viernes, 26 de diciembre de 2014

ADAN DEL CASTILLO

 

 

1845 febrero 19.

Nace en Las Palmas de Gran Canaria el criollo Adán del Castillo


Nuestro padre, D. Adán del Castillo y Westerling nació en Las Palmas el 19 de febrero de 1845. Fue el sexto hijo del Cuarto Conde de la Vega Grande, D. Agustín del Castillo y de la esposa de este, Dña. Ana Westerling y Massieu.Nuestro padre, y digo nuestro padre porque estoy segura que hablo en nombre mío y de mis hermanos que ya no están, fue hombre de carácter muy sereno y ponderado. Estuvo ligado siempre a los principios que en nuestra familia se tuvieron por inalterables, pero supo al mismo tiempo marchar con el ritmo que los momentos iban señalando, pero sin altibajos ni extremismos. Hijo de su tiempo, para él fueron sagrados los principios de la conducta social que su familia había seguido y a mi entender y al de todos los que cuanto solicitaron su ayuda o consejo y fueron estos principios los que supo transmitir a sus hijos y que nosotros seguimos con atención muy rigurosa, dentro de las variaciones que el tiempo y la vida ha impuesto. Nuestra familia, los Castillo, por la que mi padre sentía un respeto inmenso, desciende de dos conquistadores de Gran Canaria, D. Hernán García del Castillo y su hijo Cristóbal, dos capitanes que vinieron a la isla en la primera expedición del General Juan Rejón, en 1478; es decir hace 500 años. Nos decía mi padre que aquel Hernán había sido uno de los cinco capitanes que vinieron a la conquista con Rejón.Estos dos señores fueron los que los que de verdad fundaron el Telde cristiano, costearon casi en su totalidad las obras de la parroquia de San Juan Bautista, don Cristóbal hizo traer parte de sus valiosos ornamentos incluidos en el famoso retablo flamenco que hasta hoy se ve en el altar mayor de aquel templo. Esta familia llegó a Gran Canaria procedente de Andalucía , donde se habían establecido y desde entonces hasta hoy asiento seguro en el archipiélago dando su sangre a las familias de mayor tradición histórica en él y a muchas de la península. Cristóbal García del Castillo realizó en Gran Canaria una labor muy fecunda , creó el famoso ingenio de azúcares que llevaba su nombre y poseyó una importante flota para atender a sus explotaciones agrícolas, que fueron muy importantes; tal vez una de las primeras de la región. El creó el tan conocido e importante Mayorazgo de Castillo en las tierras del sur de la isla con asiento principal en Telde. Nos decía mi padre que nuestra familia sostuvo el patronazgo de la Iglesia y Monasterio de Santo Domingo de Las Palmas, aparte otras importantes fundaciones que sería excesivamente extenso detallar. Más tarde entraron en estas obligaciones las propiedades de San Lorenzo y San Gregorio en la misma zona, que siempre atendieron con gran desprendimiento y afecto, y entre ellas las de Tamaraceite con la de la Virgen de los Reyes en Las Palmas. Sería enfadoso citar las personas que se destacaron a través de la historia, pero creo que debo destacar al historiador D. Pedro Agustín del Castillo y Ruiz de Vergara, del que tanto se ha escrito como patricio e historiador. Este D. Pedro Agustín fue nuestro abuelo. Dejó entre otros escritos su conocida descripción Histórica de Las Islas Canarias. Precisamente este señor vivió de niño en nuestra casa de la calle del Castillo. Se cuenta en la familia que estando en la azotea echando a volar una cometa se ató el hilo a la cintura y vino un golpe de viento muy fuerte y se lo llevó, y gracias a su preceptor no pasó la cosa a mayores. Mi padre fue un hombre muy activo pero sin ambiciones, enemigo de las intrigas y luchas políticas. Vivió como toda su familia las vicisitudes de país en el último tercio del siglo pasado y parte de éste, pero sin demasiadas apetencias ya que para que prestara siempre su colaboración más desinteresada a cuanto significara servicio a la Patria y a nuestra tierra. El vivió, como todos, las circunstancias y conflictos producidos aquí por el derrocamiento de Dña. Isabel II, la Segunda República, la Monarquía de D. Amadeo de Saboya y más tarde la Restauración en la persona de D. Alfonso XIII. Al declararse la guerra de Cuba tanto mi padre como mi madre, actuaron con mucho interés en las tareas de instalación en Las Palmas de un Hospital Militar de emergencias que se organizó en el anterior local del Casino, así como en otras medidas tomadas para un caso de urgencia. Puedo sentirme orgullosa, como se sintieron mis hermanos todos, y del ambiente de la formación humana y muy cristiana que se nos impartió en nuestra familia. Mi padre había estudiado primero en el colegio de San Agustín , hasta terminar el grado, luego quiso su padre enviarlo a la península a incrementar sus estudios, pero las exigencias del patrimonio familiar tenía, impidieron llevar a cabo la iniciativa, aquí siguió estudiando y perfeccionando sus estudios. Estudios de Agronomía que tanto le interesaban con los profesores que entonces teníamos, ya que la calidad agrícola de sus propiedades así lo precisaban. Nuestros padres se casaron en 1878, mi madre perteneció a la antigua familia de Manrique de Lara, de la que fue Mayorazga, y fuimos siete hijos. Mi madre fue señora de gran corazón y de muy entero carácter. Presidió la Junta de Damas que se formó aquí con motivo de la estancia de S.M. Don Alfonso XIII, en el año 1906, antes y en instantes muy difíciles, cuando la Diputación Provincial nos olvidaba , ella fue la principal organizadora del conjunto de Damas que se impuso la difícil y abnegada tarea de solicitar de puerta en puerta la aportación de las clases pudientes a fin de suministrar víveres, ropas y hasta instalaciones al Hospital de San Martín y al resto de establecimientos benéficos que padecían una penuria espantosa. Ella en unión de su marido y tal vez adelantándose a su tiempo, intentó fundar una guardería infantil, pero fueron tantos los impedimentos con que se hubo de encontrar que desistió al final descorazonada por la falta de apoyo. Más tarde ya en este siglo fueron ellos quienes cedieron terrenos muy amplios en Guía, junto al Albercón de la Virgen, para la creación de un granja agrícola, que era lo que mi padre sentía con más intensidad, la agricultura; y hasta pensó en algún instante levantar por su cuenta el edificio del Centro, pero al ver la apatía que tanto el Gobierno como los centros locales e insulares demostraron, quedó fundada pero en papel. Nuestra familia, hubo instantes que fue dueña de gran parte de los lugares de San Gregorio junto a San Lorenzo, que en lo antiguo se llamó Lugarejo, y de Tamaraceite. Siempre atendimos como hemos hecho en cuantos lugares hemos tenido tierras, las solicitudes que en orden a establecimientos de carácter benéfico público y muchas veces privados, se nos han solicitado y aunque las cosas han cambiado, nosotros y en honra a nuestro padre hemos cedido gratuitamente estos terrenos de Tamaraceite para crear en ellos el centro que lleva su nombre. Fue caballero de la Gran Cruz del Mérito Agrícola y Presidente del Consejo de Fomento de Las Palmas. Perteneció a la primera junta que se celebró en el Cabildo Insular (en el cuadro que está en el Cabildo Insular) con la primera presidencia figura él también (como consejero ) en el año 1912.( … )”  (Esteban Gabriel Santana Cabrera)

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