El Evangelio de Felipe
Edición por Vladimir Antonov
Traducido del ruso al castellano
por Anton Teplyy y Eduardo Jorquera Muñoz
Este libro
presenta una traducción
completa y competente del
Evangelio escrito por el apóstol Felipe, un Discípulo personal de Jesús el
Cristo. La traducción lleva los comentarios explicativos.
En el Evangelio, Felipe puso
énfasis en el aspecto metodológico del trabajo espiritual.
El libro está dirigido a todos
que aspiran a la
Perfección.
www.swamicenter.org
www.teachings-ofjesus-christ.org
El Evangelio apócrifo1 del Apóstol Felipe, un discípulo personal de
Jesús el Cristo, fue encontrado por arqueólogos en 1945 en Egipto. Este
Evangelio contiene información muy
importante impartida a Felipe
por Jesús el Cristo.
Se trata de las técnicas
meditativas más altas que llevan a un guerrero espiritual a la Morada de Dios el Padre la
que se designa como «la
Cámara Nupcial » por Felipe. En el Evangelio artísticamente se
entretejen dos líneas de narración: la línea del amor sexual entre las personas
y la línea del Amor más alto a Dios; cabe notar que el primero es considerado
como el prototipo del segundo.
El Evangelio está escrito en una
lengua artística literaria y fue hecho en un estilo de parábola.
El Evangelio no fue conocido por
los lectores rusos hasta ahora. Tres ediciones anteriores, que fueron incluidas
en las colecciones temáticas, fueron preparadas por los traductores que no
entendieron el significado del texto e intentaron simplemente traducirlo «literalmente».
Por consiguiente, las traducciones resultaron ser principalmente unas
composiciones de palabras ininteligibles, no relacionadas entre sí.
El trabajo
para preparar esta
edición fue hecho por el pedido y con la colaboración personal
del Autor de este Evangelio. El prototipo de esta edición son las ediciones
[2,3]. Los comentarios para el texto del Evangelio están compuestos en letras
menudas.
1. Un hebreo engendra a otro
hebreo, y tal persona puede ser llamada prosélito. Pero un prosélito no
engendra a otro prosélito.
Aquellos Que vinieron de la Verdad son así desde el
principio. Y Ellos engendran a otros Hombres de la Verdad. Los últimos
sólo tienen que nacer (en Ella).
El prosélito es el que ha
aceptado la fe.
Aquellos Que vinieron de la Verdad son Los Que vinieron
de la Morada
de Dios el Padre. Ellos son capaces de llevar a Sus discípulos a aquella y
darlos «nacer» allí.
2. Un esclavo sólo espera ser
libre. Él no puede contar con heredar la propiedad de su amo.
Pero el Hijo no sólo es un Hijo,
sino también un Condueño de la propiedad del Padre.
El Hijo de Dios el Padre,
coesencial a Él, es un Condueño de Su propiedad.
3. Hay aquellos que heredan lo
perecedero. Ellos mismos pertenecen a lo perecedero, por eso lo here dan.
Aquellos Que heredan lo
Imperecedero Ellos Mismos son imperecederos. Ellos se vuelven los dueños de lo
Imperecedero y de lo perecedero.
Las personas de lo perecedero
(realmente) no heredan nada. Pues, ¿qué puede heredar un hombre perecedero?
Pero si el que ha salido del
cuerpo había heredado la
Vida Verdadera , significa que Él no es muerto, sino que
vivirá.
El Que ha alcanzado al Padre
gracias a sus esfuerzos de auto-perfección, hallará la Verdadera Vida
después de la muerte de su cuerpo. Él se vuelve un Condueño con el Padre en lo
Celestial y en la Tierra.
4. Un pagano no muere en
absoluto, pues nunca ha vivido (verdaderamente). Por eso, no tiene sentido
hablar de su muerte.
Pero el que ha aceptado la Verdad empieza a vivir. Y
está en el peligro de morir: pues él vive.
Morir, en este contexto,
significa desviarse del Camino al Padre. Ésta es la muerte espiritual que
únicamente tiene importancia.
5. Desde el
día de la encarnación del Cristo,
la prosperidad ha llegado, las ciudades han revivido, la muerte se ha
marchado.
6. Cuando nosotros éramos
hebreos, cada uno tenía sólo madre. Pero desde que nos hemos vuelto cristianos,
tenemos ambos: el Padre y la madre.
