domingo, 2 de noviembre de 2014

EFEMÉRIDES DE LA NACIÓN CANARIA



UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS

PERIODO COLONIAL 1421-1430


CAPITULO I


 Eduardo Pedro García Rodríguez

1420. La conquista de La Gomera es encomendada a Alfonso de Las Casas por el Rey Juan II de Castilla.
 1422.  El segundo viaje Bethancourt partió de Sevilla, invadiendo y conquistando Fierro, (Esero) e intentándolo en Gomera, Benahuare (La Palma) y Chinet (Tenerife). No desembarcó en Tamaránt (Gran Canaria), por impedirlo "10.000 hombres de pelea". Es probable que los encabezase el portugués Fernando de Castro. Llegado a las islas por entonces, bautizó a derecha e izquierda. Al comportarse como delegado de rey – “propietario”, excitó las protestas de Juan II.
Por no cambiar la costumbre, Bethencourt se instaló en Lanzarote, levantando casa de piedra seca y barro, sobre restos de la fortaleza, que tuvo su predecesor. Domicilio social de empresa, dedicada a la exportación de cueros, sebo y guanches, saturado el mercado sevillano, Jean vendió esclavos en Aragón y Francia. Amasada considerable fortuna, traspasó el negocio a su sobrino Maciot de Bethancourt o Mosén de Menaute, abandonando la vida en colonias. La presencia en las islas de normandos, reyes vasallos de Castilla, no desanimó a los portugueses. En 1428, Gil de Eanes tocó en Canarias, acopiando cautivos, antes de alargarse al cabo de Naam, que no dobló, según dicen por miedo a transmutarse en negro, si rebasaba las "marcas" de Guinea.

Enterados los vasallos de Maciot, de que el bautismo por el rito cristiano les ponía a resguardo de la exportación, lo solicitaron a una voz. De haber sido hombre de escrúpulos, el tratante en esclavos hubiese perdido su fuente de ingresos, pero al no inquietarle las cuestiones de fe, exportó cristianos e idólatras lanzaroteños indiscriminadamente, confiando en la falta de autoridad, de una iglesia católica dividida.

Liquidado el cisma de la bicefalia por Martín V, nombró a D. Mendo obispo de Canarias. Enfrentado a Maciot, aprovechando que un Pedro de Castilla pasaba a la corte, hizo saber a Juan II las complicaciones que le acechaban, de saberse en Roma que uno de sus vasallos, convertía a los cristianos, en mercancía. Con enredos sobrados a domicilio, a causa de su amistad con Álvaro de Luna, el rey dotó a Pedro Barba de Cantos, de barcos y gente de guerra, para que solventase el problema.

Al no conseguirlo por las malas, Barba se avino a las buenas, pagando generosamente las islas, con condición de que Maciot se largase por su pie. Se dice que pasando a Madeira, vendió el archipiélago por partida doble, a dos señores que lo consideraban propio: Enrique el Navegante y el Conde de Niebla (Bernáldez ofrece versión original, sobre el incómodo señorío de los Guzmanes: conquistadas algunas de las Canarias por Mosén de Bethancourt, las vendió al padre del primer Duque de Medina Sidonia, al que llama Juan Alonso, en lugar de Enrique. Este las cedió a Fernán de Peraza, "que vivía con él", a cambio de "ciertos lugares". Peraza fue acusado de no haber conquistado las islas mayores, ni sido recibido por los "regimientos", de las tres islas, a más de haber conseguido, "por halagos o como quier que fue", hacerse tratar como rey, por todos los canarios (Bernáldez. Cap. XXV). Barba hizo lo propio por su parte, apenas pisó Sevilla, comprando Fernán de Peraza, fiel ejecutor del rey, casado con Inés de las Casas, que vivía en la collación sevillana de San Vicente, pero no en casa de los Guzmanes.

Harto de los problemas que creaban las Canarias, el de Niebla cedió sus derechos, en 1430, a Guillén de las Casas, alguacil mayor de Sevilla, criado de su casa, si no testaferro. Investido por Juan II como señor de las islas, fue a Titoreygatra (Lanzarote), encarcelando a Maciot en Esero (Hierro). Enterado Enrique el Navegante, mandó armada para liberarle, siendo reintegrado a su domicilio de Titoreygatra (Lanzarote). (L.A. Toledo)

1423. Fray Juan de Baeza, de la secta católica de los franciscanos (O.F.M)., va a Roma en representación de los franciscanos colonizadores de Erbania (Fuerteventura) a suplicar al Papa Martín V ( cuya obediencia habían aceptado) la creación de una Vicaría general de los franciscanos de Canarias y la creación del obispado de Erabania (Fuerteventura) con jurisdicción en todas las islas, menos en Titoreygatra (Lanzarote), en la cual estaba de obispo Fray Mendo de Viedma, también de la secta franciscana (O.F.M)., quien había permanecido bajo la obediencia del antipapa Benedicto XIII.

