1832.
A poco de su llegada al Caribe
sorprendió la muerte al capitán don José Navarro y Sotomayor, quien falleció en
el Hospital del Rey de la ciudad de Matanzas (Cuba).
José Navarro y Sotomayor
(1785-1832),Capitan de milicias, comandante de armas del Valle de Santiago del
Teide y emigrante1.
Este destacado militar suplió su
limitada capacidad para el mando con un gran tesón, lo que le permitió superar
enemistades e informes negativos de sus superiores y lograr sus respectivos
ascensos, primero a subteniente y luego
a capitán. Además, desempeñó con
acierto el cargo de gobernador de las armas de su pueblo natal durante más de
dos décadas, hasta que pidió su retiro para emigrar a América, donde falleció.
Como era normal por entonces, emparentó con otros dos ilustres militares
vecinos del Valle de Santiago, el coronel graduado de Caballería don Salvador
Gorrín Forte, héroe de la
Guerra de Independencia venezolana, casado con su hermana
María, y el teniente coronel graduado don Antonio
González Velázquez, su consuegro.
Nuestro biografiado nació en el
pago de Tamaimo el 16 de julio de 1785, hijo de don José Navarro García y doña
Micaela González de Soto y Abreu (conocida como Micaela Sotomayor), naturales y
vecinos de dicho lugar2. Cinco días después fue bautizado en la iglesia
parroquial de San Fernando de la
Villa de Santiago por don Dionisio Keogh y Lynch, cura párroco
de la misma y de Guía; se le puso por nombre “José Antonio de la Cruz” y actuó como padrino su
tío don José González de Soto.
Perteneció a una familia de
cierto prestigio local, en la que destacaron, entre otros: don
Pedro Navarro, alcalde mayor de dicha
villa; el sacerdote don José Navarro y Gorrín (1839- 1881), Bachiller en
Sagrada Teología, párroco de San Miguel de Abona, El Tanque y San Pedro de
Daute, arcipreste y subcolector de Capellanías de Garachico; y don Buenaventura
Gorrín y Navarro (?-1915), seminarista, maestro, alcalde y juez municipal de
Los Silos.
Subteniente de
milicias
Don José Navarro creció bajo la
protección del Señor del Valle de Santiago, don Fernando del Hoyo-Solórzano,
solo tres años mayor que él y a quien siempre guardó gran afecto y fidelidad.
Por dicha circunstancia, tuvo la posibilidad de aprender a leer y a escribir
con bastante corrección, además de adquirir notables conocimientos de
Aritmética.
Como consecuencia de lo expuesto,
la familia Navarro-Sotomayor fue abriéndose una destacada posición social en el
mencionado Valle, prueba de lo cual fue el enlace de la hermana de
nuestro personaje, doña
María Navarro y
Sotomayor, con su
paisano don Salvador Gorrín
Forte, de familia relativamente desahogada y que llegaría a ser coronel
graduado de Caballería, regresando de América con la aureola de héroe de la Guerra de Independencia de
Venezuela3.
Desde muy joven nuestro
biografiado se sintió atraído por la carrera militar, por lo que el 7 de marzo
de 1808, a los 22 años de edad, empezó a servir como soldado distinguido en el
Regimiento de Milicias
Provinciales de Abona.
Antes de pasar
un mes, el
3 de abril inmediato, fue promovido al empleo de subteniente
de la 8ª compañía de Fusileros del mismo cuerpo, con carácter interino, por
orden del Marqués de Casa Cagigal, comandante general de las Islas Canarias;
desde entonces se le mencionaría indistintamente con dicho empleo o con el de
alférez, pues por esa época eran equivalentes.
A
partir de su nombramiento como
oficial, el prestigio
de don José
Navarro aumentaría considerablemente entre sus paisanos, por lo que era
normal que se le invitase a ocupar lugares de preferencia en los actos que se
allí se celebraban, actuando con frecuencia como testigo y padrino en la
celebración de bodas y bautizos.
El 10 de julio de 1809 figuraba
en una relación de jefes, oficiales y cadetes del Regimiento Provincial de
Abona, “á quienes por antigüedad
y servicios corresponde ser
promovidos pa. llenar las vacantes que hay en el Cuerpo”, firmada en Santa Cruz
de Santiago de Tenerife por el comandante general de Canarias don Carlos
O’Donnell, en la que se le proponía por antigüedad para el empleo inmediato: “A
Teniente de Cazadores por hallarse vacte. este empleo al Subte. into. del mismo
Cuerpo Dn. José Navarro”, añadiendo que “Tiene 24 años de edad y 2 de
servicio”4. Pero no llegó a obtener dicho ascenso.
