1974 enero
24.
Fallece en Añazu (Santa Cruz de Tenerife) el
criollo Víctor Zurita Soler.
Víctor Zurita Soler, nace en La Laguna (Tenerife), fue uno de los maestros del periodismo
canario. En 1925 fundó con Juan Franchy y Melgarejo el semanario Avante,
y dos años después, en unión de Martínez Viera y Matías Real, el diario La Tarde, uno de los
periódicos señeros de Tenerife, del que sería director desde 1938 hasta su
fallecimiento. Vicepresidente durante bastantes años de la Asociación de la Prensa de Tenerife, en 1973
recibió de manos del entonces Príncipe de España, Juan Carlos, el título de
Periodista de Honor.
Se dedicó también a la poesía,"pero
sobre todo escribió artículos, en su mayoría editoriales para su periódico,
donde dejó buena muestra de la calidad de su pluma, de su temperamento de
escritor bien preparado y de su fibra como polemista y defensor de la isla,
siempre con una visión amplia, firme y constructiva.” (Eliseo Izquierdo. Periodistas
canarios. Siglos XVIII al XX, Tomo III, p. 415). Fallece en Santa Cruz de Tenerife, en el año1974.
Para conmemorar un nuevo aniversario de la
fundación de Santa Cruz de Tenerife, entresacamos este artículo de su
enorme producción periodística. Sirva de homenaje a Santa Cruz y
recuerdo a don Víctor.
Meditación del 3 de mayo
Por don Víctor Zurita Soler (Publicado en el diario La Tarde el 3
de mayo de 1967)
Y
todo empezó por la playa de Añaza, ese todo que se llama historia y
españolización. Tenía que ser así porque a las tierras de ley se entra por la
puerta grande y no otra cosa que el luminoso portalón de Tenerife es nuestro
Santa Cruz. Por entonces el mar era continua amenaza, se dibujaban en el
horizonte con desgraciada frecuencia las velas enemigas. Los pueblos isleños se
asentaron tierra adentro, y en la
Vega de Aguere, entre mares de rubias espigas, La Laguna, ordenancista y
clerical, se despliega sobre su clásico patrón urbanístico al tiempo que su
Cabildo rige y gobierna con buen tino.
Santa
Cruz se quedó solo con el mar y su riesgo, recibiendo a las naves amigas, gran
posada atlántica para las carabelas de la ruta americana, ganando temple y
heroísmo entre tufaradas de pólvora y flores de sangre. Su incierto perímetro
se ajusta a las necesidades bélicas, todo se sacrifica a su condición de plaza
artillada, trazado, porte, belleza… Se siente martillo y cabeza, y los enemigos
también lo saben. De aquí que, como dijera Tomás González, los más serios
intentos de conquistar Canarias no se fueron por las ramas, sino que apuntaron
directamente a la cabeza: Santa Cruz de Tenerife.
Ciudad
militar y lindera con el mar fue cuna de una nueva clase dinámica y
emprendedora formada por capitanes de la Carrera de Indias, comerciantes y armadores.
Ciudad residencia de los Capitanes Generales se gana por su espíritu liberal la
simpatía del Ejército, el motor progresista de los siglos XVIII y XIX, y en
rápida ascensión gana tres cabezas de león para su escudo, trofeos de otras
tantas resonantes victorias, el título de Ciudad y el más alto de Capital de
Canarias.
Al
tiempo que decrece el peligro del mar, se demuelen fortines y murallones para
dejar paso a jardines y avenidas ribereñas, crecen sus muelles y la ciudad gana
en rango y belleza. Los alcaldes y regidores de aquel Ayuntamiento encuentran
la más decidida ayuda en los Capitanes Generales para la consecución de
importantes obras públicas: el abastecimiento de aguas del General Morales, el
edificio de Capitanía y el Hospital del General Weyler, la Plaza de España y la Barriada de Somosierra
del General García Escámez, son otros tantos ejemplos de la preocupación que la
mayor parte de las primeras autoridades militares han sentido por el
engrandecimiento de Santa Cruz. Preocupación que no termina aquí, sino que se
prolonga con gestiones entusiastas y fecundas para frustrar las campañas de
desposeimiento que ha tenido que sufrir Santa Cruz, en su presencia personal,
presidiendo y otorgando rango regional a nuestras principales celebraciones
cívico-religiosas. En fin, siendo tinerfeños de ley.
He
aquí la historia ininterrumpida de un Tres de Mayo fundacional hasta nuestros
días, la de una ciudad castrense y comercial que ha sido, es y será siempre la
capital militar del Archipiélago, porque tal condición no la ganó al precio del
favor y el privilegio, sino por su condición heroica que se refleja en ese
título de Invicta que acompaña a los de Noble,
Leal y Muy Benéfica.
La
Tarde fue un periódico que se publicó en Santa Cruz de
Tenerife entre 1927 y 1982 en horario vespertino.
