Infiltrados;
atribulados, mas no angustiados
--Son las once de la mañana de un domingo cualquiera. En la congregación,
los hermanos llevan ya hora y pico alabando al Señor en ese precioso culto
dominical. En medio de ese tiempo de exaltación al Señor, se abre la puerta del templo, y el ujier de turno da la bienvenida a unos pocos desconocidos. Son cuatro nuevas personas. Un par de ellas llegan con sendas biblias en sus manos, el resto, con las manos vacías. El ujier, como es su costumbre, les acomoda donde mejor puede, porque el servicio hace ya rato que empezó. El Hno. Esteban, el responsable de la alabanza les ve llegar, y al principio se alegra, ¡Gloria a Dios!- exclama para sus adentros- ¡El Señor está trayendo gente nueva a la iglesia! Se alegra, pero al poco se preocupa… Lo que está viendo en ese momento, no le acaba de convencer. Aparentemente esas nuevas personas parecen cristianas, pero Esteban, que tiene el don de discernimiento de espíritus, empieza a percatarse de que algo no marcha bien… Sin pretenderlo demasiado, observa que una de las presuntas hermanas recién llegadas, literalmente no puede borrar de su rostro una perenne expresión de burla y hastío, y todos ellos, tienen una expresión pétrea, fría, como si estuvieran muy a disgusto en ese santo lugar, aunque alguno de ellos intenta disimularlo esbozando una estéril sonrisa, una y otra vez. Es como si espiritualmente estuvieran muertos. De repente, al Hno. Esteban se le ponen los ojos como platos. Dos de esos recién llegados, disimuladamente, empiezan a hacer extraños pequeños gestos con las manos, y con los dedos; gestos que cualquiera no sabría interpretar qué son, o a qué se deben, pero Esteban, sí. La hermana Sofía, que también les tiene de frente, se percata de todo ello, y acercándose a Esteban, le dice al oído- ¿Te has dado cuenta?, ¡están lanzando maldiciones!- Esteban le responde afirmativamente… ¿y ahora, qué hacemos?...-- |
Este relato que les he ofrecido es la descripción exacta y concisa de uno de algunos episodios similares, que están ocurriendo concretamente en una congregación de Cristo.
Lo conocemos bien, así como conocemos a los testigos, Esteban y Sofía (no son sus verdaderos nombres).
A pesar de la ignorancia y aun incredulidad de muchos estimados consiervos, estas mismas cosas ocurren también en aquellas congregaciones vivas, allí donde se encuentren.
Unos destacados ex satanistas, convertidos a Cristo, declararon en uno de sus libros:
“Créame que puede estar seguro de que cualquier iglesia de más de cincuenta miembros tiene brujos y brujas presente en su medio durante cualquier servicio dominical” (1)
La realidad, nos guste o no, lo creamos o no, eso poco importa, es que estamos siendo vilmente infiltrados (*) a ese nivel.
(*) Infiltrar: 3ª acepción; "Penetrar subrepticiamente en alguna parte; ejemplo: en las filas enemigas"
Ante esos hechos, me hice a mí mismo una
pregunta: “Si yo fuera el diablo (y eso es imposible, ya que el puesto está
ocupado desde el principio, gracias a Dios), ¿qué es lo que debería hacer para
intentar destruir la Iglesia
de Jesucristo, tomándome muy en serio lo que el mismo Señor sentenció, en
cuanto a que las “puertas del Hades no iban a prevalecer contra la Iglesia ”? (Mt. 16: 18)
Intentaría “unirme” a mi enemigo, ya que de
frente es imposible destruirle. A través de la paciente obra de infiltración a
modo de caballo troyano, iría paso a paso inmiscuyéndome en todos los asuntos
eclesiales, desde el nivel de ministerio, hasta el de simple creyente. Lo haría
usando a mi gente y las principales organizaciones de este mundo a mi servicio.
¡Piense un poco, hermano! No sólo el diablo haría
eso, sino que… ¡lo está haciendo!; la
Biblia nos advierte clarísimamente de ello, y
paradójicamente, la inmensa mayoría de los cristianos hoy en día vivimos
ausentes de esa horrorosa realidad.
