EFEMERIDES DE LA
NACION CANARIA
UNA HISTORIA RESUMIDA DE
CANARIAS
PERIODO COLONIAL
1481-1490
CAPITULO-XV
Eduardo
Pedro García Rodríguez
1488. Fernán Peraza, hijo de Inés Peraza (viuda de Diego García de
Herrera) y autodenominado señor de La
Gomera y Ecero (Hierro), es muerto en Gomera por los guanches
rebelados contra sus violencias y esclavizaciones, ajusticiado
a manos de Hautacuperche. Comienza la llamada "Rebelión de los
Gomeros". Vuelve a cebarse la la desmedida y criminal represión de los
españoles sobre los oriundos, siendo de nuevo el masacrador Pedro de Vera al
mando de 400 soldados el que lleva a cabo estas acciones.
Beatriz de Bobadilla, viuda de Fernán Peraza,
junto con Pedro de Vera, genocida y gobernador de Tamarán (Gran Canaria), quien
fue a la Gomera
en su ayuda, dominan el alzamiento y, en venganza, matan a muchos guanche
especialmente mujeres y niños y esclavizan a otros muchos guanches cristianos
de la isla, mujeres, mozos y niños, que venden en Andalucía e Ibiza.
1488. Estando el ballenel Santa María de
Gracia, fletado por vecinos de Lepe, en el puerto de Tamaránt Gran Canaria, a
punto de zarpar, se presentó Antonio Ollero, "maestro de hacer
azúcar", con un criado. Pagados los pasajes, el maestre vizcaíno Martín de
Arístidi, los recibió a bordo. Hombre útil Ollero, maltratado sin duda, pues de
lo contrario no hubiese desertado, al saber Vera que se escurría, montó en
cólera, culpando al maestre por admitir pasajero, sin exigir salvoconducto,
"por simpleza o por codicia", mandando barco de armada, tras el
ballenell. Habiendo entrado en Erbania (Fuerteventura), para hacer aguaje y
completar la carga, lo capturó Rodrigo de Vera (hijo de Pedro). Decomisada
miel, cera y azúcar, al declarar Arístidi no saber que Ollero, viajaba contra
la voluntad del gobernador, quedaron libres barco y tripulantes.
De regreso en Lepe,
el armador, Francisco Pinzón presentó denuncia, rechazándola los justicias,
porque al estar los testigos "muy lejos", no se podrían hacer las
probanzas. (L. Al. Toledo)
1488.
Gobernador de las tres islas mayores, Pedro de Vera prolongó la conquista de
Chinech (Tenerife) y Benahuare (La
Palma ), para prolongar la comercialización de esclavos,
ganados en "buena guerra". Pasaron los católicos por alto la
irregularidad, pero la intuyeron las víctimas. Habiendo descubierto que los
castellanos les provocaban, para justificar la represión, acordaron tomarles la
delantera. Cierto día, "los vecinos e avitantes en las islas de Tenerife e
la Palma ",
pidieron conversión a "nuestra santa fe católica e estar a mi obediencia,
como súbditos e naturales.., conosciendo el yerro grande en que estaban".
Imposible
desoír tan sentida y pública petición, formulada por "islas de nuestra
conquista", el 27 de julio de 1488, Fray Antón Cruzado, maestro de
teología de la orden de San Francisco, fue nombrado cura de sus almas,
presentándose con cortejo de clérigos. Que tanto Pedro de Vera como los Peraza,
madre e hijo, recibiesen orden de respetar a los religiosos, permitiéndoles
bautizar cuanto les viniese en gana, indica unidad del territorio.
Pedro de Vera se inmiscuyó en las islas de señorío,
decretando levas en Titoreygatra (Lanzarote, Fuerteventura), Gomera y ecero
(Hierro). Protestó Inés, en nombre propio y de su marido, siendo
"amonestado" el gobernador, pero la cuestión no pasó a mayores,
preocupando a los reyes la tendencia de los vasallos de la Peraza , manifestada a
principios de 1484, de mudarse a "la Ysla de la Gran Canaria ".
