UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERIODO COLONIAL
1491-1500
CAPITULO I-XXXIII-II
Eduardo Pedro García
Rodríguez
1496
Julio 27. Fecha más probable del primer establecimiento
estable de colonos europeos en Eguerew
(hoy San Cristóbal de La
Laguna ). Escogida por los invasores como
fecha oficial de celebración de la ocupación del territorio usurpado a
sus primitivos moradores guanches.
La
supuesta fundación de la actual ciudad de La Laguna
(Isla de Tenerife) por los europeos, no deja de ser una de las tantas
falacias históricas sostenidas por los cronistas e historiadores dominados por
un etnocentrismo exacerbado. Tal como hemos venido repitiendo hasta la
saciedad, no se puede fundar lo que ya está fundado, por consiguiente, si
exponemos los hechos con honestidad y veracidad histórica no podemos hablar de
fundaciones propiamente dichas en las Islas, y sí de asentamientos europeos.
Hace unos años por 1996 se desató en los municipios tinerfeños una especie de
“fiebres fundacionales”, casi todos querían celebrar el quinientos aniversario
de su “fundación”, la epidemia fundacionalista adquirió tal virulencia que se
llegó a temer que incluso los barrios y algunas modernas urbanizaciones
turísticas pretendieran celebrar el quinientos aniversario de su “fundación”.
Es indudable que las poblaciones
suelen situarse en aquellos lugares que reúnen las condiciones idóneas para el
desarrollo de la vida cotidiana, en el caso de la población autóctona de
Tenerife es decir el pueblo guanche, las condiciones estaban determinadas por
la abundancia de pastos, aguas y terreno fértil, estas condiciones se daban de
manera optima en la zona de La
Jardina , la que posteriormente pasaría a denominarse Eguerew
o La Laguna ,
la cual estaba habitada por núcleos de población guanche, concretamente en los
sitios del Brunku, ( El Bronco o Lomo Largo) Sejeita (San Roque) Jardina o
Hardina (En el hoy barrio de Jardina) Venju o Wenhu (Hoy Las Canteras-Las
Mercedes) Lomo de La Concepción e incluso
existió un templo santuario guanche en la zona de Los Rodeos, en los
alrededores de donde nace el Barranco de Chamarta, (Chamattu o barranco de la
mujer) dicho templo fue destruido por unas obras de ampliación de la pista de
rodadura del aeropuerto. El resto del territorio, es decir la laguna
propiamente dicha y la vega que la circundaba, eran lugar sagrado para todos
los guanches hasta el punto de que tenían paso franco por la misma todos los
menceyatos de la isla incluso en tiempos de guerra entre ellos, ya que consideraban
el lugar como la morada de los espíritus de sus antepasados que habían sido
justos en vida, siendo por tanto lugar sagrado. Quizás esta consideración de
valle sagrado fue lo que motivó a Benchomo y sus aliados a dar la batalla-
suicidio-ritual a los españoles en los campos de Eguerew. Es posible que la Santidad del lugar
determinara la aptitud tomada por los
guerreros de Güímar aliados de los españoles, los cuales contemplando el
desarrollo de la lucha desde la
Montaña de la
Mina no osaron intervenir en la misma hasta que la victoria
se decantó a favor de los invasores, aptitud que en el futuro sería nefasta
para los güimareros, pues el adelantado no fue remiso a la hora de hacerles
víctimas de su venganza, esclavizando a gran parte de ellos, como ya había
hecho cuando sufrió la derrota de Acentejo, a pesar de los pactos de paz y
ayuda suscrito entre el menceyato de Güímar y el gobernador de Tamarán (Gran
Canaria) Pedro de Vera.
Esta plenamente documentado que el lugar de Eguerew (La Laguna ) estaba habitado por
una población autóctona, especialmente el lugar que después denominaría como
Lomo de La Concepción ,
y Chikaika (Los Rodeos) además de los enclaves más arriba reseñados, por
consiguiente, insistimos en que no existió tal fundación y sí el asentamiento
de una población foránea que desplazo con violencia a la primitiva guanche que
ocupaba el territorio.
Conseguido el dominio militar por parte de las tropas
invasoras de la mayor parte de la isla de Chinet (Tenerife), el general jefe de
las tropas invasoras Alonso de Lugo, decide poner los cimientos del primer
asentamiento europeo estable en la isla, para ello decidió, de acuerdo con su
plana mayor, establecerlo en una llanura situada en la zona de La Jardina.
