquista de las Siete Islas de Canaria” de:
Abreu Galindo, “Historia General de Las Islas Canarias” de: Agustín Millares
Torres. Además también le recomiendo que consulte a los siguientes autores: Frai
Alonso de Espinosa, Geoge Glas, Rene Verneau, Sabin Berthelot, Chil y Naranjo,
Cipriano de Arribas y Sánchez, Bethencourt Alfonso, Fischer, Wölfel,
Schwidetzky, Weninger, Fusté, Rösing y Camps, Celso Martín de Guzmán, González
Antón, Tejera Gaspar, Francisco García Talavera, entre otros eminentes
historiadores e investigadores.
Además son varias la fuentes escritas donde están debidamente
documentadas la ascendencia guanche de la mayoría de los portadores de
apellidos europeos, entre ellas los protocolos notariales de la época, También
es una fuente interesante el libro de Elías Serra Rafols “Las Datas de Tenerife
(libros I a IV de datas originales), en él figuran un gran numero de canarios y
guanches con nombres y apellidos europeos, y curiosamente está recogido las de
varios moriscos que ostentan el apellido Suárez. ¿Serían europeos estos
moriscos?
Pero como presupongo que sus atareadas neuronas no le van
a permitir dedicar a la lectura de los textos y autores mencionados el tiempo
que merecen, le transcribo algunos párrafos de algunos de ellos para ilustrar
su ignorancia, por ejemplo:
Veamos algunos canarios que participaron en la invasión y
conquista de la isla de Chinech (Tenerife) que ya por tan tempranas fechas mucho
de ellos portaban nombres y apellidos originarios de la Península Ibérica :
[…]Luego el gallardo Pedro Mananidra/ llegó con los canarios
de su bando,
de los cuales se hizo aquesta lista:/ Juan Dara, Rutindana,
Bentangayre,/
Alonso de Adargoma, Juan Doramas,/Juan Blasino, Romano,
Gamonales,/
Pedro Mayor, y Pedro el de la Lengua ,/Juan Pascual, don
Hernando Guadarteme,/
Juan Bueno, Luis Guillén, Juan de Santa Ana,/Juan Dome a
Dios, Pablo Martín Buendía,/Pedro Quintana, Juan Alonso Ortega,/Cristóbal
Gando, Pedro de la Palma ,/
Alonso Pérez, Luís Martín del Llano,/Pedro Moreno, Ambrosio
de Lorança,/
Juan Plado, Pedro el Grande, Juan Roquero,/Pedro Xinama,
Juan Martín Izquierdo,/
Hernando de la
Peña , Luís Francisco,/Gonzalo Gueniguado, Pablo Ramos,/
Ramiro Esteves, Pedro Prieto el Tuerto,/Esteban López, Roque
de Santa Ana,/
Alonso Rubio, Bernabé Serrado,/García de la Fuente , Diego Pérez,/
Ambrosio de San Juan, Antón Antonio,/Hernando Caballero,
Martín López,/
Pedro Fernández, Baltasar Gallardo,/ Hernán Rodríguez, Pedro
de la Rosa ,/
Juan del Salto, Juan Bales, Pablo Esteban,/Martín Infante,
Juan de Teniguado./
Aquí acabó la gente de Canaria,/y la que el General juntó en
las islas,/
algunos de los cuales escaparon […] (Antonio de Viana, [1604]
1996).
Como todo estudioso de la
historia colonial en canarias sabe, nuestros antepasados fueron obligados a
asumir el cristianismo y con él los nombres y apellidos europeos, solamente se
les permitió conservar sus nombres originales a determinado grupo de nobles y notables. Muchos Albertos,
Díaz, Gonzáles, Rodríguez, Pérez etc., actuales descienden de la nobleza
guanche, y lo triste es que muchos de ellos lo ignora.