Libres los castellanos de trasladar su domicilio, dónde y cuándo les viniese en
gana, los reyes aplicaron el "imperio absoluto", nueva modalidad del
"propio motu", para prohibir a los vecinos de las islas menores, que
"vos vades a vivir e morar... a la dicha Ysla de Grand Canaria", bajo
amenaza de secuestro de bienes, quedando prohibido a Pedro de Vera recibirlos,
porque estando las islas "cercanas a los moros, enemigos de la nuestra
santa fe católica", de faltar la población cristiana, serían conquistadas.
Es probable que los desertores acudiesen al realengo, al olor de las gangas,
que siguieron a la conquista. No queriendo los soldados cobrar en esclavos,
temiendo que se los secuestrase el obispo, Vera les pagó en propiedad
inmobiliaria
Deseando regresar a la patria, vendieron por lo que les
daban. Al quedar recluidos en sus islas los vasallos de la Peraza , desaparecieron los
compradores, dirigiéndose los milites a la corona, en busca de solución. La
respuesta, fechada en 1485, es modelo de desfachatez: si "non fallays
quien las compre", se partirían casas y tierras, para que cada cual
pudiese disfrutar de lo suyo. Así nos enteramos de que los canarios tuvieron
casas de material. Y de que fueron expropiados.
(L. Al. Toledo)
1488 Enero 10. Zaragoza (f.182). Orden
a una persona, cuyo nombre aparece en blanco, para que guarde y haga guardar
las cartas ejecutorias dadas en el pleito seguido por doña Inés Peraza y su
hijo Fernando Peraza contra el difunto Gonzalo de Zúñiga, por robo de una
carabela, en el que éste fue condenado por el Ido. De Treviño, teniente de
asistente a la sazón, apagar 250.000 maravedís, sentencia que confirmó en
apelación al Consejo Real. Dicha ejecución fue concedida a Horencio Hernández,
teniente de asistente de Sevilla por el alcalde Lobón, quien la llevó a cabo,
en confirmación del alcalde mayor de las alzadas de dicha ciudad, por apelación
de doña Maria de la Cerda ,
viuda de Gonzalo de Zúñiga, pero no dió posesión de los bienes rematados al
adjudicatario Luís de Betancor por
oposición del Conde de Cifuentes don Juan de Silva, del Consejo y asistente de
Sevilla, de lo que se quejaron doña Inés Peraza y Fernando Peraza, consiguiendo
que se encargase a Pedro de Vergara, vecino de Sevilla, de la dicha ejecución,
quien tampoco pudo cumplirla por negarse Andrés Gutiérrez de Murcia, secretario
de Conde de Cifuentes, que actuó como escribano del proceso, a entregarle los
autos del mismo, y contra quien se negó a proceder Juan Valde..., teniente de
asistente de dicho Conde. El Rey y la Reina. Santander.
Vascus couriensis. Alonso. Antonius. (E.Aznar; 1981)
1488 Julio 20. Murcia (f.312). Carta a
Diego de Medina, receptor de los bienes confiscados por delito de herética
pravedad en Córdoba y su obispado, para que prosiga el pleito de Fernando
Peraza, vecino de Sevilla, contra Luis de Mesa, por razón de una heredad que le
dió, por el tesorero Ruy López, cobrándole más aranzadas de olivos de las que
eran. Dicho pleito quedó inconcluso porque el dr. de León, que aceptó la carta
de comisión dada para él y para el bachiller de Herrera, fue hecho prisionero
por Luis de Mesa. Didacus. Antonius. Andrés. Vitoria. (E.Aznar; 1981)
1488 Julio 23.
Murcia.
Carta de comisión a fray Antón
Cruzado, custadio de Sevilla, de la orden de frailes menores observantes, para
que pudiese firmar “paces” con los indígenas de Tenerife y La Palma.
Poder al custodia de Sevilla o a
su comisario para entender en la conversión de la Grand Canaria.
Don Fernando e doña Ysabel etc.