Este territorio abarca toda la llanura comprendida al
poniente de la sierra de Sejeita, Brunku,
Gallardina, la actual Jardina y Venju o Wenhu, al sureste el actual Rodeo de la paja al sur
Barranco de Guajara, Montaña La Mina , y Chicaica. La elección del lugar estuvo motivado por la abundancia de agua
pastos, y un suelo prácticamente llano y fértil, disponibilidad en los
alrededores de gran cantidad de árboles para la construcción y para leña, además de estar estratégicamente situado para
las posteriores correrías por el interior del país para llevar a cabo las
razzias de hombres y ganados, al tiempo que está lo suficientemente alejado de
la costa, para evitar cualquier asalto
por sorpresa de otros piratas y esclavistas
europeos especialmente portugueses desde el mar.
Desde esta base de operaciones, les era mucho más fácil a
los castellanos realizar las penetraciones hacia el interior donde estaban
situados los bandos que habían sido de guerra, para depredar los ganados y
tratar de capturar a los guanches que aún se mantenían insumisos (alzados) y en
lucha abierta contra los conquistadores.
Estos reductos de
resistencia guanche se mantuvieron en armas
durante más de sesenta años después de que los españoles dieron de
manera unilateral por finalizada la conquista de la isla. Por otra parte,
debemos considerar que estas facciones de alzados, jamás se rindieron a los
conquistadores, manteniéndose por inercia una especie de tregua indefinida, por lo cual podrimos considerar
que la isla de Chinech (Tenerife) aún continua en guerra con Castilla.
En los albores de la conquista, los recursos económicos
que los invasores podían extraer de la isla eran bastante limitados, siendo los
desgraciados guanches supervivientes de las masacres castellanas la mayor
fuente de ingresos económicos con que contaba Alonso Fernández de Lugo para
hacer frente a las innumerables deudas
que había contraído con los mercaderes que le habían financiado los
cuantiosos gastos de la conquista. Careciendo Alonso de Lugo de los más mínimos
principios morales no dudó un ápice en urdir los más fútiles pretextos que le sirvieran para tratar de aprisionar y
esclavizar a cuantos guanches le era posible, tanto los considerados cómo de
paces como a los de los bandos de guerra, no dudando en asesinar a cuantos se
le resistían e incluso a aquellos que no le eran útiles económicamente,
especialmente los ancianos.
Posteriormente, los
apresados eran vendidos en los mercados de esclavos de Sevilla, Valencia o Barcelona, constituyendo la más
importante fuente de ingresos económicos para los mercenarios participante en
la conquista. Ante algunas tímidas protestas que hicieron llegar a la corte
castellana algunos guanches horros por los criminales métodos empleados por
Alonso de Lugo, éste trató de camuflar
estas operaciones de razzia, enmascarándolas irónicamente como “Operaciones de limpieza” contra los contingentes
guanches no sometidos denominados por los conquistadores irónicamente como bandidos
y ladrones de ganados.
El villorrio que en un principio fue la ciudad de La Laguna , además de estar a
distancia más que prudente del desembarcadero de Añazu (Santa Cruz de Tenerife), estaría protegido de los posibles
ataques por mar, de otros portadores de la “cultura europea”. Por otra
parte, se garantizaban la comunicación marítima con la isla de gran Canaria
manteniendo un destacamento de guarnición en la torre de tapias que los
conquistadores habían levantado en la
bahía de Añazu, (Santa Cruz) asegurando así una salida para los despojos obtenidos, consistentes en
ganados (Ovejas, Cabras y Cerdos,) orchilla, pieles (cordobanes) y sobre todo
la mercancía más valiosa, el -para ellos- ganado humano, compuesto por los
esclavos guanches la mayoría mujeres y niños tal como está registrado en los
archivos de las casas de contratación de Sevilla y Valencia y Barcelona.
Otras razones que pudieron haber influido en la elección
del lugar, además de las apuntadas eran la excelente situación defensiva que
proporcionaba el lugar rodeado de atalayas, las de Sejeita (San Roque), Montaña La Mina , y Lomo del Púlpito desde donde se puede
otear la costa, desde la Punta de Anaga hasta el valle de Güímar, y desde La Punta de Anaga hasta
Tacoronte por la zona Norte, y una exuberante vegetación que unido a la humedad
reinante durante casi todo el año, posiblemente
hiciera recordar al general Alonso de Lugo
los paisajes y clima de Galicia, cuna de su ascendencia.