Para ilustrarle un poco más en el
tema Sr. Suárez, le reproduzco algunos párrafos de un excelente artículo del
Doctor García Talavera:
[…] Los hechos ocurrieron durante las festividades del día
de Candelaria de 1588. Dice al respecto un documento recientemente publicado
(M. Fariña, 1997), presentado en La
Orotava , en diciembre de ese mismo año, por el guanche Pedro
Hernández: "...Todos los años, por el día de Nuestra Señora de
Candelaria se hace procesión de la
Casa de Nuestra Señora hasta la iglesia de San Blas (...) que
la Imagen sale
en sus andas y en procesión de llevarla sobre sus hombros los Naturales que
descienden de los Naturales que eran antes que la isla se ganase y en contorno
y en redondo de la dicha Imagen suelen ir todos los Naturales porque es fiesta
suya, y la Imagen
les pareció a ellos mucho tiempo antes que cristianos ganasen la dicha Isla
(...) y estando en este uso antiguo e posesión, el día de Nuestra Señora deste
mes pasado de febrero, continuando los dichos Naturales su posesión e
costumbre, queriéndose hacer la dicha procesión, cuatro de ellos tomaron las
andas de dicha Imagen, yendo los demás junto a ella y la sacaron desde su
altar, trayéndola a la capilla de la dicha iglesia, de donde se recomenzaba a
hacer la procesión. Y trayéndola sobre sus hombros los dichos Naturales, y
estando congregada mucha gente, el dicho Cristóbal Trujillo de la Coba , y Gaspar Yanes,
Regidores y otros, con alboroto y escándalo, diciendo el dicho Trujillo que
tenía comisión del Gobernador e que venía en su lugar, e con vara de justicia
en las manos, fueron rempujando a los dichos Naturales y llegando a los que
tenían las dichas andas por fuerza, y sin reverencia de Nuestra Señora se la
quitaron por fuerza, y porque los dichos naturales con modestia y mansedumbre
decían e requerían al dicho Trujillo de la Coba que no les quitase de su posesión e que
aquello les pertenecía por ser Naturales, el dicho Trujillo y los demás les
afrentaron delante de la dicha Imagen llamándoles de bellacos e majaderos e
pícaros, y en son de quererlos afrentar les decían que eran unos Guanches de
baja suerte".[…]
[…] Así, con el mencionado documento fechado en La Orotava el 31 de diciembre
de 1588: "...compareció Pedro Hernández en nombre de Francisco
Hernández, Juan Fernández, Luís Rodríguez, Francisco González, el capitán Pedro
Rodríguez, Salvador González, Alonso Rodríguez, Juan Rodríguez, Diego Díaz de
Vera, Antón Sánchez, Andrés Hernández, Lázaro Sánchez, Rodrigo Martín y los
demás sus consortes, todos guanches naturales de Candelaria".[…]
[…]"En La Laguna , el 2 de febrero de
1601, otorgan poder a Lázaro Sánchez, en representación de Juan Gaspar,
Francisco González, Pedro Delgado, Juan de Torres, Pedro Martín, Bastián
Hernández, Francisco González el Mozo, Pedro Díaz, Amador González, el
bachiller Luís García, Antón García, Diego de Torres, Juan de Torres, Francisco
de Torres, Gaspar Díaz, otro Luís García (...) por nos e por los demás
naturales (guanches) ».
"En Garachico, el 19 de marzo de 1601, Juan de Mena
el Viejo y Juan de Mena el Mozo, Martín de Mena, Diego de Mena y Pedro de Mena,
Melchor Asencio, Antonio Estévez, Juan de Betancort y Pablo de Betancort,
Miguel González, Baltasar Asencio, todos naturales (guanches) y, vecinos de las
bandas de Daute, otorgan poder a Juan Marrero, natural y vecino de Candelaria
».
"En Candelaria, el 18 de marzo de 1601, Pedro
Hernández, Fernando Pérez, Juan Pestano, Marcos González, Gaspar Pérez y Líis
Hernández naturales (guanches), otorgan Poder a Juan Marrero, guanche, para que
los represente ante la
Real Audiencia de Canaria. En un documento aparte, carta
de poder a Juan Marrero concedida por los naturales de Candelaria, el capitán
Juan AIbertos, Leonardo Rodríguez, Juan Cabrera Real, Juan López de la Fortaleza , para que
prosiguiera el pleito en curso".