"Porque éstos son falsos
apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y
no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así
que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de
justicia; cuyo fin será conforme a sus obras" (2 Corintios 11: 13-15)
Quizás estos versículos van a tener mayor
relevancia y comprensión a partir de hoy.
“Según la
Odisea de Homero, el caballo de Troya fue el artilugio que
astutamente los griegos utilizaron para infiltrarse en esa populosa ciudad,
introduciéndose en él, para posteriormente, y con nocturnidad y alevosía,
destruirla por completo”.
Esas personas frías, calculadoras; otras
aparentemente todo lo contrario, que entran en nuestras congregaciones, y no
para escuchar el Evangelio precisamente, tienen un cometido que deben intentar
cumplir de parte de sus jefes inmediatos: destruir las iglesias verdaderamente
cristianas. Son satanistas, son luciferinos, o simplemente enemigos del
Evangelio, y vienen de las diferentes bases de la pirámide organizada de maldad
de este mundo (1 Juan 5: 19b).
Están perfectamente organizados jerárquicamente,
y han sido convenientemente entrenados para parecer lo que no son, es decir,
cristianos. Además, son personas con talento y bien preparadas para cumplir con
los objetivos que les han sido asignados.
Aprovechándose de que nuestros servicios son
abiertos a todos, aprovechándose de la libertad de culto, bien pueden aparecer
por nuestras congregaciones fingiendo ya ser creyentes, o bien fingiendo que
reciben a Cristo en ese momento, o haciéndolo algo más tarde.
Cuando después del culto se les pregunta quienes
son y de donde vienen, siempre tienen la respuesta preparada de antemano. Se
requiere discernimiento y voluntad de discernir para poder descubrirles. Se
requiere estar alerta.
Una vez dentro de la congregación, intentan
lanzar hechizos y maldiciones, enviando los demonios que previamente han traído
con ellos, y usando también otros demonios.
Para lanzar esos hechizos, al menos en cuanto a
lo que sabemos, utilizan una especie de lenguaje de signos y gestos, que son
diversos, usando las manos, los dedos de las manos, la lengua, los ojos, y más
cosas.
Con esa brujería, intentan “preparar” el ambiente
espiritual de la congregación, para posteriormente efectuar siempre que les sea
posible su definitiva infiltración, llegando a hacerse pasar por verdaderos
creyentes, siendo muy amables, especialmente con los responsables de la
congregación, ofreciéndose para ayudar en lo que sea, buscando el llegar a ser
casi “imprescindibles”.
Toda esa preparación minuciosa, con la intención de hacer creer al pastor y
a su esposa, así como a los ancianos, etc. de la congregación de las presuntas
buenas intenciones del infiltrado, es consecuencia del juramento que en su día
hizo, bajo la satánica premisa de que “el fin justifica los medios”. La finalidad de su actuación es siempre causar división y buscar la destrucción de esa iglesia cristiana.
1. En tiempos de Nerón y de
Constantino
Eso no es nada nuevo, en tiempos del emperador Nerón, cuando la verdadera Iglesia debía esconderse en las catacumbas, los espías y satanistas del emperador, intentaban localizar donde se reunían los cristianos. No les era fácil en un principio, porque aquellos metódicos cristianos citaban una porción dela Escritura ,
y si la otra persona podía completar el pasaje (*), entonces podía demostrar
que era un verdadero creyente, sólo así eran invitados a los cultos. En otras
palabras, eran probados.
Eso no es nada nuevo, en tiempos del emperador Nerón, cuando la verdadera Iglesia debía esconderse en las catacumbas, los espías y satanistas del emperador, intentaban localizar donde se reunían los cristianos. No les era fácil en un principio, porque aquellos metódicos cristianos citaban una porción de
(*) “Eso era así en aquellos
tiempos cuando la
Escritura Neotestamentaria todavía se estaba realizando.
Ahora, los que se introducen en las iglesias cristianas, ya vienen muy
preparados al respecto”.
