CAPITULO XII
Chaurero n Eguerew
INVASIÓN, SAQUEO Y OCUPACIÓN DE LA ISLA CHINECH
(TENERIFE) VII
La usurpación de
algunos aspectos del universo espiritual guanche
Continuando con el relato-ficción
de fray Alonso de Espinosa, este nos dice que una vez concluida la supuesta
batalla de la victoria quedando los mercenarios invasores dueños del campo, se
celebró una misa de acción de gracias a su dios por haberles ayudado a matar a
tres o cuatro mil guanches enfermos victimas de la modorra que apenas podrían
mantenerse en pie.
Sin duda esta victoria sería un
ejemplo para aquellos infieles del poder del dios cristiano guerrero,
despiadado masacrador de pueblos, cuyo anatema caía sobre aquellos que se
resistían a ser dominados y esclavizados en su nombre. Según la fanática
soberbia de los invasores, su inmisericorde dios era mucho más poderoso que la Divinidad guanche, la Diosa-Madre Chaxiraxi
dadora de amor y vida y sus paredros Magek, Achuguayu y Chayuga, los cuales
según el pensamiento católico eran inferiores a Santiago apóstol, el arcángel
san Miguel o la propia virgen María la que en ocasiones la hacen marchar al
frente de las mesnadas cristianas eliminando con furia a infieles y herejes.
Significativamente el frayle hace
coincidir dicha misa con un 25 de diciembre fecha en que el cristianismo
celebra el nacimiento de Jesús y otras religiones el Nacimiento del Sol Invicto, otra sincretización[1]
católica con la que se quería significar a Cristo como el verdadero Sol
invictus. Recordemos que en la liturgia guanche la veneración a la Sol se centra en la Diosa Magek, aspecto
visible de la
Diosa-Madre Chaxiraxi.
Según el dominico dicha misa tuvo
lugar “que casualidad” al pie de un Pino Santo, de cuyas ramas se colgó unas
campanas,[2]
detalle que guarda similitud con otros Pinos Santos que igualmente sirvieron de
espadaña desde donde se convocaba con su tañido a los frailes invasores y a
algunos practicantes de los ritos católicos pues la mayoría de la mesnada sólo
usaban el nombre de su dios para cortar pescuezos de “infieles”.
El pueblo guanche desde siempre
ha vivido en franca comunión con la naturaleza practicando como todos los
pueblos espiritualmente avanzados la dendolatría, esto es la veneración a los
árboles, este ancestral sentimiento de veneración a los árboles, aunque muchas
personas lo ignoren o no toman conciencia continua vigente en el subconsciente
del pueblo canario. Son árboles sagrados el Viñatigo, el Drago, el Aceviño y la Palmera, pero el pino es el Árbol Santo por antonomasia consagrado a diversas deidades, especialmente a Chayuga Dios protector de la
vegetación y la fauna silvestre.
En la época de la invasión y
ocupación de las islas denominadas realengas, existían singulares ejemplares de
Pinos Sagrados que destacaban en el paisaje de manera especial, sirviendo
muchos de ellos a los invasores como referentes o linderos tal como consta en
numerosas datas del repartimiento de las tierras usurpadas, si bien muchos de
estos Pinos Sagrados cayeron bajo el hacha de los colonos, ya que por su
longevidad y el extraordinario grosor de sus troncos, eran codiciados para la
contracción de templos católicos, casonas, vigas para lagares, acequias,
ingenios azucareros, navíos etc.
De un solo pino se sacó la madera
para el templo católico de los Remedios de La Laguna (actual catedral) y de otro la de la
primitiva Iglesia de San Joaquín en Fasnia (Arco Aguilar et al., 1992). También
se dice que bastó un solo ejemplar de pino para techar la ermita de San Benito
en La Laguna.
Algunos ejemplares sobrevivieron
algún tiempo a aquella fiebre iconoclasta y desforestadora, entre ellos el Pino
Santo de Teror en Tamarant, el Pino Santo de El Paso Benahuare (La Palma), que como el de Teror
y otros muchos fueron sincretizados por el catolicismo haciendo “aparecer”
entre sus ramas imágenes marianas; entre ellos este Pino Santo
de Acentejo que le sirvió de santuario y
le dio nombre a la imagen de una virgen católica.
