Durante más de 1800 años la Iglesia Católica
ha divulgado una imagen de María Magdalena que no correspondía con la realidad,
ha ultrajado su nombre, nos ha mentido deliberadamente al alimentar una
imagen distorsionada y vejatoria de María Magdalena, y lo que es más grave, ha
tolerado durante cientos de años que la comunidad cristiana mantuviese la
creencia falsa de la vulgar prostituta arrepentida en contra de las enseñanzas
que Jesús nos ofreció.
Por un momento, deténganse a pensar en el
sentimiento que tendría Jesús si supiese que su iglesia no sólo no reconoce a
una persona tan querida por él como fue María Magdalena, sino, que para
desacreditarla y pos de unos intereses la impusiera un rol jamás reflejado
en las escrituras.
No obstante la Iglesia Católica
en 1969 reconoció fugazmente la injuria sobre María Magdalena e intentó
rectificar retirando el apelativo de penitente de su Santo, pero claro, no se
realizó con la fuerza suficiente, ya que esta visión de mujer
pecadora se siguió popularizando en muchas de sus diócesis años después de la
enmienda, siendo a día de hoy predominante para muchos católicos.
- ¿Pero por qué se dice que fue prostituta?
- ¿Qué se dice de María Magdalena en el Nuevo Testamento?
- ¿Y qué se dice en los textos apócrifos?
- El evangelio apócrifo de María
- ¿Pero entonces por qué se distorsionó tanto su imagen?
¿Pero por qué se dice que fue prostituta?
Aunque tengamos otra ida muy distinta, en la Biblia nunca se menciona a
María Magdalena como prostituta, ni tan siquiera, se menciona que
alguna María lo fuera, pero no por ello se dejó de confeccionar un
falso pasado a partir de débiles razonamientos bíblicos e
históricos de aquella época.
Según se ha investigado, el nombre de María
Magdalena parece provenir de “María la de Magdala”, nombre
arameo de la ciudad de origen de Magdalena, identificada a su
vez con la ciudad pesquera de Migdal Nunnaya del Talmud.
A partir del anterior precepto y del texto
judío sobre la ciudad de Magdala “Lamentaciones”, que se narra
el juicio de Dios y la destrucción de la ciudad por considerarse ciudad de
paganismo y fornicación, se establece un paralelismo entre ambos hechos, que
unido a la interpretación del evangelio de Lucas 8:2-4, otorgan
finalmente el rol pecadora a María Magdalena.
De hecho, la existencia de burdeles por todo el
mediterráneo estaba contrastada, y Galilea no debía ser ninguna excepción, pero
claro, de ahí, a otorgar tal rol a María por considerarse que al vivir en
aquel lugar pudo ejercer la prostitución, no deja de ser una suposición
injuriosa.
Como hemos mencionado antes, a partir de
evangelio de Lucas 8:1-4, el Papa Gregorio I realiza una solemne proclamación
en la Basílica
de San Clemente en el siglo VI, manifestando que los 7 demonios que poseyeron a
María representaban todos los pecados del hombre, entre ellos la fornicación.
8:1 Aconteció después, que Jesús iba por
todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de
Dios, y los doce con él,
8:2 y algunas mujeres que habían sido sanadas
de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la
que habían salido siete demonios…
(Texto completo al final del artículo.
Lucas 8:1-4 Los siete demonios de María)
Igualmente, otro evangelio utilizado para dar
coexistencia a su proclama, es el evangelio de Lucas 7:36-50, en el que se
hace referencia únicamente a una María pecadora. Pero ello no es problema
para atribuirle sin más que este pasaje a María Magdalena y por lo tanto
conferirle el rol de pecadora. Pero se continuó rizando el rizo, y sin ninguna
referencia bíblica e histórica se decidió que tal pecado no fuese otro que la
prostitución. Sí, un cúmulo de despropósitos.
7:36 Uno de los fariseos rogó a Jesús que
comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa.
7:37 Entonces una mujer de la ciudad, que era
pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un
frasco de alabastro con perfume;
7:38 y estando detrás de él a sus pies,
llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos;
y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.
7:39 Cuando vio esto el fariseo que le había
convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de
mujer es la que le toca, que es pecadora.
7:40 Entonces respondiendo Jesús, le dijo:
Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro…
(Texto completo al final del
artículo. Lucas 7:36-50 – Unción a Cristo por María la pecadora)
Y así, sin más
se convierte en María Magdalena en la prostituta arrepentida
¿Qué se dice de María Magdalena en el
Nuevo Testamento?
