Es el momento de recogida de los frutos que nos devuelve la tierra , reuniones familiares y amigos que se juntan para trabajar y celebrar sus cosechas. En estas fechas los cabreros bajan con el ganado a la mar como cada año, trayendo del pasado ancestral este ritual y renovación baustimal por la que pasan todos los animales .El día de San Juan, el 24 de Junio, es tradición bajar las cabras al mar para darles un baño.Esta tradición se mantiene desde hace muchos años y los cabreros introducen a sus cabras en el mar para purificarlas.Es una manera de desparasitarlas y curación de sus heridas. Con esta fechas comienzan también las romerías y como no el éxito de sus cosechas, siguiendo una arraigada costumbre guanche, para agradecer a su Dios los frutos del anterior periodo y el comienzo de otro nuevo en su explosión de fecundidad. Ya en el siglo XIX Berthelot, escriba con asombro y entusiasmo sobre las fiesta de San Isidro en la Orotava, en esta narración se detalla “la fiesta de la Primavera, del despertar de la naturaleza” y en la cual ya se tapizaban las calles con flores y retamas pero no para pasear sobre ellas ninguna proseción sino dedicadas al regocijo popular en sus festejos de San Isidro; esta tradición floral se arraiga desde los guanches aunque más tarde la religión católica nos haya usurpado nuestras tradiciones pagana para convertirlas en religiosas.
El solsticio de verano es propicio para la expresión ritual, mágica y premonitoria. Cristianizado bajo la advocación de San Juan, contiene un repertorio de pequeños y grandes ritos y costumbres en los que confluyen la superchería, la religiosidad y el culto al sol.
“Feliz solsticio de verano”
FELIZ AÑO NUEVO, GUANCHE.
María Gómez Díaz, Junio de 2015.
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