as sementeras i llamaban era tenianlos araiados, i señalados en tablas, i empessabanle serca de agosto llamado beñas mer en la primera luna i por quince dias continuos hasta la opocicion hacian grandes fiestas devia ser por sus difuntos iban a las sepulturas, y cuebas con teas y luces encendidas, i despues hacian grandes comidas, iban las mujeres a vicitar a nra. señora i llebabanle de comer, i decianle mui alegres que viniesse, i no tuviesse verguenza para comer, i preguntabanle si queria estar sola, hacian alli muchos vailes regando la cueba con leche, i ramos de arboles i ierbas de el campo....
Existe una buena candidata a marcar el comienzo astronomico del
calendario lunar guanche: Canopo. Y ello no solo por la adecuacion de su orto helÌaco a la festividad tradicional, sino porque la observacion y el culto a Canopo se encuentra bien documentado entre los bereberes continentales.
En efecto, poco se sabe sobre las cosmogonÌas preislámicas norteafricanas, pero existen notables evidencias que señalan a Canopo como el eje central de un antiguo sistema cosmologico, ampliamente repartido por el norte del continente. En esta cosmogonÌa, Canopo es la estrella principal del cielo, la mas grande y la más antigua, la madre de todas las estrellas. Huevo primordial, de su explosión nace el universo que conocemos (P‚ques 1956).
Otras noticias muestran la importancia de los ortos helÌacos de OriÛn, Aldebar·n, Las Pléyades, Sirio y Canpo en el calendario tuareg, que usan la expresión ihadan n egmod n itran noches de la reaparición de las estrellas) para designar el periodo de finales de verano. Entre los tuaregs del Adrar, Canopo recibe el nombre de Rouchet agosto), porque después de haber estado invisible a principios de verano, reaparece a finales del mismo. Entre los tuaregs del Ahaggar, Canopo recibe el nombre de Wadet (Foucauld 1952: 1693, 1912).
En este contexto, merece señalarse la antigua festividad bereber de
Aunque estos autores no identifican claramente de qué estrella se trata, la época del año y la dirección de su orto apuntan nuevamente a la estrella Canopo (øΓada ).
Giovanni Boccaccio escribió, además, un pequeño tratado
intitulado «De canaria et insulis requiris ultra Hispaniam noviter
repertis, o sea «En torno a las Canarias y a las otras islas nuevamente
descubiertas más allí de España», donde se comenta una narración de!
viaje de Nicoloso de Recco a las Canarias, recopilada en Sevilla por
mercaderes florentinos que la transmitieron a Florencia a Boccaccio, algunos
años más tarde del 1341, que escribió su ensayo. Este pequeño tratado
fue encontrado, con otros escritos, en una trastienda de una biblioteca
florentina a inicios del siglo pasado y difundido por Sebastián Ciampi en el
1826 y 1827.
El viaje de Nicoloso da Recco a las Canarias se
llevó a cabo entre
el verano y el otoño del 1341, bajo el pabellón
portugués y se concluyó negativamente, así como lo describió Boccaccio:
<<los marineros lograron apenas rehacerse de los gastos del viaje». Da
Recco y tripulación, que se pasan cinco meses costeando en una extraordinaria gira
para la época, "encontraron excelentes higos secos conservados en cesta de
palma, tales como vemos los de Cesene, y además trigo mucho más hermoso que el
nuestro, si juzgamos por el tamaño y grueso de sus granos, que eran muy
blancos»."la isla les pareció muy poblada y bien cultivada; produce grano de trigo, frutas y principalmente higos; el grano de trigo lo comen como los pájaros, o bien hacen de él harina, con lo que se alimentan sin amasarlo, y beben agua".
El interés de Portugal y España por el archipiélago Canario, punto de apoyo fundamental para las flotas que recorrían el Océano a lo largo de las costas africanas, cada vez más hacia el sur, y que se tornaron sumamente importantes cuando se comenzó a conocer el mismo descubriendo otros archipiélagos más a partir de aquel entonces inicia la historia de Canarias moderna.
Arimaguadas:
¿Prostitución sagrada?
Desde la más remota antigüedad, lo que se ha dado
en llamar "prostitución sagrada" se dio en las más diversas culturas
y creencias, casi todas relacionadas con el culto a la "diosa madre"
y a los ritos de fertilidad, que coincidían con las épocas de la siembra, de la
cosecha o el apareamiento del ganado. También hubo momentos señalados en los
que se gozaba de entera libertad y promiscuidad en las relaciones sexuales,
como sucedía en "la noche del error" en la cultura amazigh (bereber).
De igual manera, se vincula este tipo de prácticas a las antiguas sociedades
matriarcales, en las que sexualidad y espiritualidad iban de la mano y en las
que el sexo era una ofrenda para conseguir el favor de los dioses en cuanto a
la fertilidad. Y así, en antiguas civilizaciones orientales como la
mesopotámica y la egipcia se pensaba que al practicar estos ritos se aseguraban
la fecundidad de la tierra, del ganado e incluso de las personas. Sin embargo,
también se plantea la hipótesis de que estas prácticas guardan relación con los
rituales de iniciación de las vírgenes adolescentes antes del casamiento. Estas
mujeres consagradas, generalmente vivían en casas o "templos"
destinados para ellas y eran llevadas allí, al comienzo de la pubertad, para
encargarse de ciertas labores sagradas del templo. Se mantenían de los
donativos de los hombres que tenían relaciones sexuales con ellas.