Si se estudia bien la Biblia , María Magdalena
aparece nombrada en los acontecimientos más importantes de la vida de
Jesús, y tras su muerte adopta un papel protagonista. Aparece en la Crucifixión , en el Entierro
y es parte fundamental de la
Resurrección , ¿casualidad?, no, pero sí difícil de explicar
si no hubiese sido alguien muy importante en la vida de Jesús. A pesar de
ello, no se indica en ninguna parte de La Biblia que relación tenían
entre ambos, al menos en estos escritos canónicos, aunque también es
verdad que el Nuevo Testamento ha pasado por muchos procesos de edición y
traducción, donde quizás se han manipulado datos importantes sobre María
Magdalena.
Crucifixión
María Magdalena junto con otras mujeres estuvo
presente en la crucifixión, a diferencia del resto de discípulos, tal vez éstos
ahuyentados por el miedo o inhabilitados para presenciar su muerte. Fuera como
fuese, aquellas mujeres se convirtieron en los testigos del pasaje más
importante de la cristiandad.
Marcos 15:45-47
15:45 E informado por el centurión, dio el
cuerpo a José…
15:46 …el cual compró una sábana, y
quitándolo, lo envolvió en la sábana, y lo puso en un sepulcro que estaba
cavado en una peña, e hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro.
15:47 Y María Magdalena y María madre de José
miraban dónde lo ponían.
Mateo 27:55-56
27:55 Estaban allí muchas mujeres mirando de
lejos, las cuales habían seguido a Jesús desde Galilea, sirviéndole,
27:56 entre las cuales estaban María
Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de
Zebedeo.
Juan 19:25
19:25 Estaban junto a la cruz de Jesús su
madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena.
Resurrección
María Magdalena se convirtió en uno de los
personajes principales tras la crucifixión, velándole en su tumba, y
presenciando el milagro de la
Resurrección.
Mateo 28:1-5
28:1 Pasado el día de reposo, al amanecer del
primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el
sepulcro.
28:2 Y hubo un gran terremoto; porque
un ángel del Señor, descendiendo del cielo y…
Juan 20:1-2
20:1 El primer día de la semana, María
Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la
piedra del sepulcro.
20:2 Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y
al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del
sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.
20:18 Fue entonces
María Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había visto
al Señor, y que él le había dicho estas cosas
Marcos 16:1-5
16:1 Cuando pasó el día de reposo, María Magdalena,
María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a
ungirle.
16:2 Y muy de mañana, el primer día de la
semana, vinieron al sepulcro, ya salido el sol.
16:3 Pero decían entre sí: ¿Quién nos
removerá la piedra de la entrada del sepulcro?
16:4 Pero cuando miraron, vieron removida la
piedra, que era muy grande.
16:5 Y cuando entraron en el sepulcro, vieron
a un joven sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y se
espantaron.
Lucas 24:1-10
24:6 No está aquí, sino que ha resucitado.
Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en
Galilea,
24:7 diciendo: Es necesario que el Hijo del
Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y
resucite al tercer día.
24:8 Entonces ellas se acordaron de sus
palabras,
24:9 y volviendo del sepulcro, dieron nuevas
de todas estas cosas a los once, y a todos los demás.
24:10 Eran María Magdalena, y Juana, y María
madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los
apóstoles.
¿Y qué se dice en los textos apócrifos?
Ante de todo recordemos que los evangelios
apócrifos son aquellos escritos sobre la vida de Jesús descartados y
prohibidos por la ortodoxia católica, entre ellos los textos gnósticos de
Felipe y Tomás, encontrados en Nag Hammdi, y que mencionan a María
Magdalena como un discípulo muy importante de Jesús.
Evangelio de Felipe: María
Magdalena parte como una figura clave en la vida de Jesús, tanto, que se la
considera la compañera más cercana del Salvador. A pesar de que el texto
aparece incompleto y que existe, párrafos y palabras no recuperables, existe un
pasaje que se ha podido reconstruir, en el que se narra
extraordinariamente la relación entre.
