UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERIODO COLONIAL 1501-1600
DECADA 1521-1530
CAPITULO VI-XXVII
Eduardo
Pedro García Rodríguez
1627. Añazu (Santa Cruz) despegaba ya con 900 habitantes, termina
de construir la parroquia de la
Concepción de la secta católica y el puerto es frecuentado
por numerosos buques mercantes. En 1632, Alonso Llarena propone solicitar que la Real Audiencia
fuese trasladada a Tenerife por ser esta isla «más rica, más poblada...».
1527. Fue ocupado el puesto
de inquisidor en la colonia canaria por
Luis de Padilla, tesorero de la Catedral , quien inicialmente continuó la labor de
su predecesor. Realizó actos públicos de fe en 1530 y en 1534, en los que
penitenció a algunos cristianos nuevos de judío y, sobre todo, a moriscos, la
mayoría fugitivos. La falta de medios de la Inquisición canaria,
las desventajas que acarreaba su dependencia de Sevilla y la importancia
estratégica del Archipiélago aconsejaron, seguramente, elevar de rango la
organización del “Santo Oficio” en Canarias.
1527. designó el Cabildo de los colonos europeos asentados en la
isla de Chinech un nuevo mensajero (Regidor Francisco de Lugo) y entre otras
cosas pedía "...ayuda de fazer un
muelle que la dicha ysla tyene necesidad en el puerto más principal...que ha
por nombre Santa Cruz, en donde suelen venir muchas naos é navyos, asy de los
que van á las Yndias, yslas, y Tyerra Firme, como para la Especiería , como otros
muchos que en la dicha ysla tratan é se fornecen de bastimentos, é otras cosas
que en la dicha ysla ay para sus viajes..." Agregaban los Regidores "...que por ser el dicho puerto costa brava, muchas vezes á
acontecido thener trabajo las dichas naos e navíos que en el puerto están, é se
an perdido gentes é barcas é cada día se pierden; é thenyendo é aviendo el
dicho muelle...las contrataciones en la dycha ysla, serían en más cantidad, por
donde las rentas de Vuestra Magestad de cada día aumentarían é
acrecentarían..."
Parece ser que el primer muelle se construyó antes de 1551,
pues consta que en Octubre de ese año, un temporal 1o arruinó y en sesión del
31 se acordó su reparación; en Julio de 1552 parece asimismo que "á causa de la mucha mar..."
había recibido la débil obra del muelle de Santa Cruz serio detrimento, " desclavando los tablones que estaban
allí puestos..."; en la sesión de 15 de Julio se dispuso, "...la construcción de la fortaleza
junto á la plaza que está hecha de baluarte entre la dha Plaza é baluarte della
á la mar,
adonde está una laja
entre la caleta é el muelle...".
1527.
Según el investigador Serra
Ráfols: “Un criado, seguramente analfabeto acusa a Elvira Díaz colona residente
en La Laguna
de que "estava leyendo en un libro
en el qual leya muchas veces..., y que este testigo preguntó a Martin
Fernández, que asy mismo era criado de la dicha Elvira Díaz. ..-Decid, ¿qué
libro es éste, que nuestra, señora dexa de leer en él ? -El qual le dixo: -Dalo
al diablo, que no lo entiendo, que es hebraico; y que oyó decir a Pedro, que es
fraile de la Orden
de San Francisco, y es sobrino del Adelantado, que el dicho libro era Biblia;
pero este religioso declara a su vez que no conocía en aquella casa sino una
Biblia en latín. Se ve que Fernández
no lo distinguía muy bien del hebreo. El denunciante añade, empero, con más
visos de fundamento, que Elvira es
"conversa y que ha oído desir que es hija de reconciliados" y por
ello trata muy mal a sus criados, especialmente los días de Pascua.
Seguramente de ahí arranca todo
el episodio, que solo tiene un interés pintoresco.
Hasta aquí Serra Ráfols; mas de
seguro que el curioso episodio le hubiese merecido otro comentario si hubiese
tenido en sus manos la prueba irrefutable de que Alonso Díaz e Inés Tristán,
padres de Elvira, eran judíos de Sanlúcar de Barrameda, reconciliados y
condenados por el Santo Oficio después de diversos procesos.
1527 Enero 11.
El tráfico de esclavos negros
extraídos del continente por colonos y criollos canarios fue más intenso de que
comúnmente se ha venido creyendo.
