viernes, 3 de octubre de 2014

DOSSIER DE PRENSA EN TORNO AL PRETENDIDO PUERTO DE GRANADILLA EN TENERIFE TOMADO DE MGAR.NET-IV


2004 mayo 13.
Construir un puerto no es una decisión fácil, ni barata y mucho menos se hace a la ligera o por motivos especulativos. Elegir su emplazamiento, tampoco es algo que se saca un equipo técnico de la manga o se decide con el dedo caprichoso de un político o de todo un partido político. Tenerife necesita, no ya un buen puerto, sino un complejo portuario y logístico digno, que ofrezca oportunidades y que garantice el nivel de vida de todos los tinerfeños, después de muchos años de trabajo. Este complejo portuario debe ser el puerto de Granadilla. Actualmente el puerto de Santa Cruz está a punto de llegar a su tope. Al ritmo de entradas de mercancías y materias primas actual, con un 7% de incremento de toneladas año, no habrá posibilidad de aumentar en dos años. La realidad es así de cruda. ¿Tiene eso remedio? Pues sí, siempre se puede empeorar el nivel de vida de los tinerfeños (cosa que ya está empezando a ocurrir, con una disminución importante de la actividad económica) y conseguir así que demandemos menos mercancías y materias primas. Siempre se podrá ir a peor, pero no es una opción. Se puede tecnificar más el puerto de Santa Cruz, si se puede, pero hay que saber qué tipo de operaciones portuarias y sobre qué tráficos marítimos, y para ello hasta la tecnología tiene un límite. Simplemente en tiempos, Santa Cruz aventaja al puerto de la Luz y de Las Palmas en un grado impensable para lo que dan las grúas y los actuales sistemas de descarga. Se está optimizando a tope la capacidad del puerto y eso es un mérito de sus trabajadores, pero al ritmo actual de crecimiento de la economía de esta provincia y de su sociedad, hay que añadir algo más. Y la única alternativa es Granadilla. La opción del Sur no es nueva. Ya en 1971 se presentó en el Cabildo de Tenerife un proyecto de este puerto como una necesidad imperiosa para la isla. ¿Y por qué Granadilla? ¿Por qué no se amplía Santa Cruz? En primer lugar, porque un dique exterior en Santa Cruz supondría abrigar a 300 metros de profundidad, algo que no se hace ni en Japón, sólo por los costes que tendría. Para ilustrar la cosa, diremos que el dique exterior en Las Palmas sólo supuso rellenar hasta 35 metros de profundidad y creyeron que se arruinaría la Autoridad Portuaria de Las Palmas de Gran Canaria. En Granadilla el fondo está a 30 metros. La cuestión es que este coste de construcción del puerto se debe imputar a las tarifas portuarias, entre ellas las de los alimentos y las materias primas que entran en la Isla, en definitiva, la de toda la mercancía que demandamos y consumimos. Simplemente no sería viable otra salida como puerto. Hay que tener en cuenta también que para constuir un puerto como el de Granadilla, que hasta en Europa reconocen su interés, se parte de recursos propios, que los tinerfeños pagamos a la Autoridad Portuaria, bien es verdad que aparecen cantidades consignadas en los Presupuestos Generales del Estado, pero una parte importante es recursos propios, no nos engañemos. Madrid da que los mismos puertos tinerfeños generan y además les quita una parte como pago a puertos del Estado. No nos queremos quedar ahí. El puerto de Granadilla se hará, bien con fondos europeos del FEDER o de Cohesión, que es de donde se sacan recursos para inversiones imprescindibles para el desarrollo de una región, o con otros recursos. Algo que es más claro que el agu en Europa, sólo se discute en Tenerife, qué curioso que en similares circunstancias, en Las Palmas no existan voces discordantes con los proyectos que van a suponer desarrollo para su isla y por tanto para su provincia.
La decisión de un puerto de Granadilla 1.200 metros de atraque y de todo el proyecto logístico anexo nos parece adecuada e imprescindible y que no nos mientan, eso no es un macropuerto. Que esa decisión conlleva un impacto ambiental, claro, toda acción del hombre sobre su entorno lo altera y lo modifica. Pero hay que saber, que en Granadilla el impacto será el menor posible en esta isla y mucho menos de lo que supondría ampliar Santa Cruz, que sí afecta a un ecosistema marino mucho más delicado como es el de Anaga. El que apueste por ir a peor, que lo haga y lo explique y, sobre todo que piense en las generaciones futuras y les diga qué herencia de desarrollo y bienestar les dejamos. El que quiera meter miedo con La Playa del Médano, que diga en qué se apoya, porque se están oyendo comentarios que entendemos no se ajustan a la realidad, como que se va a acabar la arena, que se acaba con no sé qué caladero, que a ver dónde estaba. La teoría de la conspiración siempre ha tenido oyentes y seguidores. Todo encaja si se piensa mal, por ejemplo, que se ha engañado a la Comisión Europea pidiendo un puerto que no hace falta, que hay una maraña de pelotazos en Granadilla, que se acabará con el puerto de Santa Cruz. Qué mentira más gorda, y a lo que desde ASINCA nos oponemos radicalmente. Sólo hace falta pensar un poco para llegar a la conclusión de que se miente cuando se dice eso. Además, si se piensa seguir con la dársena de contenedores y las de pasajeros y todos los servicios, ¿de qué estamos hablando? Pues sencillamente de poder llevar a cabo operaciones en que en un futuro muy inmediato no se van a poder llevar a cabo en el Puerto de Santa Cruz, como el tráfico de graneles, la terminal del Gas, la consolidación y desconsolidación de contenedores en tráficos marítimos que no son operativos en el actual puerto de Santa Cruz, por causas técnicas. Ya hoy en día las líneas marítimas con el continente Americano, que hasta hace poco realizaban una estadía en Santa Cruz de Tenerife, hoy día sólo llevan a cabo una parada en el Puerto de La Luz y de Las Palmas, con lo que el contenedor debe realizar un transbordo desde el mismo. Pero no pasa nada, este incrento de precio en el importe de la mercancía lo pagamos todos nosotros. Desde ASINCA decimos que no nos creemos nada de todo lo que en relación a la oposición al proyecto del puerto de Granadilla se está diciendo y escribiendo, que existen datos reales económicos, sociales y técnicos veraces para afirmar que Tenerife necesita un puerto como el de Granadilla y que eso nunca será el fin del de Santa Criz sino el mejor complemento y, además, nos permitimos humldemente pedir más responsabilidad cuando se hable de estos asuntos, porque como el puerto, con nuestra puerta de entrada de personas, mercancías y materias, no se juega. Con nuestro pan y el de nuestros hijos no se juega. Y ahora más que nunca, como diría J.A. Padrón Albornoz, el puerto es lo primero.  Benicio Alonso. Presidente regional de ASINCA
