1993.
HABLEMOS CLARO
¿Por qué tenemos que sufrir los
canarios la política sucursalista que dimana de la metrópoli española?
Hacen ahora 45 años justamente
que la Asamblea
General de la
UNESCO (ONU) proclamó la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, contenida en 30 articulados que nos afectan
directamente, para que ya nuestro país canario pueda liberarse del oprobio
colonial que sufre desde hace cinco siglos, pues nuestro carácter de país autóctono,
con su derechos inalienables, así lo exige.
No vemos razón alguna para que el
pueblo canario siga sometido a las directrices extrañas que se nos imponen
indebidamente desde la metrópoli, y que está en total contraposición con lo que
en aquella Asamblea se aprobó. Pero claro, por un lado, los servidores que
regentan impunemente el denominado «Gobierno Autónomo de Canarias», junto al
resto de la ciudadanía que, por factores que sería prolijo enumerar, han caído
en el peor de los juegos que se le han inculcado. Resulta que nuestro país
viene siendo la víctima de todos esos politiqueros de dentro que, sin
escrúpulos de ninguna clase, conforme ya hemos podido ver, tienen la misma
herencia que sus amos del centralismo, a quien tan devotamente se unen por ignorancia
y total pobreza en espíritu.
Ya estamos hartos de que el pueblo canario sea tan servil
como consecuencia de esa falta de integridad de todos esos señores, que se han
vinculado incomprensiblemente al país que nos somete colonialmente e importándole
un bledo todos los derechos que nos asisten, dada nuestras diferencias étnicas
y que nunca han respetado.
Pero resulta más tristísima aún
que un sector de la intelectualidad isleña se manifiesta, si caso, todavía, con
tremenda parquedad a este respecto y no se unan decididamente a dar el do de
pecho, como lo hicieron antaño hombres de verdadera talla; como Secundino
Delgado Rodríguez, los hermanos Estévanez, Murphy, etc., etc.
Nadie debiera dejarse embaucar
con esa nueva artimaña en que quieren coaligarse determinados partidos para
formar una voz parlamentaria en Madrid, pues prácticamente no sirve para nada y
su tendencia es neocolonialista.
Sólo un gobierno legítimo canario
en base a un referéndum es lo nuestro. Lo demás es seguir en el engodo que se
mantiene arbitrariamente.
FENOGA
Revista Akli, mayo de 1993.
(Archivo personal de Eduardo Pedro García Rodríguez)
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