Historia
El 1 de octubre de 1927 salió a la calle el
primer número del periódico La
Tarde, en un momento crítico de la historia del
Archipiélago pues acababa de dividirse en dos la provincia única de Canarias
que tenía, hasta entonces, por capital a Santa Cruz de Tenerife. Fueron sus
fundadores don Víctor Zurita Soler, don Matías Real González y don Francisco
González Viera y el diario se caracterizará desde sus comienzos por una defensa
de los ideales e intereses tinerfeños.
A lo largo de sus cincuenta y cinco años de
existencia trató de mantener, siempre que le fue posible, el carácter de medio
de información independiente y fue un periódico pobre en recursos económicos,
pero rico en iniciativas y en logros ciudadanos, tanto en la larga etapa en que
fue dirigido por don Víctor Zurita como durante el tiempo en que lo dirigió Alfonso
García Ramos.
"Su objetivo prioritario fue, desde sus
comienzos, la defensa de los ideales tinerfeños, en el plano regional, y la
libertad y la democracia, en el general, sin sectarismos ni entreguismos de
cualquier signo".1
"En 1982 se dejó de publicar La Tarde, acaso, por
quedar obsoleta su hora de aparición lo que, a su vez, le impidió renovar su
infraestructura tecnológica y, por ende, frenar el drenaje de su clientela
hacia su rival, El Dia.2
Trayectoria ideológica
"Se caracteriza desde un principio por su
radical y feroz defensa de Tenerife: sus editoriales están dirigidos a
engrandecer a la capital de la provincia occidental y al conjunto de la isla,
encabezando y promocionando campañas favorables a la creación y mejora de las
comunicaciones aéreas y marítimas. A lo largo de la II Republica española
no dudará en mostrarse como un diario favorable al representante de la
burguesía isleña: el Partido Republicano Tinerfeño. Partidario del orden y del
desarrollo económico, el periódico dirigido por Victor Zurita se alinea pronto con los
sublevados del 18 de julio de 1936".3
Desde 1938 y hasta 1966, la Ley
de Prensa de 1938 permitió el control de la actividad periodística mediante la
censura y el establecimiento de las consignas del régimen franquista. Fue una
etapa muy difícil para La
Tarde -como para el resto de la prensa española- tanto
por la dura censura a la que estaba sometida, como por los efectos de la crisis
económica que vivía el país.
El nombramiento en la metrópoli de Manuel Fraga
Iribarne como Ministro de Información y Turismo supuso el inicio de una etapa
de mayor flexibilidad y posibilitó la aprobación de una nueva Ley de Prensa en
mayo de 1966. Esta ley reconocía el derecho a la información, la libertad de
expresión y permitía a las empresas la elección de sus directores, así como
sustituía la censura por la autocensura.4
En 1974, tras la muerte de don Víctor Zurita,
accedió a la dirección del periódico Alfonso García Ramos coincidiendo con el
comienzo de un periodo de grandes cambios en la historia de España, que
llevaron a aquel país a la transición de un régimen dictatorial a otro
democrático. Desde su llegada a esta dirección y hasta la muerte del dictador
Franco, Alfonso García-Ramos impulsó la defensa de los valores democráticos y
una posición partidaria del cambio político.
"Esta decidida defensa de la democracia
llevó al periódico a algunas situaciones desagradables siendo la más grave la
apertura de un expediente por falta de acatamiento a la Ley de Principios del Moviendo
Nacional y Demás Leyes Fundamentales, de falta de respeto a las
instituciones en la crítica de la acción política y administrativa por ir en
contra de la seguridad del Estado. Fue la última sanción que el Ministerio de
Información y Turismo impuso a una publicación canaria en virtud de la Ley de Prensa de 1966".5
La Tarde contaba para ello con un numeroso
conjunto de profesionales comprometidos con la sociedad isleña y que lucharon
por las libertades e intereses del Archipiélago canario a través de las
diferentes columnas del diario. Redactores y columnistas que trabajando o
colaborando con La Tarde marcaron una referencia importante en el
desarrollo de la vida social, política y económica de la isla de Tenerife:
Óscar Zurita Molina, Eliseo Izquierdo, Maisa Vidal Estarriol, Vicente Borges
Delgado, Francisco Pimentel, Wenceslao Pulido, Chela, Álvaro Martín Díaz
“Almadi”, Rafael Lutzardo, Olga Darias, Wenceslao H. Pulido, Luis Ramos,
Enrique García Ramos, Enrique Lite, Paco Pérez, José Padrón Machín, Manuel
Perdomo Alfonso, Cirilo Leal Mújica, Andrés Chávez, Paco Cansino, José Manuel
Pérez y Borges, Jorge Luis Carballo, Manuel Iglesias, Salvador García, Antonio
Salgado, Juan Carlos “Xuancar”, Joaquín Reguero, Ángel Morales, José Manuel
Encinoso Mena, Máximo Díaz Dorta, Antonio Nóbrega Navarro, Tomás Cruz, Antonio
Bernal, Paco Dorta, Pedro González, Alberto Santana...
