Los chorros de Epina Enclavados en plena
naturaleza, a unos pocos metros del caserío de Epina, en la isla de la Gomera, la leyenda dice que
su agua tiene propiedades curativas. También las personas creen que al beber el
líquido que mana de sus caños de madera se verán beneficiado por la fortuna y
el amor.
Hace años se creía que el agua que manaba de
los chorros de Epina era milagrosa y, entre sus poderes, se le atribuía el
poder de descifrar los secretos del destino y mostrar el camino del amor.
Decían que al mirarse en este líquido
prodigioso, si el agua se mantenía tranquila y clara, eso significaba que el
amor pronto llegaría trayendo felicidad. En cambio, si al mirarse , el reflejo
se enturbiaba, era signo de desgracia y desamor.
En tiempos pasados, cada año, coincidiendo
con la celebración del Beñesmén (fiesta en la que los guanches celebraban la
llegada del año nuevo y en la que honraban a sus dioses) las muchachas más
jóvenes, en edad casadera, acudían a los chorros de Epina para conocer el
reflejo de su destino en el agua.
Una de las jóvenes que acudió a mirar su
destino fue Gara, princesa de Agulo, que al ver el reflejo de su destino se
asustó muchísimo. Y de todos es conocido el final trágico de la leyenda de Gara
y Jonay.
Los chorros de Epina lo forman siete caños de
madera, aunque algunos mayores recuerdan que antiguamente sólo había tres.
Cuenta la tradición que para beneficiarse de los poderes del agua, se debe
beber de izquierda a a derecha, los hombres de los chorros impares y las
mujeres, de los pares. Sólo así se podrá acceder a los propiedades curativas
que se le atribuyen, así como a la fortuna y el amor que mana de los conductos
de madera por los que se canaliza el agua.
otra de las leyendas es que, los dos primeros
chorros agua corresponden a la salud, los que le siguen al amor y otros dos a
la fortuna. El último, el número siete, es del que beben las brujas.
La persona que desee beneficiarse del agua de
sus chorros puede beber del que quiera, desde la antigüedad se relacionan las
fuentes, manantiales o cualquier lugares donde brota el preciado líquido, con
la existencia de entidades de seres especiales que velaban por el hombre. En
unos casos, estos seres especiales eran duendes y hadas y, en otros casos, se
habló de apariciones de vírgenes u otra imagen religiosa. Curiosamente, a pocos
metros del manantial de Epina hay una ermita.
También hablan los lugareños de la aparición
en este lugar de extrañas luces, hubo un verano algo muy preocupante para las
gentes de este lugar, de los chorros dejaron de brotar su milagroso liquido,
algo que nunca antes había ocurrido, unos lo atribuyeron a las grandes sequias
y otros a la derivación del agua hacia otros lugares.
Muchos ciudadanos de Vallehermoso mostraron
su extrañeza por el repentino cese del caudal, pues recuerdan que sus abuelos
les contaban que éste nunca dejó de manar agua en cientos de años, a pesar de
que se produjeron periodos de sequía superiores al actual.
Maimenes, 2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario