CAPITULO XIX
Chaurero n Eguerew
INVASIÓN, SAQUEO Y OCUPACIÓN DE LA ISLA CHINECH (TENERIFE)
XIV
Los Once Menceyes de
Chinech (Tenerife) en los años de la invasión española. VI
ACAYMO
DANIAGA[1]
Regía el
menceyato de Tacoronte cuando la invasión española, fue uno de los confederados
para la defensa de la Matria
con Kebehi Benchomo.
Tacoronte.
Tf. ant. Top. Comarca,
hoy municipio, situada a 28º 28' de latitud Norte y 16º 24' de longitud Oeste.
Expr. t. Taconte, Tacoront, Tacoronta, Tagoronte, Taraconte. 2. Go. Top.
Pequeña montaña en Alajeró.
― *takoronte
> takur-n-ttăy, comp. m. sing. fig. ‘monte de la
vuelta’.*(a)-takur (ă) > tăkor, s. m. sing. de [T·K·R] ‘extremo hinchado (nudo) de una
cuerda, bastón, etc.’, ‘especie de látigo rígido de cuero con el extremo
hinchado que sirve para tocar el tambor’, fig. ‘falta de pelo en la cabeza,
cabeza pelada (término burlesco)’, fig. ‘monte, montaña, macizo’. N. B.
Se relaciona con el verbo [Ḍ/T·K·R]
əḍkər > əṭkər, tkur ‘llenar, colmar, rellenar’,
‘completar’, aunque el concepto isleño parece haber adoptado la acepción
toponímica (con la habitual aféresis de la vocal de estado).
*n, prep.
de [N] ‘de’. *ttăy > tte, n. vb. m. sing. de [T·Y] ‘giro, vuelta’.
N. B. El análisis interdialectal sólo acredita
este enunciado como aoristo (forma imperativa del verbo, en realidad), que en
las hablas isleñas a menudo presentaba todavía una fuerte carga nominal (como
en las realizaciones más antiguas de la tamazight y en la tradición
afroasiática). (Dr. Ignacio Reyes García, 2004)
Acaymo.
Cristianizado por el rito católico como Fernando Tacoronte casado con su prima María
Hernández, o Fernández, viuda de
Diego de Güimar, la que falleció en La Laguna, Y otorgó testamento
ante Alonso Gutiérrez, en 1º de marzo de 1520, folio 499, dejó ordenado que se
le enterrase en la Parroquia
de la Concepción
de La Laguna,
de este matrimonio nacieron los hijos siguientes: Francisco Hernández Tacoronte, que casó con Leonor
Alonso, avecindados en Acentejo,
testó ante Sebastián Pérez, registro de 1526 y 27, folio 304, dejó siete hijos,
Juan Hernández Tacoronte, casó
con Bárbola Pérez, en 1550, de quien tuvo a Sebastián García y Gaspara
Hernández; en Los Realejos, en el año 1540 firmó poder para representación a la
corte española, falleció en 1561. Héctor Hernández, casado con María Jordán, se
avecindaron en el Sauzal; María Rodríguez y Hernández, quien casa con Andrés
Díaz Fortuna; Luís Hernández Tacoronte,
casado con Luisa de Vera, se avecindaron en Adeje; Fernando/Hernando (o
Fernando) Tacoronte, (el
segundo) casado con María González; Antón Hernández Tacoronte, fijó su residencia en Candelaria, Juana
Tacoronte, (entenada o hijastra de Fernando Tacoronte)
casada con Juan de la
Barquilla. Díaz Dorta recoge además: Inés
Hernández Tacoronte y D. Fernando Guanarteme,
Principe de la casa Real de Gáldar. Este fue casado primeramente
con Ana Hernández y después con María Vízcaino,
ambas de la nobleza Real indígena de Gran Canaria, con las
cuales no tuvo sucesión. El testó ante Antón Vallejo a 12 de
Agosto de 1512, dejando por heredera a su hija natural
Leonor Hernández. La indicada María Vizcaíno testo en 1º de
Enero de 1550 ante Domingo Hernández, y dejó por principal heredera a la Leonor Hernández,
hija natural de su marido y en otro
testamento deja también por heredera, con Leonor
Hernández, a la madre de ésta
Inés Hernández. (Este Fernando
Guanarteme era sobrino de Thenesor Semidan, a Leonor Hernández la tuvo con Inés
Hernández, su esclava guanche.)