Pero quizás los antecedentes más claros los
tenemos en Mesopotamia, con el culto a Ishtar, que concedía a las
"prostitutas sagradas" el status de sacerdotisas, siendo consideradas
y respetadas como personas privilegiadas y admiradas por la sociedad. Algunas
incluso eran nobles, princesas o hermanas del rey. Ishtar era en Babilonia la
diosa del amor, de la guerra, de la fertilidad y de la vida... aunque su culto
se asociaba principalmente con la sexualidad. La diosa Ishtar viene a ser
equivalente a la Astarté
de los fenicios, Tanit de los cartagineses, Afrodita de los griegos y Venus de
los romanos, todo ello como resultado de un continuo trasvase cultural y
religioso, a través del Mediterráneo, a lo largo de la Antigüedad , que también
llegó a Canarias.
Asimismo, existen paralelismos en lugares mas
lejanos, como la India ,
en donde las "devadasis" (prostitutas religiosas), generalmente niñas
menores de edad de la casta de los intocables, eran llevadas a los templos
hindúes para bailar y actuar en nombre de la diosa Yellamma. Y más lejos aún,
en la isla de Pascua, se dan unas asombrosas convergencias culturales con Canarias,
especialmente en la concerniente a nuestras arimaguadas, pues allí existía la
costumbre de llevar a dos cuevas volcánicas del Poike, en el extremo oriental
de la Isla , a
niñas preadolescentes, a las que llamaban "neru" (vírgenes), que
quedaban aisladas por un largo tiempo, no se sabe bien si con fines religiosos
o para conservar la tez blanca de su cuerpo, a la que se le daba mucha
importancia en los tiempos antiguos.
Y si ahora nos trasladamos a nuestras islas,
vemos que las fuentes documentales de la conquista de Gran Canaria,
posiblemente influidas por la mentalidad religiosa de la época, presentan a las
arimaguadas como sacerdotisas o monjas. Nos dice la crónica Ovetense:
"...Los guanartemes tenían casas de doncellas encerradas, a manera de
emparedamiento...". Por su parte, Abreu Galindo comenta: "Entre las
mujeres canarias había muchas como religiosas, que vivían con recogimiento y se
mantenían y sustentaban de lo que los nobles les daban, cuyas casas y moradas
tenían grandes preeminencias; y diferenciábanse de las demás mujeres en que
tenían las pieles largas que le arrastraban, y eran blancas: llamábanles
mag(u)adas... a las casas llamaban "Tamogante en Acoran", que es
decir, casa de Dios"
Veamos ahora el porqué del titulo de este
artículo. Si hacemos un somero análisis lingüístico de la palabra
"arimaguada" (debe ir sin hache) y de la frase "Tamogante en
Acoran", ambas de clara procedencia amazigh (bereber), observamos para la
primera, que en tamajeq (lenguaje de los tuareg) "emawad" significa
adolescente, el prefijo "ar" igual a "lugar de", con lo
cual en nuestro caso "ar-imaguadas" se correspondería con "el
lugar de las doncellas". En cuanto a "Tamogante en Acoran",
encontramos que en tacelhit (el dialecto bereber del Alto Atlas occidental, Sus
y Antiatlas marroquí), "tameggant" significa prostituta. Y si
completamos la frase, vemos que "en" (n) en todos los dialectos
bereberes se traduce por "de", y Acoran era el nombre que le daban
los antiguos canarios al dios supremo, que en este caso creemos que se trata de
la Luna (en
bereber aggur, agguren ihual a acoran, en plural). Por lo tanto, podríamos
traducir literalmente y "a bote pronto" como "la puta de las
lunas" y no "la casa de Dios" como hasta ahora se ha venido
transcribiendo por cronistas e historiadores. Esto que a primera vista podría
parecer grosero, chocante o irreverente a nuestra subjetiva, y llena de
prejuicios religiosos, mentalidad occidental, no lo sería tanto si reconocemos
el origen oriental del cristianismo, en donde se le da especial énfasis, entre
otros, al anacrónico concepto de la virginidad. Con todo lo cual podemos pensar
que las imaguadas (doncellas) gozaban de un estatus especial, consagradas al
dios luna (que era masculino para los antiguos canarios) y que posiblemente eran
recluídas en algunas casas o cuevas -a modo de templos- monasterios, donde se
les instruía en la religión y se preparaban para su especial función social y
religiosa por la clase noble para su "disfrute" en ciertas ocasiones.
De allí podían salir para casarse, probablemente con los de la clase alta,
previo "derecho de pernada" del guanarteme o alguno de sus allegados.
(Francisco García-Talavera)
(Francisco García-Talavera)
(El Dia.es)
Y como reflexión final, creo que es bueno
atreverse -sin ningún tipo de prejuicios religiosos- a llamar las cosas por su
nombre y, con entera libertad, a exponer razonadamente cualquier hipótesis que
pueda contribuir al avance del conocimiento de nuestro patrimonio
histórico-cultural.
Publicado por María Gómez Díaz. Octubre de 2014.
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