En enero de 1810, a los 24 años
de edad, contrajo matrimonio en San Juan de la Rambla con doña Gumersinda
de Armas Perdomo, natural de dicho pueblo5 e hija del capitán de Milicias don
Antonio de Armas Perdomo y Encinoso6, oriundo de La Gomera, y de doña María
Alonso Bautista del Castillo, natural de la mencionada localidad tinerfeña. La
nueva pareja se estableció en el Valle de Santiago, pero el 17 de noviembre de
1811, al nacer su hija María, don Josef Navarro [sic] figuraba como vecino de
San Juan de la Rambla.
Por esa época, don José Navarro
sirvió durante tres meses en la guarnición de la plaza de Santa Cruz de
Tenerife, donde desempeñó algún cometido relevante, como el que reflejó en su
Diario don Juan Primo de la
Guerra, III Vizconde de Buen Paso, con fecha 11 de junio de
1810:
Esta tarde fui a pasear al
castillo de Pasoalto, sin acordarme de que estaban allí los reos de la
conmoción del Puerto de La
Orotava, que son cincuenta y uno o cincuenta y dos... La
guardia, que se compone de veinte milicianos, a los que se añaden por las
noches un retén de diez, la mandaba el subteniente don Josef Navarro y Sotomayor,
natural de la villa de Santiago y casado, seis meses ha, en San Juan de la Rambla. Es un joven que
me refirió ser muy afecto al señor de la villa de Santiago, don Fernando del
Hoyo, mi sobrino, y me hizo muchas expresiones de obsequio.7
La mencionada vinculación de
nuestro biografiado con el Señor de la
Villa influyó, probablemente, para que no fuese bien visto
por sus superiores, pues por entonces eran frecuentes los enfrentamientos entre
los nobles isleños. De este modo, el 28 de junio de 1811 el coronel del
Regimiento, don Domingo Chirino y Soler VI Marqués de la Fuente de Las Palmas,
informaba que: “Los Subtenientes D. José
Soler y D. José Navarro de ninguna manera pueden salir
de la clase
de Subalternos, pues su ineptitud, y falta de aquellas conveniencias precisas para sostener
el decoro de otro más alto encargo, los imposibilitan de ascender a capitanes”.
El 14 de julio inmediato, el mismo jefe informaba: “El Subte. D. Josef
Navarro no sirve para ascender
de la clase
de subalterno, por su ineptitud y falta de instrucción”. Y el 14 de agosto insistía
en su informe, proponiendo: “a D. Juan Calvo en lugar de D. José Navarro para
ascenso a capitán”, “por su ineptitud, falta de instrucción, y conveniencia”. A
pesar de lo cual, el 26 de este último mes nuestro biografiado figuraba entre
los propuestos para el ascenso: para “Teniente de la 7ª en lugar de D. José
Ruiz de Medina a D. José Navarro subteniente de la 8ª”, pues “aunque el coronel
advierte la ineptitud y falta de aplicación” del subteniente don José Navarro,
“ha parecido no dejarlo sin la colocación que le proporciona
su antigüedad, quedando
al arbitrio de
V.S.”; por entonces continuaba figurando como subteniente de la
8ª compañía.8
Gobernador de las armas
del Valle de Santiago
No obstante los negativos
informes de su coronel, nuestro biografiado desempeñó con
acierto, desde su ascenso a
subteniente en 1808, el cargo de comandante o gobernador de armas de la Villa de Santiago, en el que
permanecería durante 23 años. Dicho nombramiento le fue concedido por ser el
único oficial del Regimiento de Milicias Provinciales de Abona que residía en
dicha villa, cuya demarcación estaba asignada a dicho cuerpo.
Pero en ese tiempo hubieron
intentos de quitarle esa destacada responsabilidad, como el suscrito por don
Antonio González Velázquez9, capitán del Regimiento de Garachico que residía
también en el mismo Valle de Santiago, el cual hubo de ser resuelto mediante
comunicación del comandante general de Canarias, don Pedro Rodríguez de la Buria, al coronel del
Regimiento de Garachico, fechada en Santa Cruz de Tenerife a 20 de marzo de 1813
y que transcribimos a continuación:
Es equivocado el concepto en que
el Capitán del Regimiento del cargo de V.S. Don Antonio González comprenda que
a él, y no al Subteniente Don José Navarro, le toca mandar las armas en la Villa del Valle de Santiago,
cuando este último oficial lo es del Regimiento de Abona, a cuyo cuerpo
y compañía está asignada
la demarcación del referido pueblo, y no habiendo motivo
fundado ni teniendo yo por conveniente alterar
el derecho que obra en favor de Navarro, hará Vd. entender al Capitán
González que no ha lugar su solicitud en despojo del otro, y que su reputación
no puede verse alterada como dice,
porque así no suceda; respecto a que la opinión común jamás debe
meterse en asuntos militares ajenos a su incumbencia.10
Por una hoja de servicios fechada
a 31 de diciembre de 1814 sabemos que el coronel del Regimiento, el mencionado
Marqués de la Fuente
de las Palmas, opinaba en sus notas de concepto que existían valores positivos
y negativos sobre la trayectoria militar del Sr. Navarro y Sotomayor: se le
consideraba valor, mucha aplicación, poca capacidad, buena conducta y cortas
conveniencias; por entonces residía casado en el Valle de Santiago. Por su
parte el comandante general e inspector del Cuerpo, general de la Buria, era más drástico en
su informe: “Poca capacidad
y ninguna instrucción”. Como
curiosidad, se le
consideraba calidad “Distinguida”, salud buena y “su País la Villa de Santiago”. No se
había hallado en ninguna campaña ni
acción de guerra,
pero en dos
ocasiones había servido
como tal subteniente en la División que estaba de
guarnición en la plaza de Santa Cruz de Tenerife, donde permaneció tres meses
en cada una.11
A pesar de los anteriores
informes, el alférez don José Navarro y Soto, como también era conocido,
continuó ocupando una
posición social privilegiada
en su pueblo
natal, contando con el aprecio y respeto de la mayoría de sus vecinos, a
los que prestó importantes servicios desde su cargo de gobernador de las armas
del Valle.
El 21 de septiembre de 1816, se
le remitió una circular a “Josef Navarro
y Soto Mayor” desde Vilaflor por
el sargento mayor del
Regimiento de Abona, don Leonardo Cordero12. Al año siguiente,
mediante Real Despacho dado en palacio a 19 de enero de 1817, el Rey don
Fernando VII le confirmó en su empleo de subteniente, con la antigüedad de su
desempeño:
Por cuanto el Comandante
que fué de las Islas
Canarias, Marqués de Casa-Cajigal nombró subteniente de la Octava Compañía
del Regimiento Provincial de Abona a Don Josef Navarro Sotomayor, y he venido
en aprovar y confirmar el expresado empleo, con la antigüedad de tres de Abril
de Mil ochocientos ocho.
Por tanto mando al Capitán General
o Comandante General a quien tocare de la Orden conveniente para que el expresado Don José
Navarro Sotomayor, se ponga en posesion
del mencionado
empleo, guardandole y
haciendole guardar las
preeminencias y exenciones que
le tocan y deben ser guardadas; que asi es mi voluntad; y que el intendente a
quien perteneciere de asi mismo la orden necesaria para que se tome razón de
este despacho en la contaduría principal, en la que se le formará asiento con
prevención de que siempre que mande juntar dicho regimiento para acudir a los
parages que convenga á mi Real servicio se le asistirá con el sueldo que a los
demas de su Clase de las tropas regladas de Infantería, en consecuencia de lo
que tengo resuelto, en el articulo septimo de la Ordenanza de treinta y
uno de Enero de Mil setecientos noventa y nueve.13
Durante sus ausencias de la Villa de Santiago, el
sargento 1º don Antonio Martel Trujillo ejerció en varias ocasiones como
comandante de armas accidental de dicho Valle, al ser el segundo militar de
mayor graduación del Regimiento de Abona que residía en el mismo, como ocurrió
el 16 de abril y el 14 de agosto de 1817, así como el 13 de marzo de 1818.