En la tradición judaica, Dios fue
llamado el Padre. Y Jesús propuso a Sus seguidores llamar «Padre» sólo a Dios el
Padre, y no al padre terrenal.
Felipe dice que los verdaderos
seguidores del Cristo hallaron en aquel momento al Padre Verdadero.
7. Los que siembran en el
invierno cosechan en el verano.
El invierno es lo mundano, pero
el verano es el otro peón. ¡Que sembremos en el invierno en la Tierra , para que en el
verano haya la cosecha!
Por consiguiente, no debemos
implorar el invierno de Dios, pues después del invierno sigue el verano.
Si alguien intenta cosechar en el
invierno, no cosechará, sino solamente arrancará los brotes.
En las regiones del sur siembran
en el invierno, y no en la primavera como se hace en las regiones frías.
La palabra griega eones denota
las dimensiones espaciales; entre éstas hay las que se les llaman el infierno,
el paraíso y la Morada
de Dios el Padre.
En el «invierno», es decir,
mientras estemos en la Tierra ,
debemos trabajar para estar en el «verano» en la abundancia y la beatitud de
los eones más altos.
8. El que no actúa así, no
cosechará. Es más, no solamente no cosechará, sino también su fuerza en el
sábado será débil.
El que no trabaja para
perfeccionarse en el transcurso de la encarnación entera, no hallará para sí
ningún fruto bueno después de ésta.
Felipe simboliza el período
asignado para tal trabajo con las imágenes de un «invierno» y una «semana
laboral»; después llega el tiempo del descanso: «verano», «sábado» (sábado es
un día de descanso entre los judíos).
9. El Cristo vino a «desempeñar»
a algunos: a liberar, a salvar. Él «desempeñó» a los que eran extraños,
habiéndoles hecho Suyos.
Y después Él separó del resto a
los Suyos, a aquellos que Él desempeñó por Su voluntad.
Él se predestinó a Sí Mismo (para
el camino del servicio sacrificial) cuando quiso, y no solamente cuando se reveló
a las personas, sino que desde el día de la Creación del Mundo, Él se predestinó a Sí Mismo.
Él fue encarnado, y cuando quiso
se retiró. Él ha estado entre los bandidos, y fue capturado como un prisionero.
Él se liberó y también salvó a los que tenían fama de los buenos y los malos.
10. La luz y la oscuridad, la
vida y la muerte, lo derecho y lo izquierdo son hermanos uno al otro; éstos son
inseparables (en las personas mundanas). Por eso, entre ellas los buenos no son
buenos, y los malos no son malos, y su vida no es una vida, y su muerte no es
una muerte.
Así que, cada uno debe empezar
con la separación de todo esto en uno mismo.
Y los que se han desprendido de
lo mundano se vuelven íntegros, eternos.
El que ha empezado el Camino
espiritual debe separar en sí mismo lo verdadero, eterno y valioso para la vida
en los eones más altos de lo falso, que pertenece sólo a este mundo. Después
hay que cultivar en sí mismo lo primero y deshacerse de lo segundo.
Los Que han cumplido esto, se
vuelven eternos en los eones Divinos.
11. La importancia dada a las
cosas mundanas es un gran error. Pues, éstas distraen los pensamientos de Aquel
Quien es eterno (y los dirigen) hacia lo que es perecedero. En este caso,
incluso el que escuche acerca de Dios no percibe (detrás de esta palabra) lo
Eterno, sino que piensa en lo perecedero. Asimismo, detrás de las palabras ‘el
Padre’, ‘el Hijo’, ‘el Espíritu Santo’, ‘la Vida ’, ‘la
Luz ’, ‘la
Resurrección ’ y ‘la Iglesia ’, las personas no perciben lo Eterno,
sino que piensan en lo perecedero, a menos que ya hayan conocido a lo Eterno (a
través de la propia experiencia espiritual personal). A las personas mundanas
estas palabras sólo engañan.
Si estas personas visitaren los
eones (Divinos), no usarían estas palabras en medio de las preocupaciones
mundanas y cosas. Pues, estas nociones se relacionan con los eones (Divinos).
En Rusia muchas personas usan la
exclamación «¡Señor!» como una palabrota. Asimismo otras usan en situaciones
similares el idioma obsceno ruso mat.