Todo ello nos muestra que esos creyentes eran
prudentes como serpientes, además de sencillos como palomas, y así como se
deben probar los espíritus, sabían probar a las personas, y lo hacían.
Fue manera efectiva de preservar la iglesia de infiltración satanista.
"Amados, no creáis a todo espíritu, sino
probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido
por el mundo" (1 Juan 4: 1)
Hoy en día, el buen creyente promedio, por vivir en un medio de escasa o nula persecución, es sencillo como paloma, pero no es prudente como serpiente, sino que es muy confiado e ingenuo, y el enemigo ha estado tomando una inconmensurable ventaja de todo ello, y ya por años. Le es muy difícil al creyente promedio pensar que tal maldad pueda llegar a existir; pero no tenemos excusa, ya quela Biblia
es muy clara en cuanto a todas sus advertencias al respecto.
El diablo, que es astuto como serpiente, pero para el mal, ideó desde poco
después del principio del cristianismo un sistema de infiltración en la
verdadera Iglesia de Cristo. Esto está incluido dentro del llamado “Misterio de
Hoy en día, el buen creyente promedio, por vivir en un medio de escasa o nula persecución, es sencillo como paloma, pero no es prudente como serpiente, sino que es muy confiado e ingenuo, y el enemigo ha estado tomando una inconmensurable ventaja de todo ello, y ya por años. Le es muy difícil al creyente promedio pensar que tal maldad pueda llegar a existir; pero no tenemos excusa, ya que
Los métodos de persecución usados por Nerón llegaron a ser extremadamente sofisticados. Guiado por el Maligno, organizó iglesias cristianas falsas; incluso usaba de sinagogas para reunirse, y esto hacía que muchos ingenuos creyentes del momento, se acercaran a ese sistema. Cuando la persecución abierta y sangrienta no obtenía los resultados de destrucción de la fe, eran mucho más eficientes los métodos pérfidos que dirigían al creyente confiado hacia la apostasía por medio de conducirle a esas falsas iglesias cristianas.
Con el tiempo ese sistema de falsa iglesia de Cristo se convertiría en el catolicismo romano (ver Ap. 17: 1-6). Algunos siglos más tarde, el emperador Constantino sería el primer “papa” de esa nueva religión babilónica y pseudocristiana.
Constantino llegó a proclamar su célebre edicto de tolerancia para hacer salir a los creyentes de sus escondites, pero esa “libertad” sólo fue dada a aquellos que aceptaban su falso cristianismo maquiavélico.
Los verdaderos cristianos de entonces, por
Es curioso observar que hoy en día, una parecida
táctica como la de Nerón opera contra la verdadera Iglesia de Jesucristo, a
través de “modelos” y falsos sistemas eclesiales como, entre otros, el G12
(gobierno de doce) y sus “encuentros”, presentándose este último como la última
revelación de Dios para la
Iglesia para estos días finales.
2. La Sociedad de Jesús
(Jesuitas) y la Gran
Ramera
Muchos siglos más tarde de la desaparición de Constantino, los jesuitas de Ignacio de Loyola allá por el año 1550, comenzaron a infiltrarse en cada religión y denominación. Siguen haciéndolo, y hoy en día, en una forma mucho más sofisticada, sobre todo a partir del Concilio Vaticano II, gracias al movimiento ecuménico y carismático.
Hay que decir que muchos ministros del Evangelio,
a partir de la falacia del Concilio Vaticano II y su nueva definición del
evangélico o protestante, como “hermano separado”, en vez de “anatema” o
“hereje”, han bajado inconmensurablemente la guardia, y se han prestado al
engaño del ecumenismo y de la falsa “unidad entre los cristianos”. Toda esa
estratagema fue vilmente planificada y llevada a cabo por los Jesuitas.