Como comprobante de este último
aserto tenemos el contrato firmado en estas fechas en Sevilla (España) ante el escribano Alonso de la Barrera por Cristóbal de
Ponte, maestre de un navío anclado en el Guadalquivir, y los mercaderes Antonio
de Franquis Luzardo, "genoves
estante en Cadiz", y Juan Bautista, Sopranis, residente en Sevilla,
por el cual se comprometía Ponte a conducir, para venderlas en las Islas
Canarias, un importante porcentaje de mercancías, con compromiso de trasladarse
más adelante a las islas de Cabo Verde para invertir el importe en negros
africanos.
Sin embargo, los recelos de
Portugal al ver cómo ingleses y franceses y españoles violaban las leyes
prohibitivas, salteando directamente en las costas de Guinea, trajo alguna que
otra vez de rechazo extorsiones para 1os criollos canarios, de las que
protestaron vivamente cerca de Felipe II. Cuando los navíos regresaban de Cabo
Verde con su carga humana eran detenidos en ruta por los mismos portugueses,
que confiscaban el cargamento con el pretexto de haber sido adquiridos en
"Guinea o otras partes prohibidas", siendo inútiles cuantas protestas
hacían los mercaderes sobre la legitimidad de sus transacciones.
Entonces intervino el embajador
español en Portugal, don Juan de Borja,
y pudo salvarse tal escollo obligando a los comerciantes canarios a navegar
acompañados de una "información"
expedida por las autoridades lusitanas con objeto de garantizarse contra los
navíos de control de Portugal.
Estos antecedentes, unidos al
interés puesto por los colonos criollos canarios en el asunto al enviar un
mensajero a la corte y obtener la intervención a su favor de todo un embajador,
prueba que el tráfico de esclavos con Canarias debió ser muy activo en todo
aquel siglo. Por otra parte, lo confirman, junto a la persistencia de elementos
raciales negroides en pequeños sectores de la población insular, la
documentación de la época, en la que es frecuente encontrar alusiones sobre el
particular que nos ocupa: compraventa de esclavos, cartas de libertad, pesos,
fugas, etc., etc. Los fondos de la Inquisición revelan también su importancia y
número; así, por ejemplo, en las listas de procesados entre 1568-1572 aparecen "Domingo de Ponte y otros seys esclavos
de Pedro de Ponte", señalándose posteriormente otro proceso incoado en
Tenerife "contra los esclavos de
Pedro de Ponte". El testamento, ya citado, del propietario del
ingenio, de Telde Cristóbal García del Castillo, otorgado en 1539, nos revela
los nombres de los veinticuatro negros esclavos que servían a sus órdenes en
las faenas propias de su industria. Análogas citas documentales pudieran
añadirse que corroboran la importancia de la trata de negros en Canarias.
Dicha trata sirvió para disimular
el contrabando negrero con las Indias, pues consta positivamente que muchos
navíos portugueses o de otras naciones cargaban en Cabo Verde su mercancía
humana, alegando que se dirigían al archipiélago afortunado, y luego iban a
descargar en las Antillas o en el continente.
Es más; cabe presumir que el
mismo Pedro de Ponte, que tenía factores y corresponsales propios en América y
Cabo Verde, hubiese participado-emulando a su padre-en el negocio, con objeto
de cubrir las necesidades de mano de obra en las despobladas regiones de Adeje
para el cultivo de sus espléndidas posesiones y el manejo de los ingenios, y
para surtir a las Antillas de tan codiciada mercancía y en el terreno de la
suposición que el mismo John Hawkins-cuyos viajes a Guinea anteriores a 1562 no
parecen probables-acaso fuese introductor en el Archipiélago de buen número de
esclavos africanos.
Lo que no admite dudas es que fue
en las Canarias donde John Hawkins aprendió a valorar la importancia de la
trata de esclavos como espléndido negocio que se abría a su audacia, y que,
sugerido o no por Pedro de Ponte, tomó a partir de 1560 el firme propósito de
no descansar hasta llevarla a cabo. Si hasta entonces los portugueses y los
franceses habían sido los únicos en traficar clandestinamente con esclavos y
mercancías,
él abriría a su patria,
Inglaterra, los nuevos mercados de América, que pagaban con barras de oro la
audacia de los navegantes del Océano. (En: A. Rumeu de Armas, 1991)
1527 Febrero 22.
Se presentó el colono Cristóbal de Ponte ante los miembros del Cabildo
diciendo que él era notorio “hijo dalgo” (hidalgo) y ser de linaje tan notorio
que era uno de los vecinos más ilustres de Génova, como consta de los papeles y
testimonios que presentó al tiempo que fue admitido por vecino en esta isla y
que habiendo impuesto el Concejo de esta isla sisa general, se le había llevado
a él, estando exento de pecho y contribución. En vista de esta representación
el Adelantado Mayor de esta isla, estando en Cabildo con el teniente
gobernador, cuatro regidores, un jurado y el escribano Antón de Vallejo,
mandaron se le devolviese la sisa, ya que por los recaudos que había presentado
al tiempo que había sido admitido por vecino, era hombre hijo dalgo; que le
amparaban y defendían en la posesión en que estaba y que gozase de las
libertades y franquicias que deben ganar los nobles. Estos papeles originales
están protocolados ante Francisco Fernández en 20 de abril de 1678, a petición de don
Cristóbal de Ponte Xuares, caballero de la Orden de Alcántara.