Y Dios el Padre, Quien es el
Océano Universal de la
Conciencia Primordial , se pinta en los íconos como un hombre
viejo que se sienta en una nube.
Y es poco probable que muchos
«pastores» entiendan «Quién es el Espíritu Santo», que decir sobre los «parroquianos».
Y la mayoría de «los creyentes»,
así como los ateos, en tienden la
palabra ‘vida’ sólo como una vida en un cuerpo, llorando por los que dejaron
sus cuerpos, teniendo lástima de ellos…
12. El único nombre que no se
pronuncia en me- dio de lo mundano es el nombre con el cual el Padre condecora
al Hijo. Éste es superior a todo. Éste es el Padre. El Hijo no habría recibido
este nombre, si no se hubiera convertido en el Padre.
Los Que llevan este nombre lo
saben, pero no hablan de esto. Y los que no llevan este nombre no se dan cuenta
de la existencia de los Primeros.
Las denominaciones en el mundo
fueron engendradas, porque sin éstas es imposible conocer la Verdad.
Multitud.
Las personas que no han conocido
personalmente al Padre no son capaces de ver y reconocer al Hijo. Y si el Hijo
intenta hablar a ellas de Su coesencialidad con el Padre, tales personas sólo
se encolerizan.
13. Los gobernantes terrenales
querían engañar a las personas, pues entendieron que las personas tienen la
misma procedencia que tienen los verdaderamente dignos. Estos gobernantes
cogieron los nombres elevados y dieron éstos a las cosas malas para engañar a
las personas así y atarlas a lo malo. Y ahora estos gobernantes terrenales
sugieren a las personas apartarse de lo «malo» y pegarse a lo «bueno», a esas
personas que tienen relaciones con ellos. Estos gobernantes terrenales quieren
convertir a las personas anteriormente libres en los esclavos para siempre.
14. Hay fuerzas que dan (el
poder) al hombre, sin desear salvarlo. Lo hacen (para someterlo).
El hombre, deseando salvarse,
ejecutaba los sacrificios. Pero si el hombre es razonable, (entiende claramente
que) los sacrificios no son necesarios y que los animales no deben ser
ofrecidos a los «dioses». De hecho, los que ofrecieron los animales como un
sacrificio eran similares a estos animales (por el nivel de su desarrollo).
Cuando un sacrificio fue
ejecutado, (los animales fueron ofrecidos a los «dioses»). Aunque ellos fueron
ofrecidos vivos, pero luego murieron.
No obstante, cuando uno ofrece a
sí mismo a Dios, siendo muerto, (verdaderamente) vivirá.
Aquí, el último párrafo merece
ser comentado.
El hecho es que el hombre no es
un cuerpo. Él es una conciencia, un alma. Por eso, no es correcto decir que el
hombre está muerto, si su cuerpo se ha muerto. Es el cuerpo que se murió, pero
el hombre no.
También podemos hablar de la
muerte del hombre (como un alma, es decir, sobre la muerte espiritual) en el
sentido que Jesús dio a estas palabras, diciendo: «Sígueme, y deja que los
muertos entierren a sus muertos» (Mateo 8:22; Lucas 9:60).
Pero en esta parte de Su
Evangelio, Felipe sobreentendió otra «muerte», la muerte del «yo» inferior
individual del hombre, lo que implica la realización del «Yo» Superior, es
decir, la Unión
de la conciencia desarrollada con el Creador. Tal persona logra la Vida Eterna en la Morada del Creador en la Unión con Él.
15. Antes del advenimiento del
Cristo, no había alimento Celestial. Era como en el paraíso en el tiempo de
Adán: había muchos árboles, la comida para los animales, pero no había trigo,
la comida para los hombres. Y los hombres se alimentaban como los animales.
Pero cuando viene el Cristo —el
Hombre Perfecto— Él trae el alimento del Cielo para que las personas se
sustenten de la comida humana.
Las personas sin conocimiento
verdadero sobre su predestinación y el
Camino vivan una vida comparable con la de los animales. Pero Dios,
a través del Cristo, les da la comida espiritual propia para ellos.
16. Los
gobernantes terrenales pensaron
que lo que ellos habían hecho, lo
habían hecho por su propio poder y voluntad. Pero en realidad es el Espíritu
Santo Quien en secreto hacía todo a través de ellos, hacía como Él Mismo lo
consideraba apropiado.