1423. El Papa Martín V crea la Vicaría general de los colonos de la secta franciscanas de Canarias; y, por la bula Meritis tuarum, de Roma, a 9 de abril de 1423, nombra primer vicario general de la misma a Fray Juan de Baeza, (O.F.M).
1424. En una Bula del Papa Martín V se cita la existencia en la isla de la Gomera de un templo de la secta católica bajo la advocación de Santa María de la Palma (Santa Lucia – Tazo), construido por los portugueses
1424. El jefe de los católicos el Papa Martín V crea el obispado de Erbania (Fuerteventura) y nombra su primer obispo al colono don Martín de las Casas, pariente de Guillén de las Casas, por la bula Illius caelestis agricolae, de Roma, a 20 de noviembre de 1.424.

1424. Hernando de Castro (padre de don Álvaro de Castro), conde de Monsanto, vasallo de Portugal (quien había ido de embajador a Castilla en 1.423 a pregonar la tregua de paces), enviado por el infante don Enrique el Navegante (quien estaba intentando que sus pilotos sobrepasasen el cabo de Bojador y no lo consegian), va con una gran armada de 2.500 hombres de a pie y 120 a caballo a las Islas Canarias para conquistar Tamaránt (Gran Canaria) e imponer el bautizo católico  a los guanches; pero no pudo sostenerla por los grandes gastos y tuvo que retirarse con la mayor parte de la armada (Hist. I, 18; BAE, XCV, 67b y 68b). . (Las Casas)

1424 Noviembre 20.

BULA de Martino V. crendo un nnevo Obispado en la isla de Fuerteventura.

«Martino, obispo, etc. La doctrina de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, cuyas veces, aunque indignos, hacemos en la tierra por soberano encargo suyo y las Evangélicas planas nos enseñan, e inducen a que donde hay una mies abundante y pocos operarios enviemos los bastantes, para que, por su ministerio, esta misma mies, ayudada de los auxilios del correspondiente cultivo, rinda aquellos copiosos frutos que a su debido tiempo se deben recoger en el granero celestial.

A nuestra apostólica noticia ha llegado por voz pública y por relaciones fidedignas, que
las islas Fortunadas, que quedan a las partes del Mediodía, nombradas de Canaria y que en particular se llaman: una, Lancelote; otra, Fuerteventura; otra, Gran Canaria; otra, Infierno; otra, Gomera; otra, Palma, y otra Hierro, las cuales, estando pobladas desde lo antiguo de gentes que no conocían a Dios, han sido últimamente tomadas por el valor de nuestro amado hijo, noble varón y caballero Juan de Béthencourt con otros muchos fieles de Cristo; y que por la industria, predicación y diligencia incansable de algunas personas religiosas, las dichas islas de Lancelote, Fuerteventura y Hierro se han hecho del todo cristianas y sujetado a los adoradores de Cristo, al paso que algunos habitantes de la Gran Canaria y Gomera, bien que en ciertos parajes solamente, se han convertido también a la Fe Católica; que en Lancelote se había erigido una Catedral en honra y bajo el título de San Marcial, la cual se llama Rubicense, y se halla actualmente provista de Pastor; que en Fuerteventura hay otra iglesia con título de Santa María de Betancuria, y que en las mencionadas islas de Palma y Gomera se habían edificado ciertas capillas bajo la advocación de Santa María de la Palma; finalmente, que siendo la isla de Fuerte-
ventura la más inmediata a las de Gran Canaria, Infierno, Gomera y Hierro, en las cuales, por ser nuevamente convertidas, se carece mucho de clérigos y otros eclesiásticos que trabajen felizmente en adelantar la conversión, sería muy oportuno que se le destinase a aquella un Pastor propio, que pueda instruir y corroborar a los convertidos a la fe católica y tener especial, fiel y solícito cuidado de la conversión de aquellos pueblos, de que resultaría, mediante Dios, grande utilidad de las almas, no sólo en lo restante de la Gran Canaria y Gomera, sino también en las otras islas de La Palma e Infierno.