La razón principal de la existencia de la Sociedad de Jesús
(Jesuitas) fue, y sigue siendo, por activa o por pasiva, la de detener el
avance del protestantismo, iniciado por la Reforma. Nicolini
de Roma escribió:
"Los Jesuitas, por su
mismo llamado, por la misma esencia de su institución, están ligados a buscar,
por cada medio, recto o malo, la destrucción del Protestantismo. Esta es la
condición de su existencia, el deber que ellos deben cumplir, o cesar de ser
Jesuitas". (2) [Las Huellas de los Jesuitas, R. W. Thompson, 1894]
Los jesuitas son más poderosos de lo que muchos
imaginan. Hacia finales de los setenta, eran alrededor de 102.000
correligionarios (3)
Presten atención al siguiente relato:
“La Sociedad de Jesús
(Jesuitas) fue de allí en adelante reconocida como la principal fuerza opositora
del Protestantismo. La Orden
llegó a ser dominante en determinar los planes y la política de la Iglesia Romana. La
hermandad creció y floreció. Plantó sus sucursales en Francia, Italia y España,
y luego en todas las tierras civilizadas. El éxito de la Orden fue fenomenal. Llegó a
ser un poder en el mundo. Envió sus representantes a cada parte del globo. Sus
solitarios apóstoles fueron vistos eclipsando los tronos de Europa. Ellos
buscaron, por cada medio conocido al ingenio humano, que se establezca y se
confirme el tambaleante edificio de Roma, y que sea minado el edificio del
Protestantismo en ascenso. Ellos penetraron en el [*río] Indo y el Ganges.
Ellos atravesaron los desiertos del Tibet, y dijeron, "Aquí estoy
yo", en las calles de Pekín. Ellos miraron hacia abajo adentro de las
minas de plata de Perú, y se arrodillaron en rezo en las costas del Lago
Superior. Para conocer todos los secretos, sondear todos los designios,
penetrar en todas las intrigas, prevalecer en todo consejo, elevarse por sobre
toda diplomacia, y dominar a la raza humana, -tal fue su propósito y ambición.
Ellos herirían en lo vivo a cada sociedad humana en cada parte de la tierra
habitable, el silencioso reptar de su siempre en aumento complot para retomar
el mundo para la Iglesia ,
y dominar y conquistar y extinguir los últimos remanentes de oposición a su
dominio de costa a costa, desde los ríos hasta los fines de la tierra"
(4) [Historia Universal de Ridpath, John Clarke Ridpath, 1899]
Cuando hablamos de los Jesuitas, o del Opus Dei que vino mucho más tarde, y de un gran número de otras sociedades romanistas, no podemos sino abrir nuestra Biblia y encontrar el gran común denominador de todo ello, muy bien definido y expuesto en el libro de Apocalipsis. Por
Yo les invito a leer detenidamente el pasaje de
Apocalipsis 17: 1-6, 15, 18:
“Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas; con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación. Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos. Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIALA GRANDE , LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE
LAS ABOMINACIONES DE LA
TIERRA. Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de
la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran
asombro…Me dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son
pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas…la mujer que has visto es la gran
ciudad que reina sobre los reyes de la tierra"
“Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas; con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación. Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos. Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA
I) Es la iglesia del Anticristo: "la que está sentada sobre la bestia escarlata" (Ap. 17: 3)
II) Reside en Roma:
"la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra" (Ap. 17: 18) En tiempos de Juan, ese fue el papel y
posición de Roma a través de su visible Imperio.
III) Mayoritariamente
está detrás de todo este movimiento levantado para infiltrar y destruir las
verdaderas congregaciones cristianas, entre otras muchas atrocidades históricas:
"Vi a la mujer ebria de la sangre de los
santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé
asombrado con gran asombro" (Ap. 17: 6)
Nótese que Juan se quedaba asombrado… ¿por qué?
