Leyendas de Anaga
Las Brujas del Bailador de
Anaga
"...Desde
El Bailadero deambulaban, los días de aquelarre, a partir de las doce de la
noche, hora en que acababan estas reuniones, un numeroso gentío: las brujas,
compuestas con negros ropajes y abrigados sobretodos, sus amigas y esas otras
personas que deseaban iniciarse en la práctica de la brujería; todos formando
una compacta muchedumbre que, por la enriscada cumbre, bajaban lentamente para
ver si encontraban algún caminante al que maleficiar".
Según las creencias populares canarias, las
llamadas brujas del Bailadero de
Anaga eran mujeres que se dedicaban a hacer aquelarres en
una zona montañosa del noreste de la isla de Tenerife,
llamada Macizo de Anaga (Canarias, España).
Este "bailadero de las
brujas" está situado en las cumbres de Anaga, en la dorsal entre San Andrés y Taganana. Se
dice que en este lugar las brujas bailaban en torno a una hoguera, de ahí el nombre de la
zona "El Bailadero". Tras sus aquelarres se decía que estas brujas
bajaban a la costa para bañarse desnudas. Con el paso del tiempo, la influencia
de las historias de vampiros del Este
de Europa llevó a que el mito de las brujas canarias incorporara el aspecto
del chupado de sangre, convirtiéndolas así en brujas-vampiro, que succionaban
la sangre de los recién nacidos mientras dormitaban en sus cunas.[1]
Este aspecto, también es compartido en las mitologías de otros lugares de
España, tales como las guaxas en Asturias y las guajonas en Cantabria.
Otro origen del nombre parece
venir del "baladero guanche", que también es aplicable a este
caso, pues es sabido a través de las fuentes, la tradición y de los hallazgos
arqueológicos que esta zona fue frecuentada por los aborígenes guanches para
sus ritos. A este respecto, Luis Diego Cuscoy dice de este
bailadero;
"...El Bailadero
concentraría a toda la población pastoril de la península de Anaga en las
épocas de sequía para la celebración de ritos propiciatorios en demanda de
lluvia".
Zona de El Bailadero en Anaga,
Tenerife, Canarias. En
este lugar se realizaban aquelarres, según la creencia popular. (Kevin
daniel rodriguez abrante)
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