Los dominicos
han sido especialistas en crear fábulas y leyendas “piadosas” además de
expertos fabricantes de milagros, de hecho,
donde se ha asentado esta congregación han sido más que frecuentes las
“milagrosas apariciones” marianas, en esta de Acentejo no podía ser diferente y
por ello en la construcción de la segunda ermita en 1876, que sustituyó
a la antigua construida en 1537 (cuarenta y dos año después de la supuesta
batalla), fue erigida en curato en 1587 y en 1600 en categoría de parroquia, cuenta la leyenda
“piadosa” que durante las obras de 1876 cortaron una rama del Pino Santo y este
manó sangre…
Permítanos el amable lector
desviar un poco la atención del tema central de este modesto trabajo para
ofrecer un breve catalogo de los Pinos Santos que aún hoy en día en nuestra
isla son un referente en el paisaje y que de alguna manera forman parte de
nuestra vida cotidiana.
Arafo.
Pino del Señor.
Arico.
Pino Derrengado, de La Pelota, el
Pino Gordo.
El Rosario.
Pino La
Catadura.
El Tanque.
Pino del Cercado de las mulas, Trebejo, Pino Loro, de Nica.
Garachico.
Pino del Sitio donde el Buey habló, Jurado, de Cho Pepe y
Cho Camila, El Gato, Las Tres pernadas, Pino Gordo.
Granadilla de Abona.
Pino del Guirre.
Guía de Isora.
Pino de la
Virgen o Tágara, el Pino de Majagora.
Güimar,
Pino de la
Marquesa.
Icod de Los Vinos.
Pino de Buen Paso, Pino Furado, Pino de Valoy.
La Guancha.
Pino de Las Raíces.
La
Orotava.
Pino Santo. El Mamullado. La Medida. Pino Copudo,
del Rey, de la pista de los Organos, de Las Mesitas, de Molino de Viento, del
Cendro, del Alferez Mayor, el Pino del Dornajito, el Pino de las
Meriendas, el Pino de la Carabela y el del
Castillo.
La Victoria.
Pino de la
Victoria o de la
Virgen de La
Victoria de los Ángeles.
Santa Ursula.
Pino de Don Alberto.
Tacoronte.
Pinos del Calvario.
Vilaflor.
Pino Gordo, de las dos pernadas, Pino del Valle de Ucanca,
de Los Hoyitos, de Los Llanito.
El sincretismo religioso nace en
Canarias por parte del clero de la iglesia católica con un celo material para
la conversión de los guanches al catolicismo, siendo considerado un deber
cristiano, siendo bautizados también a la practica de la religión católica,
pero con choques con las autoridades coloniales, sin dejar de persistir en la
practica de sus cultos ancestrales.
Los guanches sometidos se
declaraban convertidos al catolicismo, de esa forma podían mantener la practica
de su culto, naciendo con esto un gran sincretismo, de Divinidades guanches y
Santos católicos, pues la conversión religiosa impuesta a los guanches no fue
mas que juntar las apariencias muy mal comprendidas de culto católico a sus
creencias y practicas que en nada perjudicaron o cambiaron lo esencial del
culto ancestral.
Mariátegui señalaba que “los dominicos se instalaron en
el templo de la Sol,
acaso por cierta predestinación de orden tomista, maestra en el arte
escolástico de reconciliar al cristianismo con la tradición pagana” y añade el comentario ”los más celosos custodios de la tradición latina
y del orden romano –más paganos que cristianos -, se amparan en Santo Tomás
como en la más firme ciudadela del pensamiento católico". Esto nos indica que
el espiritualismo sincretista, que finalmente se impuso, fue de carácter
tomista. J.C. Mariategui, 1975)
La conversión por
parte del clero católico allí donde no pudieron erradicarlos violentamente, de
los templos vivos que son los Pinos Santos, optaron por sacralizarlos, dándonos
una idea de la importancia de la veneración
que nuestros ancestros sentían por estos Pinos Santos, el hecho de que la
iglesia católica sinctretizaron estos templos dedicándolos a la madre de Jesús
y al propio Cristo, no dedicándolos a
otras deidades menores del santoral católico.