Porque esos santos, mártires de Jesús, padecían a manos de la mujer (la falsa
iglesia) que decía ser cristiana…
Permítanme aclarar que aquí no estamos hablando del católico promedio, el
cual ni siquiera es lejanamente consciente de lo que ocurre en las
profundidades vaticanas. Ese católico regular no es más que víctima confiada de
ese sistema diabólico, tan bien disimulado y adornado de falso cristianismo
(ver Ap. 17: 4)Ante el más que probable comentario de los defensores de Roma, en el sentido de que lo expuesto arriba no es más que una mera hipótesis (presunto manido comentario proveniente de aquellos que menosprecian
3. El juramento extremo de la Sociedad de Jesús
(Jesuitas)
El que sigue, es porción importante de la copia exacta del juramento extremo de los Jesuitas. Leyendo y examinando bien su contenido, podremos empezar a entender muchas cosas más, respecto a lo que estamos mostrando a lo largo de este artículo. Veremos el horror en el que puede llegar a caer un ser humano, si se deja dirigir por el Maligno. Ponemos a la luz de forma literal este juramento que los Jesuitas de rango menor hacen cuando van a pasar a una posición de mando. Éste es posterior al juramento de obediencia y lealtad a
Este juramento que siempre fue secreto,fue revelado por el ex jesuita de alto rango, Dr. Alberto Rivera, tiempo después de convertirse a Cristo. El Dr. Alberto Rivera, murió hace unos pocos años de manera muy misteriosa. Transcribimos a continuación lo más destacado de dicho juramento; por favor, no pierdan detalle:
(Dado a un jesuita de rango menor cuando va a ser elevado a una posición de mando)
CEREMONIA DE INDUCCION Y JURAMENTO EXTREMO DE
|
Habla el Superior:
"Hijo mío, de aquí en adelante tú has sido enseñado para
actuar como desensamblador entre los católicos romanos, para ser un católico
romano, y para ser un espía aún entre tu propia hermandad. Para creer en
ningún hombre, confiar en ningún hombre.
Entre los reformadores, ser un reformador; entre los
Protestantes Franceses (Hugonotes), ser uno de ellos; entre los Calvinistas,
ser un Calvinista; entre los Protestantes en general, ser un Protestante y
obtener su confianza para buscar aún con sermones desde sus púlpitos, y
denunciar con toda vehemencia en tu temperamento, nuestra Sagrada Religión y
el Papa. Aún para descender tan bajo para convertirte en judío entre los
judíos, para que puedas sacar junta toda la información para beneficio de tu
Orden como ferviente soldado del Papa.
Has sido enseñado para insidiosamente plantar la semilla de
los celos y el odio entre los Estados que estén en paz e incitarlos a hechos
de sangre, envolviéndolos en guerra unos con otros, y para crear revoluciones
y guerras civiles, en comunidades, provincias y países que fueren independientes
y prósperos, que cultivaren las artes y las ciencias, disfrutando de las
bendiciones de la paz.
Para identificarte con los combatientes y a actuar
secretamente en concordancia con tus hermanos Jesuitas que puedan estar en el
otro bando, pero abiertamente opuestos a aquello con lo que puedas estar
conectado.
"[Enseñado a] que únicamente
Se te han enseñado tus ocupaciones como espía, para
acumular estadísticas, hechos e información a tu alcance, a congraciarte y
ganar la confianza de los círculos familiares de Protestantes y herejes de
toda clase y carácter, tanto la del comerciante, el banquero, el abogado;
entre escuelas y universidades, en parlamentos y legislaturas, entre los
judiciales y consejeros del Estado; y para ser todas las cosas para todos los
hombres, por el bien del papa, cuyos sirvientes somos hasta la muerte.
Has recibido tu instrucción aquí, como novicio, un neófito,
y has servido como ayudante, confesor y sacerdote, pero no has sido investido
todavía con todo lo que es necesario para mandar en la armada de Loyola al
servicio del Papa.
Debes servir el tiempo apropiado como instrumento y
ejecutor tal y como ordenado por tus superiores, pues nadie puede mandar que
no haya consagrado sus labores con
Jura el jesuita de rango menor:
"Yo,_________ ahora en presencia del Altísimo Dios, la
bienaventurada Virgen María, el bienaventurado Miguel Arcángel, el
bienaventurado San Juan Bautista, los Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo
y todos los santos y ángeles del cielo... prometo y declaro, que no tendré
opinión o voluntad propia, o cualquier reserva mental, aun como un muerto o
cadáver, sino que sin vacilar, obedeceré todos y cada uno de los mandatos
que pueda recibir de mis superiores en
Y cuando ésto no pueda ser hecho abiertamente, secretamente
usaré la copa envenenada, la cuerda para estrangular, el acero de la daga, o
la bala dirigida, sin prejuicio de honor, rango, dignidad o autoridad de la
persona o personas, cual fuera su condición en la vida, ya sea pública o
privada, tal como puede ser ordenado para hacerlo, por cualquier agente del
Papa o Superior de
En la confirmación de todo ello, he aquí dedico mi vida, mi
alma y todas mis facultades corporales; y con esta daga que yo ahora recibo,
yo suscribiré mi nombre, escrito en mi propia sangre, como testimonio de
esto; y si yo compruebo ser falso o débil en mi determinación, que mis
hermanos y compañeros soldados de
|
Habiendo visto toda esa evidencia, ya no nos debe
extrañar nada acerca del relato con el que abríamos este artículo.
