Uno de los argumentos más evidentes que han servido para rechazar algún tipo de contacto entre las Islas Canarias y el mundo romano limítrofe, Andalucía Occidental y Norte de Marruecos, ha sido la permanente ausencia de cerámica romana en las monografías y artículos publicados sobre yacimientos terrestres excavados de las Islas Canarias.
La primera vez que se altera esta situación fue a raíz de las últimas campañas de excavación en la Cueva Pintada (Gáldar, Gran Canaria), que forma parte del gran poblado aborigen de Gáldar, tradicionalmente
considerado el yacimiento más importante de la isla.
Pese a las expectativas despertadas tras su anuncio en prensa por el director de las excavaciones, C.Martín de Guzmán (en Ossorio 1990: 38), quien citaba la presencia de "cerámicas de origen tardorromano,
otras árabes, y también cerámicas mediterráneas medievales trabajadas a torno", a posteriori,los informes arqueológicos no confirmaron tal supuesto, puesto que sólo se habla de cerámica a torno datada entre los
ss. XI-XII D.C. (Martín de Guzmán y Onrubia 1990: 145), en gran parte vidriadas, que con las nuevas dataciones cubrirían los siglos X-XIII D.C. (Martín de Guzmán et alii 1992: 172, 194).
La posterior revisión estratigráfica del nivel correspondiente les llevará a asumir que el nivel susodicho no se trataba de una reutilización de una casa de cantos de "toba", o estructura 1, sino de un depósito de arrastre de ladera, el cual fue en su momento objeto de una valoración quizás "en exceso apresurada" Martin Rodriguezde Guzmán et alii 1994: 31). El estudio de la cerámica a torno del yacimiento ha confirmado esta revisión
cronológica, detectándose moldes para la fabricación de panes de azúcar, al menos de fines del siglo XV, cuerda seca, loza dorada, y dos mayólicas españolas, loza blanca (Columbia Plain) y del tipo Isabela
Polychrome, entre otras, que hablan claramente de cerámicas coetáneas o inmediatamente posteriores al a conquista (Onrubia et alii e.p.).
Este precedente no favoreció la acogida científica de la presentación en la prensa del hallazgo de cerámicas romanas en el poblado de El Bebedero (Teguise, Lanzarote) (fig. 1), donde se hablaba del descubrimiento
de 20 fragmentos cerámicos, supuestamente asociables a ánforas desde el siglo I a.C. hasta quizás el siglo II d.C., procedentes de la Península Ibérica (Andalucía), Norte de África (Túnez) e Italia (Campania) (Ideapress
1993: 17). No obstante, la publicación poco después del informe de la campaña de 1987 (Atoche 1993:10, 17 fig. 4/3) reafirmaba la presencia en el estrato IV de cerámicas a torno correspondientes a grandes
recipientes romanos asignables "a los primeros momentos de la época imperial" y "a época tardorromana",asociados a artefactos metálicos de bronce y una cuenta de collar de pasta vítrea.
Felizmente, aunque ya conocíamos previamente la monografía de los resultados de la primera campañade excavaciones de 1985 en El Bebedero (Atoche et alii 1989), de la que proceden algunas de estas cerámicas,
antes de la publicación de la monografía detallada con las campañas de 1987 y 1990, se ha adelantadoun volumen sobre todas las cerámicas a torno halladas en las excavaciones de El Bebedero (Atoche et alii
1995) que pone en evidencia el deseo de rigor científico por parte de los investigadores y, simultáneamente,permite a la comunidad arqueológica valorar en detalle esta notable aportación.
Maria Gómez Díaz
Enero de 2014.
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