1725.
Muchas facetas de la vida de este religioso franciscano se desconocen
o permanecen aún en la penumbra. Sabemos que procedía de una familia de colonos
portugueses que se establecieron en Tenerife como agricultores pero que,
algunas generaciones después, diversas ramas familiares se inclinaron por la
vida religiosa y por la vinculación con la Santa Inquisición.
En
1666 se ordena sacerdote, ingresando en el convento franciscano de San Lorenzo
de la Villa y
Puerto de La Orotava
y, varios años después, en 1861, ingresa en el Santo Oficio. Es a partir de
esta época cuando Abreu comienza a desempeñar diversos cargos, como el de
lector de Teología en el convento de San Miguel de Las Victorias, en La Laguna (Tenerife). Incluso
llegó a ser padre provincial de su orden en dos ocasiones (1694-1697 y
1708-1711) y comisario visitador (1713-1717 y 1723-1725). Lógicamente, estos
cargos de responsabilidad y prestigio otorgaron a Fray Andrés de Abreu una gran
notoriedad en Canarias.
Pese a su condición de religioso, su biografía no
está exenta de polémica y escándalos. Fue procesado por la Inquisición por una
serie de protestas acerca la idoneidad de ocupar o no los cargos mencionados
anteriormente y por un supuesto devaneo amoroso con una dama. A partir de los
diferentes documentos descubiertos podemos deducir que Fray Andrés de Abreu fue
un personaje enfrentado con sus contemporáneos, por un lado debido a las
relevantes responsabilidades que desempeñaba, y por otro al exceso de energía y
falta de habilidad para gestionar los problemas en el seno de la provincia
franciscana.
A partir de los estudios realizados a raíz del
análisis de los distintos documentos recuperados por estudiosos como Leopoldo
de la Rosa Olivera,
Millares Carlo o Inchaurbe, podemos aventurarnos a ofrecer algunos datos
sobre el carácter y las ideas de Fray Andrés de Abreu, que se nos presenta como
un personaje bastante enérgico, con una consistente formación teológica y literaria
que le empujaron a tratar de promover diversas reformas educativas y de
costumbres en su provincia, lo cual, le trajo más de un disgusto.
En cuanto a su actividad literaria, hoy en día sólo
se conservan tres obras escritas por Fray Andrés de Abreu en castellano. Su
única obra poética, la Vida
del Serafín en carne y vera efigie de Cristo San Francisco de Asís (Madrid,
1692), está compuesto por más de tres mil versos con influencias de Góngora y
Calderón. Este poema le hizo alcanzar una posición privilegiada en las letras
canarias. Incluso, los escritores de la primera vanguardia insular, los
intelectuales de La Rosa
de los Vientos, reivindicaron su figura y su obra. Las otras dos obras
escritas en castellano están en prosa y son: Vida del venerable siervo de
Dios Fray Juan de Jesús (1701) y Novedades antiguas, obra inédita y
manuscrita. En castellano también se conservan dos memoriales de escaso valor
literario: Satisfacción a un manifiesto, impreso, y Proposiciones
dignas de censura teológica. Sus dos únicas obras latinas conservadas son Stadium
Solis y un Tratado teológico sobre el quietismo (ambas inéditas).
La Vida del venerable
siervo de Dios Fray Juan de Jesús (Madrid, 1701) aunque, al parecer, fue
relatada por el biografiado a fray Andrés de Abreu en 1686-1867, fue escrita,
probablemente, hacia el año 1693. Se trata de una obra en prosa que se ajusta
perfectamente a la estructura y características acostumbradas en la literatura
que trata sobre la vida de los santos, aplicadas a un fraile natural de Icod de
los Vinos (Tenerife), fray Juan de Jesús, que concuerda en sus rasgos con el
perfecto franciscano: acata y cumple estrictamente los votos de obediencia,
pobreza, mortificación, etc. La obra contiene numerosas alusiones a personajes
y acontecimientos históricos con la clara intención de hacer la narración más
creíble y, a fray Juan de Jesús, el Siervo de Dios, merecedor de beatificación.