La fecha exacta del primer asentamiento europeo en Eguerew
(La Laguna ) es
desconocida, aun sin terminar de conquistar la isla, el capitán de los
invasores Alonso Fernández de Lugo, se ve obligado a desplazarse a Castilla
para dar cuenta a los reyes del estado en que se encontraba el negocio de la
conquista de la isla, pues se le agotaba él último de los plazos concedidos por
estos para culminar la misma. En este viaje se hizo acompañar por algunos
notables indígenas apresados durante el acto de las “paces” de Taoro (Los
Realejos), no estando demostrado de manera fehaciente el que éstos fuesen todos
o parte de los nueve menceyes que gobernaban la isla al tiempo de la
penetración castellana, tal como afirman algunos historiadores.
El vicario de la secta católica Fernán García, cuando
llega a la isla en 1496, dice que había dos ó tres casas pajizas en La Laguna , estas casas estaban
situadas en un promontorio dotado de una fuente. Este embrión de poblado estaba
dirigido como hemos dicho por Fernando de Trujillo, éste, en acuerdo con el
resto de los “regidores” habían decidido crear allí la villa, posiblemente sin
el consentimiento del futuro adelantado. Una de las primeras obras que
acometieron fue la construcción de un recinto empleando para ello tapias de
madera, para celebrar en él los oficios religiosos católicos y al mismo tiempo
servía como lugar de reunión de los regidores e incluso como almacén de
pertrechos (algunos cronistas afirman que el futuro adelantado cargó sobre sus
propios hombros, algunos de los maderos para la edificación, afirmación que,
como mínimo, peca de ingenua dada la mentalidad castellana de la época, en que
cualquier supuesto noble sentía terror ante cualquier trabajo manual, excepto
el de cortar cabezas, además por esas fechas como hemos dicho, el capitán de la
conquista estaba de viaje por Castilla),
éste primitivo y rudimentario templo, estaba situado a la distancia de
un tiro de piedra del actual de La Concepción , posiblemente en el espacio que hoy
ocupa la calle de La Cordera
y próximo al solar donde Alonso de Lugo tuvo su primera choza, parte del cual
esta ocupado por una modesta casa terrera que algunos autores confunden con la
primitiva casa de Alonso Fernández de Lugo.
La pérdida ó ausencia de muchas cédulas de repartimientos, son un obstáculo para concretar la fecha del primer asentamiento
europeo, pues las primeras conservadas son de principio del siglo XVI. Serra,
considera el asentamiento de los primeros conquistadores europeos y algunos
isleños auxiliares en la actual ciudad
en 1496, coincidiendo con la ausencia de
Lugo en Castilla, señala que las primeras, pobres y desordenadas viviendas se
levantan bajo el mandato del teniente Fernando de Trujillo conocido como el
Teniente Viejo, la realidad es que la mayoría de las viviendas ocupadas por los
invasores pertenecían a los guanches que moraban en el lugar, construyendo los
castellanos algunas pobres chozas cubiertas de hiervas secas en el lugar que
después se denominaría Lomo de la
Concepción , sitio que contaba con una excelente fuente de
agua además de estar bordeado por la laguna propiamente dicha. Por su parte,
fray Alonso de Espinosa pretende concretar más la fecha del primer asentamiento
europeo y nos dice que tuvo lugar el 20 noviembre de 1497. Indudablemente
Espinosa se refiere a los inicios de la villa de abajo, pues ya por esas fechas
Lugo había regresado de Castilla portando la real cedula que le autorizaba para
el reparto de las tierras, aguas, heredades casas y cuevas depredadas a los
guanches, así como crear asentamientos, iglesias, conventos etc.
Fue en estas fechas precisamente cuando Alonso de Lugo
hizo nombramientos de los primeros
regidores, no obstante, la toma de decisiones arbitrarias y dictatoriales fue una constante en la vida
de Lugo, lo que unido a su muy personal concepto de la moral y guiando sus
actuaciones conforme a sus intereses
inmediatos, y en ocasiones conforme a su estado de ánimo o
capricho, gobernó la isla como hacienda propia, llegando incluso en muchas
ocasiones a desobedecer las ordenes reales.
Lentamente, fueron surgiendo chozas y barracones de manera
desordenada alrededor del modesto templo
católico de La Concepción ,
tomando el lugar el aspecto de un campamento provisional, más preparado para
resistir un posible ataque de los guanches que para desarrollar una vida urbana
normalizada.