La Gaceta Semanal de las Artes
Tras la Guerra Civil de los españoles, la actividad de
difusión de la cultura que, antes del conflicto bélico, se desarrollaba a
través de la prensa escrita y de revistas especializadas dejó de existir. Sólo
en 1954 reaparecen las páginas de arte y literatura en la prensa tinerfeña, de
la mano del grupo de intelectuales que en el decenio de los 30 fundara Gaceta
de Arte; así, Domingp Pérez Minik y Pedro García Cabrera impulsan el nacimiento
del suplemento Gaceta Semanal de las Artes en el diario vespertino La Tarde. Durante
toda su existencia, Gaceta Semanal de las Artes fue una página muy bien
valorada y estimada por La
Tarde y su editor-director, pues Victor Zurita tenía la
página como una de sus mejores secciones.
Este suplemento se mantiene hasta 1968 como el
único que se edita en los medios de comunicación de Tenerife, congregando a su
alrededor a artistas, literatos e intelectuales de diversas generaciones y que
sólo tenían en común su oposición al régimen de Franco: en primer lugar la
generación de Gaceta de Arte: Domingo Pérez Minik, Pedro Garcia Cabrera
y Eduardo Westerdahl, principalmente. Una segunda generación correspondiente al
grupo fetasiano que integran Isaac de Vega, Rabel Arozarena, Antonio Bermejo,
Carlos Pinto Grote, y a los que hay que unir a Julio Tovar, Enrique Lite,
Miguel Tarquis, Pedro González y otros. Por último, está la generación de
colaboradores que daría lugar, en los años 70, a lo que se ha denominado boom
de la literatura canaria, como Luis Alemani, Juan Cruz Ruiz, Emilio Sánchez
Ortiz, Arturo Maccanti, Alberto Omar y otros. A estos nombres habría que unir,
además, colaboradores más difíciles de integrar en un grupo, como Elfidio Alonso
Quintero, Francisco Pimentel, Tomás Eladio Quintero, Felipe Padrón Sanabria, Nivaria
Tejera, Ángel Acosta, José María de la
Rosa, Francisco Lezcano, Cipriano Acosta, Pedro Lezcano y
Lázaro Santana, por citar algunos nombres.
Como se puede apreciar, una amplia relación de
colaboradores, en modo alguno agotada, por lo que se puede afirmar que Gaceta
Semanal de las Artes, durante toda su existencia la única sección cultural
de la prensa de Tenerife, aglutinó en torno a sí a todas las personas con
inquietudes artísticas o literarias, tuvieran o no una trayectoria previa que
las avalara".6
(Tomado de Wiquipedia)
Referencias
1 García-Ramos, Alfonso (1990). Pico de águilas y
otros artículos. introducción y selección Eliseo Izquierdo. Santa Cruz de
Tenerife: ACT, Cabildo de Tenerife. pp. 13. ISBN 84-87340-06-7.
1.
Yanes Mesa, Julio
Antonio (1997). «Del proselitismo ideológico a la información y la
interpretación de la noticia: panorama retrospectivo, a medio y corto plazo,
del periodismo contemporáneo en Tenerife, 1898-1991». Boletín Millares Carlo
(Las Palmas de Gran Canaria: Centro Asociado de la UNED) (16):
pp. 276. ISSN 0211-2140.
2.
León Álvarez, Aarón
(2008). Alfonso García-Ramos. Santa Cruz de Tenerife: Idea. ISBN 978-84-8382-448-1.
3.
León Álvarez, Aarón
(2008). Alfonso García-Ramos. Santa Cruz de Tenerife: Idea. ISBN 978-84-8382-448-1.
4.
León Álvarez, Aarón
(2008). Alfonso García-Ramos. Santa Cruz de Tenerife: Idea. ISBN 978-84-8382-448-1.
5.
Estupiñán Bethencourt,
Francisco (1998). «'Gaceta semanal
de las artes': el renacimiento de las páginas culturales en la prensa de
Tenerife». Revista Latina de Comunicación Social (Laboratorio de
Tecnologías de la Información y Nuevos Análisis de Comunicación Social) (5). ISSN 1138-5820. Consultado el 31 de octubre de 2010.
Bibliografía
- García-Ramos, Alfonso (1990). Pico de águilas y otros artículos. introducción y selección Eliseo Izquierdo. Santa Cruz de Tenerife: ACT, Cabildo de Tenerife. ISBN 84-87340-06-7.
- Izquierdo Pérez, Eliseo (2005). Periodistas canarios: siglos XVIII al XX: Propuesta para un diccionario biográfico y de seudónimos. Islas Canarias: Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas. ISBN 84-7947-397-5 (O.C.).
- León Álvarez, Aarón (2008). Alfonso García-Ramos. Santa Cruz de Tenerife: Idea. ISBN 978-84-8382-448-1.
- Yanes Mesa, Julio Antonio (1997). «Del proselitismo ideológico a la información y la interpretación de la noticia: panorama retrospectivo, a medio y corto plazo, del periodismo contemporáneo en Tenerife, 1898-1991». Boletín Millares Carlo (Las Palmas de Gran Canaria: Centro Asociado de la UNED) (16): pp. 276. ISSN 0211-2140.
- Zurita Andión, José Luís (2009). Víctor Zurita Soler. Santa Cruz de Tenerife: Idea. ISBN 978-84-8382-931-8.
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