Para buscar noticias de carácter histórico
sobre el salto del pastor hemos de llenarnos de paciencia, y pasar muchas horas
de investigación….algunas fructíferas y otras no tanto. Hay que desmenuzar una
pequeña información un millón de veces para lograr obtener datos de
interés.
De esta manera releyendo la obra
de fray Juan de Abreu Galindo, autor andaluz que escribió a finales del siglo
XVI la “Historia de la conquista de las siete islas de Canaria” nos relata en
el Capitulo XXVIII el “episodio” de Iballa y la muerte de Hernán Peraza a
manos de los Gomeros; creo que no tiene desperdicio.
“Pasados algunos días, Hernán
Peraza se avenía mal con sus vasallos, tratándolos con rigor y aspereza,
deseándole los amigos y enemigos todo mal. No contento con la que en casa
tenía, trató de amores con una gomera hermosa, que vivía en unas cuevas en el
término de Guahedun, donde tenía sus tierras de sembrar; y, con achaque de que
las iba a sembrar, se fué allá, que era por noviembre, con sólo un escudero y
un paje. Habíale avisado un gomero, que se decía Pablo Hupalulu, viejo, a quien
los demás reverenciaban y tenían por padre, que se guardase y tratase bien a
sus vasallos; por lo cual Hernán Peraza lo quería mal y tenía por sospechoso.
Como vió el Pablo Hupalapu que tenía sospecha dél, juntóse con los del bando de
Mulagua, y fueron a una peña, donde hacían su consulta, en Tagulache, y
trataron solamente de prenderlo; y concertaron con la gomera de quien andaba
Hernán Peraza enamorado, lo mandase a llamar, y así lo hizo.
Era Hernán Peraza valiente y
animoso y atrevido. Aconsejóle su escudero no fuese donde la gomera le llamaba.
No quiso, sino entrar donde la hermosa gomera estaba con su vieja, y solas en
una cueva; y mandó al escudero y al paje se fuesen a otra cueva. Los gomeros
estaban avisados y juntos. Pablo Hupalapu con otros compañeros se fueron a la
cueva donde estaba Hernán Peraza y a cuantos encontraban, avisaban cómo lo iban
a prender, que estuviesen aparejados. Todos estaban de acuerdo. Hupalapu, como
era viejo, se quedó un poco atrás; los demás se adelantaron. Estaba un mozo, que
se decía Pedro Hautacuperche, que guardaba su ganado en Aseysele, en el término
de Guachedum, y pariente de la moza: dijéronle iban a prender a Hernán Peraza,
que estaba con la parienta en Guahedun, y que Pablo Hupalapu venía con ellos al
efecto. Éste era del bando de los de Mulagua, muy atrevido, ligero y
determinado; estaba sentido de Hernán Peraza y deseaba se ofreciera ocasión
para vengarse. Y, como entendió iba Hupalapu con ellos, tuvo más ánimo, por el
respecto que todos le tenían. Dijo a los compañeros que no aguardasen a
Hupalapu, que era viejo; que él lo prendería, que bastaban. Y, puestos encima
de la cueva donde Hernán Peraza estaba, la gomera, como estaba avisada y sintió
el ruido, le dijo que se vistiese presto, que lo venían a prender sus parientes.
Vistióse de presto; y, por disimular, se vistió una saya. Y, al tiempo que
salía, la vieja que estaba dentro, que era de la consulta, dijo: -Ése que sale
es; prendedle, no se vaya. Como Hernán Peraza lo oyó, tornóse dentro, viendo la
gente que le estaba aguardando, diciendo que lo habían de prender o matar en
hábito de hombre, y no de mujer. Y, poniéndose las corazas y embrazando la
adarga y su espada, se puso a la puerta de la cueva. Estaba encima Pedro
Hautacuperche, con un asta
como dardo, con un hierro de dos palmos, y arrojándosela, metió por
entre las corazas y el pescuezo, que lo pasó de arriba abajo, y luego cayó allí
muerto. Mataron también al escudero y al paje que había llevado consigo”
[1]
Subrayado en amarillo “asta como
dardo, con un hierro de dos palmos”; lo primero que viene a mi mente,
“moderna”, es que Abreu estaba equivocado al hacer tal aseveración, cómo van a
tener hierro las astas de esa época utilizadas por los gomeros. Pero
recapacitando y haciendo diferentes cálculos históricos creo que es muy viable
esa información de Abreu.