En 1820, don José Navarro estaba
empadronado en Tamaimo; figuraba con 31 años y como “alférez”; y le acompañaba
su esposa, doña Gumersinda Perdomo, de 27 años, así como cuatro hijos: María,
de 9 años, José, de 7, Victorino, de 5, y Manuel, de 3 años.14
En otra hoja de servicios,
fechada a 11 de enero de 1824, las notas del coronel del Regimiento sobre el
subteniente “D. Josef Navarro”
eran aún más
negativas que en la
anterior: valor no conocido, ninguna aplicación, cortísima capacidad, conducta
indiferente y ningunas conveniencias. Con respecto a posibles ascensos se
informaba que no se le consideraba apto para el ascenso “por inepto”. Figuraba
con 38 años; llevaba 14 años, 9 meses y 23 días de servicios. Su calidad era
distinguida, continuaba teniendo buena salud, residía casado en la Villa de Santiago y en los
últimos diez años había servido en otras ocasiones en la guarnición de la plaza
de Santa Cruz de Tenerife, hasta totalizar con las dos anteriores un total de
11 meses y 18 días de movilización.15
Ascenso a Capitán de
milicias
Pero el inspector de las Milicias
Canarias no debía coincidir con las apreciaciones del
coronel jefe del Regimiento, pues
mediante Real Despacho, dado en San Lorenzo el 15 de septiembre de 1827 por el
mismo Rey don Fernando VII, se le ascendió a capitán de la 8ª compañía del
Regimiento Provincial de Abona:
Por cuanto atendiendo a los
servicios y méritos de Vos, Don José Navarro Sotomayor Subteniente de la Octava compañía del
Regimiento Provincial de Abona, en la
Isla de Tenerife, he venido en conferiros el empleo de
Capitan de la expresada compañía Octava, que se halla vacante por pase a la de
Granaderos de Don Francisco José Feo que lo obtenia.
Por tanto mando al Comandante
General dé la orden conveniente para que se os ponga en posesion de la referida
Compañía, y á los Oficiales y Soldados de ella que os reconozcan y respeten por
su Capitan, obedeciendo las órdenes que les diéreis de mi servicio por escrito y
de palabra, sin réplica ni dilacion alguna; y que asi ellos como los demas
Cabos mayores y menores, Oficiales y Soldados de mis Ejércitos os hayan y
tengan por tal Capitan de Milicias Provinciales, guardándoos y haciéndoos guardar las honras,
preeminencias y exenciones que os tocan y deben ser guardadas, sin que os falte
cosa alguna: que asi es mi voluntad; y que el Ministro de mi Real Hacienda á
quien perteneciere dé asimismo la orden necesaria para que en los Oficios
principales de ella se tome asiento de este Despacho, con prevención de que
siempre que mande juntar dicha Compañía para acudir á los parages que convenga
á mi Real servicio, se os asistirá con el sueldo que á los demas Capitanes de
la propia Clase
de tropas regladas,
en consecuencia de
lo que tengo resuelto.16
Inmediatamente, nuestro
biografiado tomó posesión de la referida compañía, con lo que se veían
plenamente culminadas sus modestas aspiraciones militares. Poco tiempo después,
tras el reajuste de su Regimiento, pasó con dicho empleo al mando de la 6ª
compañía del mismo cuerpo.
Don José Navarro y García, padre
de nuestro personaje, tras enviudar de doña Micaela González continuó viviendo
con su hija la “Coronela”, como el mismo denominaba a doña María Navarro,
esposa del coronel Gorrín; al trasladarse éstos para Santa Cruz, don José
prestó a su hija 200 reales, que luego se transformaron en donación, y pasó a
vivir con su hijo don José Navarro y Sotomayor. Para compensar a éste por sus
atenciones, el 15 de febrero de 1827 otorgó en Icod de los Vinos el siguiente
documento:
D. José Navarro vº de la Villa de Santiago y
residente en este pueblo de Icod se halla con edad de más de 80 años, manco y
falto de vista, por cuyo motivo no puede cuidar de los cortos bienes que poseo
ni de mi persona, he venido en conocimiento de ceder a mi hijo D. José Navarro
todos los frutos de mi hacienda que produzcan en el presente año de la fecha, a
excepción de las frutas, cuya
gracia le hago en recompensa de los
gastos que dicho mi hijo ha tenido conmigo, debiendo igualmente sostenerme de
alimentos en dicho tiempo señalado, con cuyo requisito le hago esta donación de
frutos que le hago en por vía de los
gastos y mantención que ha tenido y tendrá en el término prefijado.17
Al siguiente año, 1828, don José
Navarro continuaba viviendo con su hijo militar, a quien vendió simbólicamente
la casa que había sido de su habitación por 200 reales, “de los que no percibió
ninguno”, compensando así la donación que había hecho con anterioridad a su
referida hija.18
Por esa época, las diferencias de
nuestro biografiado con el anteriormente mencionado capitán don Antonio
González Velázquez, su vecino, ya se habían zanjado, pues el 24 de febrero de
1828 la hija de don José, doña María Navarro Perdomo, contrajo matrimonio en la Villa de Santiago con don
Salvador González Barrios, hijo de don Antonio y doña Josefa Barrios.