Leído y releído su contestación a mis apuntes sobre el futuro de Tenerife vinculado al puerto de Granadilla, no me queda más remedio que contestar a sus afirmaciones, diciéndome que soy un mentiroso y que no acierta a comprneder cómo soy presidente de Asinca, la Asociación Industrial de Canarias, institución empresarial señera de Canarias y de la que me siento orgulloso de representar. Y contesto sólo una vez. Y como siempre ha sido pragmático y riguroso en mis plateamientos , contesto con caballerosidad a una persona, prejubilada bancaria, que incluso vive, en parte, de mis impuestos que religiosamente ingreso en Hacienda. El movimiento en contra del puerto de Granadilla pero no lo comparto con usted y con ATAN y otras organizaciones tinerfeñas que no hacen sino montar plataformas antitodo. Todos los datos que di en mi artículo se obtuvieron en Asinca desde la Autoridad Portuaria. De ahí que me remita de que en Europa está bien visto el proyecto, que ocupará sólo un kilómetro y medio de costa y el coste de la primera fase es de 264 milones de euros, con una financiación europea de 74 millones a través de fondos Feder y de cohesión. La Autoridad Portuaria y la inversión privada financiarán el resto (prensa local de 5-10-2003). En cuanto al régimen de vientos, los técnicos han dictaminado que, conocido el régimen de vientos de la zona, se verifica la operatividad de las grúas y su niveles de servicio, concluyendo que en el año medio no se producen situaciones de fuera de servicio y el nivel del mismo es muy elevado, por encima de otras instalaciones de las mismas características que cuentan con regímenes de viento mucho más desfavorables, como es el caso del puerto de Algeciras, primer puerto Hub del Estado. El puerto de Santa Cruz de enerife, que será el base y como complemento el de Granadilla, no está admitiendo buques de nueva generación de más de 250 metros de eslora y eso está ocasionando un sobrecosto en muchos casos, de los fletes a Tenerife , pues los buques descargan los contenedores en Las Palmas y en buques más pequeño traídos a Tenerife. Para mayor abundamiento le recomiendo que lea una artículo de Pedro Anatael Meneses que apareció en la prensa local días pasados. Y eso que el señor Meneses no comparte mis criterios. Le invito que, dado el tiempo de ociosidad y descanso que disfruta, se  vaya a la Autoridad Portuaria y recabe los datos oficiales de la batimetría del puerto de Santa Cruz, de Las Palmas y de Granadilla, y si es capaz de ello comprobará que en mis datos no hay ningún error. Queda claro que con sus errores y medias verdades quiere influir en el sano pueblo de Tenerife. Y, por último, decirle que, por supuesto, muchos me conocen por el rigor de mis manifestaciones respecto al tendido de Vilaflor , la línea de 220 kilovatios imprescindible para el futuro inmediato de Tenerife. Y a favor de mantener una sostenibilidad ecológica, económica y social en nuestra isla, pensando en el futuro, hoy incierto, que vamos a dejar a nuestros herederos. Y como dije otras veces, el puerto es lo primero y por encima el futuro de Tenerife. Con actuaciones como la suya vamos a la quiebra. (Benicio Alonso)



2004 mayo 14.
Puerto de Granadilla: objetivo irrenunciable. Por Juan Antonio Núñez Rodríguez
Hace unos días se me acercaron dos personas para solicitarme la firma, para una iniciativa popular contra el puerto de Granadilla. Me explicaron que se quiere construir un macropuerto que acabaría contaminando todo el litoral sur de la Isla. También me explicaron que con la construcción del puerto desaparecería la arena de El Médano, Los Cristianos, Las Américas, se destruiría el paisaje y se reduciría la pesca por la desaparición de los sebadales. Como consecuencia, disminuiría el turismo, con sus tremendas consecuencias sobre el empleo. Y todo eso, para nada, el puerto es innecesario, solo beneficiará a las constructoras y a los propietarios de los terrenos aledaños, que son "los de siempre". Tal y como estaba planteada la petición y con la información que daban -cargada de una tremenda demagogia hábilmente utilizada-, era fácil caer en la tentación de firmar, pero no lo hice porque no me creí sus argumentos (entre otras razones porque ya tenía información sobre el puerto de Granadilla y no iba precisamente en el sentido en el que me estaban "informando"). Sin embargo, no creo que a mis interlocutores les haya importado mucho no contar con mi firma, pues al parecer hay otras treinta mil personas "informadas" también por estos grupos recogedores de firmas, a quienes si han convencido con sus argumentos y sí han estampado su rúbrica. La creciente tendencia de las plataformas ciudadanas a recoger firmas, parece que da muy buenos resultados. No es fácil al ciudadano de a pie negarse a expresarse contra algo que unas personas, con apariencia de muy bien informadas y mejor intencionadas, te pintan como tremendamente destructivo, sin utilidad compensatoria del presunto daño que van a producir y además innecesario. Y yo me pregunto ¿qué validez puede tener la petición de un ciudadano a quien se desinforma de esta manera, se le tocan fibras sensibles y acaba estampando su firma, aunque más tarde después de reflexionar o de obtener informacin complementaria sobre el particular, normalmente más cierta y precisa, cambie de opinión? Si todo esa especie de apocalipsis que nos presentan con respecto al puerto de Granadilla fuera cierto, habría que pensar que nuestros políticos, nuestros gobernantes, los responsables de los puertos, todos, se han vuelto locos queriendo su construcción. Pero este escenario de locura generalizada, todavía es más difícil de aceptar. La ubicación de un puerto industrial en Granadilla no es algo de hoy ni de ayer. En 1969, es decir, hace 35 años, la empresa consultora griega Doxiadis Ibérica en un estudio realizado para el Cabildo de Tenerife estableció el litoral de Granadilla, en la zona de la punta del Camello, como única ubicación posible de un puerto de   carácter industrial capaz de superar las crecientes y ya entonces previsibles limitaciones del de Santa Cruz. Las características de corrientes, vientos, batimetría y superficie adosada en tierra, no solo convertían este lugar como el único capaz de albergar la ampliación del puerto de Santa Cruz sino, además, lo sería en muy buenas condiciones. Por ello, el Cabildo promovió la creación del polígono industrial de Granadilla en los terrenos aledaños, preservando su uso precisamente para estos fines y garantizando así la viabilidad del Puerto. También por aquella misma época, 1970, la Cámara de Comercio publicó un pequeño librito titulado El Container, del que eran autores Juan Antonio Padrón Albornoz y Antonio Carballo Cotanda, en el que con mucho acierto y visión se recogía y adelantaba la profunda revolución que se iba a producir en el  transporte marítimo mundial, con la imparable introducción del contenedor. Pero el  contenedor no solo iba a cambiar totalmente la concepción de los barcos y de los sistemas de gestión del transporte, sino que iba a introducir también una reconsideración total del concepto de puerto y, en este aspecto, el de Santa Cruz salía muy mal parado. Los puertos que recibieran a los buques portacontenedores, iban a necesitar, adosadas a sus líneas de atraque, grandes superficies donde manipular y depositar los contenedores.  Precisamente de esto último adolece el puerto de Santa Cruz. Dado el perfil de la Isla, nuestro puerto ha crecido a lo largo de casi siete kilómetros de costa, sin separarse de ella y huyendo de las grandes profundidades que se producen a muy pocos metros mar adentro. Esas profundidades han hecho que los grandes diques Sur y Este sirvan prácticamente tan solo de abrigo, pues su estrechez y la imposibilidad de ampliarlos, hace que sea inviable su utilización para el movimiento de contenedores. Mientras, los muelles de ribera cuentan con raquíticas explanadas que, eso sí, han ocupado toda la costa capitalina desde San Andrés hasta La Hondura, dentro de dársenas también raquíticas con calados insuficientes y posibilidades de maniobra de buques muy limitadas.