Por quanto a nos es fecha relaçón que los vecinos e avitantes en las yslas de
Tenerife e La Palma ,
conosiendo el yerro, gentelidad e ynfidelidad en que están, se quieren
convertir a nuestra santa fe católica e estar a nuestra obediençia, como
súditos e naturales, pues que las dichas yslas son de nuestra conquista; e anos
pertenesçe proveer de personas que les maestren e enseñen e endereçen las cosas
de nuestra santa fe católica; e confiando de la vida e conçiençia de vos el
devoto religioso frey Antón cruzado, maestro en santa teología, de la horden de
san Françisco de oservançia, custodio de la custodia de Sevilla, y de qualquier
otro custodio de la dicha custodia, y del comisario e que vos el dicho custodio
para el dicho cargo fuere nombrado, que soys tal que guardaréys el serviçio de
Dios y nuestro e con toda deligençia entenderéys en la dicha conversión de los
vecinos de las dichas yslas: mandamos dar esta nuestra carta para vos. Por la
qual vos damos poder cumplido para que vos, o el comisario que por vos fuere
nombrado, vades a las dichas yslas de Tenerife y La Palma e a qualquier dellas,
libre e seguramente, e a entender en la dicha conversión de los vecinos de las
dichas yslas, y los convertir a nuestra santa fe católica; e trabajéys con
ellos de los traer a nuestra obediençia, como lo deven estar nuestros súditos e
naturales; e para que podáys con ellos capitular e concertar e asentar las
cosas que a vos e a vuestro comisario paresciere que más cumple a servicio de
Dios e nuestro, e lo más prestamente que pudierdes los traer e convertir a
nuestra santa fe católica; e porque asy, ellos convertydos e tomados a nuestra
santa fe católica, los podáys asegu- rar e aseguréys: que por nuestros
capitanes ni gentes de armas ni por nuestro
capitán ni capitanes de la Grand Canaria ni por Femand Peraça ni por doña
Ynés, su madre, ni por sus gentes ni por otros ningunos ni algunos de nuestros
súditos y naturales no les serán fechos mal ni daño alguno. E para que cerca de
lo susodicho podades asentar e asentades todo lo que çerca de ello pareciere a
vos e a vuestro comisario, lo qual vala e sea firme, como si por nos fuese
asentado y mandado. Y mandamos a los nuestros capitanes e gentes darmas, e a
Pedro de Vera, nuestro capitán de la Grand Canaria , e al dicho Femando Peraça e a doña
Ynés, su madre, e a sus gentes e a nuestros capitanes de nuestra armada que
guarden los seguros que vos el dicho comisario dierdes por el tiempo e con las condiçiones que les
otorgades, tomándose como dicho es los vecinos de las dichas yslas de La Palma e Tenerife
christianos, so aquellas penas en que caen los que quebrantan seguro puesto e
dado por su rey e reyna e señores naturales. Para lo qual todo que dicho es,
con sus ynçidençias e dependençias, mergençias, anexidades e conexidades vos
damos poder cumplido por esta nuestra
carta. E los unos ni los otros etc. Dada en la çibdad de Murcia, a XXIII días de
jullio, año mill e quatroçientos e ochenta e ocho años. = Yo el Rey e Yo la Reyna.=Yo Alonso de
Avila, secretario etc.=En forma acordada, Rodericus, doctor. (A. S.: Registro del Sello. Fol. 220.) (En: Antonio Rumeu de
Armas, 1975).
