Rukaden Ait Anaga
Continuando con lo dicho en
anteriores comunicaciones, ¿Recogemos o no recogemos el grito que nuestro Padre
de la
Nacionalidad Canaria, el Prócer Secundino Delgado lanzó al
mundo? Creo que en el ánimo y el espíritu de todas/ os está no solo el
recogerlo, sino el de hacerlo realidad, por lo menos en la gente que conozco.
Como el pasado ha estado lleno de
contratiempos, hechos y actuaciones (O la ausencia de ellas) que no han
desembocado en la creación de un Movimiento Nacional capaz no solo de aglutinar
a toda nuestra gente, a los hermanos y hermanas, camaradas y compañeras/ os,
sino de crear las condiciones objetivas necesarias para la concesión de
nuestras aspiraciones, coincidiremos todos en que ya va siendo hora de hacerlo.
No se necesitan grandes cosas ni sacrificios, solo la voluntad de hacerlo.
Yo no quiero decir que todo lo
que se ha hecho en el pasado no ha servido de nada, porque además de mentir,
sería injusto y despreciaría la ingente labor, los sacrificios y la sangre
derramada por miles de los nuestros que se crecieron ante las dificultades y
contra el temporal de la represión y el descrédito, las humillaciones y el
desprecio, no solo mantuvieron viva la llama de la Libertad. No, ni
siquiera yo soy tan… (Cada cual que ponga lo que quiera)
Pero si quiero decir, que “esas
soluciones” ya no nos valen en el presente (Salvo una que todas sabemos y no es
preciso nombrar y que espero y deseo que continúe estando ahí, en silencio
todavía, “a la espera”) Quiero decir que si no construimos el futuro de
Canarias todavía, por lo menos debemos crear la herramienta revolucionaria que
nos permita hacerlo. Y también que no debemos ser tan quisquillosos, tan
ideológicamente puros y tan precisos que nos rompamos los cascos buscando “la
herramienta perfecta, la definición perfecta” de entrada, porque entonces
estaremos cayendo en los mismos errores pasados, pues este instrumento de
lucha, primero debe nacer y luego ir evolucionando, perfeccionándose y
adaptándose a las necesidades de la lucha diaria y cotidiana, a las necesidades
y aspiraciones de nuestro Pueblo. Por lo tanto el primer paso es dotarnos de la
estructura en sí misma, con un contenido mínimo (Los 5 puntos de la Dignidad Canaria),
y a partir de ahí ir creciendo, consolidando el proyecto y dotándolo de todo lo
necesario para la consecución de todos los objetivos.
Con la base ideológica y la
experiencia acumulada en tantos años de lucha, no partimos de la nada. Tenemos
una base, unos cimientos sobre los cuales construir el futuro de nuestra
Patria/ Matria y nuestro Pueblo. Ahora es preciso crear una Organización capaz
no solo de aunar esfuerzos y aglutinar a todas/ os las/ os independentistas,
además tiene que conducirnos, con el tiempo, a la victoria.
Aquí surge el problema de definir
qué tipo de organización es necesaria o cual es mejor. Lo ideal sería, he dicho
ya, un solo partido que nos aglutinara a todos, receptivo y abierto a todas las
sensibilidades, pero, también he dicho que sería necesario un enorme ejercicio
de generosidad por parte de todos, para vencer los recelos y todo lo que nos
venga del pasado, así como los personalismos. Como todos más o menos nos
conocemos personalmente a nosotros mismos, esta opción, por lo menos de
entrada, va a ser difícil llevarla a cabo, por lo que debemos, en aras de la
operatividad y el tiempo que se nos echa encima, no perder demasiado tiempo en
esto, y retrasar el momento en que debamos abordarlo, aunque por otra parte
resulta cierta temeridad enfrentar un proceso electoral en que nuestra
organización ni presente fisuras aprovechables por el caciquismo, y no sucumba
a las tensiones propias de la vida política cotidiana, sobre todo si es de las
características y comportamientos tan sucios que todos hemos visto en el
pasado. Pero, ahí queda la cuestión, que no es mi tarea decidirla.
Nos queda entonces, al principio-
decía- la opción única de una Coalición electoral; En Canarias estas
coaliciones solo han triunfado en contadas ocasiones que no es preciso nombrar,
pues las demás no han conseguido “cuajar” como todos sabemos. Si hubiese una
voz “autorizada” que “velara” para que cada cual cumpla con los compromisos que
libremente adquirió, no habría ningún problema, pero como de momento al menos
no la hay ni se le espera, debe ser una cuestión estrictamente de compromiso
mediante documento notarial encaminado a dos temas:
1-
Las siglas y por lo tanto los cargos que
pudieran obtenerse no estarán controladas por ninguna organización en concreto.
2-
Al no estar controladas por ninguna organización
sino por individuos independientes a título personal, los cargos públicos
adscritos a dicha coalición, firmarán un documento de renuncia previo a
presentarse en cualquier candidatura a cualquier cargo orgánico o público, solo
a falta de fecha. Es preciso aclarar que ningún candidato podrá tener parte del
control de la organización, me refiero a la titularidad legal de la misma.
(Naturalmente se crearía una
comisión encargada de que no se produjeran “abusos” en lo concerniente a las
supuestas “renuncias”, mientras los cargos elegidos se atengan a los acuerdos,
mandatos y programa/ as de la formación, una especie de comisión de garantías
que tomaría sus acuerdos por mayoría absoluta, lo que necesita obviamente el
consenso de al menos la mayoría de estos)
La forma de organización y el
programa, será en la próxima comunicación.
Julio de 2014.
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