Es un hecho la infiltración. Es un hecho que los
enemigos de Cristo están desde que el Evangelio se extendió por Europa, por
América y por toda la tierra a partir de la Reforma , tratando de destruirlo, usando entre
otras armas la técnica de la penetración, tal y como hemos visto en ese
horripilante juramento jesuita.
4. Infiltración del G12
Sabemos por propia experiencia, y también por
diversos y múltiples testimonios, que provenientes del jesuitismo en sus
diferentes vertientes y bases de la pirámide, existen muchos agentes de bajo,
medio y alto rango del G12 (no estamos aquí hablando del creyente promedio que
es miembro de alguna iglesia del G12), que tienen como labor específica el
entrar secretamente e infiltrarse en las congregaciones cristianas, con el fin
de convertir esa congregación en una del G12, o intentar destruirla si no les
es posible lograrlo, especialmente todas aquellas que mantienen una clara
oposición a Roma, y por tanto, son un peligro para los planes de unidad
ecuménica. Debemos hoy más que nunca estar muy alerta.
Cuidado con los falsos “anti y ex G12”Pero hay más. Las altas y ocultas instancias responsables del G12 han estado preparando e instruyendo a agentes suyos para hacerse pasar por empedernidos “anti G12” y (o) “ex G12”, presentándose ahora ante el medio cristiano como abanderados cristianos de la lucha contra el G12. Estos, subrepticiamente están acercándose, contactando e intentando contactar con ministros, iglesias y ministerios de Cristo que se oponen genuinamente al G12, de esa manera, buscan obtener la confianza y la mano tendida de esos hombres y mujeres de Dios. Una vez conseguido esto, y teniendo ya abiertas las puertas de sus vidas y ministerios, buscarían el manipularles, y aun en su momento, el desacreditarles e incluso hundirles, ya que llegado el punto, no tendrían ningún pudor ni problema alguno en realizar, manifestar, o difundir informaciones o actos escandalosos de cualquier tipo o naturaleza.
De hecho, y para nuestra tristeza, ya hemos
podido observar que las maneras de hacer “apología” contra el G12 por parte de
esos “paladines” de la lucha “anti G12”, distan bastante de los planteamientos,
ya no cristianos, sino mínimamente conforme a decencia.
Ante toda esa actuación difamadora y escandalosa, impropia de verdaderos cristianos, la mayoría de los siervos genuinos y desconocedores de la realidad del G12 en cualquier lugar del planeta, apartarían la vista de todo ese asunto, y el G12 siempre quedaría libre de polvo y paja… para seguir adelante en sus propósitos.
Ante toda esa actuación difamadora y escandalosa, impropia de verdaderos cristianos, la mayoría de los siervos genuinos y desconocedores de la realidad del G12 en cualquier lugar del planeta, apartarían la vista de todo ese asunto, y el G12 siempre quedaría libre de polvo y paja… para seguir adelante en sus propósitos.
¡Son muy astutos!
Hermanos y consiervos, no se puede presentar
batalla contra el mal, utilizando maneras propias del mal. La Biblia enseña: "No seas vencido de lo malo, sino
vence con el bien el mal"
(Romanos 12: 21)
Con la
Biblia en la mano, es decir, esgrimiendo la verdad, y con
coherente testimonio, así es como deberemos poner a la luz todo lo equivocado y
destructor de los diferentes falsos modelos y herejías que pululan por doquier
en estos días, previos al Advenimiento del Señor Jesús a por los suyos; no de
otro modo.