1488 Julio 23. Recluta en Galicia de algunos “Ilustres”
soldados para la conquista y
“civilización” de las islas de
Benahuare (La Palma )
y Chinech (Tenerife):
<<Doña Ysabel, Por La Graçia De Dios Reyna De Castilla E De Leon, De
Aragon...,Sepades Que Después Que Yo Mandé Conquistar La Isla De La Gran Canaria , E Por La Graçia De Señor Se Ganó
E Los Infieles Dellas Se Convirtieron A Nuestra Santa Fee Catolica, Yo,
Entendiendo Ser Cumplidero E Serviçio De Dios E Mio E En Acreçentamiento De
Nuestra Santa Fee Católica, He Mandado Conquistar Las Islas De Tenerife E La Palma , Que Están En Poder De
Los Infieles, E Para Ello E Enviado Mis Gentes E Capitanes Que Están En La Dicha Conquista ; E
Porque Las Dichas Yslas Non Se Pueden Ansy Enteramente Acabar De Ganar E
Reducir Los Infieles Dellas A Nuestra Santa Fee Sin Que Pueda Ir E Vaya Más
Gente Para La Dicha
Conquista ; E Acatando Cuanto Nuestro Señor Diós Sería Servido
Que Los Dichos Infieles Sean Convertidos A La Dicha Nuestra Santa
Fee O Sean Lançados De Las Dichas Islas;....E Por Cuanto Yo Soy Informada Que
En El Eryno De Galicia Ay Alguna Personas Que Han Fecho E Cometido Algunos
Delictos De Diversas Calidades E Salteamiento De Iglesias E Monasterios E Otros
Excesos Que Se Ha Fecho, Por Lo Cual Han Caydo E Incurrido En Diveras Penas Çeviles
E Creminales...Por La
Presente De Mi Propio Mutuo E Çierta Ciencia E Poderío Real
Absoluto,...Podades Acordar E Acordades Co Ellos, E Cada Uno De Ellos, Que
Vayan A Servir Por Sus Personas A Las Dichas Yslas, E Con Cuanta Hayan De Yr, E
A Su Costa, Al Dicho Serviçio A La Dicha Conquista De Las Dichas Islas, Por El
Tiempo E Tiempos Que A Vos Bien Visto Fuere, Con Tanto Que Non Puedan Ser Menos
De Seys Meses, Contados Desde El Dia Que Se Presentaren Ante Pedro De Vera, Mi
Gobernador E Capitán De Las Dichas Yslas, E Ante Michel De Moxica, Mi Receptor
En Ellas, Fasta Ser Conplido Dicho Tiempo; E Prometer E Segurar En Mi Nonbre
Que Las Tales Personas Que Asy Sirvieren En Las Dichas Islas(Borrón) Staren El
Dicho Tiempo, A Su Costa Como Dicho Es, ...Sean E Serán Por Mi Perdonados De
Todos E Cualesquier Crímenes E Excesos E Delictos E Robos E Fuerças E Muertes
De Ome E Salteamientos De Caminos E Quebrantamientos De Iglesias E Monasterios
E Otros Cualesquier Delictos,... Dada En La Çibdad De Murcia, A XXIII Dias De
Jullio, Año Mill E Quatroçientos E Ochenta E Ocho Años.- Yo El Rey E Yo La Reyna.= >>
1488 Noviembre 25.
Dentro de la organización social de los aborígenes gomeros, existía una
institución que guarda total paralelismo con otra existente en el mundo berber
continental (Marruecos), relativa a los llamados "pactos o alianzas por
colactación". De esta forma, Hernán Peraza estaba unido a través de un
pacto con los bandos de Amulagua e Hipalán, y precisamente a este último
pertenecía la joven Ibaila. Dicho pacto o alianza se realizaba mediante un
ritual consistente en beber leche en un gánigo. Al mantener relaciones Hernán
Peraza con una mujer de su propio bando, considerada según dicha alianza como
su hermana, faltó no sólo al compromiso consuetudinario de la exogamia
deshonrando a los bandos que lo habían acogido como hermano de sangre sino que
además rompió el pacto establecido. Este hecho, además del despótico gobierno
que realizaba el señor sobre la isla, determinaría la conjura, en la que
participó Hupalupa, anciano encargado de vigilar el cumplimiento del pacto. Se
decidió que Hautacuperche matara al traidor Hernán Peraza, aprovechando su
visita a la cueva donde se encontraba Iballa, en Guahedum. Con su muerte, los
gomeros alzados decían en su lengua "ya el gánigo de Guahedum se
quebró", en señal de que el pacto se había roto. Sublevada la isla, con
los gomeros sitiando a la señora Beatriz de Bobadilla en la Torre de los Peraza o del
Conde, fue llamado a la isla Pedro de Vera, cruel y nefasto personaje que daría
lugar a sangrientos episodios de la
Historia de la colonia de Canarias.
