QUINTA ENTREGA
Eduardo Pedro García Rodríguez
No hay peor esclavitud que la que se impone
uno mismo por miedo a ser libre.
Beatriz Feijo.
Islas Erbania y Titoreygatra
Titeroygatra (Lanzarote)
y Erbania o Erbani (Fuerteventura). Albania según recoge Le Canarien pag. 78, participan
igualmente de paralelos imazighen ambientados en lo que pudiera ser el mundo
africano protomazigio.
Los grabados
rupestres y los podomorfos de Erbania y Titoreygatra, y los alfabetiformes
líbicos nos conectan aún más con el mundo mazigio,
La
mayoría de los investigadores modernos “oficiales” vienen situando los primeros
asentamientos humanos en las islas en torno a los siglos V y I
a.e.a.
Como vengo sosteniendo desde hace tiempo, la
realidad es que la antigua sociedad canaria debido al hecho de que en
determinado periodo histórico Europa se vio sumida en una época de total
oscurantismo como consecuencia del auge tomado por el cristianismo, el cual
vaticinaba el fin inmediato del mundo, razón por la cual se abandonaron los
avances técnicos en la navegación, geográficos, comerciales etc., que había
alcanzado el mundo greco-romano.
Como
consecuencia de esta situación nuestro continente africano sufrió una serie de
convulsiones políticas y económicas debido al derrumbe del imperio romano
sucesor del cartaginés. Como es natural esta situación afectó a sus colonias
africanas y, las islas Canarias se vieron aisladas y prácticamente ignoradas durante el oscuro periodo de la alta edad
media europea, por tanto, al verse privadas del aporte de manufacturas desde el
exterior, nuestros ancestro tuvieron que adaptar su cultura material a los
elementos que podían obtener del entorno natural -en las islas no existen
metales factibles de ser transformados artesanalmente- la madera, la piedra,
los huesos. Las pieles y algunas fibras vegetales.
En
cambio, los aspectos morales, culturales, sociales y espirituales alcanzaron un
desarrollo muy superior al de los europeos de la época, tanto es así que muchos
de sus aspectos continúan vigentes. (Guayre Adarguma)
Todo parece indicar que el norte de África, al
oeste del Nilo, en un territorio que englobaría gran parte del Sahara
occidental y del Magreb actual, estuvo habitado hace aproximadamente más de
6000 años por una serie de etnias con un sustrato cultural común. Estos pueblos
o etnias constituirían, desde el punto de vista lingüístico, lo que se ha
denominado área o sustrato líbico-bereber; otros autores hablan de
"Protobereber" (J. Desanges, 1982). Tras éste concepto se
encontrarían nombres de pueblos de la antigüedad como Temehu y Libios entre
Egipto y Libia, Nasamones y Psylles de Libia, Garamantes y Atarantes del
Sahara, Gétulos y Numidas de Argelia y Túnez, los Guanches de las Islas
Canarias, Zenetes, Mauros y Sanhadja entre Marruecos, Argelia y Malí, etc.
(Camps, 1980)
Como hemos visto la iconografía egipcia del
Imperio Nuevo ya alude a los "Temehu" o "Tehennu", que se
caracterizan por llevar coleta y tener tatuajes, los cuales eran agrupados en
dos grupos básicos: los "Libu" (que portan taparrabo) y los
"Meswes" (que portaban una funda fálica). Estas fuentes egipcias
ofrecen los datos históricos más antiguos sobre lo amazigh (lo líbico-bereber o
"protobereber"). Por otra parte, la paulatina desertificación del
Sahara fue aislando a muchos de estos grupos pastores en zonas de montañas o
empujándolos hacia las periferias húmedas del norte y del sur, donde entran en
contacto con otros pueblos e incluso se llegan a mestizar. Como queda dicho las
primeras fuentes históricas (Herodoto, Estrabón, Plinio) hablan de distintas
tribus y/o pueblos: Amantes, Cinithi, Garamantes, Guzantes, Canarii,
Libyophenices, etc. (Muñoz, 1994).