Mientras tanto, el  puerto de La Luz y de Las Palmas, nuestro más directo competidor, con una configuración muy diferente a la de Tenerife ha podido crecer casi sin limitación, y sigue haciéndolo, para hacer frente a un negocio al que las Islas, bajo ningún concepto, pueden dar la espalda. El Puerto, para Tenerife, ha sido y tiene que seguir siendo siempre lo primero y, para ello, es preciso seguir evolucionando adaptándose en cada momento a las necesidades y demandas de los sistemas de transporte. Es verdad que hay prevista una actuación en la dársena Este del puerto santacrucero que va a permitir el aumento de la línea de atraque y de las explanadas. Pero eso no será más que un apaño que no va a garantizar, ni mucho menos, el futuro del tráfico portuario de nuestra Isla, especialmente en lo que se refiere al creciente negocio de la distribución internacional. Tenerife necesita contar con un puerto capaz de garantizar la evolución actual y futura del tráfico marítimo, a la vez que captar nuevos tráficos y, para ello, debe repetir la experiencia que ya tiene en materia aeroportuaria. Cuando Los Rodeos se mostró incapaz para hacer frente con garantías y suficiencia al reto del transporte aéreo se construyó el Reina Sofía y hoy la Isla cuenta con dos magníficos aeropuertos sin que, el del Sur haya menoscabado el desarrollo de Los Rodeos, sino que, por el contrario, se complementan el uno al otro. Y lo mismo debe pasar con los puertos de Granadilla y de Santa Cruz.
Grúas de pórticoTenerife y el aumento del tráfico de contenedores en la metropoli:

En los últimos tiempos, España se ha convertido en una auténtica plataforma de distribución internacional en el transporte marítimo.
Según datos referidos al primer semestre de 2003, el crecimiento del tráfico de contenedores en tránsito por los puertos españoles en relación a igual período de 2002 fue del 23,6 % . Entre enero y julio de 2003, pasaron en tránsito 1,89 millones de teus (Unidad homogénea equivalente a un contenedor de veinte pies), lo que significa el 43,43% del tráfico total de contenedores del sistema portuario español. Pero este es un porcentaje en alza, pues en el mismo período del año anterior se habían movido 1,53 millones de teus que representaban el 38,57% del total. Es decir que en un año, el peso relativo del tráfico de contenedores en tránsito ha subido cinco puntos suponiendo ya casi la mitad del total. Dentro de los puertos españoles, Algeciras ocupa de forma destacada el primer puesto en el tráfico de distribución internacional, de tal modo que, refiriéndonos siempre al primer semestre de 2003, en ese puerto se movieron en tránsito casi un millón de teus, lo que representa el 93,82% de su tráfico total y con un crecimiento con respecto al año anterior del 18,62%. Tras Algeciras, Valencia movió 290.425 teus en tránsito, con un crecimiento del 26,21%. En tercer lugar, se halla Las Palmas con 236.735 teus en tránsito, prácticamente la mitad del total de contenedores movidos y con un crecimiento espectacular de nada menos que el 77,92% con respecto al período anterior. Santa Cruz de Tenerife, ocupa el quinto lugar entre los puertos españoles, detrás, y a enorme distancia de Barcelona. Nuestro puerto movió tan solo un total de 6.666 contenedores en tránsito lo que significa nada más que el 3,28% del total de los 202.905 contenedores movidos por el puerto de la isla en ese período. O lo que es lo mismo, el 0,0036% del total español. En otras palabras, el puerto de Santa Cruz mueve tan sólo los contenedores cuyo origen o destino es la Isla, lo que significa que el importante negocio de la distribución internacional no existe en Tenerife. Pienso que las cifras cantan. Tenerife está perdiendo el tren de este sustancial negocio, generador de una importante actividad y necesario para diversificar nuestra estructura productiva. Y está perdiendo el tren, porque no tiene una estación adecuada. Tenerife, desde el siglo XV al XX ha estado situado en una zona estratégica en el transporte marítimo entre Europa, América y Áfruca y a su calor se ha desarrollado su puerto y con él la Isla. En este siglo XXI sigue estando en la misma posición estratégica, pero no está suficientemente dotada de las infraestructuras precisas para este reto del futuro, un futuro que ya es presente. Tenerife no puede renunciar al puesto que le corresponde y que puede alcanzar operando esta importante fuente de riqueza y para ello necesita un puerto con unas superficies en tierra suficientes y en el que puedan operar incluso los grandes porta contenedores actuales capaces de transportar hasta 7.000 teus y que precisan calados de hasta 16 metros y eso, sólo se puede conseguir en el puerto de Granadilla.