Natural de la ciudad de Génova, pasó a esta isla Chinech
(Tenerife) por los años de 1500, donde casó con Ana de Vergara, hermana de
Pedro de Vergara, invasor-conquistador, regidor y Alguacil mayor de esta isla
de Tenerife. Tuvo del Adelantado, Alonso Fernández de Lugo, datas de tierras y
aguas. Donó el sitio para fundar el convento de San Francisco de Garachico y un
real de agua para su abastecimiento. De este convento son patronos sus
descendientes. Declara en su testamento por su hija natural a María de Ponte,
que casó con Juan Clavijo, y mandó 100 doblas a su nieta Francisca, hija de
estos últimos, para su casamiento.
En sus últimas voluntades manda que sus dos hijos fabriquen y
concluyan la fábrica de la capilla mayor del mencionado convento, con toda
decencia, que se levantó bajo la advocación de nuestra señora de los
Ángeles, donde se trasladaron sus restos y los de su mujer. Con cuya
disposición y cumpliendo su voluntad su hijo Pedro de Ponte otorgó instrumento
de ajuste con un oficial carpintero para fabricar dicha capilla mayor con un
monte de 400 doblas, documento que pasó ante Antón Martín en 1545, al folio
331. Sus hijos otorgaron partición de sus bienes en 16 de mayo de 1554, ante
Francisco de Rojas.
Fueron sus hijos: Bartolomé y Pedro de Ponte y la hija natural María
de Ponte, que casó con Juan Clavijo, quienes le dieron por nieta a Francisca de
Ponte.
Bartolomé de Ponte, hijo primogénito de don Cristóbal, fijo su
residencia en Garachico y casó con doña María de las Cuevas, hermana de doña
Catalina de las Cuevas y esposa de su hermano Pedro. Testó don Bartolomé ante
Juan de Ancheta en 1543, dejando a su mujer como tutora de sus hijos:
Cristóbal, Bartolomé y Luís de Ponte, Ana de Vergara y Melchora de las Cuevas;
Luis y Melchora murieron niños. A la muerte de su marido, doña María de las
Cuevas fundó mayorazgo de sus bienes a favor de Bartolomé de Ponte y sus
descendientes, ante Álvaro de Quiñónez en 1580.
Pedro de Ponte, hijo 2º de don Cristóbal, fue regidor de esta Isla y
fundador del mayorazgo de Adeje, de su castillo y casa fuerte, título concedido
por el Rey Felipe II de España y I de Portugal. Casó con doña Catalina de las
Cuevas, cuñada de su hermano Bartolomé. Testó don Pedro ante Juan de Ponte en
1568, al folio 316 de su registro. Tuvieron por hijos a:
a) Nicoloso
de Ponte, hijo mayor, 2º señor de su mayorazgo castillo y casa fuerte de Adeje
y regidor de esta isla. Casó con doña Ana de Vergara, su prima hermana, hija de
Bartolomé.
b) El
Maestre de Campo don Alonso de Ponte, hijo segundo, que llevó el segundo
mayorazgo y casó con doña Elvira de Vergara y Alzola, su sobrina.
c) Doña Isabel
de Ponte, que casó con el capitán don Francisco de Valcárcel y Lugo, regidor de
esta isla y 1º Alguacil mayor de ella por su majestad el Rey.
d) Otros hermanos
que murieron sin sucesió
1527 febrero 22.
Un colono
pudiente, Cristóbal de Ponte.
“Caballero natural de la ciudad de Génova, pasó a esta isla por los años de 1500, donde casó con Ana de
Vergara, hermana de Pedro de Vergara, conquistador, regidor y Alguacil mayor de
esta isla de Tenerife. Tuvo del Adelantado, don Alonso Fernández de Lugo, datas
de tierras y aguas. Donó el sitio para fundar el convento de San Francisco de
Garachico y un real de agua para su abastecimiento[1][1].
De este convento son patronos sus descendientes. Declara en su testamento[2][2]
por su hija natural a María de Ponte, que casó con Juan Clavijo, y mandó 100
doblas a su nieta Francisca, hija de estos últimos, para su casamiento.
