1947 diciembre.
Se encontraron en Andorra don Manuel González Pérez y su hijo Francisco González Casanova, su hermano don José González Pérez y su sobrino Francisco Calamita González.
Manuel González Pérez, último Alcalde republicano de la Villa de La Orotava, Tenerife.
Fotografía cedida por su hijo José González Casanova fallecido y datos
biográficos cedidos por su hijo Francisco González Casanova también fallecido.
En febrero del año 2001, el I.E.S. La Orotava decide (después de catorce años)
perpetuar el nombre de don Manuel González Pérez, ultimo Alcalde Republicano de
la Villa,
debido a su trayectoria, pues mientras ostentó la alcaldía solicitó para su
pueblo un Instituto de Enseñanzas Medias, aprobado por el Gobierno de la Nación de entonces, y
abolida la orden posteriormente por el Gobierno Nacional. El catedrático de la Complutense madrileña
y ex Rector de La
Universidad de La
Laguna, don Jesús Hernández Perera (fallecido), indicó como
anécdota que en la
Monumental Alfombra del Corpus, confeccionada en el año 1936
en la Plaza del
Ayuntamiento por su amigo el artista don Norberto Perera, se plasmó en uno de
sus laterales la consecución del Instituto de Enseñanzas Medias para la Villa, que tardaría unos
treinta años en implantarse.
Don Manuel González Pérez se trasladó de muy pequeño con sus padres a la Villa de La Orotava. Comenzó
sus estudios de bachillerato en el colegio de San Isidro de los Hermanos
Cristianos, terminándolo en el Instituto de Canarias en La Laguna. Marcha a
Barcelona donde estudia los primeros años de Medicina, teniendo que
dejarlos al fallecimiento de su padre.
De formación social bastante avanzada. Soñaba con un mundo mejor, donde
todos tuvieran las mismas oportunidades; un mundo libre, sin diferencias de
clases, donde todo ser humano tuviera hacia su semejante el respeto, cariño, y
la obligación de prestarle toda la ayuda que necesitara de una forma
voluntaria. Su meta era llegar a una verdadera democracia para el bien común.
Sentía una gran admiración hacia Cristo y sus Evangelios, pero con todas sus
letras, no para escoger lo más fácil. Era muy humanista y demócrata, enemigo de
toda violencia. Nunca consideró enemigo a quien pensara
distinto.
Verdadero pacifista, se desvivía por ayudar a cuantas personas se
encontraran en situaciones angustiosas. Fue el primer alcalde de la Villa de La Orotava en la Segunda República
y estuvo en dicho cargo desde el comienzo al final, a excepción de los
años 1934 y 1935. En el mes de junio de 1936, viaja a Madrid en
unión de don Luís Benítez de Lugo y don Domingo Regalado con la esperanza
de resolver el grave problema agrícola; Proyectos de sindicación forzosa, Créditos,
Bonificaciones de fletes, Instituto de Segunda Enseñanza y Escuelas Públicas.
En Madrid le cogió el Alzamiento Militar, cuando ya había solucionado los
problemas que llevaba en proyecto. La noche del 16 de julio de aquel triste año
1936, al salir del Teatro de la
Zarzuela (Madrid), en unión de don Luís Benítez de Lugo y don
Domingo Regalado, sintió que le llamaban, era el caricaturista “Mesita”, el
cual le comunica que las Tropas de Marruecos se habían sublevado. Como buen
demócrata, viendo que sus compañeros don Luís y don Domingo deseaban regresar a
sus casas, les gestionó toda la documentación para que salieran para Tenerife.
Declarado el Movimiento, todos los canarios se agruparon en Madrid, ocupando un
local, organizando un grupo bastante numeroso y unido. Decidieron tomar parte
en la defensa de la Villa
y Corte. El grupo fue destinado a primera línea de fuego, contactando con el
enemigo, rechazándoles en la penetración y estableciendo una nueva línea.
Sufrieron un fuerte bombardeo, pero siguieron adelante. En una de estas
batallas, cae mortalmente Miguel Pérez González, natural de La Orotava. Don Manuel
tuvo la suerte que una bala le pasó por debajo de la barbilla cuando iba en un
coche, llevando pertrechos para el grupo. Uno de los acompañantes que iba al lado
del chofer murió en el acto. Organizado el ejército republicano, se
incorporaron cada uno a sus destinos correspondientes.
Como es lógico, los canarios pensaban siempre en su tierra, decidieron
preparar un plan para ocupar las islas. Por sorpresa consiguieron un barco que
llevaron a Sagunto. Una vez artillado, consiguieron que le acompañara otro
barco de guerra. El desembarco iba a ser por Garachico. El cuerpo
expedicionario iba a venir disfrazado de guardias civiles. El político
socialista don Indalecio Prieto se les oponía, decía que la escuadra alemana e
italiana andaba por allí y por el estrecho de Gibraltar, pero ellos siguieron
con su empeño, hasta que un compañero del Ministerio de la Marina se fuga para
Baleares llevándose consigo el plan de desembarco, desistiendo de la operación.