Ante todo esto y sin haber entrado en la otra función fundamental de este puerto, como es la construcción de una estación de regasificación que permita sustituir el uso del fuel por gas en las centrales eléctricas, es difícil no llegar a la conclusión de que este puerto es una necesidad vital para la Isla y que renunciar a él es una injustificable frivolidad. Y ello, sin duda, no excluye sino que por el contrario lo exige, que deba construirse con todas las garantías en cuanto a su impacto medioambiental, de tal modo que se minimicen o anulen las posibles consecuencias negativas que su construcción pudiese generar. Por todo ello, porque bajo ningún concepto quería contribuir a esta suicida renuncia de la Isla, yo no incluí mi nombre en aquel pliego que me presentaron contra el puerto de Granadilla.
(Juan Antonio Núñez Rodríguez. Zona Especial Canaria)
Hay que tener en cuenta que la economía canaria requiere una mayor diversificación para no depender, de forma casi exclusiva, de la actividad turística, de modo que la realización de esta infraestructura portuaria en Granadilla constituirá un acicate en esta dirección. El futuro puerto de Granadilla aportará progreso, además de nuevas posibilidades complementarias a las del puerto de Santa Cruz, como uno de sus aspectos fundamentales y necesarios para el desarrollo económico de Tenerife, configurándose como un puerto competitivo, capaz de operar al mismo o mejor nivel que el resto de puertos geográficamente cercanos. En el futuro recinto del sur tinerfeño se podrán establecer nuevas actividades económicas que aportarán un valor añadido indispensable en nuestra región y que situarán a Tenerife, en particular, y a Canarias, en general, en una posición competitiva en el mercado internacional. La globalización económica es un hecho; todos somos conscientes de que nos desenvolvemos en un entorno cada vez más cambiante y competitivo. Todo ello obliga a las distintas economías a adaptarse para poder seguir operando en los mercados internacionales. La puesta en marcha del proyecto portuario de Granadilla debe ser consecuente con el desarrollo sostenible de nuestra Isla, entendido como "aquel conjunto de actuaciones que permitan el desarrollo de un determinado territorio y de los que viven en él, considerando, local y globalmente, tanto los aspectos económicos como los ambientales y sociales, teniendo en cuenta no sólo a la población actual sino también a las generaciones futuras", concepto que cuenta con la convicción y apoyo de los empresarios. Desde el sector empresarial defendemos, por tanto, la puesta en marcha de este importante proyecto, que contribuirá a que Tenerife cuente con un sistema portuario de primer orden internacional que repercuta, sin ninguna duda, en la generación de riqueza y empleo en nuestra región. Las consecuencias derivadas de la no-ejecución de este proyecto supondrían un importante retroceso en el desarrollo económico y social de nuestra Isla, al tiempo que perderíamos una oportunidad trascendental para situarnos a la altura de las circunstancias que exige nuestro entorno.
2004 mayo 24.
El sistema portuario insular. Por Guillermo Bencomo:
Acudo con estas opiniones a una invitación a participar que realiza Cándido Quintana, el pasado domingo día 14, en su artículo sobre el puerto de Granadilla publicado en el periódico La Opinión. En primer lugar debo afirmar que no se trata de decir puerto de Granadilla sí, puerto de Granadilla no. Me parece que para alcanzarse algunas conclusiones válidas con respecto a esta disyuntiva, deben reconocerse previamente algunas realidades referidas a ambos puertos: el de Santa Cruz y el de Granadilla. En los últimos ocho años en el puerto de Santa Cruz no se ha hecho obra alguna tendente a incrementar la capacidad de tráfico de contenedores del puertTremenda desidia que desvirtúa las urgencias que hoy preconizan la alternativa de Granadilla para el tráfico de contenedores. La ampliación de la línea de atraque y terrenos de la zona de Nuvasa y aledaños en el puerto de la capital, incrementaría, a un costo ciertamente reducido, en comparación con otras alternativas, la capacidad de tráfico de contenedores. Se duplicaría, prácicamente, la capacidad actual. Las obras tardarían, hasta ser operativas, un máximo de dos a tres año. Hacer operativo el puerto de Granadilla para el tráfico de contenedores tardaría, al menos ocho a diez años.
Un puerto destinado al tráfico local y el de contenedores para la rexportación como se pretende con el de Granadilla, estaría destinado al fracaso si no se encontrara, previamente a la realización de las obras, un operador que realizara y afrontara los costos de infrestructura y superestructura, recibiendo a cambio una concesión por un período dilatado de al menos 20 a 25 años. Este procedimiento vincularía el tráfico del operador al puerto. La experiencia de un puerto del sur de Italia, para competir con el de Algeciras, fracasa rotundamente, por no tener padrino internacional, a pesar de su competencia cuasi desleal en precios de mano de obra. De hacerse el puerto de Granadilla, para dedicarlo al tráfico principal de contenedores, sería imprescindible el encontrar un operador que se interesara en financiar las obras y la supraestructura, (trastainers, portainers, etcétera) a cambio de una concesión por tiempo adecuado. Caso contrario el puerto de Granadilla debería ser realizado como puerto para los tráficos específicos de la zona adaptando sus dimensiones a tales usos. En cualquier caso deberían comenzarse, cuanto antes, las obras de ampliación de los espacios dedicados a contenedores en el puerto de Santa Cruz. Preconizamos, pues, que Granadilla se dedique a los tráficos locales de la zona valorando muy o. profundamente la incidencia que dicho puerto tendría sobre los aspectos turísticos y medioambientales. Preconizamos, asimismo que Santa Cruz mantenga su tráfico de Contenedores ampliando con las obras precisas sus instalacioes.  (Guillermo Bencomo. Ex presidente de la Autoridad Portuaria)
Sí rotundo al puerto de Granadilla. Por Pedro Suárez Martín:

Si hablamos de Tenerife y de Canarias en los últimos cuarenta años algunos no podrán evitar la melancolía de ver cómo ha pasado el tiempo. Los que hemos vivido ese periodo, y contemplamos el actual, podemos aportar luz en esta época de confusión donde abundan falsas imágenes vendidas por predicadores con malintencionados mesajes. este es el momento de hablar de futuro y afrontarlo con valentía, sin embargo me resisto a dibujar en mi memoria una retrospectiva de la sociedad de nuestro pasado más inmediato. Hace 40 años, Canarias estaba sumida en el subdesarrollo y en un incierto futuro. Analfabetismo, carencia de servicios mínimos, elevada tasa de mortalidad infantil, pobreza, nuestra gente viviendo en chabolas y cuevas de los barrancos... las zonas rurales y las islas menores se encontraban totalmente deprimidas carentes de todo. Este era el panorama real que nos convertía en un pueblo emigrante.Penseos en el camino recorrido y cómo vivimos ahora; en una sociedad sobre la que podemos hacer críticas, pero en la que se vive infinitamente mejor. Una sociedad desarrollada que se permite las licencias propias del primer mundo. Los que vivimos ese trozo de historia, realmente sabemos de lo que estamos hablando. no deseamos para nuestros hijos