El imaginario egipcio representa
el mundo exterior, el peligro, mediante un triángulo isósceles invertido en
cuyos vértices se sitúan los sirios, los nubios y los libios. Éstos últimos,
los vecinos noroccidentales reciben en los textos jeroglíficos el nombre de tehenu.
Un libio o tehenu ha sido identificado en el famoso mango de marfil de un
cuchillo procedente de Djebel el-Arak, que se fecha hacia 3500. Es un personaje
desnudo, con una larga cabellera y primorosamente protegido con un cartucho
fálico.
No hay acuerdo en la atribución
étnica de este individuo. Algunos autores han propuesto la presencia de la
palabra tehenu en la afamada paleta del Rey Escorpión, así como en un cilindro
de marfil de Hieracópolis fechado en el reinado de Narmer (ca. 2600). Esos son
los datos atribuidos a los libios-tehenu en el predinástico. La primera
referencia segura corresponde a un bajorrelieve del templo funerario de Sahuré
(faraón de la I
dinastía ca. 2500). Según se aprecia allí, los tehenu serían altos, de rostro
afilado y labios anchos, barbados y tocados con un peinado característico
compuesto por un moño en la nuca, mechones sueltos hasta los hombros y un
pequeño copete sobre la frente.( Jaime Alvar, 2008)
[…]
Recientemente, W. Holscher, manejando textos y referencias históricas y
arqueológicas, igual que ya había señalado E. Zihlarz, ha diferenciado en las
fuentes egipcias los morenos Tehenu, thenios o thnw de las inscripciones de los blancos Temehu o tmh.
Los primeros que usaban el karnata, procederían, al
menos en parte, de las zonas cercanas al oeste del delta: Vivieron en Wadi
Natrum y ocuparon el Fayun; una rama de ellos, los Msw o Mazykes partiendo
de esta región, acabaron dominando Egipto dándole la Dinastía XXII. En el
Imperio Nuevo, con el nombre Tw del
país Ztj, aún se designa a los Tehenu
como habitantes del desierto occidental.
También se pueden reunir noticias desde el Antiguo
Imperio. Sobre todo en la
IV Dinastía , de los Temehu, tymios o tmh de las inscripciones. Para O. Bates, E. Zyhlarz, H. Holscher y
otros, serían los creadores de la cultura C de Nubia. Procederían del norte de
África y, tras apoderarse de los oasis de Salima y otros de las regiones del
desierto libico, acabaron ocupando la
Nubia en su avance hacia el Sur. Antes darían origen a la
llamada cultura de Wadi Hawar, en el Kordofan”. (Martín Almagro et. Al; 1968:
324-325)
[…]Del nombre de la tribu Mahu -haria se
derivó el de los habitantes del país, que aun hoy se conocen con la
denominación de Majoreros. Abreu Galindo escribe Mahoreros; de suerte que la
corrupción de esta palabra es evidente y su origen y derivación sin género de
duda.
A
la vez el prefijo de la voz Mahu-haria, Mahu, tiene su origen en el vocablo
Tamohu o T'mahu, con el cual los egipcios designaron algunos ramales pelásgicos
de ojos azules y cabellos rubios que invadieron el Delta, y que en general
significaba gentes del Norte porque dada la situación geográfica del Egipto y
la del Asia Menor, esos pueblos invasores llegaban del Septentrión.
De
la unión de ese apelativo con la raíz, se formó el de Mahu-haria y por
aspiración y debilitación de vocales, el de majoreros actual, que demuestra su
filiación con los arios, o pelasgos, llamados también pre-helénicos.
Por
consiguiente, debemos aceptar que la invasión de esta isla (Lanzarote) se
efectuó desde la de Fuerteventura atravesando el estrecho de la Bocaína que las separa
unos 11 kilómetros ,
alcanzando tierra por el sur de Lanzarote, en la punta de Matagorda o en la de
Pechiguera…
La
distancia entre ambas islas se acorta por existir entre ellas un islote o peñón
llamado isla de Lobos de tres kilómetros y medio de extensión, que toma su
nombre de los muchos lobos marinos que en otra época salían a la orilla a gozar
del sol, de cuyas pieles se confeccionaban cintas para curar ciertas
enfermedades; también este islote fué nido y refugio de piratas.