Por su parte el boticario avilesino establecido en la Orotava Cipriano de Arribas nos
dice: “Acaymo, que más tarde por los españoles bautizado, tomó
el de Fernando Tacoronte. Su mujer llamóse María Fernández. Sus cuevas -tales constituían, como para los demás menceyes,
su real palacio- estaban cercanas al
mar, las que contra lo pactado al finalizar la conquista les fueron arrebatadas
y donadas al canario conquistador Pablo Martín Buendía. En compensación
de sus cuevas y tierras diéronles otras en Arona y en Igueste; también se
le concedió tener casa propia en la
Laguna, fue herido de bala en un muslo por
los españoles…; fue buen general, intrépido, valiente y generoso; los
españoles le tomaron después afecto y murió en la Laguna otorgando su testamento
en le de Marzo de 1520 folio 499, ante Alonso Gutiérrez…” (Arribas y
Sánchez, 1993:73-4)
Fernando o Hernando, en 1506 tenía casa en la villa de
arriba lindando con Antón de Tegueste y Bastían de San Clemente (posiblemente
éste Bastían sea el segundo hijo de Tegueste II, cuyo nombre se desconoce). En 1500, ya labraba unas
tierras en Tegueste, (24 fanegadas) las cuales le fueron confirmadas por el
adelantado el 13 de noviembre de 1503. También tuvo tierras en...el camino de
Ntra. Sra. de Candelaria y se llama la tierra Tamarde.
Francisco recibió
conjuntamente con Gaspar y Antón de los Frailes, 60 fanegadas de tierras
en Geneto, por debajo del camino de la Candelaria, lindando
con Guaniquiar, el nombre de las tierras es Maragua, en 12 de febrero de 1508.
Antón Hernández Tacoronte, casado con María Hernández,
(hermana de Miguel de Gúímar, Antón Azate y Simón Azate) celebran contrato de
tributo de unas tierras con el vicario del monasterio de Candelaria, fray
Joseph Diepa, en 1575, ante Sancho de Urtarte.Fol.561 vº.
Bárbola Pérez, primera mujer de Juan Hernández Tacoronte,
casó en segundas nupcias en 1562 con Martín Rodríguez, guanche, hijo de Rodrigo
Hernández y de María González. Testó ante Sancho de Urtarte, en Güímar el 15 de
septiembre de 1574, Fol. 306 rº,. Declara que casó a su hija Gaspara con
Francisco Hernández de Sepúlveda.
Deja en libertad después de su muerte, a Pablo su esclavo
negro.
Este Mencey como los otros
resistente por virtud del pacto de Los Realejos debían ser hombres libres, pero en la práctica eran considerados
como siervos al imponerles la condición de ser de señorío, es decir gozaban de una libertad
vigilada pues debían estar bajo la tutela de un invasor significado, quien en
ocasiones los consideraban como verdaderos esclavos.
Es probable Acaimo y el resto de
los menceyes así como los nobles tanto de guerra como de paces estuviesen
encomendados al invasor Alonso de Lugo, quien se creía con potestad sobre los
mismos no sólo para depredarles sino incluso obligarles a seguirle en sus
correrías a la captura de esclavos en el continente, despotismo al que se
opusieron algunos menceyes y nobles elevando quejas ante la metrópoli, actitud
que despertó una vez más las irracionales iras del Adelantado persiguiendo
despiadadamente a los opositores tal como quedó reflejado en la documentación
de la época.
Hemos de admitir que Añaterve
pasó de ser un valeroso general defensor de la Matria (patria) a un
interesado colaborador de los invasores, aprovechando astutamente su proximidad
a los estamentos gobernantes para beneficiar a sus hermanos guanches, como
tendremos oportunidad de ver en el capitulo dedicado al Mencey Ichasagua.
Todavía en 1502 los invasores tenían graves
problemas para sostener sus asentamientos libres de las acometidas de los
guanches resistentes, los denominados por los colonos como alzados, por ello el
Cabildo colonial en sesión del día 25 de noviembre de ese año decide formar una
cuadrilla de guancheros que guiaran a los milites mercenarios al encuentro de
los tabores resistentes que estaban acantonados en el Menceyato de Adeje,
requiriendo para esta misión a los hermanos Tacoronte.
Tema que fue tratado en dicho Cabildo como quedó
plasmado en el acta correspodiente que transcribimos íntegramente
“En este dicho día, en la yglesia de la Concebcisyón de la
villa de San Cristóval, entraron en Cabildo los onrados señores
Pero Mexía, alcalde mayor de la ysla, y los regidores
Fernando de Trosyllo e Cristóval d'Espyno e Gerónimo de
Valdés e Mateo Vyña e Guillen Castellano e el jurado Francisco de
Albornoz, e fezieron e ordenaron lo syguiente:
E luego platicaron en Cabildo sobre poner
remedio cómo se tomasen los alçados guanches que andaban
robando la ysla.
E luego paresció ende presente Ximón e Fernando
Tacoronte e Gaspar e Francisco de Tacoronte, guanches, por lengua de
Guillen.