los padecimientos que antaño sufrimos. Esta mejoría de nuestra sociedad y de nuestras vidas no tiene otro nombre que "desarrollo" es bueno, en contra de lo que algunos "defensores del medio y de Canarias" opinan. Nosotros los que tenemos más edad, lo podemos constatar porque lo hemos vivido. El puerto de Granadilla es un nuevo paso en el "desarrollo" de nuestra sociedad, de nuestra ente y de nuestro pueblo. Pensamos de esta manera porque estamos seguros de que este puerto abrirá nuevos horizontes que contribuirán a nuestro bienestar, gracias a la creación de riqueza en forma de mucho puestos de trabajo y al desarrollo de nuestras empresas que se beneficiarán del mismo. Se crearán nuevas actividades capitaneadas por nuestros empresarios y se atraerán empresas foráneas que vendrán de la mano de inversores incentivados por tan atractivo proyecto. Un ejemplo de esto será la planta gasificadora que abre nuevas expectativas industriales, reducirá el actual vertido de toneladas de contaminación a nuestro cielo cumpliendo con el Protocolo de Kioto. ¿Esto sí es desarrollo sostenible y velar por el medio ambiente! Los puestos de trabajo son una necesidad para nuestro pueblo, ahora que nuestra economía se encuentra en un momento de transición con importantes sectores económicos en descenso. Sería un grave error renunciar a los mismos. No podemos dudar de que el puerto de Granadilla beneficiará a nuestra sociedad. Una sociedad que sigue avanzando, que quiere ser moderna y competitiva y que no quiere renunciar a estar comunicada con el resto del mudo con las mejores infraestructuras a su alcance. Ser puerta de África y América, eso es el puerto de Granadilla. Una infraestructura que nos permitirá tener presencia en el mundo de las comunicaciones marítimas sin olvidar que acercarán a las islas  menores; La Palma, La Gomera y El Hierro, dándoles la oportunidad de no pagar tan caro tributo de la doble insularidad. Estamos hablando  sin dudarlo de un bien para nuestra sociedad, como lo ha sido el turismo y como el "desarrollo" en general. Estamos cansados de falsos mensajes y de fundamentalismos ecologistas que parecen querer llevarnos al recordado pasado de pobreza y subdesarrollo y cansa la manipulación y politización que sufre cada debate sobre las infraestructuras en Canarias; el suministro eléctrico, el puerto de Granadilla o el anillo insular son ejemplos de cómo nos estamos jugando el futuro. Basta ya de indecisiones, de falsos debates; no nos apeemos del tren de la modernidad. No perdamos el tiempo y ejecutemos las obras que debamo acometer, diseñadas por técnicos y personas autorizadas para opinar. Continuemos en la construcción de nuestra sociedad para que nuestros hijos puedan disfrutar de nuestro legado. Nuestros gobernantes deben asumir su obligación de inmediato sin dejarse amedrentar y acometer los proyectos necesarios. Esta es sólo una de las batallas, aún quedan pendientes todas aquellas que el CEST reivindica, como el suministro eléctrico, anillo insular, o la mejora de las infraestructuras en general. Nos entristece el largo e infructuoso debate que se genera cada vez que se habla de infraestructuras en Tenerife. Este debate, se ha convertido en crispación y bloqueo dividiendo nuestra sociedad en un momento delicado en el que debe permanecer unida. Perdemos un tiempo precioso y una financiación que si no la aplicamos a tiempo se irá a otras regiones para no volver. El puerto de Granadilla compensará el déficit de competitividad que sufre el de Santa Cruz, cada vez más olvidado por las navieras, complementándolo y permitiendo la entrada de buques de última generación, ahora imposible en el puerto de Santa Cruz por su insuficiente dimensión. Son nuestros puertos y tenemos la obligación de desarrollarlos y potenciarlos y de esta manera sirvan a la Isla y a la provincia, procurando que la riqueza se distribuya mejor entre los habitantes de nuestra provincia. Observemos qué países en desarrollo, vecins nuestros, no dudan en dotarse de infraestructuras, y que, si no estamos atentos a su competencia, desapareceremos engullidos por la falta de competitividad y atractivo. El CEST, como foro de opinión compuesto por ciudadanos que pertenecen a esta sociedad, cree que se debe exigir el mejor puerto que se pueda construir. Un puerto que sea capaz de convivir con el hábitat natural que lo rodea. Ello es posible ¡que nadie lo dude!, pues la tecnología y la constante vigilancia pueden corregir las posibles influencias sobre el medio que el puerto pueda provocar. No nos dejemos engañar ni seducir por argumentos ridículos y malintencionados, como la desaparición de playas o que hay un montaje especulativo detrás de este proyecto. Seamos responsables, pues nos jugamos nuestra esxistencia, y la permanencia en la primera división.
Pedro Suárez Martín es presidente del Círculo de empresarios y profesionales del sur de Tenerife.
Las Asociaciones Profesionales salen en defensa de Granadilla:
El presidente de la Confederación Canaria de Asociaciones Profesionales, (Concap), Juan Luis Lorenzo, expresa su apoyo "sin reservas" el futuro puerto de Granadilla. "Consideramos que esas instalaciones son fundamentales para una mejor productividad del sistema económico de la isla. Pedimos que la información sobre el modelo de Granadilla sea transparente no sólo para los agentes económicos sino también para la población general", añade. Juan Luis Lorenzo ha manifestado "la sorpresa y al tiempo el apoyo" de toda la Organización "por los movimientos para la defensa de las infraestructuras en Tenerife, con la reunión convocada para este lunes por la Cámara de Comercio y CEOE". "Desde la Concap -explicó- llevamos años alertando a la clase política y a los empresarios sobre el retraso económico que se originaba en Tenerife por la paralización injustificable de todos los proyectos de infraestructuras. Ya era hora de que las demás organizaciones demandaran las obras que necesita la isla". Según los datos que maneja Concap, el retraso económico se refleja en que no se han ejecutado obras presupuestadas por valor de casi 400 millones de euros que, además remarca, "el Estado y la Comunidad Autónoma se han gastado en otros lados". "No haber invertido ese dinero empobrece no sólo a las empresas sino a toda la sociedad por el efecto doble de no contar ni con la inversión ni con la infraestructura. En todo caso, nos felicitamos y apoyamos la iniciativa, a la que nos sumamos, aunque a nuestro juicio todo esto llegue un poco tarde", añade el presidente de la organización empresarial. Sin embargo, Juan Luis Lorenzo considera no acertado que para defender la necesidad de determinadas obras "se busque la confrontación con los colectivos ecologistas que lo que quieren es la mejor defensa posible de nuestro territorio". "Nuestra obligación, como empresarios y como canarios que amamos a esta tierra, es escuchar a estos colectivos", asegura Lorenzo, quien insiste en que "se puede y se debe hablar de todo". En opinión de Lorenzo Rodríguez, "tenemos que buscar el mejor camino posible para que las infraestructuras necesarias se ejecuten, pero al tiempo el impacto debe ser el menor". Al tiempo, asegura que actualmente "existen medidas correctoras de sobra para minimizar los efectos de cualquier obra pública. Se trata de echarle capacidad técnica, imaginación y trabajo".