El
paso se facilitaba de una isla a otra mediante el peñón ya indicado, si bien no
negamos que también llegaron directamente de África tribus arias, pero la
afirmación de Abreu Galindo al decir: “Los naturales destas dos islas Lanzarote
y Fuerteventura se llaman Mahoreros...” (Libro 1º, capítulo IX página 29)
confirma nuestro aserto de que los Mahu-harias poblaron ambas islas.
Asimismo,
el nombre de Haría, raíz de la voz Mahu-Haria, demuestra la filiación que
pretendemos establecer con las gentes que invadieron a Fuerteventura. Todos
sabemos que Haría es el pueblo más septentrional de Lanzarote, que sería el
punto extremo de las correrías de aquellos hombres, o por lo menos el postrer
recinto fortificado de la isla.
También
hemos de hacer notar que el cabo o punto de Fariones, de Hario-nes, guarda
similitud con las voces ya analizadas por nosotros, sin que pueda esto
considerarse como meras casualidades, pues desde el punto de vista filológico
están comprobados su origen como un hecho probado, si bien no se ha prestado a
este estudio la importancia que merece.” (Buenaventura Bonnet y Reverón, 1925)
“Capraria, hoy Fuerteventura, se llamaba entre
los indígenas, Erbanne o Erbane.
Erban(n)e debe contener de algún modo el concepto de “cabra” o de “macho
cabrío” .
Entre
los senhaza de Serair, en Marruecos, los ait ammart y los ibeqqoyen al macho
cabrío le llaman a’arban, pl. i’arbanen, La palabra es auténticamente
bereber y no árabe, aunque contiene el sonido ‘ain. Del kabilia conozco yo, por
investigaciones propias, una serie de ejemplos en los que se da ain en palabras
bereberes, v.g. en a’arur “espalda”, a’bud “vientre”, ta’qqait “granito, diminut, de grano”, y otros más.
Erban(n)e
será pues, desarrollo ulterior de un ‘arban
sin artículo, o de una forma parecida, y la terminación e podrá ser considerada como equivalente a la –a de Tebicena. Erban
(n)-e significará isla “rica en cabras”. (Werner Vycichl, 1952)
Maxorata
En
el momento de la invasión de la isla por
los piratas normandos Jean de Bethencourt y Gadifer de la Salle , la isla Fuerteventura estaba dividida en dos bandos,
unos seguidores del rey Guize y otros de Ayoze. Los territorios de estos
cantones eran Maxorata (al norte) y
Jandía (al sur), separados por una muralla (de la que aún se conservan restos)
en el istmo de La Pared. El
nombre antiguo de la isla, Herbania, hace referencia a esta muralla.
Y
es en torno a esta especie de segregación cantonal que la investigación se ha
visto asaltada por una revelación inusitada. Según ha constatado la arqueóloga
Mª Antonia Perera Betancort en los trabajos etnográficos que realiza para su
tesis doctoral, los pobladores isleños
de Jandía no se consideran
habitantes de Fuerteventura. La factura geomorfológica de esta península, que
le confiere cierta independencia respecto del conjunto insular, tampoco habría
pasado inadvertida para los primeros residentes amazighes, pues ese topónimo H́ənnəd́
señala un ‘lugar cerrado, encerrado o resguardado.
Erbane. Fv. ant. desus. Neso.
Nombre dado a la Isla por su antigua población
amazighe. Con 1.660
kilómetros cuadrados de superficie, es la segunda que
posee mayor extensión de las que integran el archipiélago canario. Entre Gran Canaria,
al SO, y Lanzarote, al NE, se halla a 28º 26' de latitud Norte y 14º de
longitud Oeste. Expr. t.: Albanne, Albanye, Arbanne, Arbanýe, Erbania,
Erbanne, Erbanye, Erbenne, Erbennye. Var.: Arbano.