Pero también el verdadero
conocimiento, que existía desde el principio, Ellos siembran por todas partes.
Y muchas personas ven este conocimiento, pero sólo unos pocos se acuerdan de
éste al tiempo de la cosecha.
El Espíritu Santo dirige los
actos de las personas de ser necesario. Pero ellos normalmente no lo sospechan.
En particular, Él —a través de
las personas viciosas— crea para los otros dificultades, en forma de las
tentaciones, las seducciones, tales como, por ejemplo, las doctrinas falsas.
Pero esto se hace a causa del desarrollo intelectual de las personas encarnadas.
Pues, ellos fueron
enviados aquí para aprender y no solo para vivir.
El significado de nuestras vidas
en la Tierra
consiste en nuestra auto-perfección que debe marchar en las tres direcciones
principales: intelectual, ética y psicoenergética. Y nuestro Maestro es Dios.
Los estudiantes aplicados, al
haber terminando esta Escuela, están invitados por el Padre, si son dignos de
esto, a Su Morada para unirse con Él allí para siempre.
Los estudiantes desaprovechados
permanecen para siempre como «los repetidores», los esclavos de este mundo.
El tiempo de la «cosecha» es el
«fin del mundo»: la Es-
cuela deroga, los estudiantes dignos se trasladan a la Morada del Padre,
enriqueciéndolo con Ellos Mismos; y el destino del resto es la «oscuridad
exterior»: la destrucción, la muerte de las almas.
Un comentario especial cabe hacer
acerca del uso del pronombre ‘Ellos’ con respecto al Espíritu Santo en este
fragmento. Éste no es un error: el Espíritu Santo en realidad es un conjunto de
ex personas que lograron en su desarrollo el derecho de estar en los eones
Superiores.
17. Algunos decían que María
concibió del Espíritu Santo. Ellos están en un error. Ellos no entienden lo que
dicen. ¿Cuándo sucedía que una mujer concibe de otra mujer?
Al mismo tiempo, María es la
castidad que no fue profanada con la violencia.
Ella es una gran tentación para
los judíos, para los que predican y para los que escuchan sus predicas.
Su castidad, que no fue profanada
con la violencia, es pura. Son los poderosos que fueron profanados (a través de
sus fantasías).
El Señor (Jesús el Cristo) no habría
dicho: «Mi Padre Que está en el Cielo», si no hubiera tenido otro padre. Él
simplemente había dicho: «Mi padre».
En griego, en que fue escrito el
Evangelio, el Espíritu Santo es el del género femenino. Esto fue la razón de la
ironía de Felipe al principio del fragmento.
18. El Señor dijo a los
discípulos: «Entren en la Casa
del Padre. Y no cojan nada en la
Casa del Padre y no lleven nada afuera».
La última frase es un chiste de
Jesús. Pues, en «la Casa
del Padre» —en el eon más alto— no hay objetos materia- les que pueden ser
llevados afuera como en una casa de un padre terrenal.
Entrar en la Morada del Padre Celestial
y establecerse allí para siempre es la
Meta de la evolución de cada uno.
19. Jesús es un nombre humano.
Cristo es un título. Por eso, el nombre Jesús no tiene análogos en otros
idiomas; simplemente a Él Le nombraron Jesús.
Cristo en siríaco suena como el
Mesías; pero Cristo es una palabra griega. Todos otros idiomas también tienen
esta palabra según su propia pronunciación.
Nazareo significa «El Que vino de
la Verdad ».
Cristo no es el apellido de
Jesús, como piensan muchos creyentes en Rusia. Cristo es Él Que había alcanzado
antes la Morada
del Padre, se había vuelto Su Parte y después
se presentó en la
Tierra
como un Maestro
Divino, manteniendo Su coesencialidad con el Padre.
Cristo, Mesías, Avatar son
simplemente expresiones diferentes de varios idiomas del mismo fenómeno.
Sólo existió un Jesús el Cristo,
pero había muchos Cristos durante toda la historia de la humanidad. Jesús fue
el único y el primer Cristo sólo para aquellas personas con quienes Él se
comunicaba directamente durante Su vida terrenal.
20. El Cristo tiene en Él Mismo
lo humano y lo angélico, y tiene algo aún más misterioso, y tiene el Padre.