Desde las primeras entradas
efectuadas por los normandos Jean Bethencourt y Gadifer de La Salle (1405),
Maciot de Bethencourt (1405-1418), (y por cierto aunque no haga alusión a la
isla de la Gomera en la obra Le Canarien, tenemos una ilustración al parecer
referida a los habitantes de la isla de Gran Canaria, donde vemos las figuras
de varios canarios en la que se observa a uno de ellos con un palo largo y en
la típica posición de los brazos preparado para brincar [2]
). Fernando de Castro (portugués, de 1424 a 1454), Conde Niebla, Guillén de Las
Casas (1445), Hernán Peraza El Viejo (1448-1450), Diego García de Herrera e
Inés Peraza (1452-1477), Hernán Peraza (a partir de 1477); los gomeros
mantienen una relación de cierta conveniencia; “de no agresión” con los
colonizadores europeos y al revés , con sus tiras y aflojas, por supuesto. En
este espacio de tiempo he de suponer que cogerían recorte de las armas y
hierros de los europeos, adaptándolas a sus necesidades aparte de convertirse
al cristianismo…..no olvidar que los responsables de la muerte del sanguinario
Hernán Peraza fueron Pablo Hupalupu y Pedro Hautacuperche, se supone que “cristianos”
gomeros, como sus nombres castellanizados indican (Pablo y Pedro).
Volviendo a lo escrito por Abreu
Galindo, nos encontramos con un “asta…, con un hierro de dos palmos”; o sea que
el regatón o puyón mediría unos 40 cms de largo. Como vemos, los gomeros del
siglo XV ya se habían encargado de cambiar el cuerno de cabra por el de hierro,
a todas luces más resistente y duradero.
Llegado a este punto del trabajo
me dije, es curioso comprobar que entre las diferentes denominaciones para los
palos largos de los pastores, no había ninguna que hubiese llegado hasta
hoy en día, que se pudiera entroncar con la primera lengua de los canarios; el
tamazight.
Mencionaré el nombre de
diferentes armas de los canarios, ¿con variadas funciones?, recogidas en las
crónicas de la conquista y colonización de las islas: Añepa,banot, magado,
moca, susmago, tamasaque, tezezes.
Recordar en un breve repaso
aproximado los nombres actuales de dichos palos: Garrote, lanza, astia, asta,
lanza, palo, lata….
Una vez aquí hemos de esperar a
leer la obra excelente de Juan Bethencourt Alfonso; insigne historiador,
etnógrafo, arqueólogo (solamente por sus meritos se merece estos títulos) de
Tenerife. Su amplia investigación de campo, a finales del siglo XIX y
principios del siglo XX, nos aporta una información constante, inédita y
voluminosa de nuestro pasado. Su principal obra “La Historia del Pueblo
Guanche” desglosada en tres tomos publicados por Francisco Lemus, Editor en el
año 1991,1994, 1997 son de obligada consulta.
Leyendo el primer tomo, en el
apartado sobre “vocabulario de la lengua guanche”, nos da una noticia muy
escueta e interesantísima recogida en la isla de la Gomera [3]
:
GAFA, G., <<La
Lanza>>.
Con esta grata aportación me puse
a buscar en diferentes tratados, de lengua tamazight, y buscando y buscando,
por fin encuentro un acercamiento a la voz gomera GAFA, la localizo en el
tamazight hablado en el centro de Marruecos [4];
un verbo con parecidas acepciones:
“GFY” GAFY, GGUFI, GGUFY,
TAGAFAY, TYAFAY = Longer (costear, bordear, ir a lo largo de), aller le long de
(ir a lo largo de); escalader (escalar), monter (subir, ascender), grimper
(trepar, subir a un alto). S-SGIFY,
SGAFAY = Faire longer, faire escalader, faire monter le long d´une
colline.- AGGAFY = Fait de longer, d´aller le long de, montée, escalade.
Sin más comentarios.
Para terminar añadir una voz
toponímica perteneciente a la isla de Lanzarote que está relacionada con GAFA;
me refiero a TINGAFA lugar geográfico perfectamente situado a lo largo de la
historia de la isla como caserío, vega, roque y en la actualidad Montaña de
TINGAFA, desglosare la palabra en tres partes TI – N – GAFA:
TI, <<pronombre
demostrativo autónomo femenino singular, “la”.
N, <<preposición
genitiva>>, “de”.
GAFA, <<..AGGAFY>>,
“escalar, subir, ascender, bordear, trepar…”.
Literalmente “la de la escalada,
la de la subida”.
[1]
Fr. J. de Abreu Galindo: Historia de la Conquista de las Siete Islas de
Canaria. Págs. 248-249. Goya Ediciones. Santa Cruz de Tenerife. Canarias. Año
1977.
[2]
Le Canarien, Crónicas francesas de la Conquista de Canarias. Introducción y
tradución Alejandro Cioranescu. Aula de Cultura de Tenerife. Año 1980.
“Capitulo LXVII, Aquí habla de la isla de Gran Canaria y de la gente que vive
en ella”. Pág. 165.
[3]
Juan Bethencourt Alfonso: Historia del pueblo Guanche, Tomo I. Pág. 273.
Francisco Lemus Editor. La Laguna. Año 1991. Edición por Manuel A. Fariña
Gonzalez.
[4] Milou Taifi: Dictionnaire Tamazight-Francais (Parlers du Maroc
Central). L´Harmattan -Awal. Año 1991. Págs 148-149.
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