Este poco atractivo
aspecto ofrecía la incipiente Villa de La Laguna , cuando- el ya Adelantado- Alonso de Lugo, hacía Abril -
Mayo de 1497, regresa de Castilla,
investido de poderes reales para repartir tierras, casas y heredades, nombrar
regidores, justicias y alcaldes, mercedes éstas concedidas por real cédula
expedida el 5 de Noviembre de 1496. El Adelantado considerando poco decoroso el
aspecto que ofrecía la villa, para la supuesta calidad de su persona y para los
designios que para sí mismo se había propuesto, como dueño absoluto de la isla
(pues los monarcas quedaban – y quedan lejos), decidió trasladar la villa a
unos terrenos más llanos y con mayor disponibilidad de agua, situados próximos
al barranco de Araguy, -
posteriormente de la
Carnicería , del Rey ó
del Drago –pues por todos estos nombres es conocido el barranco de La Jardina , mandando construir sus casas en el
solar que hoy ocupa el convento de las monjas Catalinas, frente a la plaza de
San Miguel ó del adelantado más conocida popularmente como Plaza de Abajo.
El Cabildo, es decir el Adelantado, siguiendo su política
en beneficio del crecimiento de la nueva villa, promulgó varias disposiciones
tendentes a conseguir sus objetivos algunas de las cuales reproducimos por
considerarlas de interés para una mejor comprensión del periodo de que estamos tratando, en 28 de Enero de 1499, toma el
siguiente acuerdo: ” Este dicho día Diego Hernandes e 2 se asentaron por
vecinos para que dentro de quinze días primeros siguientes darán fiadores tales
que, dentro de aquí al Agosto, darán fechas sus casas aquí en la vylla de San
Cristoval, so pena de xm mrs. Para los reparos de los caminos desta ysla.”
En reunión del 21 de Julio de 1499, se tomó otra
disposición sobre el mismo tema:
“..Y asy mesmo ordenaron e
mandaron que por cuanto muchas vezes se a mandado y pregonado que cada uno de
todos los vecinos desta ysla hagan casas en esta villa y muchos dellos non las
han fecho, que dende mañana se les manda que de oy fasta en todo el mes de
Agosto primero que verná hagan casas o
las enpiecen a hazer, so pena quel que no las heziere o enpeçare en el dicho
tiempo yncurrirá en pena de dos mill
mrs. Para las obras públicas.”
Seis meses más tarde, el cabildo retoma el tema
aumentando las sanciones:
“...Asy mesmo ordenaron e
mandaron que por cuanto ay ordenança que los vecinos desta ysla puedan hazer
pez en los montes della, condicionalmente que hagan que todos se hiezen casas,
que los que no las han fecho luego la a la ora pongan mano en hazellas luego y
no hagan pez hasta haber fecho las casas, so pena que la que heziere la avía
perdido y asy mesmo lo que tiene fecho estará de manifiesto hasta que esté
fecha la casa, y la que ha vendido y está en la tierra que le harán bolver los
dineros y asy mesmo ser obligado de poner cada uno ocho cientos sarmientos, los
cuales pongan en este presente año, y demás y aliende de todo lo sobredicho
pagarán cada uno dos mill mrs. de pena.”
Continua en similares términos el acuerdo tomado el 6 de
Abril de 1500, en esta ocasión también con la obligación de sembrar viñas: “”...Yten
ordenaron y mandaron que todos los onbres de trabajo que hazen pez, asy a
soldada como de cualquier manera, que sea obligado de hazer su casa e viñas ni
más ni menos que los vecinos, so las penas contenidas, y las casas sean
obligados de las hazer desde oy fasta en todo el mes de mayo promero que verná,
y las viñas que cesguesten y cerquen las tierras para que se pongan al ynvierno
venidero, so la dicha pena contenida.”
Para ordenar esta nueva fase de construcción de la futura
villa, y para imprimirle su sello personal, en un deseo de distinguirla de la
antigua villa de arriba, auspiciada por su lugarteniente Fernando de Trujillo,
ordenó trazar las calle a cordel, promovió la construcción de un nuevo templo
católico -el de los Remedios, actual Catedral- y para incentivar el crecimiento
del nuevo núcleo de población, dictó varios pregones prohibiendo la
construcción de nuevas casas en la villa de arriba, e incluso la reparación de
las existentes, así como que se efectuase ningún tipo de comercio en la misma,
bajo severas penas para quienes incumpliera estas disposiciones. El cabildo en
sesión de fecha 24 de Abril de 1.500, tomó el siguiente acuerdo:
“...Yten ordenaron y
mandaron que no sea osado ninguno de vender en la Vylla de Arriba ninguna
cosa, pan ni vino ni carne ni pescado ni
caça ni lienço ni paño ni otra cosa ninguna, so ( pena) que perderá todo lo que
vendiera y pagará dos mill (mars.) de pena para los reparos de la ysla.”