En el Evangelio de Juan se
mencionan las palabras de Jesús donde Él se Le comparó con una vid: su tronco
está sobre la superficie de la
Tierra , pero la raíz está en la Morada del Padre.
Permaneciendo con la
Conciencia por todas partes, Él puede de una manera cierta
hablar a las personas de los eones más altos y representar al Padre en el mundo
material.
21. Los que dicen que el Señor
murió primera- mente y luego resucitó están en un error. Pues, Él resucitó
primero y luego murió (Su cuerpo).
Si alguien ha logrado la Resurrección , Él no
morirá. Pues, Dios es vivo y siempre estará vivo.
La verdadera Resurrección es la Resurrección en los
eones más altos, y no en el mundo de la materia. Jesús lo logró hace mucho
tiempo y vino a la Tierra
como una Parte de Dios el Padre.
El Que ha transitado el Camino hacia la Unión
con Dios el Padre, ha logrado la verdadera Inmortalidad. Al morir, dejando Su
cuerpo, Él en seguida resucita en el eon del Padre en la Unión con Él.
Pero Jesús «resucitaba» para las
personas encarnadas incluso en este mundo, materializando cada vez un nuevo
cuerpo. Él lo pudo hacer con Su Poder Divino.
22. No esconden algo muy valioso
en un recipiente grande, pero a menudo los tesoros incalculables ponen en un
recipiente que vale un asarion. Lo mismo, con el alma: siendo un gran tesoro,
está puesta en un cuerpo desdeñable.
Los ateos, así como la mayoría de
los que se llaman cristianos, creen que el hombre es un cuerpo.
Pero en realidad es un alma, una
conciencia. Y el cuerpo es simplemente
su recipiente temporal,
que se le ha dado para pasar un curso consecutivo
del aprendizaje en la Escuela
situada en el mundo material.
Los estados encarnados de las
personas son normal- mente partes más cortas de sus vidas, comparando con los
estados no encarnados.
Pero el desarrollo del hombre
sucede sólo en un estado encarnado. Por esta razón, se necesitan encarnaciones,
por esta razón, Dios crea los mundos materiales.
El punto es que el cuerpo es una
«fábrica» para la transformación de la energía. En el cuerpo la energía
extracta, en primer lugar, de la comida ordinaria, puede ser transformada en la
energía de la conciencia, del alma. Gracias a esto, los procesos del
crecimiento cualitativo y cuantitativo de la conciencia pueden tener lugar.
23. Existen las personas que
tienen miedo a resucitar desnudas. Esto es porque ellos desean resucitar en la
carne. Ellos no entienden que aquellos que llevan la carne justamente están
desnudos (delante de los espíritus y Dios).
Pero aquellos que se desnudan (de
la carne) para ser desnudos (es decir, almas «desnudas»), ya no están desnudos.
Ni carne ni sangre pueden entrar
en la Morada
de Dios.
Así, ¿qué es lo que no entrará?
Es en lo que estamos envueltos.
¿Y qué es lo que entrará? Es lo
que pertenece a Jesús y a Su Sangre en nosotros.
Por eso, Él decía: «El que no
comerá Mi Carne y no beberá Mi Sangre no tendrá en él mismo la vida
(verdadera)».
¿Qué es Su Carne? Es el Logos. Y
Su Sangre es el Espíritu Santo. El que ha recibido Esto tiene el alimento, la
bebida y la veste verdaderos. Y yo no estoy conforme si alguien dice que
precisamente Esta Carne no resucitará.
Así que, las personas se
enredaron. Si tú dices que la
Carne no resucitará, dime, para respetarte por tu razón, ¿qué
resucitará entonces?
Más bien, di que el Espíritu es
esta Carne y también la Luz
es esta Carne. Y el Logos también es esta Carne. Así, todo lo que has
mencionado es esta Carne. Y hay que resucitar exactamente en esta Carne, pues
todo está en Ella.
En este fragmento, Felipe usa
«juego de palabras», típico para el Evangelio, como un medio para estimular el
trabajo de la mente del lector.
Este fragmento empieza con el
tema del miedo a resucitar desnudo. Felipe ridiculiza tal vergüenza. Pues la
vergüenza de la desnudez de mi cuerpo no es una ley ética objetivamente
significante, sino simplemente una norma moral de ciertos grupos de personas
encarnadas en la Tierra.