"En Buenavista, el 18 de marzo de 1601, Felipe Martín
y Juan Delgado el Viejo, Luís Martín y Luís de Ibaute, Melchor Jácome, Diego
Jácome, Gaspar González del Valle, Antón Martín, Antón Pérez, Leandro Martín,
Nicoloso Martín, Lorenzo Hernández, Pedro Martín Betancort, Manuel Martín,
Amador Hernández, Juan Rodríguez del Valle, Luís Martín y Pedro Martín
(hermanos), Sebastián Hernández, Baltasar Guerra, Gaspar Díaz, Bastián
González, Domingo Hernández, Baltasar Díaz y Esteban Martín, naturales
(guanches) y vecinos del Beneficio de Daute, dan poder a Juan Marrero, natural
de Candelaria ".
"En la
Orotava , el 21 de marzo de 1601, Juan de Rivera, Cristóbal de
Palanzuelos, Juan de la Sierra ,
Agustín Hernández y Juan Hernández, Domingo Rodríguez, Alonso Pérez, hijo de
Inés Pérez y Martín González, vecinos de Güimar, y naturales de la isla
de Tenerife, otorgan poder a Juan Marrero...". […]
[…]A esta
larga nómina de guanches podemos añadir algunos más, reseñados en otros
documentos de la época. Así, en la probanza de nobleza de la familia
Armas-Negrín de Tenerife se presentan como testigos en La Laguna , Buenavista y S.
Pedro de Daute (Garachico), en 1568: "Juan Líis, natural de Tenerife,
Juan de Regla, también guanche, Marcos Rodríguez, igualmente guanche; los
guanches de 100 años Hernando Delgado y Rodrigo Hernández, Pedro González,
también guanche..."
Y en los protocolos de Sancho de Urtarte, entre 1573 y
1583, referidos al Valle de Güímar, aparecen los siguientes guanches: Juan
Fernández Hidalgo, hijo del mencey don Fernando de Anaga, Miguel de Güímar,
Hernando de Baute, antiguo hidalgo de Naga, casado con doña Ana, hija del
mencey de Abona; Andrés de Güímar, casado con doña María, hija del mencey de
Adeje, apellidado también Llerena y gran defensor de sus hermanos guanches ante
los Reyes de España; don Juan de Tegueste, pariente del mencey y abuelo de
Francisco Hernández, mayordomo de la ermita del Socorro en 1588. Todos estos
notables guanches vivían en Candelaria. A su vez, en Chacaica (Güímar), entre
otros vivía el guanche Mateo de las Casas, junto a varios indígenas de Gran
Canaria.
En cuanto a la pervivencia de la etnia guanche, cosa que
están fuera de toda duda según viene demostrando los recientes estudios
genéticos, ya en el siglo XIX el ilustre medico tinerfeño Dr. Betancourt
Alfonso no legó sobre el particular el estudio que reproduzco a continuación:
[...] Salvo los muertos en combate que fueron menos de lo
que presumen los ponderativos, entre guerreros, mujeres, viejos, muchachos y niños
acogidos a los convenios, puede asegurarse sin pecar de exagerado, que constituyeron
las nueve décimas partes de la nueva población con relación a los españoles; y
como de este asunto hemos de ocuparnos con mayor amplitud al tratar de la
conquista de Tenerife, lo tomamos por ahora de ejemplo y aplazamos para
entonces las razones en que apoyamos nuestros asertos.
Al celebrase la paz de Tahoro de los Realejos
y hablando en cifras redondas, existían en Tenerife 20.000 guanches de todas
edades y sexos aunque predominando mujeres y niños, de los cuales unos 5.000
continuaron rebelados en medio de los montes sin querer darse a partido, y los
otros 15.000 se mezclaron con un millar entre conquistadores y pobladores
formando los núcleos de las veinte y tantas poblaciones actuales. Cuanto a
mujeres europeas, como aconteció en las demás islas, eran contadas.