Anillo Insular: Por ello -dijo- desde hace dos años y medio "venimos manteniendo reuniones con los ayuntamientos, el Cabildo y el Gobierno de Canarias para el desbloqueo del anillo insular". "Nos sorprende que, por ejemplo, no se haya hecho caso, hasta ahora, a los alcaldes afectados por las obras, cuando todos ellos manifestaron la urgente necesidad de que se realizaran", apunta. En el mismo sentido, la Junta Directiva de la Concap, en su última reunión, se felicitó por "las iniciativas para reforzar nuestra opinión sobre las infraestructuras, aunque nos sorprende que se haya esperado para esto a la puesta en marcha de las obras del transporte guiado". La Junta Directiva de la Concap, llama "la atención sobre el hecho de que el proyecto del anillo insular se diseñó hace más de quince años. Uno de los tramos pendientes podría haberse adjudicado hace más de dos y estar ya en su fase final (Adeje-Santiago del Teide)". "En este asunto, en las reuniones mantenidas con el consejero Antonio Castro existía la firme disposición de adjudicarlas de manera inmediata", asegura, al tiempo que se pregunta por qué desde el Cabildo "no se hicieron los deberes, y no ha habido una mejor voluntad y acercamiento con los colectivos afectados". Concretamente, y respecto a los tramos del norte, la Junta considera que los problemas ambientales "podrían haberse solventado con diálogo". Además, insiste en que primar el transporte guiado sobre la adaptación y modernización de las carreteras de acuerdo con el nivel actual de población (algo que tendrá que hacerse de todas formas) "pone en peligro muchos puestos de trabajo de canarios, porque se ha frenado la actividad económica de más de un centenar de empresas de todo tipo, desde pymes hasta grandes firmas, que hace  tiempo que ya no reciben encargos de obra pública". (ACN. Santa Cruz de Tenerife, 27/06/04)
Ignacio González Martín. Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife:
El proyecto del puerto de Granadilla es un objetivo prioritario e irrenunciable para Tenerife que no puede ni debe estar sujeto a debates artificiosos ni a trincheras de buenos y malos que, al final, lo que buscan como desenlace es abortar una de las apuestas de futuro más importantes para nuestra Isla. Nadie puede perder de vista que las infraestructuras aeroportuarias son la única vía de conexión con el exterior que tiene nuestro Archipiélago. Llevamos años de retraso y, aunque en la última década se ha dado un salto cualitativo en esta materia, no es menos cierto que cualquier paralización en los planes de transporte e infraestructuras proyectados puede suponer el estancamiento económico de nuestras islas. El puerto de Granadilla es una necesidad y una verdadera oportunidad de futuro para diversificar la economía de Tenerife, generar nuevos puestos de trabajo, implantar un nuevo modelo de suministro de energías limpias, así como una puerta abierta para participar en el fructífero negocio de la distribución internacional del que ahora estamos prácticamente al margen. No se trata de posicionarnos frente a nadie ni por encima de otras islas, como se pretende vender en circuitos que intencionadamente buscan reavivar el pleito insular. Queremos una Canarias fuerte y preparada para competir con un entorno cada vez más globalizado. Desde las Cámaras de Comercio estamos firmemente convencidos de un proyecto regionalista donde la apuesta por el desarrollo y la generación de riqueza tiene que pasar por cada una de nuestras islas, dotándolas de proyectos e iniciativas que garanticen el bienestar de quienes habitan en ellas. No podemos permitirnos el lujo de dejar pasar esta oportunidad de progreso y Granadilla significa una garantía de futuro para nuestras generaciones, así como un instrumento que va a favorecer la consolidación de nuestra estructura económica. Me entristece que al progreso se le llame pelotazo y que el desarrollo sea sinónimo de desastre ecológico cuando la única verdad de Granadilla es que los grandes beneficiados de su puesta en marcha son los ciudadanos tinerfeños. No podemos dar la espalda a la situación de paro cada vez más acuciante que vive nuestra isla, pasando por alto que el Puerto va a generar alrededor de 5.000 puestos de trabajo directos e indirectos. No podemos adoptar la postura del avestruz cuando ya se anuncia, incluso, desde el Cabildo, síntomas de crisis en el sector turístico y Granadilla supone una verdadera alternativa a la diversificación del modelo económico de la Isla, generando nuevas actividades, tanto para el sector comercial como para el industrial. El grito de guerra contra Granadilla es llamar la atención sobre el desastre ecológico y la pérdida de protagonismo del puerto de Santa Cruz. Curiosamente, existe, entre multitud de estudios que se han hecho al respecto, una declaración del Ministerio de Medio Ambiente, a través de la Secretaría General, sobre el impacto del nuevo puerto de Granadilla, documento que asegura que este proyecto es ambientalmente viable. Pero la realidad es caprichosa y si el informe fuera negativo se hubiese convertido en la bandera de aquellos que están en contra del Puerto, pero como no es así, nula credibilidad. En la declaración de impacto se recogen una serie de medidas compensatorias que garantizarán la estabilidad medioambiental del entorno en el que se ubicará el puerto como, por ejemplo, que será responsabilidad de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife garantizar que las playas próximas a la zona portuaria mantengan los niveles de arena correspondientes, además de mantener la calidad del agua durante las fases de construcción y explotación del puerto. Pero no sólo se ha pronunciado el Ministerio de Medio Ambiente, también la Unión Europea, dejando bien a las claras que es un impacto asumible y que, prácticamente, un 10% del presupuesto del puerto de Granadilla se va a destinar a medidas de corrección y mejora. La defensa de nuestro medioambiente no es sólo patrimonio de unos pocos. La sociedad, en general, y los empresarios, en particular, hemos asumido un compromiso por el desarrollo sostenible, por la preservación de nuestro entorno, especialmente, cuando la naturaleza es uno de los grandes valores de las islas. Pero esa defensa no está reñida con un proyecto como el de Granadilla, porque todos, absolutamente todos, debemos apostar por el progreso al mismo tiempo que velaremos por minimizar cualquier posible impacto medioambiental generado por las obras del Puerto. Creo, por lo tanto, que se está suscitando un debate sobre premisas falsas y no entiendo cómo todavía hay posicionamientos políticos tibios en un asunto que es prioritario, porque para una isla las infraestructuras aeroportuarias son la única conexión con el mundo exterior y una oportunidad irrenunciable de desarrollo económico. Las instituciones  implicadas directamente en el proyecto del puerto de Granadilla deben hacer un esfuerzo por explicar claramente a la sociedad qué es lo que va a significar, sus ventajas y oportunidades, así como sus inconvenientes. La cobardía tiene sobre el valor una gran ventaja y es la de encontrar siempre una excusa. Si nunca pensamos en el futuro, nunca lo tendremos. Confío en que la cordura se imponga y estoy seguro que la madurez de la sociedad tinerfeña va ser una garantía y un aval para que el puerto de Granadilla sea una realidad.