En 22 de febrero de
1527 se presentó Cristóbal de Ponte ante los miembros del Cabildo diciendo que
él era notorio “hijo dalgo” (hidalgo) y ser de linaje tan notorio que era uno
de los vecinos más ilustres de Génova, como consta de los papeles y testimonios
que presentó al tiempo que fue admitido por vecino en esta isla y que habiendo
impuesto el Concejo de esta isla sisa general, se le había llevado a él,
estando exento de pecho y contribución. En vista de esta representación el
Adelantado Mayor de esta isla, estando en Cabildo con el teniente gobernador,
cuatro regidores, un jurado y el escribano Antón de Vallejo, mandaron se le
devolviese la sisa, ya que por los recaudos que había presentado al tiempo que
había sido admitido por vecino, era hombre hijo dalgo; que le amparaban y
defendían en la posesión en que estaba y que gozase de las libertades y
franquicias que deben ganar los nobles. Estos papeles originales están
protocolados ante Francisco Fernández en 20 de abril de 1678, a petición de don
Cristóbal de Ponte Xuares, caballero de la Orden de Alcántara.
En sus últimas
voluntades manda que sus dos hijos fabriquen y concluyan la fábrica de la capilla
mayor del mencionado convento, con toda decencia, que se levantó bajo la
advocación de nuestra señora de los
Ángeles, donde se trasladaron sus restos y los de su mujer. Con cuya
disposición y cumpliendo su voluntad su hijo Pedro de Ponte otorgó instrumento
de ajuste con un oficial carpintero para fabricar dicha capilla mayor con un
monte de 400 doblas, documento que pasó ante Antón Martín en 1545, al folio
331. Sus hijos otorgaron partición de sus bienes en 16 de mayo de 1554, ante
Francisco de Rojas.
Fueron sus hijos:
Bartolomé y Pedro de Ponte y la hija natural María de Ponte, que casó con Juan
Clavijo, quienes le dieron por nieta a Francisca de Ponte.
Bartolomé de Ponte,
hijo primogénito de don Cristóbal, fijo su residencia en Garachico y casó con
doña María de las Cuevas, hermana de doña Catalina de las Cuevas y esposa de su
hermano Pedro. Testó don Bartolomé ante Juan de Ancheta en 1543, dejando a su
mujer como tutora de sus hijos: Cristóbal, Bartolomé y Luis de Ponte, Ana de
Vergara y Melchora de las Cuevas; Luis y Melchora murieron niños. A la muerte
de su marido, doña María de las Cuevas fundó mayorazgo de sus bienes a favor de
Bartolomé de Ponte y sus descendientes, ante Álvaro de Quiñónez en 1580.
Pedro de Ponte,
hijo 2º de don Cristóbal, fue regidor de esta Isla y fundador del mayorazgo de
Adeje, de su castillo y casa fuerte, título concedido por el Rey Felipe II de
España y I de Portugal[3][3].
Casó con doña Catalina de las Cuevas, cuñada de su hermano Bartolomé. Testó don
Pedro ante Juan de Ponte en 1568, al folio 316 de su registro. Tuvieron por
hijos a:
a) Nicoloso de Ponte, hijo mayor, 2º señor de su
mayorazgo castillo y casa fuerte de Adeje y regidor de esta isla. Casó con doña
Ana de Vergara, su prima hermana, hija de Bartolomé.
b) El Maestre de Campo don Alonso de Ponte, hijo
segundo, que llevó el segundo mayorazgo y casó con doña Elvira de Vergara y
Alzola, su sobrina.
c) Doña Isabel de Ponte, que casó con el capitán
don Francisco de Valcárcel y Lugo, regidor de esta isla y 1º Alguacil mayor de
ella por su majestad el Rey.
d) Otros hermanos que murieron sin sucesión.” (Pedro A. Báez Díaz., 2004)
1527 Mayo 15. Los religiosos dominicos
de la secta católica residentes en la antigua ermita de San Miguel de Eguerew (La Laguna ), se trasladan a su
nueva residencia. Era un convento de Santo Domingo de la Concepción , del que fue
su primer prior fray Gil de la
Santa Cruz.