De los 1.000 entre conquistadores y pobladores que se
avecindaron durante los primeros lustros, salvo unos cuantos extranjeros que
por su escaso número nada significa, unas pocas docenas eran portugueses, como
200 indígenas isleños en su mayoría de Canaria y el resto de españoles, que
siendo casi en la totalidad solteros se casaron con las guanchas. Aparte de que
esto era natural, sábese por tradición, por lo que arrojan los archivos y sobre
todo por el testimonio nada sospechoso de un comisionado inquisidor de aquella
época, que hizo un padrón secreto de todas las islas, y sacó a la luz el
erudito Sr. Millares.
En lo esencial los hechos expuestos son exactos y sólo
falta aplicarles las conocidas leyes de la herencia y de cruzamiento; con las
circunstancias en esta ocasión de hallarse favorecido el coeficiente o grado de
afinidad sexual, por estar comprendido en el grupo llamado por Mr. Broca de homogenesia
eugenésica o absoluta, puesto que tanto los naturales de las otras islas,
portugueses españoles como guanches de Tenerife, proceden del mismo manantial íbero-libio.
Siguiendo con el ejemplo de los 1.000 conquistadores y
pobladores casados con otras tantas guanchas, pues los pocos que ya lo estaban
para el caso es lo mismo porque se amancebaron, resultó:
1.º hijos mestizos de primera
sangre.
2.º Simplificando el ejemplo
para más fácil comprensión, mestizos de segunda sangre (que es el primer
grado de retorno), que comprende a los vástagos del cruzamiento de los
mestizos anteriores con guanchas, que eran las que abundaban.
3.º Mestizos de tercera sangre
(segundo grado de retorno) o sea los nacidos de la segunda sangre
casados con guanchas de pura raza y así sucesivamente hasta que en el quinto o
sexto cruzamiento de retorno, como la población no era alimentada con elementos
de fuera sino de la tierra, desapareció por lo general todo vestigio de
mesticismo (mestizaje) y reapareció el tipo de raza de la madre o séase del guanche
con todos sus caracteres […].
Por otra parte, es evidente que el sector de la población
guanche que no se mezcló con los invasores fue la mayoritaria, especialmente
los alzados, y la mayoría de los Menceyatos del Sur, los cuales por razones
orográficas y como consecuencia de los tratados de paces, estuvieron prácticamente vedados para los
conquistadores y colonizadores durante muchos decenios después de la conquista.
Cuenta un viajero inglés del siglo XVII, refiriéndose a los guanches de Güímar
que: <<aún el más pobre de ellos, tiene en menos precio el casar con
mujer española>>.
Sr. Suárez Álamo,
espero que lo antedicho le sirva para despejar su ignorancia en torno al origen
de los nombres y apellidos europeos en esta colonia de España en el noroeste de
África. Por otra parte, es posible que usted vea los informativos de las
cadenas de televisión. Dígame, El Presidente de Venezuela tiene los rasgos
físicos de de un natural de Cuenca? Yo creo que no y sin embargo se llama Hugo
Chávez Frías, y el de Bolivia, ¿Acaso se
parece con un nativo de Madrid? También pienso que no y ya ve usted, se llama
Evo Morales, como puede ver de lo más español.
Ciudad colonial
de Eguerew noviembre de 2007.
*Miembro de la Asociación
Sociocultural Kebehi Benchomo.
Fuentes consultadas:
Antonio de Viana
Antigüedades de las Islas Afortunadas
Edición facsímil. La Laguna 1996.
Dr. Francisco García Talavera-Casañas
Guanches del siglo XVII
En: persona.telefonica.terra.es/web/mleal/articles/tribuna/26.htp
Juan Bethencourt Alfonso
Historia del Pueblo Guanche, t. I.
Francisco Lemus Editor, La Laguna 1991.
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