A pesar de estas disposiciones el crecimiento de la
población en la villa de abajo es lento, llegando en alguna ocasión a peligrar
la consolidación del incipiente villorrio, lo que obliga al Adelantado
disponer mediante pregón que todos los
vecinos de la isla, tuviesen casa abierta en la nueva villa, esta medida tuvo
poco éxito, pues a pesar de que muchos vecinos recibieron los solares que al
efecto se distribuyeron, éstos preferían establecerse en sus tierras de labor, no sólo para controlar
las labores propias de la nuevas plantaciones sino quizás como una manera de
escapar al férreo control que, tanto el adelantado como los regidores, ejercían
sobre los colonos y primeros moradores
europeos, transformando los solares recibidos en huertas y corrales para los
ganados, repartiéndose incluso a algunos
guanches de paces, solares en el lugar que después sería la calle real, como
ejemplo veamos la data concedida a Antón de Tegueste y Bastián de San Clemente,
50 pasos de tierra de solar en que fagais dos casas los cuales solares vos
dos en la villa de arriba que lindan con Fernando de Tacoronte e por delante la
calle real, (hoy calle de San Agustín) a los que el repartidor añade
sendos caices de Tierra, fechado el 9 de
Julio de 1506. En cuanto a los guanches esclavos les asignó unos míseros
solares de cuatro o cinco metros de frente agrupados todos en lo que hoy es la Calle Maya , al objeto
de tenerlos estrechamente controlados. Esta situación de carencia de interés por parte de los
vecinos y nuevos pobladores, para asentarse en la villa, motivó la promulgación
de nuevos pregones conminatorios a los colonos
para que construyesen sus viviendas en la Villa de Abajo.
El 24 del mismo mes y año, los regidores, deciden
arremeter de nuevo contra la
Villa de Arriba, promulgando una ordenanza que tiene tintes
de ultimátum, pero que los pobladores tomaron tan poco en serio como habían
venido haciendo con las anteriores, veamos la disposición:
“...Yten ordenaron y mandaron que ninguna persona de
ninguna condición que sea osado de hazer casa en la Vylla de Arriba ni hagan
ninguna cosa en las que tyenen fechas en las adobar, so pena que ge lo
derrocarán todo lo que hizieren y le llevarán dos mill mrs. de pena, y las
casas que ovyeren de hazer que las hagan desde el espital de Santespiritus hazia el logar de
Abaxo, so la dicha pena.”
Con este dato podemos demarcar el perímetro de la villa de
abajo, que abarcaba por el Suroeste desde la actual calle de Sol y Ortega,
Plaza de la Catedral
y calle de Miralejos, hoy de San Juan, hasta el barranco de Chamarta, en este
lugar denominado de San Juan, por el Norte, la Laguna y por Este el barranco
de Araguy o de Las Carnicerías
Si la obsesión del adelantado y por consiguiente de sus
regidores, de crear la Villa
de Abajo, a golpes de decretos y duras sanciones son manifiestas, no lo es
menos el interés puesto en que esta no fuese destruida por el fuego. Las
primeras viviendas construidas tenían la techumbre de paja y rastrojos por lo
que no eran infrecuentes los incendios, los cuales eran temibles debido a la
gran cantidad de maderas y techumbres de paja empleadas en las construcciones.
Esta situación motivó el que en las cesiones del cabildo se abordase el tema
dictándose normas preventivas, no carentes la habitual crueldad propia en los
invasores, llegándose incluso a
sancionar con la pena de muerte las
posibles infracciones que pudieran cometerse en la materia, tal como
queda reflejado en las disposiciones que fueron promulgadas antes del mes de abril de 1497:
“...y condición que sea no
sea osado de pegar fuego de un cabo a otro en...../casa a otra so pena de
cientaçotes e cualquiera que pusiera fuego / si heziere algund dapño que muera
por ello”.
