DOÑA SEBASTIANA BRAVO DE LAGUNA Y DEL CASTILLO
Foto y texto del libro de Domingo de Laguna “Personajes en la vida de
Canarias”.
El ayuntamiento de la
Orotava adquirió a sus herederos su mansión, para fines
culturales, aunque fue construida por la familia Suárez, la citada Mansión
lleva el nombre de Doña Chana “CASA DE DOÑA CHANA”.
Nació en Las Palmas de Gran Canaria, el 27 de noviembre de 1908, hija de
Don Jacinto Bravo de Laguna y Manrique de Lara, Diputado Provincial y Diputado
a Cortes por Fuerteventura, representante histórico de la Casa de Cabrera, conocida por
la de los Coroneles de Fuerteventura, falleció tempranamente, el 30 de julio
de 1923, y de Doña Leonor del Castillo y Matienzo, de la casa de los Condes de la Vega Grande de
Guadalupe.
Estudió en el Colegio del Sagrado Corazón, en Ciudad Jardín, edificio
actualmente ocupado por los Salesianos, allí destacó por su piedad sincera y
por sus méritos escolares y alcanzó la distinción de Hija de María.
En 1926, conoció al que luego sería su esposo, Don Mariano de Brier y
Ponte, Licenciado en Derecho y Juez Municipal de La Orotava , hijo de Don José
de Brier y Casabuena y de Doña Guadalupe de Ponte y Cólogan, hermano de su
cuñado Don Conrado, marido de su hermana mayor Doña María de las Nieves, en ese
tiempo estudiante de Derecho en Deusto, Vizcaya. Simpatizaron pronto, y tras
breves relaciones se casaron, el 25 de enero de 1928, en el oratorio de su
casa, adjunto a la iglesia de San Agustín, su parroquia, en Las Palmas. Ese
mismo año, fijó su residencia en Tenerife, en la casa que su familia política
poseía en la calle Colegio de La
Orotava , y allí vivió hasta 1945, año en que se trasladó a su
actual morada, "La Viñita ",
en la Sidrona ,
magnífica casa, rodeada de espléndidos jardines.
Desde su llegada a la
Orotava , Doña Chana, así es popularmente conocida, con ese
afán que la caracteriza, e impulsada por su espíritu religioso y cristiano,
puso sus talentos al servicio del prójimo, y en 1930, formó como vocal en la organización,
presidida por su cuñada Doña María Cristina Brier de Machado, y con la
inolvidable y meritoria Doña María Hernández y Díaz Flores, la Catequesis y las
Conferencias de San Vicente de Paúl, destinadas a dar instrucción religiosa y
a visitar y atender a los enfermos y necesitados.
El entonces Párroco de la
Concepción y Arcipreste de Orotava, Don Manuel Díaz Llanos y
Bautista, ejemplar sacerdote, de tan grato recuerdo, necesitó entonces una
casa que sirviera de sede a la Acción Católica y para la obra parroquial, y en
1935, Doña Julia Llarena y Lercaro, Condesa del Palmar, cedió en arriendo
gratuito su edificio, sito en la esquina, en frente a la puerta principal del
templo, y posteriormente, por su testamento, legó la casa inmediata a la parroquia,
con el fin de que fuera la
Acción Católica inquilino preferente. Poco después, ya
presidenta Doña Sebastiana, con ayuda de las otras señoras feligresas, adaptó
el edificio, que reparó y dio su actual aspecto.
Presidenta de la
Asociación de Lucha Contra el Cáncer, desde su creación y
durante más de treinta años, hasta ser sustituida, por motivos de salud, por
Doña María Remedios de Ponte y Cullen, presidió también Manos Unidas,
asociación destinada a paliar las más urgentes necesidades en el Tercer Mundo.
Con Don Mariano, su esposo, compartió siempre sus inquietudes, quiso con
él, fundar un centro religioso, instituto que auxiliara a los enfermos y
desvalidos, siempre tan numerosos. Por Don Leandro Medina Pérez, entonces
Arcipreste y Párroco de la
Concepción , de ejemplar memoria, supo de las hermanas de La Cruz , de severa regla,
dedicadas exclusivamente a la ayuda y asistencia de los enfermos menesterosos
y a la catequesis, y en contacto con ellas, y la Madre Corazón que
les allanó dificultades, se decidieron al fin a fundar un convento en La Orotava.
Falleció Don Mariano Brier, en Madrid, el 13 de Mayo de 1973, y Doña
Sebastiana, llenando el vacío de su pérdida con más trabajos, comenzó los
preparativos inmediatos para construir el convento.
Por un buen amigo supo que se vendía una casa grande y bien situada en
la calle de Salazar; puestos en contacto con su propietario, Don Alonso de
Ponte y Llarena XIII Conde del Palmar, y enterado este de la finalidad de los
compradores, primero quiso regalar la casa, pero para evitar más gastos, vendió
a Doña Chana la casa por el simbólico precio de quince mil pesetas, que luego
donó a los Hermanos de San Juan de Dios. La casa fue reformada, restaurada y
modernizada, de modo que en 1974, pudo ser inaugurado un magnífico edificio,
cuya construcción y dirección fue graciosamente dirigida por Don Antonio de
Zárate y Cólogan.
Este Convento de Nuestra Señora de la Candelaria , y sus
Hermanas de la Cruz ,
en los años que funciona se han ganado el cariño, la gratitud y el respeto del
pueblo de la Orotava
y su Comarca.
Doña Chana, esta incansable dama, a quien le fue negada la maternidad, y
desplegó todo su afecto de mujer cristiana y piadosa en su prójimo más
necesitado, es hoy desde la otra atalaya ejemplo de inteligencia y de bondad.
Garachico, Villa natal de su esposo, que conoce su generosidad, le
rindió, en su ayuntamiento, el 15 de diciembre de 1984, homenaje por sus
desvelos y servicios. La
Acción Católica de Orotava, e 1de octubre de 1988, recordó
con una placa su memoria, en emotivo acto, en el que Don Jacinto Barrios
Acosta, entonces Párroco Arcipreste de La Orotava , dijo entre otras cosas: "…Por
eso desde aquí hago una llamada al Excmo. Ayuntamiento ya quien, corresponda
para que se le tenga en cuenta, y dejen constancia para la posteridad
haciéndola hija adoptiva y dedicándole una de las calles…".
(Bruno Juan Álvarez Abreu)
No hay comentarios:
Publicar un comentario