VICTOR MANUEL GARCIA BRUNETTO
Eduardo Pedro García Rodríguez
La libertad es un concepto que
manejamos en nuestra vida cotidiana, de manera tan rutinaria que en pocas
ocasiones nos paramos a pensar en su significado, es más, vivimos en un
espejismo creado por los medios de comunicación y el entorno donde nos movemos
llegando incluso a creer que hacemos uso de nuestra supuesta libertad, cuando
en realidad no es más que una ensoñación.
La libertad es un concepto que hace referencia a
muchos aspectos de la vida humana.
Comúnmente se le define como aquella
facultad natural que posee el ser humano de poder obrar según su propia
voluntad.
Normalmente, el concepto de libertad es un
concepto abstracto que se aplica al ser humano y debido a que es considerado
uno de los derechos más importantes con los que debe contar todo individuo,
pero para vivir en libertad, en total libertad, hay que ser muy
valiente casi temerario, tener el arrojo suficiente para convivir en el sistema
sin dejarte absorber por el mismo, y para eso, además de valiente, se ha de ser
inteligente.
Nuestro amigo Víctor, tuvo coraje ante la
vida la cual vivió como quiso y en total libertad. Vivió sin
ataduras humanas o divinas sin miedo a comunicar sus
sentimientos, emociones, opiniones y pensamientos, y a pesar de ser sumamente
conocido y apreciado, el círculo de sus amigos íntimos fue ciertamente
reducido.
Dotado de una inteligencia fuera
de lo común, de espíritu inquieto, con una curiosidad sin limites, investigador
incansable, además de ser licenciado en psicologia como sabemos, sondeo los
campos de la parasicología, la química, la taxidermia, y la magia recreativa,
experimentó con producciones videográficas, en las artes plásticas practicó la
escultura y la pintura, pero su mayor pasión fue el culto a la naturaleza.
Se aceptaba a sí mismo como era, sin frustrarse ni gastar
energías en recriminar, sino utilizando las energías de que disponía para su
continua superación, asumiendo, procesando e integrando sentimientos de origen
infantil como los de culpa, miedo, vergüenza, orgullo y resentimiento, con
respecto a sí mismo y a los demás.
Pero a pesar de ello, tenia la necesaria humildad. Esta la
interpretamos en el sentido de reconocer tanto las propias limitaciones como
las propias cualidades, sin .dejarse distraer e inmovilizar por sensaciones de
culpa, de miedo, de ansiedad, de insuficiencia, de vergüenza, etc., basadas en
el pasado; las integraba y vivía el aquí y ahora dentro de un espacio de
aceptación de la realidad y de superación personal.
Ello le permitió ausentarse
mentalmente de la sociedad actual en la que sufrimos un problema de fondo, y es
que predominan el egocentrismo y una inmadurez social generalizada y brutal.
Todavía no hemos llegado a la sociedad del conocimiento y de la educación o la
conciencia, y se ha perdido el norte de tal forma que la sociedad actual no
parece saber muy bien lo que está haciendo ni hacia dónde va.
Queridos hermanos estamos congregados en este Monte Wenhu para cumplir un acto social que la tradición de nuestro entorno nos impone, cuando perdemos un ser querido, un ser importante para nosotros, la sensación de pérdida, es decir, el luto, es parte de lo que experimentamos al fallecer un ser querido. Es el estado de dolor tras la pérdida.
Muchas personas piensan que la aflicción es una
sola instancia, o que es un periodo corto de dolor o tristeza como respuesta a
una pérdida, como por ejemplo, las lágrimas derramadas en el funeral de un ser
querido. Sin embargo, la aflicción puede perdurar por mucho tiempo al incluir
todo el proceso de lidiar emocionalmente con la pérdida. La aflicción normal
nos permite eventualmente dejar ir a un ser querido y seguir adelante de una
forma saludable.
La aflicción es dolorosa, pero es importante que
expresemos nuestra aflicción porque
hemos sufrido una pérdida. Cada uno de nosotros se afligirá por la pérdida de
sus seres queridos de formas distintas. La duración y la intensidad de las
emociones que las personas experimentamos varían de acuerdo a cada uno.
Cuando
recordamos a un ser querido nos planteamos muchas preguntas y vamos
entendiendo los ciclos de la vida, inevitablemente aceptamos que las cosas
ocurren independientemente de lo que nosotros deseábamos o esperábamos.
Pensamos que lo natural es nacer y morir pero
cuando a un ser querido le llega la hora, del viaje hacia el Seno de Magek sea
como fuere, parecemos no estar preparados, como si fuera algo que nunca pudiera
ocurrir, como si estuviera ajeno a nuestra condición de humanos. Cierto día
pasa y entonces pensamos en porque no disfrutamos de esa persona, porque no
aprendimos de ella, porque…. Muchas preguntas pero la respuesta está muy clara:
vive con plena conciencia cada segundo, disfruta cada paso de la vida, y acepta
todo lo que ocurra con alegría y buen carácter porque es un regalo de Nuestra
Magné Chaxiraxi.
En realidad la muerte no existe, sino únicamente
en un plano físico y ello nos provoca una pérdida del miedo a vivir la vida,
sin tapujos, aprovechando cada respiración, cada instante. Es un hecho asumido
por nuestra Congregación que nuestro cuerpo está dotado de dos espíritus, el
Espíritu Libre el cual viaja directamente al Seno de la Diosa Magek, un vez
que el cuerpo fallece, y el Espíritu Vital, el cual permanece por un tiempo
indeterminado en esta realidad, cuidando de sus seres queridos y de aquellos
lugares donde desarrollaron sus actividades en vida.
La muerte física no es el fin de la vida,
sino tan solo un cambio: pasar a vivir en otro plano de la misma realidad, es
pasar del mundo visible al invisible, del mundo de los seres humanos al de los
espíritus.
Por ello aprovechemos este emotivo acto y en
lugar de convertirlo una manifestación
de duelo, interpretemoslo como una
manifestación de amor hacia nuestro amigo, y en homenaje que dignifique la
memoria del ser querido que se nos ha adelantado en el viaje al Seno de Magek.
Estamos seguros que de ser él quien
estuviera despidiendo a un amigo lo
haría con las siguientes palabras:
”Cuando tenga que dejarte por un corto tiempo, por favor no desesperes,
no te angusties ni te abraces a tu pena a través de los años; por el contrario,
empieza de nuevo con valentía y con una sonrisa por mi memoria y en mi nombre.
Vive tu vida y haz todas las cosas igual que antes.
No alimentes tu soledad con días vacíos, sino llena cada hora de manera positiva...
Extiende tu mano para confortar y dar ánimo y en cambio te confortaré y
te tendré cerca de mí.
Y nunca, nunca tengas miedo de morir, porque yo estaré esperándote en el Seno de Magek.”
Guayre Adarguma Anez’ Ram n Yghasen
Monte Wenhu, (Monte de Las Mercedes),
23 n wanzegza 12 achano n tallit
taynay tagwancet. [23 de febrero de 2013 del calendario occidental]
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