Veamos algunos
ejemplos de sincretización por parte del cristianismo de estos templos
vivientes:
Pino Santo de Teror en Tamaránt (Gran Canaria)
La leyenda de la aparición de la Virgen del Pino en Teror (Aterure, Terore o Terori) fue creada a finales del
siglo XV, según el militi y cronista de la invasión castellana en Tamarant
Antonio Sedeño, quien probablemente recogió el relato de sus correligionarios
no dice en un tono poético: “cuando la noche dejaba caer su manto de tinieblas
sobre el paisaje agreste (de Teror) las miradas se fijaban extáticas en un pino
grande donde un punto de luz iba creciendo hasta adquirir el brillo de una
estrella. Iban se iluminando poco a poco las ramas próximas y, al fin, todo el
interior del pino era un foco de blanca y dulce claridad” y unos parrafos
adelante continua: “noche había...en que la estrella aumentaba de tamaño hasta
convertirse en una nubecilla blanca incandescente sobre la que destacaba la
figura de una mujer llevando en sus brazos un infante que, deslizándose por una
senda de luz descendía de las ramas al llano donde le hacían la corte
muchedumbre de celestiales moradores, mientras llenaban el espacio suaves
acorde de música supraterrena”. (A. Sedeño, 1993)
Es más que notorio el paralelismo
de los conciertos celestiales de esta “aparición” con las procesiones y músicas
angelicales que el fraile Espinosa describe para la virgen de Candelaria.
Pero como para el sistema colonial
no es aconsejable dejar este tipo de “apariciones” al margen de las actividades
militares, en el siglo XVIII, el franciscano fray Diego Henríquez escribe un
opúsculo, en este documento, el religioso cuenta cómo el Capitán invasor Pedro
de Vera, tras la ocupación de la
Isla, anda por los campos de Gran Canaria repartiendo las
tierras usurpadas, aguas y cobijos a los colonos y soldados. En su recorrido,
guiado por algunos habitantes de la zona, llega al término de Teror y allí le
cuentan de la existencia de un gran árbol que contenía una rara maravilla. En
las ramas de aquel curioso árbol se vislumbraba una estrella muy
resplandeciente que nadie había podido alcanzar.
Cuando el Capitán General se
acercó a aquella maravilla de la
Naturaleza, que resultaba ser un pino de gran porte, vio en
medio de sus gruesas ramas una imagen
perfecta y bien tallada de una Virgen, con su hijo en brazos. Los conquistadores
no daban crédito a lo que veían sus ojos y veneraron a la imagen que allí se
erguía, en pie, sobre una piedra llana a modo de laja.
A su regreso, los conquistadores
transmitieron su descubrimiento al Obispo Juan de Frías, que partió hacia el
lugar en donde se localizaba este hallazgo milagroso. Al llegar y levantar los
ojos hacia el pino, el Obispo vio resplandecer a la Virgen tallada en el tronco del árbol. Dicen
los manuscritos que el Obispo se arrodilló ante ella y la adoró con devoción dando
gracias al Señor. “
En realidad posiblemente Pedro de
Vera jamás viera el Pino Santo de Teror, entre otras cuestiones por que este
buen cristiano estaba más interesado en esclavizar y comercializar a canarii y
gomeros que en prácticas devociónales, de hecho en una ocasión amenazo a su
correligionario el Obispo Frías con “coronarle” con un morrión calentado al
rojo vivo si no seguía sus dictados.
Fue el Obispo Fray Juan de Frías
que era además capitán y financiador de la invasión conjuntamente con Juan Rejón
y el Deán Juan Bermúdez, quien tenía perfecto conocimiento de la existencia de
este santuario canarii, centro de devoción a los ancestros de toda la isla y
decidió sincretizarlo, para ello contrató o ordenó a un mozo portugués que
trepara al árbol santo y colocara en el santuario una imagen de María, sin que
el hecho tuviera mayor trascendencia a pesar de toda la parafernalia montada
por Frías hasta un siglo después cuando Teror comenzó a adquirir cierta entidad
poblacional y económica, que comenzaron a tejerse las habituales leyendas
“piadosas”, a que tan aficionados eran los frailes, lo que dicho sea de paso,
confiaban mucho en la providencia exceptuando los diezmos, de los cuales tanto
el clero secular como el regular llevaban puntual cuenta y control.