§ «[...] puis passerent en lisle
derbanne ditte fortauenture» [LC (ca. 1420: 4v) 2003: 16].
§ «Erbanne» [LC (ca. 1420: 17r;
18v; 34r) 2003: 67; 72; 135].
§
«Erbãne» [LC (ca. 1420: 20r; 32r) 2003: 79; 127].
§ «Lisle derbane qui ce dit forte auenture cõtiẽt vint τ quatre lieuez fransoises
de long τ.vij de large τ en tiel lieu ýa elle ne
contient q̄ vne lieue la est vn mur
grant τ large qui cõprent le
pais tout a trauers de lune mer a lautre [...]» [LC (ca. 1420: 35r) 2003: 139].
§ «Erbane» [LC (ca.
1420: 28v; 31v; 32v; 35r; 36r) 2003: 112; 124; 128; 139; 143].
§ «[...] en lisle Dalbanne nonmee forteaventure» [LC (d. 1494: 5r) 2003:
165].
§ «Cõment mon$r de bethencort se partit de lille
lancelot por aler en lille derbane ditte fortauenture [...]» [LC (d. 1494: 5r) 2003:
165].
§ «Erbane» [LC (d. 1494: 28r; 43r; 53r) 2003: 257; 316; 357].
§ «Albanye» [LC (d. 1494: 25v; 26r) 2003: 246; 249].
§ «Erbanye» [LC (d. 1494: 25v; 38r; 42v; 49r; 60r) 2003: 246; 297; 314;
341; 385].
§ «Arbanne» [LC (d. 1494: 40r) 2003: 305].
§ «Erbennye» [LC (d. 1494: 41v) 2003: 310].
§ «Erbanne» [LC (d. 1494: 46r; 48v; 49v; 51r; 53r; 54r; 55r) 2003: 328;
338; 342; 349; 357; 360; 365].
§ «Erbane» [LC (d. 1494: 53r) 2003: 357].
§ «Arbanýe» [LC (d. 1494: 59r) 2003: 381].
§ «Erbenne» [LC (d. 1494: 60r; 61v; 62r; 64v; 66r; 68r; 70r) 2003: 385;
390; 392; 402; 409; 417; 425].
§ «[...] y lasegunda
Fuerte ventura y primero Erbanía» [Gómez Escudero (ca. 1484) 1934: 45].
§ «Erbania» [Marín 1694,
I, 19: 37v].
Cf. § «Estaba dividida
esta ysla de Fuerteventura en dos Reynos, vno desde donde esta la Villa asta Jandia, y la
pared de ella; y el reí desta parte se llamô Ayoze; y el otro; desde la
villa asta Corralexo; y este se llamô guize» [Abreu (ca. 1590: I, 11) d. 1676:
15v].
ANÁLISIS
— *ăr-(n)-wwan > erbban, comp. m. sing.
N.
B. La consonante bilabial [b] puede
encubrir la asimilación de la preposición (n) determinativa (n + w >
ww > bb > b), por lo que no queda claro si se produce un estado de
anexión sintético o analítico.
=
lit. ‘lindero de piedra’, p. ext. 'frontera pétrea'.
*r
> l, por neutralización o alternancia voluntaria.
*a-wan (w) > wwan > bban > ban, n. vb. concr. m. sing. de [W·N] ‘hecho de ser o
estar pesado’, ‘piedra’, p. ext. ‘bloque de piedra’, 'muro, pared'.
*ww
> bb > b, por correspondencia regular y eventual abreviación de geminada.
Comentario
No
hay suficientes elementos de juicio todavía para garantizar que ésta fuera la
denominación de toda la isla.
Vocabulario
comparativo
Γ
Γ·R·B
(Taš) aɣwrab, pl. iɣwrban || s.
m. Muro. Cf. (semítico) *'abn, m. ‘piedra’.
M
M·R ⇑
(Mc,
Taš) tamra (tm), pl. timra, tamriwin || s. f. Borde, orilla. 2.
Pendiente, vertiente escarpada. 3. Vuelto (de un vestido).