Deseoso de mejorar su fortuna en
tierras americanas, el capitán Navarro solicitó su licencia del Ejército, que
le fue concedido por Real Despacho dado en Aranjuez el 18 de abril de 1831 por
el mencionado Rey don Fernando VII:
Por cuanto he venido en conceder
licencia absoluta para retirarse de mi
Real servicio a consulta de mi Consejo Supremo de la Guerra de ocho del actual a
Don José Navarro y Sotomayor, Capitán del Regimiento Provincial de Abona en
Canarias.
Por tanto mando al Capitán o
Comandante general a quien tocare le
deje usar de este permiso lo conveniente para ello a continuación de este
despacho, debajo de su firma como también al ordenador en gefe a quien
pertenezca, para que lo haba notar en la
intervencion principal de ella en
inteligencia de que sera nula en faltándole cualquiera de estos requisitos.19
Nuestro biografiado aún no había
cumplido los 46 años de edad, 23 de ellos al servicio de las
Milicias Canarias y todo ese tiempo como comandante de armas
de la Villa de Santiago. Dicha vacante fue cubierta en
ese mismo año por don Miguel Alfonso Martínez, natural y vecino de San Miguel
de Abona.
Emigración a América y fallecimiento
Tras su retiro, don José Navarro
emigró a América, a donde también había marchado su hermano don Antonio
Navarro. Se hallaba ausente el 19 de agosto de 1832, cuando su padre, don José
Navarro y García, otorgó testamento en Icod ante don Cristóbal Álvarez de
Ledesma, juez comarcal del distrito; en él nombraba como albaceas a su yerno,
el coronel don Salvador Gorrín (con el que convivía en Tamaimo), a don Antonio
Gorrín y a don Antonio Martel. De dicho documento se desprende que las relaciones
del otorgante con su hijo no debían ser por entonces muy buenas, pues decidió
desheredarlo, argumentando como una de las causas que “en poder de mi nuera
Doña Gumersinda se hallan mis papeles, por haber vivido algún tiempo con ellos;
los llevé a su casa, se apoderaron y se
negaron a dármelos”. Sin embargo, parece que algún tiempo después las aguas
volvieron a su cauce, ya que los hijos de nuestro personaje disfrutaron parte
de la herencia de su abuelo.20
Pero a poco de su llegada al
continente americano sorprendió la muerte al capitán don José Navarro y
Sotomayor, quien falleció en el Hospital del Rey de la ciudad de Matanzas en 1832,
cuando contaba tan solo 47 años de edad.
Por dicho
motivo, doña Gumersinda
de Armas Perdomo,
que había continuado viviendo en el Valle de Santiago,
fue declarada viuda el 11 de enero de 1834 por don Carlos Benavides, provisor y
vicario general interino del Obispado tinerfeño21; y el 3 de febrero inmediato
contrajo nuevo matrimonio en la parroquia de San Fernando de dicha villa con
don Francisco Díaz González, cabo 1º de Cazadores del Regimiento de Milicias
Provinciales de Abona, natural de Guía de Isora e hijo de don Francisco Díaz y
doña Catalina González Clavo; celebró la ceremonia el párroco don José Yanes
Machado. Catorce años más tarde, el 17 de julio de 1848, falleció doña
Gumersinda en la propia Villa de Santiago y al día siguiente recibió sepultura
en la iglesia parroquial; contaba 58 años de edad y no había tenido
descendencia de su segundo enlace.