Para convencer al lector acerca de la veracidad de los hechos narrados, fray
Andrés de Abreu hace uso de un gran número de testimonios, meticulosamente
anotados con el nombre del testigo y la fecha en que vio las penitencias
y los estados de éxtasis de fray Juan, así como los asombrosos hechos que
tuvieron lugar por su mediación.
Novedades antiguas, también conocida
como Novitates Antiquae, es un discurso en defensa de la Mística Ciudad
de Dios, la Vida
de la Virgen
supuestamente contada por ella misma a sor María de Ágreda, incansable
escritora franciscana que pasó a la historia de la literatura por mantener unos
intensos contactos epistolares con el rey Felipe IV, sobre el que ejercía una
importante influencia y al que, incluso, aconsejaba sobre asuntos de estado.
Precisamente, en la época en que Abreu escribe su
defensa del relato de sor María de Ágreda, en 1698, es cuando se suceden las
más agrias polémica entre partidarios y detractores de éste.
Por tanto, la obra de Fray Andrés de
Abreu está pensada como una defensa al ultranza de las revelaciones que la Virgen María hace
sobre su propia vida y la de Jesús de Nazaret a la monja María de Jesús. A tal
fin, Abreu acude a toda su erudición. Novedades antiguas está repleta de
citas de Santo Tomás, San Agustín y San Buenaventura y de escritores como
Bernardino de Siena, Antonio de Florencia y Santa Brígida. Con ello, Abreu
pretende hacer ver cómo aquellas revelaciones, calificadas como “nuevas” y
contrarias al espíritu de la
Iglesia, deben ser entendidas, desde la tradición, como si se
tratara de una ampliación o explicación de lo ya revelado por Dios mismo a través
del Evangelio.
Tanto en prosa como en verso, el lenguaje de
Fray Andrés de Abreu se caracteriza por la gran cantidad de traslaciones
metafóricas que toma de otros lenguajes como el comercial o el militar. Del
mismo modo, también utiliza recursos encaminados a una expresividad
justificada, ya sea por el carácter sagrado de las experiencias que relata o
por la necesidad de redundar incansablemente en la “antigüedad” de las
supuestas revelaciones de Sor María de Ágreda.
Además de las obras antes citadas, se
consideran perdidas otras como la
Vida de la Venerable Sierva
de Dios María Justa de Jesús, el Officium Sacrum in honorem Sancti
Bonaventurae, las Flores logicales y la Crónica general
de la provincia de San Diego de Canarias, incabada debido al fallecimiento
de Abreu.
Significación y alcance de la obra de Fray Andrés de
Abreu
Como ha señalado A. Sánchez Robayna, con Fray Andrés
de Abreu el humanismo de finales del siglo XVII (que se asoma también al XVIII,
pero siempre desde la estética e intención seiscientistas) alcanza una de las
cotas más altas del barroco insular, pues su huella se hace notar más allá de
lo que comúnmente se pondera de su genuino creativo, esto es, Vida de San
Francisco, composición de 1692. En ese nuevo campo de visión crítica es
donde el fraile tinerfeño muestra unas obras en prosa que los estudiosos
empiezan a incorporar al corpus tradicional: Así, la Vida de fray Juan
de Jesús (1701) y unas noticias acerca de la mística de sor María de
Agreda, con el título de Novedades antiguas.
El profesor Jesús Díaz Armas, estudioso de la
obra de Fray Andrés de Abreu, ha precisado en diversas ocasiones que la prosa
erudita del Barroco español, en sus múltiples facetas constituye una vertiente
literaria mal conocido, aunque, como señala el citado crítico, «estamos
hablando de un aspecto que tiene una honda repercusión socioliteraria, ya que
la prosa religiosa, por ejemplo, contó con un inmenso tropel de lectores y de
escritores, no siempre “menores”». Aunque se echa en falta estudios de conjunto
sobre la prosa erudita en Canarias durante el siglo XVII, Díaz Armas sí se ha
ocupado de estos aspectos en «La Prosa Erudita de Fray Andrés de Abreu y Pedro
Álvarez de Lugo», enlazando dos figuras esenciales de ese período en el
Archipiélago.