(AḤ) imri (yi), pl. imran; (Taš) imiri,
sing. || s. m. Grandes piedras clavadas en mitad de la tierra, que sirven para
amojonar una propiedad.
N
N ⇑
n,
ən, nn || prep. (Introduce un
complemento determinativo, cuyo substantivo se expresa con el estado de
anexión, y sirve para señalar el origen, la pertenencia o la naturaleza de algo
o alguien). De. Ej. aman n terwa ‘el agua del río’.
n,
ən || prep. que introduce un
complemento del nombre si está en sing. De. Ej. išt n tmeṭṭuṭṭ ‘una mujer’,
lit. ‘una de mujer’.
(Kb) n || prep. que introduce un complemento demostrativo en
construcciones de valor expresivo. De. Ej. aya-d n uγrum ur yuda
‘este pan es insuficiente’, lit. ‘esto de pan no basta’.
R
(Zen)
ōr, al || s. m. Lugar. (Kb, Mc) ir (yi), pl. iran (yi) ||
s. m. Borde. 2. Orilla. 3. Lindero.
W
(Kb) awen > yebbwen || vb.
n. Ser o estar pesado. 2. Ser o estar lento (de inteligencia).
(Kb) tawent
(tw), tawunt; (Y) təwint, pl. tiwina || s. f. Yunque. 2. Gran
piedra que sirve para aplastar las aceitunas (Kb).
(Taš) taggunt, pl. tigguna, f.; aggun
< awwūn, pl. igguna, m. || s. Piedra para pulir objetos de
alfarería.
(H, WE, Y, D) təhunt, pl. tihun; (Y) təwint,
pl. tiwina || s. f. Gran piedra.
(Mb) twunt, pl. (raro) tiwuna || s. f.
Especie de mortero de piedra muy ancho; larga piedra cóncava en el centro que
sirve de mortero.
(Ghat) tuwənt, tawənt, pl. čiwin || s.
f. Molino. (Dr. Ignacio Reyes, 2006)
Titeroygatra y
Erbania o Erbani (Fuerteventura). Albania según recoge Le Canarien pag. 78, participan igualmente de paralelos imazighen
ambientados en lo que pudiera ser el mundo guanche protomazigio.
Los grabados
rupestres y los podomorfos de Erbania y Titoreygatra, y los alfabetiformes
líbicos nos conectan aún más con el mundo mazigio,
La
mayoría de los investigadores modernos “oficiales” vienen situando los primeros
asentamientos humanos en las islas en torno a los siglos V y I
a.e.a.
Como vengo sosteniendo desde hace tiempo, la
realidad es que la antigua sociedad canaria debido al hecho de que en determinado
periodo histórico Europa se vio sumida en una época de total oscurantismo como
consecuencia del auge tomado por el cristianismo, el cual vaticinaba el fin
inmediato del mundo, razón por la cual se abandonaron los avances técnicos en
la navegación, geográficos, comerciales etc., que había alcanzado el mundo
greco-romano.
Como
consecuencia de esta situación nuestro continente africano sufrió una serie de
convulsiones políticas y económicas como consecuencia del derrumbe del imperio
romano sucesor del cartaginés, que como es natural afectó a sus colonias
africanas y, las islas se vieron aisladas y prácticamente ignoradas durante el oscuro periodo de la alta edad
media europea, por tanto, al verse privadas del aporte de manufacturas desde el
exterior, nuestros ancestro tuvieron que adaptar su cultura material a los
elementos que podían obtener del entorno natural -en las islas no existen
metales factibles de ser transformados artesanalmente- la madera, la piedra,
los huesos. Las pieles y algunas fibras vegetales.