7
Como ya hemos indicado, don José
Navarro y doña Gumersinda sólo habían tenido cuatro hijos de su matrimonio:
doña María (1811-?), nacida en San Juan
de la Rambla y
apadrinada por don Alejandro Hernández, que en 1828 casó en la Villa de Santiago con don
Salvador González Barrios, hijo del mencionado militar don Antonio González
Velázquez y doña Josefa González Barrios, siendo apadrinados por don Juan
Gorrín y González Sotomayor22 y doña Clara González de Barrios, con sucesión;
don José Antonio Victorino de la
Concepción (1814-?), apadrinado por su tía doña María
Navarro, que fue alcalde popular del Valle de Santiago y en 1835 contrajo
matrimonio en dicha villa con doña María Gorrín Delgado23, hija de don
Cristóbal Gorrín y doña Clara Delgado, vecinos de Tamaimo, con quien tuvo
descendencia; don Victorino Antonio (1816-?), cadete de Milicias; y don Manuel
Navarro Perdomo (1817-?). Los tres
varones nacidos en el Valle de Santiago y los dos últimos muertos antes que sus
padres. (Octavio Rodríguez Delgado, 2014) [blog.octaviordelgado.es]
Notas:
1
Sobre este personaje puede verse también otro artículo de este mismo
autor: “Personajes del Sur (Tamaimo-Santiago del Teide): El capitán don José
Navarro y Sotomayor (1785-1833)”. El Día (La Prensa del domingo), 15 de abril de 1990. Con
posterioridad, la reseña biográfica se ha visto enriquecida con nuevos datos.
También puede consultarse su expediente personal, con su hoja de servicios, en
el Archivo General Militar de Segovia.
2 Don José Navarro y doña Micaela
González, vecinos de Santiago, fueron dispensados en Canaria el 21 de noviembre
de 1777 de tercero con cuarto y cuarto grado de consanguinidad, por el Lcdo.
don Eduardo Sall, abogado de los Reales Consejos, provisor y vicario general de
la Diócesis
en sede vacante. Eran hijos de don Juan Navarro y doña Lucía García, y de don
Leonardo González y doña María de Abreu, respectivamente.
3
Don Salvador Gorrín Forte (1785-1848), natural también de Tamaimo, fue
coronel graduado de Caballería, héroe de la Guerra venezolana, alcalde real y constitucional
de la Villa de
Santiago.
4 Archivo Municipal de La Laguna. Milicias
(M-IV).
5 Doña Gumersinda nació en San
Juan de la Rambla
el 4 de febrero de 1791 y cuatro días después fue bautizada en la iglesia de
San Juan Bautista por el cura párroco don Juan Pérez de Valladares y actuó como
padrino don Manuel Vicente del Castillo, vecino de dicho lugar.
6 El capitán don Antonio de Armas
Perdomo, que había sido alcalde real de San Juan de la Rambla en cinco ocasiones,
murió arrastrado por las aguas en el aluvión de 1826.
7 Juan PRIMO DE LA GUERRA (1976). Diario
(1800-07). 11 de junio de 1810.
8 Archivo Municipal de La Laguna. Milicias
(M-IV).
9
Don Antonio González Velázquez (1774-1854), nacido en El Tanque, siempre
estuvo adscrito al Regimiento de Garachico; llegó a ser teniente coronel
graduado de Milicias y alcalde mayor del Valle de Santiago.
10 Archivo de la Real Sociedad
Económica de Amigos del País de Tenerife. Fondo Tabares de Nava (Reales
Despachos).
11 Archivo Municipal de La Laguna, Milicias. Archivo General Militar de
Segovia, expediente personal de don José Navarro y Sotomayor (hoja de
servicios).
12 Archivo de la Real Sociedad
Económica de Amigos del País de Tenerife. Fondo Tabares de Nava
(Milicias).
13 Ibidem (Reales Despachos, tomo II).
14 Archivo Histórico
Diocesano de Tenerife (La
Laguna). Padrones parroquiales. Santiago del Teide,
1820.
15 Archivo Municipal de La Laguna. Milicias.
16 Archivo de la Real Sociedad
Económica de Amigos del País de Tenerife. Fondo Tabares de Nava
(Reales Despachos, tomo II).
17 Archivo Parroquial de San Fernando de la Villa de Santiago.
Testamentos, 1827-1828.
18 Ibidem.
19 Archivo de la Real Sociedad
Económica de Amigos del País de Tenerife. Fondo Tabares de Nava
(Reales Despachos, tomo II).
20 Archivo Parroquial de San Fernando de la Villa de Santiago.
Testamentos, 1832.
21 Ibidem. Expedientes matrimoniales, 1834.
22 Don Juan Gorrín y González Sotomayor (1783-1861) fue
teniente de Milicias, comandante de armas, mayordomo de la ermita de Tamaimo,
elector, síndico personero y alcalde de la Villa de Santiago.
23 El 14 de noviembre de 1835 fueron dispensados de un 4º
grado igual de consanguinidad por don Luis Folgueras Sion y el 6 de diciembre
inmediato contrajeron matrimonio en la iglesia parroquial de San Fernando de la Villa de Santiago.
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