El
fraile orotavense encuentra buena acogida entre los escritores canarios del
primer tercio del siglo XX a través de la revaloración que la literatura
española de los siglos XVI y XVII va teniendo entre los jóvenes estudiosos y
creadores de las vanguardis literarias. Así, como nos recuerda Jesús Díaz, su
único poema, la Vida
del Serafín en carne y vera efigie de Cristo San Francisco de Asís,le
consiguió un puesto privilegiado dentro de las letras canarias, reivindicado
por la generación de los intelectuales de La Rosa de los Vientos. Sin embargo
ahora asistimos a una segunda estimación de su obra a través de su obra en
prosa importante papel. (Tomado
de:www. Isla de Tenerife Vívela)
Selección
de textos de Fray Andrés de Abreu
Llegada de
San Francisco de Asís
Entra
Francisco de Asís
hasta
de sí mismo ajeno,
plomo
hacia fuera los ojos,
limpio
cristal hacia adentro.
Vueltas en agua las luces,
fuentes
a los dos espejos,
pálido
y mustio el semblante,
erizado
el corto pelo.
Cárdenos
los frescos labios,
denegrido
e] blanco aspecto,
y
la hermosa imagen vive,
robada
en sombras de muerto.
CXXXII
.CXXXV.
Estando
distante de sus hijos, les visita en un carro de fuego
Celo
y fervor le apartaban
de
las quietudes del sueño,
y
aun de sus propios amigos
dio
corte al amor el huerto.
Cuando
de horrores y sombras
poblado
el bosque, dio el crespo
flamante
carro a su vida
visible
arrebatamiento.
La
arquitectura de llamas
tachonan
fijos luceros,
que
en flores de luz guarnecen
brocados
que tejió el fuego.
Un
cometa es eje, y astros
rodados
sufren el peso,
que
giran ardientes piras
a
impulsos del elemento.
Airosamente
el estribo
pisa,
y descansa en el centro
de
ocho cielos abreviados
pues
se pone el sol en medio.
¡Gran
novedad, que el humilde
pasea
en carros de fuego!
Pero
es sol, y no peligra
el
sol en los lucimientos.
La
soberbia de las causas desconoce sus efectos,
fuego,
aire y humo al humilde
ni
es humo, ni aire, ni fuego.
Navega
en ondas de luces
y
entre crespos elementos
es
todo el golfo bajel,
son
todos los aires puerto.
CCXXVI – CCXXXIII
[Fragmentos de Vida de San Francisco de Asís, de
Leopoldo de la Rosa,
en La Rosa de
los Vientos (Santa Cruz de Tenerife), año 1, núm. 1 (1927), p. 8, recogido en
Biobibliografía de A. Millares Carlo, vol. 1, pp.4-6]
Ayuna cuarenta días en una isla desierta
Secretamente, a una isla,
lunar en rostro de yelo,
aportó, y logró en milagros
la abstinencia, cuarto empeño.
Sitio que sólo conocen
las aves, elige, siendo
los gemidos de su llanto
población de aquel desierto.
Tres panes, que la limosna
previno a la vida, fueron
todo su alimento, y todo
le sobró, si no es el tiempo.
¡Oh vida en cuarenta días
oculta a aquellos comercios
precisos! Quien así vive,
todo es alma, nada es cuerpo.
Dividido en siete estancias,
sus ayunos se midieron
con el año, tan continuas
sus cuaresmas como el tiempo.
Si el achaque dispensaba
en la abstinencia, en habiendo
apelado a la salud,
era culpa el privilegio.
Cuando el rigor de la fiebre
le hizo mudar de alimento,
quedando todo el rigor
subyugado del precepto,
acusador de sí mismo,
en el tribunal severo
de su rigor, halló tachas
en testigos verdaderos.
Por hipócrita, a la plaza,
ceñido un esparto al cuello,
se hizo llevar, sin oírse
en los descargos de enfermo.