En
cambio, los aspectos morales, culturales, sociales y espirituales alcanzaron un
desarrollo muy superior al de los europeos de la época, tanto es así que muchos
de sus aspectos continúan vigentes. (Guayre Adarguma)
Titeroygatra. Este último vocablo está
recogido en "Le Canarien", en 1405, y proviene del substantivo
femenino tirregt="brasa encendida o apagada", entre los
Ait-Segrouchen del Atlas Medio, que al combinarse con el demostrativo femenino
plural "Ti"="estas"nos da la forma Titirregt="estas
(tierras)de la brasa", en clara referencia a la actividad volcánica de la
isla anterior a la conquista, localizada en el norte: volcán de la Corona , Haría (Atlas
Interins.,1990:41). La evolución sería:
Titirreguet <> Titerregueter<>
Titerrogatar <> Titerogatara <> Titeroygatra, por una compleja
corrupción del término que pensamos pudiera arrancar de la transcripción que
hicieron del mismo los franceses de Jean de Bethencourt, llegados a la isla a
principios del s.XV: añadido del fonema"er","afrancesando"
la voz isleña, cambios vocálicos de la "e" en "o" y
"a", añadido castellanizante posterior de una "a" final y
pérdida definitiva de la "a" intermedia. (Francisco Pablo De Luka,
en: www.elguanche.net/tamazgha/faina.htm)
Torcusa
[…]
Si hemos de hacer caso a Le canarien,
que es el primer texto que se detiene por extenso en ella (Lanzarote),
los aborígenes la llamaban en su lengua
Tyterogaka (texto G, 142) o Tytheroygatra (texto B, 348). Las
explicaciones que se han querido dar a esas
dos formas por parte de quienes se han ocupado de traducir la lengua
guanche son tan dispares como
disparatadas, a base de descomponer la palabra en cuantos elementos o formantes convenía para
sus caprichosas hipótesis. Como Gómez
Escudero dice que a Lanzarote la llamaban Tite, Marín y Cubas asentó que
tite era el nombre de una tribu
africana entre Mazagán y Mármora, en el cabo de Cantín (1993: 251), lo que explicaría el origen de
los de Lanzarote; Viera y Clavijo descompuso el nombre en tres segmentos: Tite-roy-gatra (1982: I, 67),
sin ofrecer nunca su significado; Marcy le propuso un origen del tuareg
tatergaget con el significado de 'la que está quemada' o 'la ardiente',
lo que visto desde hoy parece muy
convincente, pero no en la época en que fue habitada por los «majos», en que
faltaban 18 siglos para que surgieran
las montañas «del fuego»; Vycichl cree que la voz Lanzarote es una españolización de la voz aborigen (procedente
del bereber) anzar, que significa 'lluvia', nombre que sería no sólo inmotivado sino totalmente contrario
a la condición de la isla; Wölfel lo pone en relación con la expresión bereber atte regga, que significa 'hombre, buen
corredor', en nada aplicable a Lanzarote; y Álvarez Delgado propone descomponer el vocablo
en ti-terog-akaet, que significaría
'montaña colorada', en referencia
expresa al topónimo actual de Las Coloradas, lugar en que desembarcaron los
normandos y que llamaron Rubicón.
Otro
nombre guanche se ha asignado a Lanzarote, el de Toicusa o Torcusa, que según
parece era el que le daban los «majos»
de Fuerteventura. Es decir, que la isla de Lanzarote tenía dos nombres,
bien fuera llamada por sus propios
habitantes (Titeroygatra, según Le
Canarien) o por los pobladores de
Fuerteventura (Toicusa o Torcusa). Millares Torres (1977: I, 177) atribuye este nombre de Toicusa a una obra inédita de Marín y Cubas,
y nos informa que eran los naturales los
que llamaban así a la isla. Wölfel (1996: 716) cree que se trata de una mala
lectura de Teguise. (Geoagrafía y toponimia de Lanzarote y de los islotes de su
demarcación)
Tyterogaka. Lz. ant. desus. Neso. Nombre
dado a la Isla
por su antigua población amazighe. Con 846 kilómetros
cuadrados de superficie, es la más nororiental de las que integran el
archipiélago canario. Se localiza a 29º 3' de latitud Norte y 13º 37' de
longitud Oeste. Expr. t.: Tite, Tyte, Tytheroygaka.