Concluyendo
Dicho todo esto, no me gustaría dejar un mal sabor de boca, como si no hubiera solución para nosotros los verdaderos cristianos, ¡ni mucho menos!
Dicho todo esto, no me gustaría dejar un mal sabor de boca, como si no hubiera solución para nosotros los verdaderos cristianos, ¡ni mucho menos!
El apóstol Pablo lo expresó con mucha claridad:
"Pero tenemos este tesoro
en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de
nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas
no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no
destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús,
para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos"
(2 Corintios 4: 7-10)
No obstante, perseverando en nuestro proseguir
para alcanzar la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo
Jesús (Fil. 3: 14), por el camino, aprendamos a ser más sagaces, sabios, y
prudentes como serpientes. Espero que este artículo nos pueda ayudar a abrir
más los ojos de nuestro entendimiento, y empecemos a discernir lo que nos
rodea, tal y como debemos hacer, porque es bien cierto que el Señor nos envía
como ovejas, en medio de lobos (Mt. 10: 16).
Dios les bendiga.Miguel Rosell Carrillo, pastor de Centro Rey, Madrid, España
Febrero 2007
www.centrorey.org
Seguidamente, y a modo de apéndice,
les transcribo un breve extracto sobre la historia de los Jesuitas:
Breve historia de los Jesuitas:
"Desde sus inicios, el Protestantismo fue
amenazado por formidables enemigos. Los primeros triunfos de la Reforma pasaron, Roma
convocó nuevas fuerzas, esperando lograr su destrucción.
Para ese tiempo la Sociedad de Jesús
(Jesuitas) fue creada; la más cruel, sin escrúpulos, y más poderosa de todos
los campeones del catolicismo.
Los adeptos de la Sociedad , desligados de
lazos terrenales e intereses humanos, muertos a las demandas de afecto natural,
razón y conciencia, no conocían ninguna regla, ningún lazo, solamente las
reglas de su Orden, y el único deber fue y es el de extender su poder.
El Evangelio de Cristo había permitido a sus
seguidores, enfrentar el peligro y soportar el sufrimiento, sin consternación
por el frío, hambre, trabajo, y pobreza, levantando el estandarte de la verdad
en la cara de la tortura, el calabozo, y la estaca.
Para combatir estas fuerzas, el jesuitismo
inspiró a sus seguidores un fanatismo que les permitió soportar peligros, y
oponerse al poder de la verdad con todas las armas del engaño.
No había ningún crimen demasiado terrible para
ellos, que no pudieran cometer; ningún engaño demasiado espantoso que no
debieran realizar; ningún fingimiento demasiado difícil que no estuvieran
dispuestos a asumir. Con votos de pobreza y humildad perpetuas, siempre fue su
estudiado objetivo el asegurarse riquezas y poder, consagrándose al
derrocamiento del Protestantismo, y al reestablecimiento de la supremacía
papal.
Mientras como miembros de su Orden, se mostraban
ante todos llevando una apariencia de santidad, visitando prisiones y
hospitales, atendiendo al enfermo y a los pobres, profesando el haber
renunciado al mundo, y llevando el sagrado nombre de Jesús, quien vivió entre
nosotros haciendo el bien, bajo esa exterioridad, a menudo disimulaban los
propósitos más criminales y mortales.
Era un principio fundamental de la Orden el que el fin
justifica los medios. Mediante este código, el robo, el perjurio, el asesinato,
no solamente eran perdonables sino recomendables, mientras sirvieran a los
intereses de la iglesia (de Roma)
Bajo los diversos disfraces, los Jesuitas se
introdujeron en las oficinas de Estado, logrando ser consejeros de reyes, y
formando la política de naciones. Se convirtieron en sirvientes para espiar a
sus amos. Establecieron las universidades para los hijos de príncipes y nobles,
y escuelas para los comunes; y los hijos de padres protestantes eran
arrastrados hacia la observancia de ritos papistas.
