Antes de nada, desear que la joven activista
italiana esté fuera de todo peligro y se restablezca prontamente. Reconforta
saber que todavía hay gente dispuesta a verse realmente comprometido en defensa
de causas justas; Habla de esperanza, de que no todo está perdido, pues todavía
queda gente dispuesta a luchar.
En el otro lado, la bajeza de las fuerzas de
ocupación españolas. No debe sorprenderle a nadie la intervención de las
embarcaciones de las fuerzas navales españolas. El respeto a la legalidad
vigente en españistán, acaba a doscientas millas de Cádiz. Esto, situado a más
de 1500 Kms. es una colonia, y ellos están aquí para garantizar los intereses
españoles y a eso se han limitado.
Claro que al hacerlo, han puesto al ejército
español a la misma altura que el de Israel en Palestina, el de Marruecos en el
Sahara Occidental, o el de cualquier otro que ataca a civiles indefensos en el
legítimo ejercicio de sus Derechos Fundamentales, recogidos en la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, suscrita por españistán. O mejor dicho, son los mismos
mandos militares los que voluntariamente lo han hecho de “motu proprio”.
El militar, lo mismo que cualquier otro
funcionario del estado, aunque deba obediencia a sus superiores jerárquicos, se
la debe “solo cuando no se contradiga la
Ley ”,, y todos ellos han tenido que jurar lealtad a los
poderes constitucionales, ninguno de los cuales puede autorizar su
intervención, en tiempos de paz, salvo en Catástrofes o en circunstancias muy
especiales y de a cuerdo a unos protocolos y normas legales que no se han
respetado. Sobre todo, cuando los activistas de Green Peace no suponían un
peligro para la “seguridad e integridad” de ese estado. Y aunque lo fuera, en
tanto que civiles, debería haber sido el poder civil el encargado de actuar y
no los militarotes.
No estamos por tanto ante una acción justificada, legítima y legal de un gobierno para defender los intereses “nacionales”; No, estamos ante el uso ilegal de tropas armadas para reprimir civiles indefensos y desarmados, en el libre y pacífico ejercicio de sus Derecho y Libertades Civiles. Estamos ante el uso ilegal de las fuerzas armadas españolas, como instrumento de represión dela Sociedad Civil
Canaria e Internacional. Estoy seguro que ha sido “el favor de alguien, aunque
si consecuencias hubiera que lo dudo, pasará como una extralimitación y no otra
cosa”.
No estamos por tanto ante una acción justificada, legítima y legal de un gobierno para defender los intereses “nacionales”; No, estamos ante el uso ilegal de tropas armadas para reprimir civiles indefensos y desarmados, en el libre y pacífico ejercicio de sus Derecho y Libertades Civiles. Estamos ante el uso ilegal de las fuerzas armadas españolas, como instrumento de represión de
No debemos extrañarnos de estas cosas. Nos ha
tocado a nosotros ser el ejemplo, pero nada más. Son los estertores de un
régimen podrido que se acaba, es un cierre de filas ante el miedo a perder los
privilegios que durante décadas, casi un siglo, han disfrutado. Esto se acaba y
cada cual está inmerso en la carrera de hacer méritos para buscar el echadero
que les permita retirarse y tal vez colocar a la prole, por lo que si hay que
sacar de los cuarteles a las tropas coloniales para favorecer a Repsol, se
sacan, se elije un cabeza de turco que pague el pato [Ya se le recompensará en
el futuro de alguna forma] y lavada la cara lavado el honor.
También es un aviso “a navegantes”, de lo chungas que pueden ponernos las cosas si quieren. Por eso aquellos quienes piensen que la lucha por
“[....] y las Revoluciones o son Unitarias o no son Revoluciones”.
Desde
15 Noviembre 2014
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