Veamos otro aspecto del santuario
de Teror menos beatifico y más racional que sobre el tema nos ofrece el Dr.
José Barrios García:
“Como
es fácil documentar, son muchos y notables los historiadores que asocian
el origen de las tradiciones del Pino de Teror entre los antiguos canario. Normalmente,
estas tradiciones de los naturales han sido interpretadas como “apariciones de la virgen” a los gentiles,
anunciando la llegada del cristianismo. Obviamente, una
interpretación de esta naturaleza merece un análisis más detenido.
A
este análisis intentamos contribuir en (Barrios, 1987). Partiendo de un cuidadoso
trabajo de recopilación y valoración de todas las fuentes escritas anteriores
a 1800 que pudimos localizar, establecimos una descripción del posible
santuario, así como un Corpus provisional de sus tradiciones. A
continuación sometimos
este corpus a un análisis comparativo con las tradiciones descritas en
(Servier, 1985). Como resultado de este proceso llegamos, entre otras, a las siguientes
conclusiones, que pasamos a exponer muy sucintamente:
El santuario estaba compuesto por los siguientes
elementos:
Un
pino canario con tres dragos gemelos plantados en su copa a unos 30 metros
de altura. Los dragos encerraban entre sus raíces una piedra con un grabado
formado por la silueta de dos pies. Completaba el santuario una fuente
que manaba al pie del Pino, considerada medicinal por los antiguos canarios
y seca poco después de la conquista.
— Las
tradiciones del Pino de Teror tienen su origen en la cultura de los antiguos
canarios.
— En
el Pino de Teror tenían éstos simbolizada la tumba de un antepasado protector,
cuyo nombre—no conocemos otro— sería precisamente Aterure.
La prueba definitiva de esta hipótesis construida
sobre paralelos antropológicos actuales con el vecino
continente, la constituye un testimonio de
Marín que refrenda ¡en 1687! lo expuesto:
«Lo qe piadosamente se tiene es qe en aquellas piedras, i tierra onde
estaban ¡ tados los dragos, devía estar el cuerpo de algún
Varón Sancto que en la Ysla
muriesse (...) (Marín, 1687: 95)
— El
núcleo de este simbolismo lo constituirían los tres dragos encerrando entre
sus raíces la piedra con el grabado podomorfo. Precisamente, encerrando
entre sus raíces una piedra simboliza en el pensamiento norte africano
tradicional la unión de las dos almas que constituyen la persona humana:
nefs y rruh, constituyendo a menudo lo esencial de un santuario.
Esto nos lleva a considerar que los canarios creían
en esta dualidad del alma. Algo de lo que no hemos podido encontrar
rastros en las fuentes escritas, pero que podemos probar de esta manera.[3]
Estas tradiciones
canario-mazigias fueron sometidas a un intenso proceso transculturador con la llegada castellana, dando lugar al actual culto a
la Virgen del Pino de Teror.“ (Luís Barrios
García, 1993; 111-13)
Para concluir estas brevísimas notas
en torno al santuario canarii de Teror, veamos una curiosa anotación del
Coronel de su graciosa Majestad Británica y gran conocedor de la idiosincrasia
isleña A.B. Ellis:[4]
“Entre otras imágenes extraordinarias de esta isla, una de
las más extrañas es la que existe en la iglesia de Teror, una pequeña
pero pintoresca aldea situada a unas once millas de Las Palmas.
Es de madera, está cubierta de joyas y provista de cuatro
brazos. Y lo que para alguien que conozca las deidades de
La India
supondría que intenta representar al dios hindú Visnú, aquí,
sin embargo, es la Virgen,
y la tradición asegura que hace algunos siglos se la encontró
milagrosamente clavada en un pino de un bosque cercano. No
obstante, el motivo por el que tiene cuatro brazos es un misterio
que dudo que incluso un sacerdote pueda resolver
satisfactoriamente.” (A.B. Ellis, [1885] 1993:55)
Pino Santo de El Paso,
Benahuare (La Palma)
La
isla Benahuare es una de las del Archipiélago Canario que cuentas desde el
punto de vista botánico con los más esplendidos ejemplares de pino canario (pinus canariensis) de los cuales algunos
fueron destacados por nuestros antepasados como más significados donde rendir
culto a la santidad del pino. Quizás el más documentado sea el Pino Santo del
actual Municipio de El Paso. Este pino es uno de los ejemplares más
corpulentos de Canarias y recientes estudios cifran su edad en torno a los
600-800 años, el cual como es habitual está envuelto en las vaporosas fábulas y
leyendas típicas del clero católico, el cual en su afán evangelizador y
sencritizador ha creado las más absurdas patrañas en torno a estos antiguos
santuarios de nuestros ancestros.
