MARIA BELÉN MORALES GÓMEZ
La escultora María Belén Morales Gómez, una de
las cofundadoras del Grupo Nuestro Arte (1963), junto a Pedro González, Maribel
Nazco y Enrique Lite, entre otros, se inició en el mundo plástico de las tres
dimensiones con obras de corte académico, influida por su pariente el escultor
Cejas Zaldívar. Fue en la década de los 50 cuando dio a conocer en diversas
colectivas sus realizaciones. Tras un parón por cuestiones personales, volvió
en los años 60 al mundo del arte e ingresó en la Escuela de Bellas Artes de
Santa Cruz de Tenerife. Esta autora, que desde el año 1993 preside la Fundación Óscar
Domínguez de Tacoronte, ha trabajado con los materiales más diversos dentro del
campo escultórico, desde la piedra a los plásticos pasando por la madera y el
metal.
Fue en los inicios de los años 60 cuando Morales
comenzó un proceso de depuración de las formas hacia una simplificación,
tendencia que está claramente reflejada en la serie de figuras femeninas que
realizó, dominadas por el hueco y la ondulación. También empezó a utilizar el
hierro en sus propuestas, que a veces combinaba con madera. En los 70, la
poética evoluciona hacia la abstracción, pero con una cierta inclinación
simbolista, período en el que se vuelca en la realización de instrumentos
musicales, representados por una triple cuerda. Esta serie empieza con
"aeroevasión", formas que recuerdan pájaros, aviones y peces
voladores, que fueron ejecutadas con metales muy pulidos y brillantes. También
pertenecen a este periodo "Las cajas negras", inspiradas en el
trágico accidente de Los Rodeos, en las que critica en cierto modo al
maniquismo; y la serie "Formas de silencio". Hubo un par de años,
1978 y 1979, en los que experimenta la escultopintura, obras a modo de relieve
con fondos de aluminio tratado con ácidos sobre el que coloca cuerpos
figurativos. Posteriormente, utiliza la madera, tanto para el fondo como para
las figuras, pero interpone entre ambas una chapa de cobre. Estas obras
sugieren paisajes. Su poética deriva después hacia representaciones de la
esencia de la vida, que realiza en madera tratada de forma que consigue
calidades óseas y ramificaciones arbóreas. Con el paso de los años, la autora
se inclina por introducir el acero cortén en sus propuestas, como lo hizo en la
serie "Atlántica", pintadas en diferentes colores, obras de extrema
verticalidad que apuntan hacia el cielo. También realiza collages sobre papel,
caracterizados por un equilibrado concepto geométrico y un agradable
cromatismo.
La primera individual de María Belén Morales data
de 1970 en la sala de CajaCanarias en Santa Cruz. A partir de entonces, su obra
ha sido admirada en numerosas muestras realizadas en Canarias, Madrid, Córdoba
y Granada, entre otras ciudades, además de haber obtenido numerosos premios y
distinciones. Su obra está representada en varios museos canarios, como el
Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife y el Museo Casa Colón de
Las Palmas. También es autora de monumentos aerodinámicos y de algunos murales,
como el del aeropuerto Reina Sofía; además de poseer varias esculturas en la
calle, como el monumento dedicado a los presos de Fyffes, ubicado en una rambla
de la capital tinerfeña. (El Día)
No hay comentarios:
Publicar un comentario