“Una mujer que no ha dado luz a sus hijos
puede volverse la madre de los ángeles. Tal era la compañera del Hijo, María
Magdalena. El la amaba”, lamentable, parte del texto que a
continuación completaba la frase quedó carcomido por hormigas del desierto,
pero que pudo reconstruirse a partir del texto de la página siguiente “los
discípulos preguntaron al Salvador por qué amaba a María Magdalena más que a
ellos”, restaurándose aproximadamente en la siguiente frase:
…Tal era la compañera del Hijo, María
Magdalena. El la amaba más que a los otros discípulos
Reconstruida la anterior frase, las siguientes
palabras que se podían leer en el texto constituían la certificación definitiva
de una relación más importante y casi intima entre María Magdalena y Jesús, “y
el la beso en la…” y nuevamente el hueco en la palabra clave, vacío que ha sido
objeto de mucha especulación, ya que no se desvela donde la beso exactamente
pero lo más probable y basándose en la gramática copta y la longitud del
espacio que falta, la palabra clave podría coincidir con la “boca”, por lo que
la frase completa quedaría restaurada en:
… “y el la beso en la
boca”
No obstante y aunque la palabra clave sea ésta,
la frase no se debe contemplar como un pasaje carnal, sino más bien y como
apuntan muchos investigadores como una escena de trasmisión divina del
conocimiento, en el que el “beso” se convierte en un símbolo intimo de
enseñanza.
Independientemente del significado de ese beso,
ya sea carnal o de conocimiento, en la boca o en cualquier otra parte del
cuerpo, queda innegablemente certificado la existencia de una relación especial
y extraordinaria entre ambos.
Igualmente, del evangelio se desprende que María
Magdalena recibió enseñanzas privadas de Jesús, por lo que pudo acceder a
doctrinas que el resto de discípulos nunca escucharon, ¿por qué?,
¿quizás la confianza que tenía en ella era mayor que con el resto?, o
tal vez con ella tuvo un mayor grado de entendimiento. Según los textos,
esta última hipótesis parece la más probable, ya que en ellos Magdalena
no aparece únicamente como el discípulo al que Jesús más amaba, sino como
una figura simbólica de la sabiduría celestial.
Tres (eran las que) caminaban continuamente
con el Señor: su madre María, la hermana de ésta y Magdalena, a quien se
designa como su compañera. María es, en efecto, su hermana, su madre y su compañera.
En este último párrafo Felipe indica que María
Magdalena era su “compañera”, término que en aquel tiempo tendía a
utilizarse para designar a la compañera sentimental o comprometida, por lo que
también queda abierta esta posibilidad.
Evangelio de Tomás: Se trata de
un compendio de 114 dichos coptos atribuibles la mayor parte a Jesús. Tan sólo
en un par de ellos aparece mencionada María Magdalena
21 Dijo María a Jesús: ¿A qué se parecen tus
discípulos?. Él respondió: Se parecen a unos muchachos que se han acomodado en
una parcela ajena. Cuando se presenten los dueños del terreno les dirán:
Devolvednos nuestra finca. Ellos se sienten desnudos en su presencia al tener
que dejarla y devolvérsela. Por eso os digo: Si el dueño de la casa se entera
de que va a venir el ladrón, se pondrá a vigilar antes de que llegue y no
permitirá que éste penetre en la casa de su propiedad y se lleve su ajuar. Así,
pues, vosotros estad también alerta ante el mundo, ceñid vuestros lomos con
fortaleza para que los ladrones encuentren cerrado el paso hasta vosotros; pues
si no darán con la recompensa que vosotros esperáis. ¡Ojalá surja de
entre vosotros un hombre sabio que —cuando la cosecha hubiere madurado— venga
rápidamente con la hoz en la mano y la siegue! El que tenga oídos para oír, que
oiga.
Quizás en el último párrafo “Ojalá surja de entre
vosotros un hombre sabio…”, ¿se estaba refiriendo a ella?, no lo sabemos pero
no sería descabellada la idea.
114 Simón Pedro les dijo: ¡Qué se aleje María
de nosotros!, pues las mujeres no son dignas de la vida. Dijo Jesús: Mira, yo
me encargaré de hacerla macho, de manera que también ella se convierta en un
espíritu viviente, idéntico a vosotros los hombres: pues toda mujer que se haga
varón, entrará en el reino del cielo.
El evangelio apócrifo de María
En 1896 un investigador alemán halló en El Cairo
un antiguo papiro escrito en copto, una antigua lengua del Egipto cristiano
basada en el alfabeto griego. A pesar de los orígenes misteriosos de este
manuscrito, se cuenta que apareció en un nicho de la población de
Akhmim al norte de Egipto, ciudad, que fue hogar de una comunidad cristiana
perseguida durante los primeros siglos. Posteriormente, dos fragmentos griegos
del siglo III se hallaron en Oxyrhynchus, junto con fracciones del Evangelio de
Tomás.
La primera traducción no llegó hasta 1955, y en
ella se desvela mayoritariamente acontecimientos posteriores a la
resurrección de Jesús. La primera mención a María se inicia después de la
muerte de Mesías, cuando las dudas y el miedo a proclamar el evangelio se
apodera de los apóstoles.