Algunas de estas fábulas han sido recogidas como aspectos curiosos de nuestras tradiciones coloniales por conocidos viajeros e etnógrafos europeos, entre ellos el portugués Gaspar Fructuoso y el francés René Verneau.
La descripción del lugar recogida
por el viajero portugués Gaspar Frutuoso
en el siglo XVI en su obra y referente
al Pino Santo de El Paso es como sigue: “Hay de este barranco a Los Llanos,
menos de media legua y del mismo a la
Ciudad tres, si se va por la Cumbre por el camino recto
que pasa por el Pino de Vacía Borrachas, bajo cuya sombra hacen los sedientos
caminantes esta necesidad que le dio tal nombre; desde el pino a la Ciudad hay dos leguas
fáciles de transitar hasta la
Cumbre, que por esta parte no es muy alta…”. (Gaspar
Fructuoso, 2004)
Muchas leyendas se han tejido en
torno a esta zona y al Pino Santo de El Paso puesto bajo la advocación de María
Madre de Jesús. Verneau, por ejemplo, cuenta: “El pino bajo
el cual nos habíamos parado estaba situado en medio del camino.
Era uno de los más bellos del archipiélago y poseía toda una
historia. En la época de la conquista tenía ya una buena altura y, contrariamente a los
otros pinos de Canarias, que crecen derechos, éste se ramificaba y extendía a lo lejos sus largas ramas. Ccuentan
que uno de los soldados que acompañaban al Adelantado Alonso Fernández de Lugo
en la invasión y conquista de la
Isla en el siglo XV encontró la estatua diminuta de la virgen
entre las frondosas ramas de un pino.
Un prodigio, según opinaron
unánimemente las huestes invasoras.” Fabula que es un calco de la otra de la
Virgen del Pino de Teror (Gran Canaria).
El científico y viajero continua diciendo que: “el
domicilio que ella había elegido no pareció a estos hombres piadosos digno de la Madre de Dios. Se pusieron
manos a la obra para construirle una vivienda más confortable, y muy pronto una
pequeña capilla se elevó al lado del pino. Se transportó con gran pompa a la Virgen a su nuevo local, un
cura la colocó en el altar con todas las señales del más profundo respeto y,
cuando se preparaba para oficiar la misa, ante la estupefacción de todos los
asistentes, la Virgen
cayó a tierra. Vueltos de su estupor, los fieles pensaron que podían haberla
sujetado mal. Fue alzada piadosamente y colocada en el sitio que le habían
asignado.
Esta vez, todas las
precauciones habían sido tomadas. Cuando cada uno se preparaba a oír misa, de
nuevo la milagrosa estatua se precipitó al suelo. Una tercera y cuarta
tentativas no dieron mejor resultado. Había que rendirse a la evidencia: el
lugar no convenía. Puesta de nuevo en el árbol, no se cayó más.
Expresaba con demasiada claridad su voluntad para que nadie pudiera
confundirse. Sin embargo, los españoles no se dieron por vencidos. Habían
decidido no dejar a la Virgen
expuesta a las inclemencias del tiempo, y se les ocurrió hacer, en el mismo
tronco del pino, un nicho que fuera capaz de recibirla. La operación tuvo un
éxito maravilloso, la estatua quedó tranquila y el árbol resistió la mutación.
Allí pude ver, en 1878, la milagrosa Virgen, que está lejos de ser una obra de
arte…” (René Verneau, 1981: 264)
En Benahuare es significativo el número de estos Árboles
Santos y emblemáticos popularmente conocidos como pinos de la Virgen. Todos ellos
se relacionan en la tradición oral con la aparición de alguna advocación
mariana, que en algunas ocasiónes cuenta con una ermita cercana.