Dársena de pescaZerolo aboga por el nuevo puerto antes de que se colapse el de Santa Cruz (La Opinión):
El alcalde capitalino considera importante el proyecto de Granadilla El alcalde de Santa Cruz, Miguel Zerolo, señaló ayer [?] la necesidad de hacer lo antes posible el futuro puerto de Granadilla, en el sur de la Isla, para que sirva de complemento al puerto de la capital cuando éste se colapse. Zerolo también abogó por que el puerto de Santa Cruz de Tenerife se especialice en determinados tipos de tráfico portuario, como es el de cruceros. Cuando el puerto de Santa Cruz llegue al tope de sus posibilidades "no valdrá decir que los barcos internacionales que pasen por Canarias no vienen a Tenerife", indicó ayer Miguel Zerolo. El alcalde de la capital tinerfeña advirtió de que llegará un momento en el que el puerto de Santa Cruz "se colapse", por lo que consideró necesario que se construya el de Granadilla lo antes posible. En cuanto a las dimensiones que debería tener el puerto del citado municipio sureño, Zerolo calificó de "ridícula" la discusión sobre si tiene que ser un macropuerto o un puerto más pequeño. El alcalde se centró solamente en lo necesario que, a su juicio, es un espacio portuario en Granadilla "para complementar al de Santa Cruz" y para "poder competir con otros puertos". También recordó que cuando se construyó el aeropuerto Reina Sofía en el sur de Tenerife, no supuso un problema para el aeropuerto de Los Rodeos, en el norte de la Isla, "ya que el del Norte no sólo siguió con su actividad, sino que ha mejorado, puesto que los dos aeropuertos se complementan".
Especialización:
El alcalde de Santa Cruz abogó también por especializar al puerto de Santa Cruz en determinadas actividades, como la referente a cruceros. Zerolo manifestó que el puerto de la capital "tiene que ser un puerto de cruceros turísticos", aprovechando el futuro muelle de Enlace ideado por los arquitectos Herzog & De Meuron, la remodelación del paseo marítimo " que se convertirá en un recorrido agradable hasta la playa de Las Teresitas" y la unión de la ciudad con el mar, a través del proyecto de remodelación de la plaza de España y el del citado muelle de Enlace. Sin embargo, Miguel Zerolo también habló de otras posibilidades para el puerto de Santa Cruz. Aunque insistió en que son los profesionales portuarios los que mejor saben en qué puede especializarse este espacio, el alcalde compartió una idea que también ha trasladado al equipo que redacta el Plan General de Ordenación (PGO) de la ciudad. Así, señaló que el puerto capitalino podría especializarse, por ejemplo, en guardar los vehículos importados a la Isla. Hasta el momento, el puerto no tiene un lugar adecuado para que los importadores de vehículos dejen sus mercancías. Por eso, indicó Zerolo, se podría buscar un solar donde construir una infraestructura preparada para proteger y guardar los coches importados, hasta que se repartan a los concesionarios. No obstante, habrá que estudiar más ideas y propuestas. Mientras tanto, el alcalde indicó que el puerto capitalino no tiene más espacio para crecer. (La Opinion)
El presidente del Cabildo se opone a desmantelar el puerto de Santa Cruz (La Opinión): El presidente del Cabildo, Ricardo Melchior, manifestó su rechazo al proyecto que propone la Autoridad Portuaria para el puerto de Granadilla de Abona, al considerar, entre otras cuestiones, excesivas las dimensiones del recinto portuario. Además, Melchior se opone al paulatino desmantelamiento del puerto de Santa Cruz, que, a su entender, debe mantener su actividad. Ricardo Melchior considera que la construcción de un puerto es importante para la Isla en cuanto a la captación del tráfico internacional de mercancías de transbordo, pero no está de acuerdo con el proyectado por la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife. Entre otras cosas, porque este último plantea trasladar toda la actividad comercial e industrial del actual puerto de la capital, dejando en éste únicamente el tráfico de personas y fomentando el uso del puerto para recepción de cruceros turísticos. "No acepto que la actividad del puerto de Santa Cruz de Tenerife se traslade a otra zona de la Isla", dijo ayer a este respecto, e indicó los usos que debería tener el puerto de Granadilla, esto es, el transbordo de mercancías, la descarga de natural líquido (necesaria para la planta de gasificación que se instalará en el polígono industrial), y la descarga de combustible, "pero la actividad del puerto de Santa Cruz de Tenerife, lo que no quiero ni admito es que descienda".