Ellos, sin embargo, estaban entristecidos y
lloraban amargamente diciendo: ¿Cómo iremos hacia los gentiles y predicaremos
el evangelio del reino del hijo del hombre? Si no han tenido con él ninguna
consideración, ¿cómo la tendrán con nosotros?
Entonces María se levantó, los saludó a todos
y dijo a sus hermanos: No lloréis y no os entristezcáis; no vaciléis más, pues
su gracia descenderá sobre todos vosotros y os protegerá. Antes bien, alabemos
su grandeza, pues nos ha preparado y nos ha hecho hombres. Dicho esto, María
convirtió sus corazones al bien y comenzaron a proclamar las palabras del
Salvador.
Pedro dijo: María, hermana, nosotros sabemos
que el Salvador te apreciaba más que a las demás mujeres. Danos cuenta de las
palabras del Salvador que recuerdes, que tú conoces y nosotros no, que nosotros
no hemos escuchado. María respondió diciendo: Lo que está escondido para
vosotros os lo anunciaré.
María relata la visión que tuvo de Jesús, les
habla del desarrollo espiritual y de la ascensión del alma, pero ello turba el
entendimiento de Andrés, al que le parece muy extraño que estás enseñanzas sólo
se las haya transmitido a ella.
Después de decir todo esto, María permaneció
en silencio, dado que el Salvador había hablado con ella hasta aquí. Entonces,
Andrés habló y dijo a los hermanos: Decid lo que os parece acerca de lo que ha
dicho. Yo, por mi parte, no creo que el Salvador haya dicho estas cosas. Estas
doctrinas son bien extrañas.
Y Pedro, que ya comenzaba a ver en María un
rival en el liderazgo del grupo, arremetió contra ella:
Pedro respondió hablando de los mismos temas
y les interrogó acerca del Salvador: ¿Ha hablado con una mujer sin que lo
sepamos, y no manifiestamente, de modo que todos debamos volvernos y
escucharla? ¿Es que la ha preferido a nosotros?. Entonces María se echó a
llorar y dijo a Pedro: Pedro, hermano mío, ¿qué piensas? ¿Supones acaso que yo
he reflexionado estas cosas por mí misma o que miento respecto al
Salvador?
Leví, más conocido como Mateo, defiende a María
Entonces Levíhabló y dijo a Pedro: Pedro,
siempre fuiste impulsivo. Ahora te veo ejercitándote contra una mujer como si
fuera un adversario. Sin embargo, si el Salvador la hizo digna, ¿quién eres tú
para rechazarla? Bien cierto es que el Salvador la conoce perfectamente; por
esto la amó más que a nosotros. Más bien, pues, avergoncémonos y revistámonos
del hombre perfecto, partamos tal como nos lo ordenó y prediquemos el
evangelio, sin establecer otro precepto ni otra ley fuera de lo que dijo el
Salvador».
Luego que Leví hubo dicho estas palabras, se
pusieron en camino para anunciar y predicar
Pero uno de los aspectos fascinantes de este
evangelio es que nos obliga a replantearnos la historia del cristianismo.
¿Entendieron todos los discípulos a Jesús?, ¿Le comprendieron y predicaron
realmente la verdad?
Tal vez el evangelio de María es demasiado
contundente al presentar a María Magdalena como la maestra y guía espiritual de
los demás apóstoles, o tal vez no. Sin duda, fue algo más que una seguidora de
Jesús, probablemente fue su compañera más querida y líder del
movimiento.
¿Pero entonces por qué se distorsionó
tanto su imagen?
A pesar que el evangelio no fue escrito por ella,
sí se tiende a especular con razonamientos lógicos que la clave del mismo
reside en que fue escrito por otra mujer.
Los orígenes de las primeras iglesias cristianas
se encuentran en las propias casas de los seguidores, feudo por antonomasia de
las mujeres, y que les garantizó un papel predominante dentro de la comunidad.
Allí, los amigos, familias y partidarios del movimiento se reunían en
torno a la celebración de la comida para aprender y escuchar el evangelio.
Y así, las mujeres adquirieron toda clase de
roles en las comunidades cristianas, fueron amas de casa, apóstoles, maestras,
cabezas de familia y hasta profetas, tal y como se atestigua en la carta
de Pablo a los Corintios.
