Chaurero n Eguerew
Se dice que la única enfermedad del ser humano que no
tiene cura es la estupidez, ¿será esto cierto?
Ayer
un grupo de matriotas (patriotas) nos dirigíamos a la Plaza del Cristo en la
ciudad de La Laguna
con objeto de mostrar nuestra repulsa a la denominada II feria de abril, que los
“nacionalistas” y demás españófilos pretenden implantar en este desgraciado
archipiélago Canario.
Nada
más poner los pies en la plaza cuatro policías nacionales con uniformes de faena
y cascos antidisturbios en la cintura se
“enfilaron” hacia nosotros exigiéndonos que nos identificáramos, mientras uno
tomaba notas de nuestros datos otro con acento canario y de exquisitos modales
(esto reafirma su condición de canario) nos instruía de que el motivo de esta
actuación era velar por nuestra seguridad, indicándonos además que los palos en
que portábamos nuestra Bandera Nacional, la tricolor con Siete Estrellas Verdes
debían ser flexibles y no medir más de un metro cincuenta centímetros, al
tiempo de que se nos advertía de que si formábamos grupos superiores a 21 personas
(en esto algo hemos avanzado, durante la dictadura franquista esta figura
represora se aplicaba a reuniones de
cuatro) seríamos considerados como
concentración ilegal y por tanto sancionados con multas de seiscientos euros.
Menos mal que no se nos mencionó la
Ley de vagos y maleantes.
Igual
actitud mantuvieron estos agentes con otros grupos de personas que accedían a
la plaza identificándolos uno por uno, y con las mismas advertencias.
Algunos
grupos de señoras disfrazadas con batas de lunares y alguna que otra peineta
transitaban tranquilamente por la plaza sin que al parecer necesitaran de que
velaran por su seguridad, pues en ningún momento fueron importunadas por los
agentes allí presentes.
No
acabo de entender esta seudo democracia burguesa en que estamos obligados a
desarrollar nuestras vidas, cuando se trata de imponernos la sevillinización de
Canarias y en este caso usando como excusa o tapadera a una más que respetable
ONG, presentándonos tal farsa como un acto cultural cuando en realidad lo es de
aculturacion se recurre a la supuesta democracia, y cuando unos ciudadanos
canarios queremos expresar nuestro rechazo a estos mangoneos “culturales”
foráneos y en justa defensa de nuestra identidad y tradiciones como pueblo
diferente y diferenciado, el sistema colonial usando de la misma supuesta
democracia nos trata como si fuéramos
delincuentes, quizás con el animo de minar nuestra dignidad de canarios, cosa
que naturalmente no van a conseguir por muchas cortinas de humo que pretendan
extender delante de los ojos de la ciudadanía.
Según
“Radio Macuto” el Alma Mater de este
evento “cultural” es una señora lagunera esposa de un conocido periodista y
escritor de la localidad, la cual con el respaldo del propietario de una
escuela de baile de salón especializada en sevillanas, han conseguido el apoyo
de la consejería de cultura del Ayuntamiento lagunero al tiempo que han
embaucado en dicho bodrio al presidente provincial de la Asociación española
contra el Cáncer, entidad que merece el respeto de todos los canarios.
Espero
que a la mencionada señora no se le ocurra recuperar las corridas de toros erradicadas
de esta ciudad desde el año 1898, en que afortunadamente la plaza de toros fue pasto de las llamas, pues a los canarios
no nos gusta ver maltratar a estos animales por muy españoles que sean. (Aviso
a navegantes: actuaciones como la de
esta pretendida feria sevillana le va a costar a Coalición Canaria el
Ayuntamiento de La Laguna
en las próximas elecciones locales coloniales).
Dicho
lo que antecede, vamos a entrar en el tema que da titulo a este artículo.