CDI
– CDXI
[Fragmentos
de Vida de San Francisco de Asís, de Leopoldo de la Rosa, en La Rosa de los Vientos (Santa
Cruz de Tenerife), año 1, núm. 1 (1927), p. 8, recogido en Biobibliografía de
A. Millares Carlo, vol. 1, pp.4-6]
La obra
de Fray Andrés de Abreu:
Leopoldo
de la Rosa, en La Rosa de los Vientos,
Santa Cruz de Tenerife,, año 1, núm. 1 (1927), p. 8; Agustín Millares Carlo y
Manuel Hernández Suárez, Biobibliografía de escritores canarios (Siglos XVI,
XVII y XVIII), vol. 1, Las Palmas de Gran Canaria, El Museo Canario-Cabildo
Insular de Gran Canaria, 1975, pp.3-14 [Véanse aquí las amplias referencias a
su obra y algunas breves muestras de la misma]; Vida de San Francisco,
ed. de Joaquín Artiles, Canarias, Viceconsejería de Cultura, 1989; Vida de
San Francisco, ed. de Jesús Díaz Armas, preliminar de Andrés Sánchez
Robayna, Instituto de Estudios Canarios, 2000.
Bibliografía:
ALONSO,
María Rosa: "La literatura en Canarias (del siglo XVI al XIX), en MILLARES
TORRES, Agustín: Historia General de las Islas Canarias, vol. IV, Las
Palmas, Edirca, 1977, págs. 282-95; ALONSO, María Rosa: "La literatura en
Canarias (del siglo XVI al XIX), en MILLARES TORRES, Agustín: Historia
General de las Islas Canarias, vol. IV, Las Palmas, Edirca, 1977, págs.
282-95; ANTONIO, Nicolás (Juan de San Antonio): Bibliotheca universa
franciscana [...] concinnata a R. P. Fr. Joanne D. S. Antonio Salmantino,
Madrid, 1732-33, 3 vols. Hay edición facsímil (Farnborough, England, 1966);
ARTILES, Joaquín e Ignacio Quintana: Historia de la Literatura Canaria,
Las Palmas, Cabildo, 1978; ARTILES, Joaquín (ed.): Literatura canaria,
vol. I, Siglos XV-XVIII), Las Palmas, Edirca (col. Clásicos canarios),
1988; BRITO DÍAZ, Carlos: "El Libro del Mundo en Fray Andrés de
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ROSA, Leopoldo: "Fray Andrés de Abreu. De su vida",
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TRUJILLO, Juan Manuel: "Clásicos canarios. Fr. Andrés de Abreu
(1647-1725). De la patria del Siervo de Dios Fray Juan de Jesús", La Tarde, 1 de marzo de
1935; TRUJILLO, Juan Manuel: "Clásicos canarios. Fr. Andrés de Abreu
(1647-1725). Introducción a la vida de San Francisco", La Tarde, 22 de marzo de
1935; TRUJILLO, Juan Manuel: "Clásicos canarios. Fr. Andrés de Abreu
(1647-1725). San Francisco combate el ocio [coplas 374-382], La Tarde, 29 de marzo de
1935; TRUJILLO, Juan Manuel: "Clásicos canarios. Fr. Andrés de Abreu
(1647-1725). Vida del serafín en carne y vera efigies de Cristo San Francisco.
Abstinencia [coplas 401-411]", La
Tarde, 23 de abril de 1935; VALBUENA PRAT, Ángel: Historia
de la poesía canaria. Tomo I, Barcelona, Universidad, 1937; VIERA Y
CLAVIJO, José de: "Biblioteca de los autores canarios", en Noticias
de la Historia
General de las islas Canarias, ed. de Alejandro
Cioranescu, Barcelona, Cupsa-Planeta, 1981, págs. 395-426; XIRAU, Ramón:
"Los sueños necesarios", La Jornada Semanal,
suplemento del diario Jornada (México), CXVIII, 15 de septiembre de
1991.
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