1488 Julio 23. Murcia (f.220). Poder a
fray Antón Cruzado, de la Orden
de San Francisco, maestro en Teología y custodio de la custodia de Sevilla, y a
su comisario, para que entiendan en la conversión de los habitantes de Tenerife
y La Palma ,
cuya conquista pertenece al rey. Ordenándose a Pedro de Vera, capitán de la Gran Canaria , y a
Fernando Peraza y su madre doña Inés que guarden los seguros que el dicho
comisario otorgase. El Rey y la
Reina. A vila. Acordada: Rodericus. (E.Aznar; 1981)
1488 Septiembre 22. Valladolid (f.
135). Incitativa al asistente de Sevilla, a petición de Gonzalo Yáñez Mealla,
Juan de Valladolid, Alonso Fernández y Diego Rarnírez, vecinos de Lepe, para
que deternline acerca de un valliner, llamado Santa María de Gracia, que les
embargó Pedro de Vera, gobernador de las islas de Canaria, bajo la acusación de
que el patrón Martín de Ariste, vizcaino, había sacado de las islas al maestro
Antón Ollero y su criado. Don Alvaro. Andreas. Antonius. Sancius. Franciscus.
Sánchez de Cehinos. (E.Aznar; 1981)
1488
Noviembre 20. Valladolid (f. 8). Confirmación a Bautista de Riberol, a
pesar de su condición de genovés, de la venta de unas casas y heredades que
para hacer un ingenio de azúcar le hicieron, ante Hernando de Ecija, escribano
público de Gáldar, y Diego de San Clemente, escribano público de Gran Canaria,
Juan Sánchez de Roldán y Francisco de Adeje, vecinos de Gáldar, que las
recibieron de Pedro de Vera, gobernador de dicha isla, por su participación en
la conquista, y merced para que pueda ser vecino de dicha isla. El Rey y la Reina. Santander.
Don Alvaro. Antonius. Andrés. Franciscus. (E.Aznar; 1981)
1489. Fray
Miguel López de la Serna ,
de la secta católica de franciscanos (O.F.M)., obispo de Canarias-Rubicón, va a
la corte de Castilla a denunciar los crímenes y esclavizaciones efectuadas por
Isabel de Bobadilla y Pedro de Vera.
1489. Aunque fue el tratado de Medina del Campo, firmado por los
Reyes Católicos en esta fecha, el que abrió a los ingleses el tráfico con las
Canarias -al concederles la
Corona libertad completa de comercio con todos sus dominios-,
las relaciones no se desarrol1aron activamente hasta 1519, cuando los
comerciantes de Bristol organizaron expediciones comerciales a las islas
Azores, Canarias y costas de Marruecos y Berbería.
En dichas relaciones mercantiles
destacará la figura de William Hawkins, famoso mercader de Plymouth, quien, con
sus hijos William y John, estableció un servicio regular marítimo con nuestro
Archipiélago para la compra de azúcares y vino. Abierto el mercado inglés a los
vinos canarios, en 1533 Anthony Hickman y Edward Castlyn deciden establecer
factores fijos en las islas, siendo designados para representarles Edward Kingsmill
en Gran Canaria y William Edge (sic) y Thomas Nícholas en Tenerife. Otra figura
destacada de este comercio fue la de Andrew Barker, mercader de Bristol, que
tuvo a John Druc como factor en Tenerife para la venta de telas y otras
mercaderias. Con carácter más o menos independiente, actuaban otros tres
comerciantes: Richard Grafton, Charles Chester y Jofre López (sic), todos
ellos residentes en Tenerife.
No cabe duda de que uno de los
capítulos más relevantes de la presencia inglesa en Canarias durante el siglo
XVI, lo configura la vinculación de John Hawkins y los Ponte, de la que apenas
se podia encontrar una vaga alusión en la Descrípttíone...
de Leonardo Torriani hasta que, el profesor Rumeu de Armas, desveló con todo
lujo de detalles las expediciones del inglés a las islas, tan frecuentes y de
tanta trascendencia que produce asombro considerar cómo pasaron hasta entonces
desapercibidas. Veamos seguidamente algunos detalles biográficos de los
principales personajes de este episodio.
Nacido en 1532, John Hawkins
había adquirido extraordinaria pericia en las cosas de mar a la sombra de su
padre, Hawkins «el Viejo». A la muerte de éste, en 1554, tomó, en unión de su
hermano William y cuando sólo tenía 22 años, la dirección de la flota familiar,
centrando particularmente su atención en el comercio con el Archipiélago. En
Plymouth llega a ocupar un importante cargo en la organización municipal
–Common Counci-, orientando de paso sus actividades hacia Londres, a donde se
traslada en 1560.