Oportunidad:

En lo que sí es favorable es en la construcción de un puerto porque "la Isla necesita atraques de más de 14 metros de calado con superficie adosada, y lo necesita porque los buques, algo más de setecientos que transportan los contenedores en el mundo, tienen unas características determinadas, y eso no es posible en el puerto de Santa Cruz. Yo creo que sería una irresponsabilidad absoluta el que Tenerife perdiese esa oportunidad y se convirtiese en un puerto de segunda o tercera categoría, teniendo en cuenta la ventaja que tenemos con nuestra situación estratégica". Acerca de la ubicación de esta infraestructura, indicó que "la inmensa mayoría de los informes de los últimos cuarenta años hablan que, por la batimetría de la isla de Tenerife, el lugar adecuado para un puerto de tráfico de transbordos es Granadilla. Si existe otra alternativa dentro del puerto de Santa Cruz de Tenerife que se pueda hacer, yo encantado". También se refirió a algunas características que debería de tener ese recinto. "Esté donde esté, debe de tener la dimensión adecuada y con los estudios de tráfico previstos por lo que se puede prever a lo largo de los próximos quince años. Por lo tanto, no creo en absoluto en el súper puerto de Granadilla". "Ese puerto", añadió, "ha de estar proyectado y ejecutado en su dimensión correspondiente, no sé porqué necesitamos cuatro kilómetros de línea de atraque", "como propone el proyecto de la Autoridad Portuaria, como mínimo". A lo mejor lo que necesitamos es un kilómetro, éste es un aspecto que hay que estudiar con todo detalle. Destacó también que en Granadilla tendrán que estar las instalaciones necesarias para la descarga de gas natural líquido y la descarga de combustibles que se utilicen en las centrales térmicas de carbón y desaladoras ubicadas en esa zona, "para evitar el transporte de carreteras, que siempre genera peligrosidad por muchas medidas que se tomen". (La Opinión)
Antonio Plasencia Santos. Federación Provincial de Entidades de la Construcción:
Un factor primordial para el desarrollo de la actividad económica y, como consecuencia, para la creación de empleo es el establecimiento del mejor nivel de infraestructuras y equipamiento social posible. Todos los territorios que en la actualidad gozan de un alto nivel de desarrollo disponen de una eficiente dotación en infraestructuras. Las redes de transportes y comunicaciones, las dotaciones hidráulicas, de energía y equipamientos, hacen más eficaces todos los procesos socieconómicos de producción y distribución, facilitan el consumo y la integración de todos los factores productivos. Históricamente, la provincia de Santa Cruz de Tenerife ha sufrido una deficiente dotación en infraestructuras, lo que hace necesario una serie de actuaciones que posibiliten que su ejecución sea un verdadero motor estratégico para el crecimiento económico y el desarrollo de nuestra tierra. Invertir en infraestructuras es invertir en futuro y la celeridad en la realización de las obras repercute, significativamente, no sólo en ahorro para la Administración Pública sino también en una mayor calidad de vida de nuestros conciudadanos. La firma, en abril de 1997, del convenio de colaboración entre el Ministerio de Fomento y el Gobierno de Canarias en materia de carreteras creó una gran expectativa e ilusión, porque fue el fruto de la constancia en la lucha por parte del empresariado canario del sector de la construcción en que por parte de la Administración Central se nos diera a los canarios lo que verdaderamente teníamos que obtener. Se reconoció entonces el retraso histórico en inversiones que ha padecido nuestra comunidad autónoma. El citado convenio textualmente señala:
"La situación socioeconómica de Canarias, con una gran dependencia del turismo, con una densidad de población superior a la de otras comunidades autónomas, con un crecimiento demográfico mayor de tal forma que es la población más joven del conjunto nacional, sin medios de transportes alternativos a los de carreteras y unos índices de motorización elevados, exigen dotar a esa comunidad autónoma de unas infraestructuras adecuadas que en la actualidad están muy por debajo de la media del Estado debido al retraso histórico en las inversiones".
Por fin se reconocía, oficialmente, la triste realidad de nuestras Islas y, lo que es más importante, también se tomaban cartas en el asunto en cuanto al tiempo de ejecución, aunque después la realidad ha sido terca y las obras no se han ejecutado con la celeridad deseada en nuestra provincia. En Tenerife hemos sufrido en los últimos años una dejadez y una falta total de previsión, unida a una más que dudosa eficacia en la toma de decisiones, que siempre terminaban por primar el comienzo y terminación de las obras en otra Isla. Actualmente, el convenio está ejecutado porcentualmente en nuestra Isla sólo en un 29% y con este dato no hay que dar mas explicaciones. Ahora tenemos un debate abierto en la sociedad tinerfeña; por un lado, la construcción del puerto de Granadilla y, por otro, la segunda pista del Reina Sofía. Lo más demagógico seria manifestarse públicamente contra estos dos proyectos, buscando el aplauso y el reconocimiento fácil. Pero eso no es serio y nuestro compromiso, como empresarios, nos exige no tener miedo a la hora de pedir para nuestra Isla lo que necesita, para asegurar el futuro de las nuevas generaciones de tinerfeños. Hay argumentos encontrados, todos son discutibles y creo que, por el bien de nuestra sociedad, debe primar el acuerdo y el consenso. Aquí no deben quedar vencedores ni vencidos, sino trabajar todos, codo con codo, para que Tenerife sea la vanguardia y el referente de Canarias, ¡que ya es hora! El periódico El Día, como abanderado de la defensa de nuestra Isla, no se cansa de alertar a los políticos, a los empresarios, al mundo de la cultura, del deporte y de toda la sociedad para que no nos dejemos despojar, primero, de lo que tenemos y, después, luchar para conseguir lo que nos corresponde. Asumamos nuestra responsabilidad, cada uno desde su ámbito de actuación y gestión, con valentía y sin pensar que tenemos que contentar a políticos de otras islas, que sólo gestionan desde el egoísmo y la sinrazón. La defensa de nuestro medio ambiente es fundamental, porque no cabe duda que es nuestra mayor riqueza. Tenemos que armonizar su conservación con el necesario desarrollo de Tenerife. Nos guste o no, el futuro pasa necesariamente por la construcción del puerto de Granadilla y de la segunda pista del Aeropuerto del Sur. Si no se realizan estas obras, dentro de muy pocos años, nuestra economía quedará estrangulada y en la suerte del destino o del azar, siendo el fracaso de todos. No podemos, ni tenemos el derecho de cerrar las puertas para las iniciativas de nuestros hijos, que esperan que pongamos las bases de un crecimiento sostenible y equilibrado, entre desarrollo y defensa medioambiental. Tenerife merece respeto y los tinerfeños tenemos que tener la serenidad y el coraje de apostar por nuestros puertos y aeropuertos, ya que nuestra realidad física, una "plataforma atlántica", nos exige contar con unas infraestructuras que posibiliten la entrada y salida de personas, mercancías y productos, con todas las garantías, sin posibilidad de bloqueo o saturación, porque sencillamente nuestra economía no lo podría soportar. Diálogo y consenso, porque necesitamos lo que ahora no tenemos, y la unidad de acción asegura unos resultados satisfactorios y la tranquilidad de trasmitir seguridad y porvenir a los agentes econó



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