Nosotros, pues, deseando, a imitación del mismo Divino Agricultor, cuyas acciones son
nuestro dechado, que la mies de los referidos pueblos, que se halla en tan buena sazón, se recoja en la iglesia de Dios y por último en el granero Celestial con el ministerio de nuestra operación, en cuanto nos fuere posible y con el trabajo y diligencia de propios operarios, para la gloria y honra de Dios y de la misma Santa María y para aumento del Divino culto y salvación de las almas, de consejo de nuestros hermanos y en fuerza de la plenitud de la potestad Apostólica, establecemos y erigimos en Catedral la referida iglesia de Santa María de Betancuria y la condecoramos con el título, honor e insignias de Iglesia Catedral; y para memoria indeleble juzgamos y queremos que en todas edades se llame Iglesia de Fuerteventura, la cual habrá de tener, mediante Dios y el ministerio de la solicitud Apostólica, esposo idóneo con plenitud de los oficios Pontificales que la rija y sea para ella provechoso.

Asimismo determinamos, por autoridad Apostólica, que el obispo que fuere de Fuerteventura tenga también cuidado Episcopal en todas las cosas espirituales y temporales de las expresadas islas de Gran Canaria, Infierno, Gomera, Hierro y Palma y de sus habitantes y moradores; y que la dicha iglesia de Fuerteventura esté sujeta por derecho Metropolitano, como la Rubicense, a la iglesia de Sevilla, hasta tanto que los referidos habitantes y moradores estén todos convertidos a la fe, y desde entonces hasta que se disponga otra cosa por la Silla Apostólica. No obstante, cualesquiera constituciones Apostólicas, estatutos y costumbres de dichas iglesias, aunque se hallen
corroborados con juramento y confirmación Apostólica. Nulli ergo hominum, etc. Dada en Roma, en el Palacio de los Santos Apóstoles, a 20 de noviembre en el año séptimo de nuestro Pontificado, que es el de 1424». (En: A. Millars Torres, 1977 t. 3:337)

1425. Expedición de exploración y saqueo portuguesa a las Islas Canarias.Fernando de Castro con sus tropas portuguesas se adentran en la isla en un intento de conquista, siendo sitiados en Argodey por los gomeros.

1425. El rey Juan II de Castilla protesta ante el rey Juan I de Portugal de la acción del infante don Enrique. Se inicia así el pleito de estos reinos europeos ante el papado por la supremacía en la depredación en las Islas Canarias.

1427. Otra expedición portuguesa a las Islas Canarias.

1428. El colono europeo Fray Mendo de Viedma, de la secta de los franciscanos (O.F.M)., impuesto obispo de Rubicón, después de morir el Papa Benedicto XIII (1422), se somete al Papa Martín V (en 1425?); y en 1428 es reconocido como obispo por éste.

1430. Deseando solventar la guerra constante, que enfrentaba a las coronas de la Península Ibérica, en torno a la tierra del oro, el Papa Martín V dio a la corona de Castilla las Canarias, incluyendo Benahuare (San Miguel de la Palma), única que producía pastel y caña dulce, según Bernáldez, quedando el resto del reino Fez, a Portugal, con Madeira, "Desyerto" y Porto Santo. (L.Al. Toledo)

1430. Guillén de las Casas adquiere el señorío de  las islas (menos Titoreygatra (Lanzarote): Tamaránt (Gran Canaria) y Gomera eran ya suyas por herencia; Chinet (Tenerife) y  Benahuare (La Palma), las adquiere de su hermano; Fuerteventura y Hierro, de Enrique de Guzmán. y pone de lugarteniente suyo a Fernán Peraza.
1430. Se produce una erupción volcánica localizada en el Menceyato de Taoro, en Chinet, según la tamusni o tradición oral isleña. Es probable que los naturales de Chinet (Tenerife) denominaran ya a la isla como "la del infierno" (en alusión a anteriores erupciones), en lengua tamazight, a través del conocido vocablo Chinech, Chinet, Chineche en sus diversas variantes. Entre los touaregs del Ahaggar argelino existe la voz "echched"= ser malo, fatídico (persona, animal o cosa; moralmente o físicamente: gusto, olor, sabor) (Ch. Foucauld, II, 511), en este caso relativo a la actividad volcánica del Teide o de otros volcanes de la isla y la subsiguiente expulsión de lavas que producían el lógico temor entre sus habitantes.
1430. Fray Mendo de Viedma, de la secta católica de los O.F.M., obispo de Rubicón, va a Roma y denuncia ante el papa Martín V las violencias de Guillén de la Casas con los indígenas. Fray Mendo murió el mismo 1430 en Roma.



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