Fernando de Aragón; concede al
embajador de Venecia Frarncesco Capello el título de conde de Rosas de los
Caníbales. En la carta de privilegio se hace expresa menci6n del obsequio a la Señoría de uno de los
nueve reyes de la isla de Tenerife.(Eduardo Pedro García Rodríguez)
1496 Julio 27.
Es nombrado obispo de la secta
católica en la colonia de Canarias Digo de Muros, del cual el criollo y
sacerdote José de Viera y Clavijo no dejo la siguiente reseña: “Don Diego de
Muros, hijo de padres nobles, natural de la villa de Muros de Noya, en Galicia,
de la cual tomó el apellido. Había pasado a Roma en calidad de secretario del
cardenal Mendoza, siendo ya doctor de ambos derechos y canónigo de Santiago. [...]
En 1496 fue provisto en el
obispado de Canarias, cuyas bulas le despachó Alejandro VI en San Pedro de Roma
a 27 de julio del mismo año, el cuarto de su pontificado, llamándole siempre en
ellas obispo rubicense. El mismo título daba a la iglesia, a la ciudad, al
clero y a los vasallos; de suerte que ha sido fuerte equivocación escribir que,
desde que se trasladó la catedral de Rubicón a Canaria, se empezaron a llamar
obispos de Canaria nuestros obispos. Así vemos que el mismo don Diego de Muros
se firmaba D. EPS. Rubicensis.
Cuando llegó a su diócesis, la halló acrecentada de dos
grandes islas, esto es, de las de La
Palma y Tenerife, cuyas conquistas se acababan de hacer. De
este modo todas
las Canarias estaban ya bajo el yugo de la religión y de la
dominación de Castilla.
Alonso Samarinas, canónigo de Rubicón, acompañado de otros
varones religiosos, había sido el último fundador de ambas iglesias, en las
cuales resplandeció desde luego la solicitud pastoral del nuevo obispo, de tal
manera que, aunque no estuvo presente a
los trances de la conquista de Tenerife, tuvo largo
repartimiento de tierras.
Ya dijimos que don Diego de Muros fue el primero que puso en
mejor orden su catedral y dio buen régimen a toda la diócesis, cimentando
aquélla en sínodo con su cabildo, año de 1497, con constituciones importantes,
y visitando ésta, en 1498, con memorable celo.
Que luego que tuvo noticia, estando en Tenerife, de su
promoción al obispado de Mondoñedo, año de 1504, hizo donación de las huertas
de Tahodio, llamadas después del Obispo, a las iglesias de la Concepción de La Laguna , Puerto de Santa
Cruz y Santiago del Realejo. Que en la Gran Canaria había defendido el señorío temporal
de Agüimes, que el concejo de aquella isla le disputaba, y que dejó fundado en
su santa iglesia un aniversario perpetuo. [...]” (Viera y Clavijo, 1991)
1496?.
372-30.-Alo de Córdova, canario
de la Grand Canaria.
Un c. en Taoro enfrente de Tafuriaste en ese lomo q. vos teníades tomado y una
cueva y un corral de cabras en que solía morar Juan Redondo, después de la
conquista y una cueva q. vos teníades adobada abajo de la carnecería q. se
llamaba Terereuite [una raya sobre la e]
y esto vos doy por conquistador q. fueste de la dha. isla. Digo q. le do 6 f . y las dos cuevas de
Tafuriaste. s. f.
1496 Agosto ? Soria. Incitativa al corregidor de Jerez para que
determine en la petición de Jerónimo de Herrera, cambiador, vecino de Sevilla,
que reclama 178.000 maravedís, valor de las espadas, alpargatas, capotes y
camisas entregadas por mandato de Pedro de Estopiñán, contador del duque de
Medina Sidonia, a Bartolomé de Estopiñán, vecino de Sanlúcar, capitán de la
expedición enviada hace dos años por dicho duque a la conquista de Tenerife, de
lo que recibió obligación ante escribano de Bartolomé de Estopiñán,
comprometiéndose a pagar dicha cantidad y someterse a la jurisdicción de
Sevilla, y promesa con conocimiento de pago de su hermano Pedro de Estopiñán,
quien al ser requerido para cumplir dicho conocimiento hizo prenderle en la
fortaleza de Sanlúcar hasta que renunció a la obligación, y robarle
violentamente el conocimiento, forzándole además a otorgar una obligación de
70.000 maravedís al duque de Medinasidonia, cantidad que. debía a un cuñado
suyo, deudor del duque, aunque todavía no se habían cumplido los plazos de su
deuda. Episcopus astoricensis. Johannes. Antonius de Yllescas. Malpartida.
Castillo. (E. Aznar; 1981)
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