Al poblarse de corsarios el Canal
de la Mancha. Con
motivo de la guerra con Francia en 1557. 10s hermanos Hawkins rivalizaron en
robos y depredaciones contra los navíos galos, según su tónica de alternar las
actividades comerciales con las de corsario, campo de experiencias para sus
futuras actividades de pirata, Así. por ejemplo hacia finales de 1558, un
corsario a sueldo de John había capturado allí un navío propiedad de la Hansa , el Peter, que
navegaba por cuenta de un italiano naturalizado francés y apellidado Negrollo;
circunstancia que aprovecha para incorporar la embarcación a su flota de
Plymouth utilizándola luego en sus relaciones con Canarias.
Precísamente a bordo del Peter
realiza, en 1560 su primer viaje documentado al Archipiélago, comerciando en
Tenerife -trayendo paños y embarcando azúcares- y recorriendo probablemente con
el mismo fin Gran Canaria y tal vez otras islas; pudo visitar de esta forma,
Santa Cruz de Tenerife, Abona, Adeje, el Puerto de La Luz y San
Sebastián de La Gomera. Entre sus
factores y amigos en Canarias, destaquemos a Enrique Núñez -acaso judio
portugués-, representante suyo en Berberia y particular- mente en el puerto de
Angla de Santa Ana, quien solía frecuentar las islas para los negocios de su patrón o los suyos
propios; John Lovell más tarde afamado pirata, cautivo en las cárceles de la Inqui $ición de Las Palmas,
que figura entre uno de sus representantes temporales en Tenerife; el conde de La Gomera , con quien tuvo
frecuentes tratos, hasta el punto de despertar los recelos del Santo Oficio, y,
sobre todo sus fraternas relaciones con
dos familias importantes de Tenerife los Soler y los Ponte,
propietarias ambas de importantes
ingenios en el sur de la isla.
La familia Soler, con magnífícos
ingenios en Abona oriunda de Cataluña, tuvo que mantener tratos con Hawkins con
anterioridad al viaje de 1560. Sólo estos vínculos previos explicarían el
auxilio del clérigo Pedro Soler a los piratas ingleses en el turbio asunto de
la conspiración de los beneficiados, que luego veremos, suponiendo Rumeu a
tales piratas socios o subordinados del propio Hawkins. Pedro Soler,
beneficíado de la iglesia parroquial de Los Remedios de La Laguna. y vicario
eclesiástico en Tenerife, era el mayor de cuatro hermanos varones. Su padre,
del mismo nombre y apellido, llegó a Tenerife con la conquista, casando con
Juana de Padilla y Linares dueña de grandes heredamientos en el término de
Vilaflor.
En cuanto a Pedro de Ponte y
Vergara, digamos que era hijo segundo del célebre negociante genovés Cristóbal
de Ponte, financiador de la conquista de Tenerife, por cuyo motivo recibió de
Alonso Fernández de Lugo extensos repartimientos de tierras y aguas,
avecindándose en el partido de Daute. Los genealogistas Antonio Ramos y
Fernández Béthencourt, que le sigue, afirman que había sido su bisabuelo Mateo
de Ponte, noble patricio de Génova, y su abuelo Juan Esteban de Ponte, inscrito
como tal en el Libro de Oro de la dicha República mediterránea.
Rumeu, por su parte, habla de su
parentesco con otro Ponte, Giacomo, también natural de Génova pero establecido
en Inglaterra a principios del siglo XVI, e importante por haber sido el padre
de Elizabeth de Ponte, segunda esposa de sir Walter Raleigh progenitor del
aventurero y pirata del mismo nombre; señalando que esta posible relación de
parentesco entre ambos mercaderes -Cristóbal, naturalizado español, y Giacomo,
naturalizado inglés-, pudiera explicar las relaciones de los Ponte canarios con
Inglaterra.
A la muerte de su padre, en 1552,
le correspondieron, por testamento los ingenios de Adeje, mientras su hermano
Bartolomé, el primogénito, se quedaba con los hereda- mientos de Garachico.
