En el
día de hoy (28-XI-2013), después de larga y dura jornada, colgándonos y
ascendiendo, por una de las márgenes del gran Barranco de Guayadeque, pudimos
-por vez primera- hollar un impresionante yacimiento aborigen, consistente en
un magnífico almogarén, con sus ya clásicas cazuelas, y cientos de regatillos
entre ellas, que las unen y circundan.
Creemos,
es lo que faltaba a tan impresionante lugar, tan cargado de: cuevas, grabados,
huesos, cerámicas, lapas, etc. Ya, hemos encontrado, el lugar sagrado para los
guanches que habitaron Guayadeque, donde dieron culto e hicieron ofrendas a
Acorán.
Les
cuento: por la confianza que le merezco a J. H., me confía el secreto de su
hallazgo fortuito -sin saber su significado-, por no ser profesional de la Historia, ni de la Arqueología, sino un
aficionado; me hice acompañar de F. S., y los tres nos dirigimos hasta el lugar
antes dicho, quedando, gratamente sorprendidos ante lo que asombrados,
contemplaban nuestros ojos.
Damos,
pues, noticias del feliz hallazgo, que enriquece nuestro excepcional
patrimonio.
J. H.,
F. S., y un servidor: el Padre Báez.
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