Don Manuel González Pérez marcha a Valencia, donde se encontraba el
Gobierno Legítimo de la
II República, para incorporarse al servicio militar,
marchando después a Madrid y Barcelona. De regreso a Valencia se hospeda con el
poeta y escritor gomero Pedro García Cabrera. Una noche sonó la sirena de aviso
que venía la aviación enemiga a bombardear. Pedro le indicó que se levantara y
fuera al refugio, pero don Manuel no hizo caso y siguió en la cama, al regreso
Pedro se encontró a don Manuel campante como si nada hubiera pasado, pues
siempre decía que la muerte en cualquier parte se la podía encontrar. Así era
su temperamento: hasta en los momentos de peligro sus nervios eran de acero.
Estuvo en Casablanca y en Tánger donde se puso en contacto con Mohamed
Torres. Regresa a la península para reunirse con su grupo, embarcando más tarde
en un barco cargado con armas. Cuando empezó la retirada hacía Francia, don
Manuel se encontraba en Barcelona, de allí pasó a Figueras, donde se encontró
con su amigo Félix Sosa Hernández compañero y Teniente de Alcalde de La Orotava.
En los últimos días de lucha y en retirada, salió hacía Francia. Pasando
por los campos de concentración de Argeles, Saint Cyprien, y Barcarés. Logró
escaparse de los primeros, pero tuvo la mala suerte de que lo detuvieran. Los
llevaron a Barcarés, allí se encontró otra vez con compañeros de La Orotava (Agustín Baeza,
Juan García y Estanislao Bellos). Le comunican de París si desean salir para
América, don Manuel contesta que aceptaba si los amigos que se encontraban con
él salían también, pues le era imposible dejarlos en la situación en que se
encontraban. La contesta no la recibe oportunamente, debido a la toma de
Francia por parte de las tropas alemanas. Debido a unos incidentes, fueron
trasladados a compañías de trabajos forzados.
En diciembre de 1947 se encontraron en Andorra don Manuel González Pérez
y su hijo Francisco González Casanova, su hermano don José González Pérez
y su sobrino Francisco Calamita González. Don Manuel vino de Francia caminando
a través de la nieve, ya que los puertos estaban cerrados por una gran nevada.
El Gobernador de Lérida hace entrega de los pasaportes a los isleños.
Gestión realizada por el general villero don Lorenzo Machado Méndez y Benítez
de Lugo, al que quedaron muy agradecidos.
Con cuánta emoción se encontraron los familiares de Tenerife después de
doce años que no se habían visto. Pasaron unos días juntos. Una tarde fueron al
cine y grande fue la sorpresa pues vieron una película filmada en el Puerto de la Cruz, donde se veía la Playa de Martiánez, el
Puerto y una pelea de gallos. La principal protagonista de la película se
llamaba Rosa como su esposa, apareciendo escrito su nombre en las arenas de la
playa Martiánez. Paco González Casanova y su primo Paco Calamita, planearon sin
saberlo su tío Pepe, que si su padre don Manuel no venía para Canarias, ellos
se fugarían a Francia. Paco Calamita se había traído de Barcelona, donde
trabajaba en telégrafos, un archivo con sus historias, recortes de periódicos y
fotografías, referente a la natación en España, donde había sido campeón. Pero
no hizo falta, pues don Manuel consideró que regresaría a Francia para que
viniera con él su viejo amigo Domingo Alayón, de Lanzarote. Así lo hizo y
regresaron juntos.
De regreso hicieron noche en Barcelona. En un hotel, el recepcionista les
comunica que estaba todo ocupado, pero en ese momento llegó el gerente, se
quedó mirando a don Manuel y dijo: a este señor le busco habitación, aunque
tenga que fabricarla ahora mismo. Era un compañero que había estado con él en
uno de los campos de concentración.
Por fin, en Tenerife, se encontraba toda la familia en el Puerto de Santa
Cruz, donde recibieron a don Manuel y a su amigo Alayón. También estaban sus
amigos de La Orotava,
entre ellos el abogado don Rafael Hernández Correa (fallecido).
Hay que agradecer la iniciativa del que fuera director del Antiguo
Instituto de F.P. de La
Orotava, don Carmelo Vega Espada, basándose en la misiva de
don Jesús Hernández Pérez, proponiendo que el Centro que entonces dirigía
llevara el nombre del recordado alcalde villero de la segunda republica
española. Sin embargo, esta denominación no se hizo efectiva en dicho momento.
Hasta el curso 2000 – 2001, a través de su nuevo equipo directivo el cual tenía
en su programa poner un nombre al Instituto, no obstante el Consejo Escolar de
entonces recibe una propuesta del Ayuntamiento con el nombre de una antigua
inspectora de E.G.B, pero el director plantea que los distintos componentes del
Consejo Escolar propongan otros nombres. El profesor Juan Montesino Barrera
allí presente y que ya estaba en el consejo escolar de hace 14 años atrás,
expone que ya el Instituto tiene un nombre y que la cuestión está en refrendar
lo aprobado, con la denominación IES LA OROTAVA- MANUEL
GONZÁLEZ PÉREZ, lo que se llega a término que se apruebe por unanimidad. El
director José M. Ruiz Fuentes tramita con urgencia el expediente, para que el
nombre figure en las efemérides del 25 aniversario, que se estaba celebrando en
el citado curso escolar. (Publicado por: Bruno Juan Álvarez Abreu)
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