1527 Mayo 21. En la çibdad del rreal de las palmas
marts veynte vn dias del mes de mayo de y MXXVII annos antel sor ynqor
el liçendo luys de padilla en abdia diego de contreras hijo de Juan
nunnez mercader vo desta çibdad q dixo q es de hedad de diez y seys
annos poco mas o mos to rreçebido avyendo jurado en forma
de drcho dixo q puede aver mas de medio anno q fue despus q el sennor chantre
de canaria le qujtaron el to de ynqor y ants q se lo
quytasen muchas vezes en diversos dias este to oyo de ser
a xpoual de sant clemeynt commo puco desta çibdad q fue penytençiado
por el dho chantre syendo ynqor q el no avya hecholo porq
el dho chantre lo penytençio y q asy commo el lo avya fho con el asy lo ayudase
dios y le diese vuen vyaje y diziendo y echando muchas maldiçiones al dho 9chantre
y q quando esto dezia el dho xpoual de sant clemynt estava psentvnas vezes su
muger y otras vn q se dize q dias q escrevya mal y otras psonas de q no se
acuerda y q lo suso dho dize po descargo de su conçiençia y porq su
confesor se lo mando y pdo de odio dixo q no lo qre mal
fuele leydo psevero en ello fuele mandado guardar secreto paso ant my anton
bernal notro. (Natalia
Batista Pérez y Dan Munteanu Colán)
1527 Junio 21. La colona Elvira Díaz, vecina de Eguerew (La Laguna ), mujer de Pedro de
Lugo, regidor y vecino que fue, ahorra y da por libre a su esclavo Miguel,
morisco, de color prieto, de unos 30 años, natural de Marruecos, que está
presente, para que desde hoy en adelante sea horro, libre y exente. Lo horra
porque el esclavo, alumbrado de la gracia del Espíritu Santo vino en
conocimiento de nuestra Santa Fe católica, se hizo cristiano y recibió agua de
bautismo, y además por su ahorramiento y libertad le dio 3 esclavos negros, que
ella declara haber recibido.
1527. Continuaron los colonos canarios
sus cabalgadas, entrando sin remilgos en la conquista portuguesa, donde los
naturales, vasallos del Xarife, no podían ser mutados en carne de mercado.
Habiendo adoptado al rey de Portugal por protector, la captura de 13 vecinos de
Tamaraque y uno de Cabo Blanco, en 1527, por colonos canarios, puso en aprieto
a Luis Sacoto, gobernador de Santa Cruz del Cabo de Guee. A tres meses del
término de tregua de dos años, firmada con Muley Mafamedes, rey del Sus,
negociaba Portugal prórroga por otros tantos, con el "irmâo mais
velho", Muley Hamete, rey de Marruecos, que suspendió las negociaciones,
supeditándolas al regreso de los raptados.
Sin
posibilidad de defender Santa Cruz, por ser "mucha la frontera de
moros", escasa la guarnición y subsistir los residentes, de lo que traían
los naturales cada mañana. No habiendo sementeras, huertos ni ganado, en el
término de la plaza, era seguro que de reanudarse las hostilidades,
abandonarían el enclave, sin necesidad de perder batalla. Dirigiéndose a Pedro
de Lugo, "Adelantado de Tenerife", Sacoto pidió la devolución de los
cautivos. Entregó al de Cabo Blanco, porque estaba en su "isla",
confesando no poder recuperar los restantes, por estar en Tamaránt (Gran
Canaria), fuera de su jurisdicción.
Dirigiéndose
a Juan III de Portugal, Sacoto advirtió que de lamentar el Xarife haber puesto
el reino, "debajo de su bandera", la plaza estaría en precario, por
lo que debía escribir al Emperador, consiguiendo que los cautivos fuesen
devueltos en el primer barco, pues de no hacerlo, se acabaría la paz en
"Africa". Fechada la carta a 14 de abril, disgustó al rey, pues al
año siguiente gobernaba la factoría Antonio Leitâo. (L.Al.Toledo)
[1][1]
Se otorgó la data y concierto del sitio en 15 de agosto de 1524, ante Ruy Blas,
cura beneficiado de San Pedro de Daute, que está protocolada ante Francisco
Fernández en 1719, al folio 264,
a petición del síndico de dicho convento.
[2][2]
Testó Cristóbal de Ponte en Garachico, ante Antón Martín, en 1º de diciembre de
1530 y un testimonio autorizado de este documento, por el escribano Mateo del
Hoyo está protocolado ante Francisco Fernández en 1686, al folio 368.
[3][3]
Don Pedro de Ponte otorgó poder ante Gaspar de Xexas en 1553, al folio 259,
para suplicar al Rey Felipe le conceda licencia para fabricar un castillo en su
hacienda de Adeje. Fundó dos mayorazgos, el uno, El de Adeje, en su hijo mayor
Nicoloso de Ponte y otro en su hijo segundo Alonso de Ponte, por ante Juan
López de Azoca, en 15 de abril de 1567.
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