Toda la pompa exterior y despliegue del culto
romano fue presentado para confundir la mente, deslumbrar y cautivar la
imaginación, y así la libertad por la cual los padres fundadores (en
Norteamérica) se habían esforzado tanto, hasta la sangre, fue traicionada por
los hijos.
Los Jesuitas se extendieron rápidamente sobre
Europa, y a dondequiera que fueron, allí siguió un reavivamiento de
catolicismo. Para darles mayor poder, una ley se emitió, restableciendo la Inquisición. Incluso
en los países católicos, a pesar del aborrecimiento general con que fue
considerado, ese terrible tribunal fue reestablecido por los gobernantes
papistas, y las atrocidades más terribles que se puedan imaginar, se repitieron
en sus inaccesibles calabozos.
En muchos países, miles y miles de las más
apreciadas gentes, lo más puro y más noble, los pastores más intelectuales y
educados, píos y consagrados; ciudadanos industriales y patriotas, escolares
inteligentes, artistas talentosos, artesanos hábiles, fueron asesinados u
obligados a huir a otras tierras.
Enormes fueron los medios que Roma había invocado
para apagar la luz de la
Reforma , para retirar a los hombres de la Biblia , y para restaurar la
ignorancia y superstición de las Edades Oscuras. Pero bajo la bendición de Dios
y las labores de hombres nobles a quienes Él había levantado, para seguir
después de Martín Lutero, el Protestantismo no fue derrocado en modo alguno. Y
no le debió su fuerza al favor de las armas de príncipes.
Los países más pequeños, las naciones más humildes
y menos poderosas, se volvieron sus fortalezas. Fue la pequeña Ginebra en medio
de poderosos enemigos que trazaban su destrucción. Fue Holanda en sus bancos de
arena en el mar norteño, luchando en contra de la tiranía de España, entonces
el más grande y más opulento de los reinos; fue la tenebrosa y estéril Suecia,
que ganó las victorias para la
Reforma …" (6)
Damos gracias a Dios por los hombres que un día
supieron y quisieron obedecer al Dios del Cielo, y levantaron en alto la Biblia , la Palabra de Dios, por
encima de cualquier otro interés, temor o conveniencia.
No cabe la menor de las dudas de que los Jesuitas
han sido y son, parte fundamental de la manifestación e implementación del
“Misterio de la Iniquidad ”
(2 Ts. 2: 7)
“Nótese la forma
vaginal que tiene la plaza llamada de San Pedro, con el obelisco erecto en
medio a modo de falo; no en vano la
Biblia llama a la institución romana, la “Gran Ramera”, con
la cual han fornicado los reyes de la tierra (Ap. 17: 1, 2), y está
históricamente comprobado, hasta el día de hoy”
Todavía la lucha sigue, aunque no es tanto una
lucha entre el bien y el mal, como si se tratara de un dualismo. El
Señor rige los destinos; y del Señor es la batalla, como dice el Salmo:
"Se levantarán los reyes
de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido,
diciendo: Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas…El
que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos. Luego hablará a
ellos en su furor, y los turbará con Su ira" (Salmo
2: 2-5)
No teniendo patria aquí, porque nuestra
ciudadanía es celestial, y no centrándonos en este mundo ni en lo terrenal que
es pasajero, esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo, el cual transformará
el cuerpo de nuestra humillación a la semejanza del cuerpo suyo glorioso, con
el mismo poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas
(Filipenses 3: 19-21)
Anotaciones1. William y Sharon Shnoebelen, en su libro “Lucifer destronado”, pag. 220
2. “Las Huellas de los Jesuitas”, R. W. Thompson, 1894; del libro de Eric Jon Phelps; “The Vatican Assasins”.
3. Dr. Alberto Rivera; “Alberto”, pág. 9; Chick Publications.
4. “Historia Universal de Ridpath, John Clarke Ridpath, 1899”; del libro de Eric Jon Phelps; “The Vatican Assasins”.
5. Dr. Alberto Rivera; “
6. Breve historia de los Jesuitas ; http://www.7th-day-arm.org/frontpage.htm#Index%20Indice
FIN
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