En junio de 1999, el Museo de la Ciencia y el Cosmos del
Cabildo de Tenerife fue sede de la
Oxford VI and SEAC 99 Conference sobre Astronomía y
Diversidad Cultural, organizada en colaboración con el Instituto de Astrofísica
de Canarias. La serie Oxford de conferencias internacionales es la más
importante en el campo multidisciplinar de la astronomía cultural
arqueoastronomía y etnoastronomía- y el hecho de que se celebrase en Tenerife
nos proporcionó una oportunidad única para dar a conocer a nuestra sociedady al
mundo los grandes avances que a nivel mundial se están llevando a cabo en esta
interesantísima pero al mismo tiempo controvertida rama del saber.
Sin embargo, lo más interesante, desde nuestro
punto de vista, es que estos monumentos no fueron construidos con una
orientación aleatoria, sino que su eje principal se eligió de forma que
apuntase hacia un fenómeno de doble puesta de Sol en el solsticio de verano en
el borde Sur de la Caldera
de Pedro Gil, el accidente topográfico más llamativo del horizonte occidental.
Sobre esto no hay duda y cualquier persona puede comprobarlo personalmente un
21 de junio.
La pregunta es entonces, ¿por qué un alineamiento astronómico en una construcción agrícola del siglo XIX? La respuesta desgraciadamente no la conocemos, pero casi seguro que no se debe a que los majanos sean monumentos funerarios de los reyes aborígenes de Tenerife o templos a la divinidad solar de estos pueblos, tal como se ha podido leer en alguna que otra revista y en artículos de prensa, aunque sí que es posible que su emplazamiento fuese singular desde tiempos anteriores a la conquista y colonización de la isla,pues el fenómeno de la doble puesta de Sol se produce independientemente de la orientación de estos curiosos edificios.
También se ha dicho en la prensa local -y comentado hasta la saciedad- que otra prueba irrefutable de la antigüedad de los majanos es el hecho de que se construyeran con la vara megalítica como unidad de medida, haciéndose eco de nuestros propios resultados, en los que proponíamos una unidad de medida cercana a los 82,5 centímetros que postulábamos sería la vara castellana. Con respecto a estas opiniones, sólo comentaré que la vara megalítica no existe y que lo que el ingeniero británico Alexander Thom postuló fue la existencia de una yarda megalítica, con la que se habrían construido los cromlech de Bretaña y de las Islas Británicas; unidad de medida, por otra parte, cuya veracidad está muy lejos de haber sido comprobada y de la que no existe ninguna evidencia arqueológica. Además, la vara castellana ha tenido múltiples valores a lo largo y ancho de las colonias hispanas, con valores que oscilan entre los 81 y los 86 centímetros, y un valor de 82,5 centímetros, como el utilizado por los campesinos de Güímar a comienzos del siglo XIX en la construcción de los majanos, es perfectamente razonable.Con respecto a las demás pirámides del archipiélago canario, a las que muchas veces se hace referencia, hemos trabajado en todas las pirámides cercanas al bello pueblo de Icod delos Vinos -incluso en la de
(Por Juan Antonio Belmonte)
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