1921 agosto 15.
Fallece
en Las Palma de Gran Canaria, Tomás Morales Castellano, poeta
modernista, médico de profesión, nacido en Moya el 10 Octubre de 1884.
Representante del primer posmodernismo
y gran cantor del mar, influyó notablemente en la lírica canaria contemporánea.
Médico de profesión, se dedicó con ahínco a la poesía y obtuvo el
reconocimiento de autores como Ramiro de Maeztu y Antonio Machado, quienes lo
señalaron como una de las figuras relevantes del posmodernismo español.
Desde su primer libro, Poemas
de la gloria, del amor y del mar (1908), se hizo patente el tema
fundamental de su inspiración: el océano y todo lo relacionado con él. Barcos,
singladuras, marineros, naufragios, muelles y tabernas portuarias llenaron su
visión entusiasta del mar (es famosa su Oda al Atlántico), al que cantó
con una musicalidad orquestal, empleando un vocabulario brillante, en la línea
de Rubén Dario.
Inicia sus estudios en 1893, en el Colegio San Agustín de Las Palmas, donde coincide con Alonso Quesada y el pintor Néstor; en 1900 se traslada a Cádiz para cursar allí estudios de Medicina, continuándolos en Madrid, donde toma contacto con los ambientes literarios de la ciudad. Acude a las tertulias de Colombine, pseudónimo de Carmen de Burgos, directora dela Revista Crítica ,
la del Café Universal y la de Francisco Villaespesa. También en Madrid conocerá
al canario Luis Doreste Silva, y publica en las revistas "Renacimiento
Latino" y "Revista Latina" -fundada por Villaespesa en 1907-.
Regresa a Gran Canaria en 1909, ya terminados los estudios de medicina. Un año
después se estrena su obra dramática "Cena en casa de Simón",
conocida luego como "La Cena
de Bethania", y gana los Juegos Florales de Las Palmas.
Será médico titular de Agaete desde 1911 hasta 1919, año en que regresa definitivamente a Las Palmas para continuar allí el ejercicio de su profesión. Un año antes ha publicado su primer libro "Poemas dela Gloria ,
del Amor y del Mar", y ahora se publica en Madrid la segunda de las tres
partes de que consta su obra magna "Las rosas de Hércules", por la
que recibiría varios homenajes.
Inicia sus estudios en 1893, en el Colegio San Agustín de Las Palmas, donde coincide con Alonso Quesada y el pintor Néstor; en 1900 se traslada a Cádiz para cursar allí estudios de Medicina, continuándolos en Madrid, donde toma contacto con los ambientes literarios de la ciudad. Acude a las tertulias de Colombine, pseudónimo de Carmen de Burgos, directora de
Será médico titular de Agaete desde 1911 hasta 1919, año en que regresa definitivamente a Las Palmas para continuar allí el ejercicio de su profesión. Un año antes ha publicado su primer libro "Poemas de
Maestro del verso alejandrino, en Las
rosas de Hércules narró las experiencias de los primeros marinos, introdujo
motivos mitológicos e hizo un hábil uso de la alegoría y el encabalgamiento.
Otra importante parte de sus poemas se orienta, en cambio, a motivos cotidianos
y a la expresión de la intimidad.
Realizó
incursiones en la vida política, aspirando al cargo de Consejero del Cabildo
Insular, del que llegó a ser Vicepresidente en el último año de su vida, a los
36 años de edad.
El Libro primero de Las Rosas de Hércules sería publicado póstumamente, en 1922, prologado por Díez Canedo, obra que vendría a ser un compendio de todos sus poemas.
Su casa natal, en la calle de los Álamos de Moya, es hoy
FINAL
Yo fui el bravo piloto de mi bajel de ensueño:
argonauta ilusorio de un país presentido,
de alguna isla dorada de quimera o de sueño
oculta entre las sombras de lo desconocido...
Acaso un cargamento magnífico encerraba
en su cala mi barco, ni pregunté siquiera;
absorta mi pupila las tinieblas sondaba
y hasta hube de olvidarme de clavar la bandera...
Y llegó el viento Norte, desapacible y rudo;
el vigoroso esfuerzo de mi brazo desnudo
logró tener un punto la fuerza del turbión;
para lograr el triunfo luché desesperado,
y cuando ya mi brazo desfallecía, cansado,
una mano, en la noche, me arrebató el timón...
Poemas del Mar. Libro I. Las Rosas de Hércules
Yo fui el bravo piloto de mi bajel de ensueño:
argonauta ilusorio de un país presentido,
de alguna isla dorada de quimera o de sueño
oculta entre las sombras de lo desconocido...
Acaso un cargamento magnífico encerraba
en su cala mi barco, ni pregunté siquiera;
absorta mi pupila las tinieblas sondaba
y hasta hube de olvidarme de clavar la bandera...
Y llegó el viento Norte, desapacible y rudo;
el vigoroso esfuerzo de mi brazo desnudo
logró tener un punto la fuerza del turbión;
para lograr el triunfo luché desesperado,
y cuando ya mi brazo desfallecía, cansado,
una mano, en la noche, me arrebató el timón...
Poemas del Mar. Libro I. Las Rosas de Hércules
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