E hezieron un requerimiento al dicho señor alcalde
mayor Pero Mexía que estava presente, que
por quanto el señor Governador Alonso de Lugo e por la señora Bovadilla[2] e regidores les ha sydo mandado que
tomen los guanches alçados
ladrones, que ellos están prestos de lo hazer e cunplir e trabajar en ello con todo su poder, con tal que les
sean dados los mantenimientos y espensas nescesarias y las otras cosas; e que por quanto al presente el
señor alcalde tyene preso
a un guanche que se dize don Pedro de Adexe, el qual sabe la tierra del reyno de Adexe do
andan los alçados, que por tanto se lo mandase dar e que ellos se obligavan e obligaron con sus
personas e bienes muebles
e rayzes para se lo dar cada que se lo pediese e demandare, so pena sus
personas a merced del rey e los bienes perdidos.
E luego el dicho señor alcalde dixo que lo
requerido por los dichos guanches le paresce bien, pues que
le dan fiador de la faz que les da el dicho guanche; que
pedía a los señores regidores le digan su parescer.
E luego todos los dichos regidores dixeron que
su voto e parescer es que al dicho guanche que asy está
preso se lo de el dicho alcalde a los dichos guanches
para sacar los dichos alçados, pues que es servycio de Dios e bien e
pro de la ysla; con tanto quel dicho alcalde resciba fianza bastante de la haz del
dicho guanche.
E luego el dicho alcalde respondió al voto e
parescer de los dichos regidores, en que dixo que en
presencia de todos, que la señora Bovadilla le encomendó la
vara de justicia, con acuerdo de todos ellos, para que él feziese justicia
a servicio de Dios e de sus Altezas, y
que el dicho guanche él le tenía preso por ciertas querellas que
del dieron, de las quales el dicho alcalde ha quesydo saber la verdad y no ha
hallado por do pueda proceder contra él por ningund rigor
de justicia, e que el dicho guanche está preso y que él no lo ha soltado fasta
más se ynformar, y que pues al parescer de todos los señores
regidores e suyo es que el dicho guanche puede aprovechar para ayudar a
tomar los alçados que andan robando la tierra e vecinos della, e que le plaze dar
en fiado a todos los quatro guanches que hezieron la dicha obligación, para que
cada e quando se lo pediere el alcalde o otro juez lo pornán en la cárcel
segund que se obligaron. (Acuerdos de Cabildo de
Tenerife, 1497-1507:51-2)
En sesión del Cabildo de 4
de agosto de 1503 Fernando Tacoronte fue designado veedor de los ganados:
“La
segunda quadrilla en Tegina y Benehean a de estar una quadrilla de gomeros,
con mili cabras, a de tener cargo dellas Fernando de Tacoronte…
E todos
los veedores, Alonso Sánchez e Fernando de Tacoronte y Juan Sánchez y Juan
Navarro y Sancho de Salazar an de ser juramentados que bien e fielmente usarán del cargo de fieldad en la
guarda e racábudo del dicho ganado,
convyene a saber de los contar los dichos ganados de ocho a ocho días
que es cada semana, Una vez. Después de los aver entregado por cuenta sus dueños, sean obligados quando faltare algund
ganado, de dezillo a su dueño y dalles
término de ocho días a los pastores para que los busquen y sy non los falleren que lo digan a sus dueños e a la Justicia. Mandándoles
a los dueños de los ganados que los
guardan que non puedan matar ninguna rez syn fazello saber al dicho
fiel, porque sy mataren henbra pagará seyscientos mrs. de pena, segund que más
largamente está en otra ordenanza; y la tercia parte de la pena para el fiel;
puesto que esta ley no se entiende para los vecinos señores de los ganados porque la puedan matar en su casa; y los
señores de los ganados sean obligados
a dar de comer a sus pastores cevada o lo que quisyeren, pero que a lo menos cevada non les falte, y que los señores
de los esclavos manden a sus esclavos
que fagan todo lo que les mandaren los fieles para el pro del ganado; y a los dichos fieles se les da de salario a
cada uno. E los dichos ganados los dueños dellos los saquen
en los lugares suso dichos dentro de quinze días primeros sygientes.”
[1] Citado en: A.
Espinosa, J. Abreu Galindo, J. Núñez de la Peña, P. A. del Castillo, Bory de Saint Vincent,
S. Berthelot, J. Viera y Clavijo, A. Millares Torres, G. Chil y Naranjo, A. de
Viana, T. Marín y Cubas, Antonio Rumeu de Armas, Cipriano de Arribas y Sánchez,
Nicolás Díaz Dorta, Juan Bethencourt Alfonso. (MMM)
[2]
Durante uno de los viajes a la metrópoli de Alonso de Lugo para atender
cuestiones judiciales por demandas de
acreedores y de paso comercializar a los esclavos guanches indebidamente
apresados según las leyes castellanas de la época, gobernó la isla la nefasta
Beatriz de Bobadilla señora de la Gomera- quien había casado
en segundas nupcias con el Adelantado-,
dio repartimientos de tierras, uno de los beneficiados fue A. Cedeño militi y
cronista de la invasión de Tamarant (Gran Canaria).
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