Tales «normas de conducta» no existen en los eones más altos.
De hecho, Dios, así como los
espíritus, no tienen sexo, pues el sexo es peculiar para la carne. Una
conciencia de cualquier nivel de desarrollo es la energía que existe en unos u
otros eones.
Las Conciencias individuales en la Morada del Creador
permanecen en el estado de la disolución mutua, formando la Integridad. Sin
embargo, Ellas pueden separarse de nuevo formando las Individualidades con el
propósito de cumplir una cierta tarea en la Creación.
Los espíritus mantienen su
individualidad, así como la apariencia y las inclinaciones habituales a ellos
en sus últimas encarnaciones. Pero también pueden transformarse en un simple
cuajarón de energía y también asumir apariencia ajena durante algún tiempo al
conversar con las personas encarnadas.
Dios y los espíritus oyen no sólo
las palabras pronunciadas por nosotros, sino también nuestros pensamientos,
incluso los más «secretos».
Ellos también ven todo lo que
existe en el mundo de la materia, y lo ven en detalle. No solamente la ropa,
debajo de la cual escondemos nuestros cuerpos, sino incluso los intestinos de
nuestros cuerpos están absolutamente abiertos a la mirada de cualquier ser no
encarnado.
Sin embargo, las personas
encarnadas normalmente no lo saben, no lo notan, y si aun supieran y lo
notaran, a pesar de esto, no tendrían la oportunidad para esconder su desnudez.
Nosotros estamos desnudos delante del Océano entero de la Conciencia universal no
encarnada y delante de muchas conciencias individuales. Estamos a la vista de
todos. Ellos nos examinan, admirando o compadeciendo, respetando o burlándose,
amando u odiando, desprecian- do, saboreando de antemano nuestros sufrimientos
futuros… Pero nosotros no lo sabemos, y si aun lo supiéramos, no hay lugar
adonde irse, donde esconderse.
Luego Felipe pasa a examinar lo
que Jesús alegórica- mente llamó Su Carne y Sangre.
Jesús-«Vid», encarnándose en un
cuerpo, «se estiró» a Él Mismo, como una conciencia, desde el eon del Padre al
mundo de la materia. Y Él explicaba a los discípulos que para ellos el Camino
al Padre consiste en transformarse en «Vides» similares, pero ellos tienen que
crecer en la dirección opuesta —comparado con Jesús— no del Padre a la materia,
sino de la materia al Padre.
El que alcanza con sus «raíces» a
la Morada del
Padre y se une allí con Él en los abrazos de Amor, llega a ser con tiempo un
Cristo.
Para transitar este Camino, uno
tiene que «comer» este «alimento» que le dan de los eones del Espíritu Santo y
del Padre. Esto es el «alimento» del conocimiento Divino. Y el Logos (es decir,
Él Que habla) es Él Que trae este conocimiento.
El que nace en los eones más
altos durante la vida en un cuerpo material y cría allí su «Carne» Divina, es
un verdadero seguidor del
Cristo y un
verdadero cristiano, que está
volviéndose un Cristo. Después de la muerte del cuerpo, Él en verdad resucita.
Él ha alcanzado la
Inmortalidad y con seguridad no morirá aun al «fin del
mundo».
24. En este mundo, por sus
vestidos las personas son determinadas en la sociedad.
Pero en el Reino de los Cielos,
los vestidos de los escogidos tienen Aquellos Que se han vestido del Flujo y
del Fuego y Que se han limpiado.
El Flujo es el movimiento de la Conciencia del Espíritu
Santo, el movimiento que se asocia, para los que han penetrado en Sus eones,
con la inmersión en un río cósmico de la Conciencia Divina
Viviente. Dos variantes de esta meditación se llaman Latihan y Pranava (ver más
detalle en [1]). Esto es el bautismo verdadero con el Espíritu Santo. Como
vemos, este concepto no corresponde a lo que se entiende por el bautismo en
algunas sectas.
El Espíritu Santo penetra con Él
Mismo todos los estratos de la
Creación multidimensional. La Manifestación del
Espíritu Santo sobre la superficie de la Tierra puede aso- ciarse con un Flujo. Su
Manifestación dentro del planeta Felipe la designa como la Luz. Su Otra Manifestación
es el Fuego. Y la Luz
Perfecta es Dios el Padre en Su Morada,
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