Pueden
encontrarse también otros árboles bautizados como Pinos de la Virgen. En
Puntagorda recibe este nombre el ubicado frente al Ayuntamiento, aunque al
parecer existían otros dos de idéntica denominación en otros tantos rincones
del municipio. Una pequeña figura de la Virgen, tallada a modo de hornacina en el tronco,
viene a certificar el topónimo. También Fuencaliente tiene su propio Pino de la Virgen, que también en este
caso cuenta con la correspondiente hornacina. Para encontrar este carismático
árbol, reconocible a menudo por las ofrendas florales que dejan los fieles
junto a su tronco, debe recorrerse la pista forestal. Sin salir de los límites
del municipio, tenemos por último el conocido como Pino de Santo Domingo,
que se encuentra próximo a una encrucijada de senderos, en la trayectoria del
camino.
Pino del “Señor” en Arafo Chinech
El Pino Santo de Arafo existe desde mucho antes de la
invasión y conquista de la isla, es el lugar donde los sacerdotes de la Sol los kankus o cancos
acudían cada mañana a dar la bienvenida a la Diosa Magek aspecto
visible de la Diosa Madre
Chaxiraxi.
El culto a la Sol, es la devoción religiosa
a la Sol,
considerada tanto una Deidad como símbolo de la Divinidad, culto
practicado por las civilizaciones más avanzadas espiritualmente en la
antigüedad, Mesopotamia, Egipto y Roma le rendían culto, donde los astros eran
aspectos visibles de la
Divinidad, pensamiento filosófico y sentimiento espiritual
compartido por el pueblo guanche, en la que la Sol es el fuego, el cielo diurno, el dador de
vida. Así, en la cultura guanche se le llama Magek.
La Sol
es considerada el símbolo de la vida al que es necesario asegurar la fuerza
para luchar contra los enemigos de la noche y, que de esa forma, pueda alumbrar
cada mañana, así venimos desde hace milenios rogando cada mañana para que cada
día se reproduzca este autentico milagro que es la vida, con esta sencilla pero
al mismo tiempo profunda plegaria:
¡¡Uh!! Magné
Mastáy Achen tumba Manéy.
Tanemir uhana
gek magék Enehana benijime harba
Enaguapa acha
abezan.
Cuya traducción al
castellano es la siguiente:
¡¡Oh!! Madre del
cielo Madre de la tierra.
¡Oh! Madre del
cielo, Madre del crecimiento de la hermandad,
Madre de lo nuevo’.
Gracias poderosa
Sol / por salir un día más
para alumbrar la
noche.
Desde el siglo XVIII existía en la
base del antiquísimo pino, (probablemente colocadas por los dominicos que en el
siglo XVII tuvieron un asiento en Arafo denominado “La Granja”) tres cruces que
daban nombre al lugar, conocido como “El Calvario”. En la segunda mitad del
siglo XIX, según recoge la leyenda un
vecino depositó a los pies del centenario pino la imagen del crucificado.
Ante este hecho se decidió construir una pequeña capilla alrededor del tronco
del Pino Santo.
Es curioso ver como el pino crece
desde dentro de una capilla.
En
esta ocasión el clero católico al principio prefirió sincretizar el árbol como
un “calvario” colocando en su base las tres peñas cruces de madera,
posteriormente, al contrario de otros pinos santos que fueron dedicados a
imágenes femeninas, este de Arafo optaron por ponerlo bajo el “amparo” de una
masculina, pasando así a ser “El Pino del Señor”.
La
cruz es uno de los símbolos de la
Diosa Sol en las religiones que la veneran desde mucho antes
de ser usado por los romanos, de quienes lo tomaron los cristianos. Esta
asimilación de Cristo con la deidad de la Sol no fue difícil.
Este
tema de “Cristo-el-verdadero-Sol” ya había sido prolijamente proclamado por
Clemente de Alejandría (150-215) en muchos de sus escritos. Orígenes siguió los
pasos de Clemente, su maestro, y proclamó a Cristo ser “el Sol”, “el verdadero
Sol”. Cipriano llamó también a Jesús “el verdadero Sol”. Por causa de esto, el
Obispo Zeno de Verona elaboró extensivamente sobre Cristo-el-Sol, como el
verdadero Sol, como el Sol Eterno.