Sin embargo ya en el siglo II y III empezaron a
surgir diferencias entre los grupos liderados por mujeres y hombres, tal y como
ocurrió con María Magdalena y Pedro, prototipos cristianos de la
figura femenina y masculina respectivamente, y que quedaron reflejados en
gran cantidad de textos del Nuevo Testamento y documentos
cristianos del primer periodo.
Y siglo a siglo, y a medida que la iglesia
se fue institucionalizando fueron prescindiendo de las lideres femeninas hasta
expulsarlas totalmente de los roles significativos de la comunidad,
llegándose a considerar herejía allá por el siglo IV y V el simple hecho
que las mujeres ejercieran un liderazgo público, negándoselas por ley a que
pudiesen ser nombradas cargos eclesiásticos de relevancia. La mujer por fin
había sido relegada y acallada.
Por lo tanto, es fácil entender desde este punto
de vista de la comunidad católica que María Magdalena resultase un verdadero
problema, al poder utilizarse su figura para reclamar y validar el
liderazgo de la mujer en la iglesia. Por lo tanto, esta imagen de María
Magdalena no resultaba popular entre los líderes masculinos de la creciente
iglesia romana, y así la compañera más querida de Jesús iba a experimentar su
caída y su lapidación histórica.
Pero no podían hacer que María Magdalena
desapareciera definitivamente de la vida de Jesús, ésta aparecía como
seguidora de Jesús en los cuatro evangelios canónicos de La Biblia y era nombrada en
sus textos más importantes, por lo tanto se tenía que encontrar otro
papel para ella. Una historia alternativa, una falsa que la ocultara y la
hiciera pasar desapercibida.
Y de esta manera, manipulando ciertas
interpretaciones de los evangelios y atribuyendo un pecado que nunca se indicó
explícitamente en el nuevo Testamento, se convierte a María Magdalena en la
prostituta arrepentida salvada por Jesús.
Sin duda alguna, en aquella época la mejor forma
de denigrar y destruir a una líder femenina era atribuirle conductas
sexuales inapropiadas o la prostitución, por lo que el objetivo estaba claro y
cumplido.
Ahora tan sólo le restaba a la iglesia
cristiana limitar la doctrina religiosa a La Biblia , por lo tanto, era primordial deshacerse
de todas las ideas no ortodoxas que no comulgasen con su canon, y así, los
documentos que podían convertirse en un gran problema como los de de Nag
Hammdi y el evangelio de María entre otros muchos, fueron desapareciendo.
QUIZÁS, como reclaman
muchos investigadores es el momento de revisar el legado histórico de María
Magdalena, de ubicarla correctamente en la historia del cristianismo y hallar
si fue ella la verdadera líder que sacó adelante dicho movimiento y sobre todo,
liberarla de las mentiras y calumnias vertidas sobre ella, aunque tantos siglos
de campaña en contra de María Magdalena hacen casi imposible reclamar la
verdad…
Evangelios
Lucas 7:36-50 (María la pecadora –
unción de los pies de Cristo, por una “pecadora”)
7:36 Uno de los fariseos rogó a Jesús que
comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la
mesa.
7:37 Entonces una mujer de la ciudad,
que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo,
trajo un frasco de alabastro con perfume
7:38 y estando detrás de él a sus pies,
llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus
cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.
7:39 Cuando vio esto el fariseo que le
había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué
clase de mujer es la que le toca, que es pecadora
7:40 Entonces respondiendo Jesús, le
dijo:Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro.
7:41 Un acreedor tenía dos deudores: el uno
le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta;
7:42 y no teniendo ellos con qué pagar,
perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más?
7:43 Respondiendo Simón, dijo: Pienso que
aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado.
7:44 Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves
esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha
regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos.
7:45 No me diste beso; mas ésta, desde
que entré, no ha cesado de besar mis pies.
7:46 No ungiste mi cabeza con aceite; mas
ésta ha ungido con perfume mis pies.
7:47 Por lo cual te digo que sus muchos
pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona
poco, poco ama.
7:48 Y a ella le dijo: Tus pecados te son
perdonados.
7:49 Y los que estaban juntamente sentados a
la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona
pecados?
7:50 Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha
salvado, marcha en paz.
Lucas 8:1-4 María Magdalena y los 7
demonios
8:1 Aconteció después, que Jesús iba por
todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de
Dios, y los doce con él,
8:2 y algunas mujeres que habían sido sanadas
de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la
que habían salido siete demonios,
8:3 Juana, mujer de Chuza intendente de
Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus
bienes.
8:4 Juntándose una gran multitud, y los que
de cada ciudad venían a él, les dijo por parábola:
No hay comentarios:
Publicar un comentario