§ «[...] et quant a lisle
lancelot qui sappelle en leur langage týterogaka τ
est pres du grant et de la faisson de lisle de rodez il ýa grant foison de
vilagez τ de bellez maisons et souloit
estre moult peuplee de gens mais les espaigneulx et les arragonnoýz τ aultrez coursaire demer les ont par maĩtez foiz pris et
mẽnez en suages tant quilz sont demourez pou de gens [...]» [LC (ca. 1420: 36) 2003: 143].
§ «Tytheroygaka» [LC (d. 1494: 51) 2003: 349].
§ «[...] que son Lançarote assi llamada por Lencelot
Maí Lícel que antecedentemente hauia alli fabrícado un
castillo, y porlos naturales llamada Tite» [Gómez Escudero (ca. 1484) 1934:
45r].
§ «Tyte» [Marín 1694, I, 6: 13v].
§ «Tite» [Marín 1694, I, 19: 37v].
ANÁLISIS
— *ti-tərūɣăy-akk > titerôqqak, comp. f. sing.
=
lit. ‘una toda amarilla'.
*tə-rūɣ-ăy > terôɣe > terôqq > terôq, adj. vb. f. sing. de [R·W·Γ] ‘(color) amarillo, dorado, ocre’.
*ū
> ô, por asimilación a la consonante uvular ɣ /ʁ/.
*ɣ /ʁ/ > qq > q, por
correspondencia regular (y eventual abreviación de geminada en final absoluto).
Comentario
La lengua amazighe moviliza dos raíces para expresar
el color amarillo: [W·R·Γ], en los dialectos septentrionales, y [R·W·Γ], con
metátesis de las dos primeras consonantes, en el Sahara meridional. La forma
isleña coincide exactamente con esta última, por cuanto adelanta la vibrante a
la posición del primer radical, lo cual abona la hipótesis de un poblamiento
lingüístico de esta isla, sobre todo en su vertiente más próxima a
Fuerteventura, por grupos adscritos al ámbito conocido hoy como tuareg.
Vocabulario comparativo
(H,
Teg) (h)ak, akk; (D) hak; (Kb) akw, akwkw, yakw;
(Taš) akkw || invar. Totalidad, todo, enteramente. 2.
Cada.
R
(H,
WE, Y) irwaɣ || vb. cual. Ser o estar amarillo.
(H) tərûɣe, pl. tərûɣawîn; (Y) tărwăq,
pl. tărwăɣen; (WE) təruɣe, pl. širuɣawen || adj.
vb. f. De color amarillo.
(H) ûraɣ, pl. ûraɣän, m.; tûraq,
pl. tûraɣîn, f. || adj. vb. Etno.
Nombre propio de tribu.
(Kb) wriɣ, iwriɣ; (Teg) əwrəɣ; (Mb) əwṛəɣ || vb. n. Ser o estar amarillo, volver amarillo. 2.
Ser o estar pálido, palidecer, ser o estar lívido. 3. Palidecer
intensamente. 4. Dorarse.
(Kb) tawerɣi (tw); (Mb) taweṛɣi (tə); (Teg) təwrəɣ || adj. vb. f. sing. Color amarillo. 2.
Palidez, lividez.
(Kb,
R, Taš, Teg) awraɣ (u), pl. iwraɣən, m.; tawraɣt, (Teg) tawraxt
(tə), pl. tiwraɣin (tə), f.;
(Mb) awṛaɣ (u), pl. iwṛaɣən, m.; tawṛaxt (tə),
pl. tiwṛaɣin (tə), f. || adj. vb.
Amarillo.
(Sw) auraɣ, pl. uraɣən || m. Color
verde.
Cf.
(hb) yaroq, ‘verde, amarillo’.
T
(H, Y) tyə, pl. tyə [ti] ||
pron. ap. sgvo. indef. f. Una. (Dr. Ignacio Reyes)
Como podemos observar los especialistas no
siempre están de acuerdo en la interpretación de los gentilicios y toponimia
antigua de nuestra islas, por ello, desde estas páginas abogamos para que los
filólogos y estudiosos de nuestra lengua ancestral aúnen esfuerzos y criterios
para crear la Academia
de la Lengua
Canaria-que no es lo mismo que la Academia Canaria
de la Lengua.
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