El
sol invicto, que había conquistado a todas las demás religiones, había vencido
finalmente a su rival principal, el cristianismo, uniéndose con él, fusionándose
con él...
La
creencia mesiánica, al ser unida a todos aquellos cultos de adoración al Sol,[5] se
transformaría en un fuerte cuerpo que poco a poco arrolló, asimiló y sincretizó
todos los obstáculos restantes, bien por fuerza, o por “asimilación y compromiso”.
El Drago Santo como elemento
en rituales de curación:
Según
la tamusni (Historia oral guanche)
cuando un guanche estaba mal herido o muy enfermo, era llevado a
los sacerdotes samarines, los cuales
determinaban si había llegado el momento de la su muerte o no. La decisión
dependía del Dios Luna (Achuguayu). Durante un día y una noche, se velaba al
enfermo ante la luz del luna, para luego tomar la decisión definitiva. Si el
sacerdote-medico decidía que el momento de trasncender para el guanche no había
llegado, se realizaban para él un ritual que le diera fuerza para revivir.
El
rito consistía en tumbar al enfermo junto al tronco de un drago milenario. En
ese momento el sacerdote samara, invocaba y cantaba a los espíritus de los ancestros ante el Drago Santo. Después
efectuaban un pequeño corte en su corteza y recogía parte de la savia que manaba del tronco. Dicha Savia era
aplicada por todo el cuerpo del paciente con el fin que la sangre del árbol
padre regenerase al herido.
Si el
enfermo curaba, el árbol había consentido devolverlo a la vida. En el caso que
la curación no se produjera, se entendía que el árbol divino no consideraba
oportuno que la persona sanase, quizá porque su comportamiento no había sido el
adecuado.
Los
guanches adoran dicho árbol de quién tiene el poder de dar la vida y provocar
la muerte. Curiosamente cuando se corta la corteza de este árbol surge una
savia de color rojo oscuro que los guanches llaman sangre de drago. Como queda
dicho en la religión del pueblo guanche además de pino y el drago existen otros
árboles sagrados como el Viñatigo, el Aceviño o la palmera, de los cuales nos
ocuparemos en otra oportunidad.
Para
concluir este capitulo permítame el amable lector tomarme una licencia, y
transcribir una reflexión del actor americano George Carlin:
“La
religión cristiana realmente ha convencido a la gente… de que hay un hombre
invisible…viviendo en el cielo…que ve todo lo que haces, cada minuto de cada
día. ¡Y ese hombre invisible tiene una lista de 10 cosas que él no quiere que
hagas! Y si tu haces alguna de esas diez cosas, él tiene un lugar especial,
lleno de fuego y humo y torturas y angustia, donde te enviará a vivir y sufrir
y quemarte y asfixiarte y gritar y llorar, por siempre y para siempre, hasta el
fin de los tiempos!…pero te ama!…te ama.
Te
ama y ¡NECESITA DINERO! ¡Él siempre necesita dinero! Él es todopoderoso, todo
perfección y lo sabe todo pero de alguna forma ¡no sabe manejar el dinero!”
[1] Esta palabra también se usa para conciliar dos diferentes
opciones en una tercera, que da lugar a una mezcla favorable a quien manifieste
un interés. Por ejemplo: en el desarrollo del cristianismo, este debió
enfrentarse con diferentes creencias que competían con él. Por ejemplo, en el
caso de Canarias la creencia en la
Diosa Sol Magek. Una de las formas de sincretismo a que apelo
la iglesia católica, fue introducir la imagen del Sol en las figuras de Jesús y
la de los Santos. Esta figura aparece como una aureola o anillo que rodea la
cabeza del santificado.
[2] La historia oficial recoge que: “Fue a sus pies donde
se celebró la primera misa tras la conquista de Tenerife, colgando de sus ramas
las campanas de la antigua ermita.”
[3] El autor se refiere a los
dos espíritus que animan al ser humano, Espíritu Libre y Espíritu Vital.
[4] Este viajero y militar
inglés esta sepultado en Santa Cruz de Tenerife en el sector reservado a los
protestantes en el antiguo cementerio de San Rafael y San Roque.
[5] Debemos tener en cuenta que en la sociedad
insuloamazigh los astros cambian de género siendo por tanto el sol La Sol y la luna El Luna.
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