Son muchos los fragmentos encontrados, siendo
difícil su adjudicación morfológica. Las piezas más relevantes son, con todo,
las pulseras de vidrio, entre las que destacan las de color negro opaco, las
negras opacas
con aplicaciones blancas en espiral, y también las de tono gris ocre.
Estos elementos de
adorno personal están poco documentados en las
fuentes históricas, aunque todo parece apuntar que proceden de una tradición islámica. En el capítulo de los recipientes,
sobresale un vaso caliciforme de color
morado, del que se conserva parte del borde y cuerpo, así como un asa.
En el capítulo de los
elementos metálicos, ya se aludió en su día a
la existencia de la hoja de una espada de hierro aparecida durante la
excavación de una de las casas de tipología antigua. Tal y como se
indicó en ese momento, a pesar de la ausencia de rasgos tipológicos o
decorativos precisos, su estudio preliminar señalaba que se trataba de
una espada de origen europeo de cronología bajo medieval. Por lo que respecta a las herramientas, podemos señalar la presencia de dos pequeños cuchillos de hierro fundidos en una sola pieza, de un fragmento de hachuela, de una lezna embutida en un enmangue de hueso con decoración helicoidal, y, por último, de diversos mangos cilíndricos. Relacionados con la caballería, aparecen herraduras y un fragmento de una espuela de bronce. Abundan, además, los objetos vinculados a la construcción y fundamentalmente a la carpintería. Entre ellos destacan los clavos de hierro de variada tipología y las cerraduras. A esta serie se puede sumar también algunos elementos de bronce, como varias llaves, el borde de un plato con un apéndice macizo, y finas plaquitas, con o sin remaches, de difícil identificación.
Por su parte, el vestido y el adorno personal están representados por broches, hebillas y botones, en ocasiones revestidos de vidrio.
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