Ambos habían contraído matrimonio, respectivamente, con doña María y doña
Catalina de las Cuevas, hijas del bachiller Alonso de Belmonte, judiocon-
verso natural de la villa de
Moguer, teniente general del Adelantado y regídor de Tenerife, y de su mujer
Inés Benítez de las Cuevas, emparentada con el primer Ade-
lantado de Canarias.
Aunque ya desde su juventud
colaboró con su padre en el cultivo de las tierras de Daute y Garachico, así
como en la explotación de los ingenios de Adeje, Pedro de Ponte alternó muy
pronto sus tareas de labrador con el ejercicio del comercio. Sabemos, en esta
línea, que era el encargado de abastecer de carnes a Tenerife en momentos de
escasez, habiendo arrendado previamente el tráfico de la Isla del Hierro, rica en
carneros, al conde de La Gomera ,
Guíllén Peraza de Ayala, desde donde llegó a importar en determinadas ocasiones
más de quinientas cabezas de ganado. Además, navíos suyos o por él fletados
conducían a América los productos agrícolas canarios -frutos, vino y trigo-,
que eran distribuidos por sus corresponsales en las Antillas, mientras mantenía
un activísimo comercio de azúcares y vino con Inglaterra.
Su constante relación con los
comerciantes y factores ingleses avecindados en Canarias, le hizo salir como
fiador de los mismos en sus pleitos y contiendas judiciales
En cuanto al comercio
clandestino, se valió de los navíos de permiso de las islas para introducir en
el mercado indiano productos manufacturados ingleses, de altísima cotización.
Regidor perpetuo del Cabildo de
Tenerífe -uno de los primeros en ostentar en la isla semejante dignidad-,
consiguió que la Corona
aprobase su proyecto de erigir en Adeje una poderosa casa-fuerte para la
protección de sus ingenios, síendo desde entonces alcaide perpetuo de la misma.
Aunque intentó romper la unidad realenga de la isla, para establecer un
verdadero señorío jurisdiccional en Adeje, en donde se había establecido a la
muerte de su padre, no consiguió su propósíto por la oposición que le hizo la Justicia y Regimiento de la Isla y, en particular, Pedro
Soler, vecino de Ponte y, como vimos, rival suyo en el comercio con Inglaterra,
que veía directamente amenazados sus dominios. Habrá que esperar a 1655 para
que, dada la política de Felipe IV al respecto, alcanzaran sus sucesores este
objetivo.
Semejantes datos bastan para dar
una idea del ascendiente político y social de Pedro de Ponte, de su destacado
papel entre los prepotentes isleños de la época, situación que de algún modo
contribuyó a darle una relativa impunidad en sus ilegales negocios.
¿Cuándo decidió en secreto
fusionar sus empresas con Hawkins y, más concretamente, cuándo resolvieron
ambos de común acuerdo la expedición a las Indias Occidentales de 1562? Rumeu indica que, independientemente de su
posible traslado a Adeje, desde la mansión de los Soler en Abona, durante su
estancia en 1560, debió ser a raíz de otro viaje entre ambas fechas cuando se
planeó la primera incursión
americana.
Las continuas violaciones del
monopolio metropolitano habían dado lugar a las reales cédulas de 18 de junio
de 1540 y 17 de marzo de 1559, que ponían limitaciones al comercio extranjero
con Canarias. La colaboración de Ponte y Hawkins sirvió, en este caso, no sólo
para romper las trabas legales al arribo de mercaderías y productos
manufacturados ingleses en América, sino que permitió un negocio de más alto
valor: el tráfico de esclavos, mano de obra demandada por mineros y colonos
para la explo-tación de las riquezas del Nuevo Mundo.
En 1561, ya establecido en
Londres, Hawkins casó con una hija de Benjamín Gonson, tesorero de la Marina , y con su apoyo
entra en relación con un grupo de negociantes ingleses interesados en el tráfico
comercial con las Canarias y Guinea. A continuación, y tras un esbozo de las
primeras piraterías inglesas en las islas, relacionamos las tres expediciones
que llevaría acabo entre 1562 y 1569. Sus lazos con Canarias proseguirían,
ligados entonces a la figura más trascendente de la piratería inglesa de todos
los tiempos, Francis Drake, formado precisamente a sus órdenes. (En: Millares
Torres; 1977, t. III:106-9)
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