Estábamos
sentados en un banco de la dicho Plaza del Cristo un grupo de personas cuando
se acercó un individuo que dirigiéndose a uno de nosotros le increpó de manera
airada y altanera el hecho de que estuviéramos allí para protestar-según él-,
por un acto organizado en beneficio de la Asociación española contra el Cáncer, cuando el
compañero trató de explicarle que nuestra protesta no iba dirigida contra la
tal asociación sino en defensa de nuestras tradiciones, este personaje sacó a
relucir su fibra racista y endofoga y nos espeta: ¿Cómo se apellidan ustedes?
¡El único canario en esta plaza soy yo que llevo el apellido Barbuzano! E
inmediatamente haciendo gala de la más rancia prepotencia y altanería
españolista, dio las espaldas al grupo y se dirigió hacia la carpa donde
continuaba el lamentable espectáculo de las sevillanas.
Es
indudable que esta actitud xenófoba mostrada por D. Domingo (García) Barbuzano
es fruto de su ignorancia la cual es poco comprensible en un profesional de la
información cuyo cometido es precisamente el de informar constatando
previamente la veracidad de lo informado, lo contrario sería libelo.
Efectivamente
D. Domingo, el apellido Barbuzano es de origen canario posiblemente derivado
del árbol endémico del mismo nombre (Apollonias
barbujana), el cual alcanza considerable altura y que una vez talado es decir, cercenado de sus raíces y
debidamente desbrozado da como resultado excelentes troncos.
Veamos
D. Domingo, se deduce de su desacertada afirmación que los canarios que
portamos nombres y apellidos castellanos o europeos en general no lo somos por
tal hecho, argumento que viene empleando el colonialismo desde hace muchos
siglos con el objeto de desenraizarnos de nuestra verdadera identidad, por lo visto usted
ignora o prefiere ignorar los procedimientos de que se valieron los invasores
castellanos para imponer a nuestros antepasados nombres y apellidos europeos,
entre ellos el más común era el de imponer el bautismo por el rito católico y
que debían aceptar para evitar el ser apresados y vendidos en los mercados de
esclavos de Sevilla, Valencia o Barcelona, y no quiero entrar en los llamados
expedientes de limpieza de sangre que tan activamente practicó la Inquisición española
en Canarias, así como la imposibilidad de acceder a puestos de la
administración colonial, sociedad, clero o ejercito de quienes portasen nombres
autóctonos.
Estimado
Sr. (García) Barbuzano, por si le puede servir para disipar su ignorancia en la
materia, me permito recomendarle la consulta de algunos documentos en los
cuales están debidamente constatadas la ascendencia guanche de miles de
canarios con nombres y apellidos europeos, entre otros, los siguientes:
El
denominado Pleito de los naturales por la
posesión de la imagen de la
Virgen de Candelaria. Archivo Histórico del Ayuntamiento
de La Laguna. Fondo
de Ossuna. Caja 0; expediente Nº. 10.
Cuaderno explicativo del árbol
genealógico de la Familia
Real
Indígena de Tenerife y descendientes de
ella que más se han distinguido.
Nicolás
Díaz Dorta
Ediciones
Idea [Edición facsímil]
Santa
Cruz de Tenerife 2009.
Guanches del siglo XVII
Dr.
Francisco García-Talavera Cazaña.
El Valle de Güimar en el siglo XVI
Protocolos de Sancho de Urtarte.
Miguel
A. Gómez Gómez.
Edición:
Ayuntamiento de Güímar-Cabildo Insular de Tenerife.
2000.
El Dr. Don Agustín Díaz Núñez
(1796-1866)
Su vida, su familia y su obra.
Octavio
Rodríguez Delgado
Caja
Rural-Cabildo de Tenerife-Caja Canarias.
Santa
Cruz de Tenerife 1996.
Guanches con nombres católicos y algunos
de sus descendientes: Apuntes para un Estudio de la Onomástica cristiana
impuesta al pueblo guanche.
Eduardo
Pedro García Rodríguez
De nada…
Ciudad colonial de Eguerew
25 de abril de 2010.
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